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Transcripción

 

{f. 000b}

{en blanco}

 

{[f. 000c}

Manuscrit

Un volume, petit in 4º

relie en parchemin

370 f,

Notice sur Saint Thomas

N[umer]o. 231

 

{en tejuelo: Mexicain 231}

 

{f. 000d}

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{f. 000e}

231

Volume de 184 Feuillets plus les feuillets I-VIII preliminaires plus le feuillet 164 bis Manquent les Cotes 117-119. 28 feuillet 1898.

{en tejuelo, en el extremo inferior derecho: Mexicain 231.}

 

{f. 000f}

{sello: Collection E. Eug. GOUPIL à Paris. Ancienne Collection J. M. A AUBIN. }

 

{f. 000g}                                                                                                              I

{un dibujo que representa a Santo Tomás entre los indígenas, en América. Este grabado tiene en la parte inferior la siguiente inscripción en latín:}

Epioram.

En quia sol soleis gemnts sed nomine Thomas qui patet orbi unui qui latet alter erat.

Sol oriens, divin lustratibi  sed et orbe sepultus, Dumluitrasteras sol ubi sponte cadit. Sol av, ab orcasu dum orientem denique lus dum qoritur movitur, dum patet i prelarenat dum q[u]i redidit el Phenix e cinere ortus adest.

 

{f. 000h}

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{f. 000i}                                                                                                            II

FENIZ DE EL OCCIDENTE, AVE INTELECTUAL DE RICA PLUMA, EL APOSTOL S[AN]TO TOMAS, Predicador de el Nuevo Mundo, Missionero de ambas AMERICAS de la India, la China, y el Japon: seguia, contaba, y adoraba las huellas (In longe/…/ requiere EVESICIA semper adora) DON CAIETANO DE CABRERA, Y QUINTERO, Presbítero, originario de Mexico, Rector Capellan de el Recogimiento, y Colegio de Señoras Casadas de Nuestra Señora de la Misericordia de diceha, Cudad, Patronato de su dagrada Mitra: y las consagra, A la Magestad de N[uest]ro Rey, y Señor DON CARLOS TERCERO, en su Real CONSEJO de las INDIAS.

{Debajo del texto el sello de la Colección}

 

{f. 000j}

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{f. 000k}                                                                                                      III

 

AL REY NUESTRO SEÑOR, en su Real Consejo de Indias.

SEÑOR

A cada uno lo suio; a dios, y a rey. El Feniz que inscribí de el Occidente, y es el Apostol Santo THOMAS, predicador de todo el mundo, y principalmente de el Nuevo; parte con dios, y con el rey; con V[uestra] M[ajestad] y la divina. Debese, pues dar a cada uno lo que es suio: a dios, lo que hizo, y a V[uestra] M[ajestad]lo que les preparó: esto, como rey, aquellos como sacerdote. Fue, dice la historia de el Mellizo apreciable QUETZALCOHUATL, (construccion de el nombre QUETZALCOHUATL, natura composición de el mexicano, y niebla de su inteligencia) Fue, dice, como Numa en Roma,[1] rey, y sacerdote en Tula, Cholula, y Nueva España: sacerdote (debemos decir) por su carácter, Divina legacia, y ministerio: rey, en quanto sus Neophitos, y convertidos le rendian vasallaje, sujetándosele gustosamente, en las mas arregladas constumbres, politica, e instrucciones economicas. Y tomando el punto mas alto; porque previa profeticam[en]te y annunciaba el reynado, y Monarquia de V[uestra] M[ajestad], y anteriores reyes de Hespaña en las Indias. Dicenmelo sus continuadas profecias, sobre que perdidas, y claridad a su doctrina, la ley evangeica, y su fee, de la parte, tambien de el oriente, vendrian aquí hombre blancos, de sus mismas senas, vidas, religión, y constumbres, que la repararian, la

