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AMOXCALLI. LA CASA DE LOS LIBROS

Dra. Luz María Mohar Betancourt
Responsable Proyecto
 
"...porque en la verdad aunque bárbaros y sin escritura de letras, mucho orden y maneras tenían de contar los mesmos tiempos y años, fiestas y días,..... Asimismo escribían y figuraban las hazañas e historias de guerra y también del subceso de los principales señores, de los temporales y pestilencias, y en que tiempo y de que señor acontecían..."
 Memoriales de Motolinia


Una de las tareas que el CIESAS ha tenido desde su fundación ha sido el estudio y la publicación de la documentación generada en el México antiguo, así como aquella conservada en diversos archivos a lo largo del país y el extranjero y que constituyen fuentes primarias para el conocimiento de la historia de México. Es precisamente en este marco en el que se inscribe el Proyecto Amoxcalli o casa de los libros.
La tradición del registro de aquello que se considera importante y que debe trascender por generaciones, fué seguramente una de las razones por las que los habitantes del mundo mesoamericano buscaron la manera de dejarlo asentado en diversos soportes. Son numerosos los vestigios arqueológicos que permiten conocer fechas, eventos diversos, formas y tradiciones de los diferentes grupos del México Antiguo. Sin embargo, una de las características de estos pueblos que no se repitió mas que en este espacio, fué la aparición de la escritura, rasgo único de los pueblos mesoamericanos, que se dio en el territorio que hoy ocupa México.
Los materiales diversos utilizados como el papel amate, los lienzos de algodón y las pieles de venado, fueron el soporte adecuado sobre el cual la paleta de los tlacuilos o escritores-pintores anotaron hechos diversos.
Valiéndose de una gama de plantas, de diferentes minerales y de animales acuáticos y terrestres, obtuvieron los colores que tendrían no sólo un valor estético sino también de significado. Esta riqueza de información se perdió en gran parte a la llegada de los españoles, quienes ignorando la variedad de su contenido, quemaron y destruyeron este valioso acervo. Pero la tradición de escribir-pintando, se mantuvo durante varios siglos posteriores a la conquista, durante los cuales se elaboraron diversos documentos en los que los temas dominantes se relacionaban con pleitos de tierras, genealogías, registros de tributo, en los cuales los pueblos y los habitantes originales, peleaban y demostraban ante las autoridades virreinales sus derechos y sus privilegios.
Paralelamente a la elaboración de estos nuevos materiales pictográficos en los que el papel europeo fué utilizado a la par que los antiguos soportes, la escritura alfabética fué incorporada para hacer el registro por las nuevas autoridades y funcionarios. Fué así, como se produjo un vasto acervo de materiales en caracteres latinos escritos tanto en lenguas indígenas como en español. Son precisamente estos dos tipos de documentos, la materia prima del Proyecto Amoxcalli.
A partir del siglo XVI la dispersión de estos materiales por diversas ciudades europeas llevó a manos de coleccionistas, museos y bibliotecas, una gran parte de este patrimonio nacional. Baste solo recordar aquí, a Don Lorenzo Boturini Benaducci importante coleccionista y estudioso del siglo XVIII quien reunió una vasta colección que le fue posteriormente confiscada por las autoridades virreinales. A partir de ese momento, su colección se derivó a diversos acervos internacionales y nacionales. Personajes como los coleccionistas Alexis Aubin y Eugene Goupil son parte de la historia de la documentación que se encuentra actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia y que es el acervo del cual se desprende el Proyecto Amoxcalli.
En el año de 1999 CONACyT aprobó este Proyecto cuyo objetivo central fué la digitalización y el estudio del Fondo Mexicano de la Biblioteca Nacional de Francia. Se pretende con ello, poner al alcance de investigadores especializados y público interesado, las imágenes de los documentos originales, así como el estudio de los mismos. Este repositorio, por varios años vedado a los investigadores mexicanos, nos fué abierto por la Doctora Monique Cohen, Directora del Fondo de Manuscritos Orientales de la BNF, del cual el Fondo Mexicano forma parte importante.
Con el financiamiento de CONACyt se adquirieron trescientos tres expedientes que incluyeron tanto documentos pictográficos o códices, como manuscritos en caracteres latinos. Para iniciar el trabajo con los materiales se formaron dos grupos, uno centrado en la paleografía y traducción de los manuscritos y otro más, centrado en el análisis de las pictografías para la elaboración de diccionarios de glifos con propuestas de lecturas en náhuatl.
El trabajo que se efectuó en el Proyecto con los códices, consistió en el análisis de las imágenes partiendo de la propuesta, de que estos documentos contienen una escritura, y que para conocerla, es necesario estudiar a detalle  cada uno de sus elementos o glifos y los compuestos glíficos que anotó el tlacuilo. Para ello, se construyó con la colaboración del CENEDIC de la Universidad de Colima un programa  de captura en el cual se vació la información elaborada por los investigadores participantes.
En este programa, el cual fue re elaborado para su difusión, además de contar con la imagen original del códice, se pueden hacer recorridos por la misma, detenerse y amplificar detalles o glosas. Los glifos y compuestos glíficos se recortaron para su análisis en dos tipos de fichas, una de ellas se centra en la imagen y la otra en el análisis morfológico de las propuestas de lectura en náhuatl. La elaboración del contenido de cada ficha, fué resultado de reuniones colectivas y discusiones encabezadas por la responsable del Proyecto así como de las propuestas de Cecilia Rossell e Hilda Aguirre Beltrán (CIESAS) y Laura Elena Sotelo (UNAM). De cada uno de los códices se hizo un diccionario de glifos el cual se vació en un diccionario general que contiene alrededor de cincuenta y cinco diccionarios individuales.
El trabajo con los manuscritos, partió de la elaboración de un documento en el cual se anotaron las normas paleográficas que debieron seguirse por cada uno de los participantes. En ello, fue fundamental la participación de Amelia Camacho y del Dr.Eustaquio Celestino. Se nutrió con las aportaciones que surgieron  en las reuniones colectivas del taller de paleografía.
El programa Amoxcalli permite tener acceso a la imagen del facsimilar, a una segunda ventana de la paleografía y una tercera a la traducción en el caso de documentos en náhuatl. Las ventanas pueden combinarse para tener sobre la pantalla de la computadora dos de ellas, a elección del usuario. Para cada uno de los expedientes se pidió a los responsables de los mismos, un texto de presentación del documento en el que se incluye las características del mismo, la temática contenida, la información existente y la bibliografía del caso.
A lo largo del Proyecto se contó en el mismo, con  sesenta y tres colaboradores de distintos niveles académicos ; estudiantes de servicio social de la Licenciatura en Etnohistoria, becarios del CIESAS en técnicas y metodología, tesistas de maestría y doctorado de la UNAM y de la ENAH, así como investigadores especializados en el campo, pertenecientes a diversas instituciones como la UNAM, el CIESAS, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Universidad Veracruzana, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, la Universidad Iberoamericana, la Universidad de Paris- Nanterre, la Universidad de Varsovia, el Colegio de San Ignacio de Loyola, la UNESCO y el Colegio de México.
El equipo técnico del Proyecto formado por tres personas: Norma Gudiño, Lorena Almaraz y el Ingeniero Juan González trabajaron en el escaneo, el arreglo de imagen, el recorte de glifos y compuestos, obteniendo un total de 45.279 imágenes. Igualmente diseñaron las pantallas del programa y trabajaron estrechamente con el CENEDIC para la construcción del programa de captura.
Gracias al apoyo de CONACyT catorce investigadores realizaron estancias de investigación en la Biblioteca Nacional de Francia, lo que les permitió cotejar su trabajo con la documentación original. Se presentaron ponencias en diversos foros nacionales en la ciudad de México, en el Estado de México, Xalapa, Veracruz así como en Congresos internacionales en Italia, Austria e Inglaterra.
Los Códices Testerianos (Jesús Bonilla), el Códice del Aperreamiento (Carlos Alfredo Carrillo), y el Códice Veinte Mazorcas (Ma. de Lourdes Bejarano Almada) fueron presentados como tesis de posgrado en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y en Estudios Mesoamericanos de la UNAM. La documentación pictográfica del Proyecto igualmente apoyó a tesistas como Sonia Angélica Hernández Rodríguez quien obtuvo el grado de Maestría en Historia y Etnohistoria en la ENAH con la tesis "La mujer en los códices nahuas. Un acercamiento pictográfico" y a Guadalupe Santamaría  y Joel Ortiz Arroyo becarios del programa de  Licenciatura del CIESAS quienes presentaron su tesis  tituladas en el primer caso "Las representaciones del cacao en los Códices Mesoamericanos del siglo XVI : el caso nahua del centro de México" y en el segundo “El tributo en base al documento 028 Contribuciones o tributos de Tlaxinican, Tlaylotlacan, Tecpanpa”

La diversidad de temas contenidos en el material del Proyecto Amoxcalli se inicia cronológicamente, con uno de los documentos mayas prehispánicos, que es el Códice París el cual fue trabajado por la Dra. Laura Elena Sotelo (Centro de Estudios Mayas de la UNAM). Del Centro de México por citar sólo algunos, se trabajaron: el Códice Ixtlilxochitl (Dr. Manuel Hermann - CIESAS), el Códice Aubin 1576 (Mtra. Rita Fernández UDLA-Puebla), el Plano Topográfico de Santa María Ixcatlan (Itzel González ENAH), la Historia Tolteca Chichimeca (Mtra. Laura Rodríguez Cano, ENAH- Cecilia Rossell, CIESAS), el Mapa Tlotzin (Dra. Luz María Mohar, CIESAS), el Códice Azcatitlan (Dra. Ana Rita Valero, Colegio de Vizcaínas).
Documentos más tardíos como los llamados Techialoyan, entre los que se encuentran el Mapa de San Salvador Tizayuca (Dr. Sergio Sánchez, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo) o el Códice Techialoyan Tepotzotlan, Tzontecomatl (Raquel Crespo, ENAH) permiten ver los cambios en la manufactura de los códices. Los catecismos indígenas, proporcionaron un acercamiento a estos documentos singulares, los cuales fueron utilizados de manera importante por los evangelizadores (Mtro. Jesús Bonilla, Universidad Veracruzana).
Un conjunto interesante, lo forman los mapas como el Plano de Tenochtitlan (Dr. Gerardo Bustos, UNAM), o el Atlas Geográfico de Guatemala (Dr. Enrique Delgado, UNAM) o el conjunto de Cartas geográficas de Texas, y Luisiana del siglo XVIII (Dra. Brigida Von Mentz, CIESAS) los documentos relativos al actual estado de Michoacán (Dr. Carlos Paredes, CIESAS) o el conjunto de documentos referentes a Tlaxcala (Mtro. Luis Reyes, CIESAS). En cuanto a los documentos en caracteres latinos en náhuatl se puede mencionar el Proceso en México Tenochtitlan 1593 (Mtra. Rocío Hernández) o el conjunto de documentos de Teotihuacan (Constantino Medina, CIESAS).

Un documento singular lo es el titulado “Los aparejos para los que se quieren confesar...”, el cual redactado en tres lenguas, fue motivo de análisis de la Dra. Doris Bartholomew para el otomí, el náhuatl por la Maestra Rocío Hernández y el español por Katia Pérez (servicio social ENAH). Algunos expedientes mostraron diferencias entre el título anotado y el contenido del mismo, tal es el caso de los Itinerarios México Apan (Dr. Víctor Ballesteros, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo). Varios de los códices que anotan glosas en náhuatl fueron trabajados conjuntamente por dos participantes, tal sería el caso de los códices de Xochimilco entre otros, cuyas traducciones estuvieron a cargo del Dr. Eustaquio Celestino (CIESAS) y el Mtro. Constantino Medina (CIESAS).

Amoxcalli, pone ahora  a disposición de investigadores y público interesado en la historia de México, este acervo de textos e imágenes que forman parte del patrimonio nacional que se resguarda en el extranjero. Esperamos que esta labor que fué iniciada en nuestra Institución hace ya varios años, y que hoy gracias al apoyo de CONACyT y las Autoridades del CIESAS se ha realizado, sea parte del rescate y estudio de la documentación mexicana dispersa en varios repositorios del extranjero.