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la volverian a enseñar, predicar. Que con ellos, y con ellos, volveria (querria decir en su espiritu, y fee) a doctrinarlos {está cortada la imagen} esperanza, que, perseguido el apostol de el tirano, y de partida a la India oriental; se entraño tanto en el corazon de sus innumerables partidarios, que ya entre ellos, no mandaba otro rey que el ausente, su mellizo, y THOMAS. Duro años di[la imagen está incompleta] ro  siglos el deseo, y esperanza de suvuelta. Y duro, con admiración incomparable, no solamente entre los Cholultecas, y Tultecas, coetaneos a la predicacion, y residencia de el apostol; sino, destruidos, y casi acabdos todos estos; en las naciones, que trasmigraron a estas partes; en los barbaros chichimecas, ni los theochichimecas, y finalmente en los dominantes mexicanos: estos, aquellos, y los otros tan colgados de esta esperanza, y que en quinze siglos, no tivieron otro anhelo, otro desseo, sino que volbiese su Thomas, viniese su mestizo tornase a su /…/ su Quetzalcohuatl. Y esto, con tanto empeño y firme persuasión de su regreso, que no por las naciones anteriores, sino ya los poderosos mexicanos, que havia elevado a imperio estos reynos; lo anhelaban, desseaban, y esperaban, como a su legitimo rey, y emperador protestando al señor la corona, desde su primer pobre rey Acamapich, hasta el entronizado Motecuhzuma, que recibian el reyno e imperio en thenencia, a restituirlo, y entregarlo a su legitimo dueño el mellizo Thomas o Quetzalcoatl.

Ahora, señor, maior misterio, y evidente demostración de haver hecho N/…/

 

{f. 000m}                                                                                                          IV

El apostol s[an]to Thomas, para con V[uestra] M[ajestad] y anteriores reyes Catholicos, lo que los reyes, y emperdaores mexicanos hicieron, y hacian con el apostol: tenerle estos reynos, y dilatado imperio en tenutas, para quando volvierse a gobernarlos. Volvió a los quinze siglos. Pero en personas de V[uestra] M[ajestad] y sus gloriosos ascendientes; en la de el s[eñor] emperador Carlos V en la augusta y primera magestad de los CARLOS, que hace armoniosa consonancia e la tercera: a la de V[uestra] M[agestad] que tan pronta y pacificam[ent]e por los poderes y con la intercecsion, y claro influxo de el apostol S[an]to Thomas, en la consquista, y posesión de los monarcas Españoles, como se lee en esta mi historia. Aporta el gran Cortes a Vera Cruz sabelo el emperador, consejo, y senado mexicano: y obra aquí promptamente la confeccion preparada antes, quinze siglos: tienese, y se cree ser el mellizo Quetzalcohuatl, el disseado apostol Thomas; el huésped, y caudillo, que aporta: hacenle de comun acuerdo embajada: reconocese por legitimo dueño de el imperio: remiltencele dones; y entre otros (aqui maior misterio) las ropas, las vestiduras, y ornamentos, que usaba el mellizo, el Thomas, el Quetzalcohuatl, quando hacia de rey y sacerdote. Misterio aquí tambien en el caudillo por Hespaña, Cortes; quien oiendose buscar como rey se atavia, se engalana, se escolta, se entroniza; y haciendose de rey, recibe embaxadores, regalos, y consiente (aquí el fin de la scena, y sellos del V[uestra] M[ajestad]) consiente, y como por juguete, permite

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 te, que le vistan las ropas, y ornamentos, que usaba, y uso el mellizo Thomas, nombrado, y conocido Quetzalcohuatl; y los q[u]e uso, y usaba, quando hacia de rey, y sacerdote: vestidos, reliquias, ornamentos, conservados, guardados cassi por milagro, por tantos siglos, y entre tantos reinos.  Gozose en la que creio chanza Cortes, como ignorante de el misterio. Mas quien no vee (s[eñ]or) al fin de el passo, y la formada; la suelta y entrega, que hacia el apostol S[an]to Thomas de el Imperio, al teniente d el rey de las Hespañas? de el imperio, que tuvo, y mantuvo, en esperanzas de su vuelta, en toda Nueva Hespaña, por tenencia? Y lo tuvo, y mantuvo, a entregarlo, y cederlo a V[uestra] M[ajestad] quando despues de tantos siglos, viniese, continuando el zelo, y religios de sus gloriosos ascendientes, a posseer lo que le prepara[ro]n con su doctrina, a restaurar su predicacion, y enseñanza esta verdad hasta ahora escondida, y a n[uestr]o pobre estudio descifrada; violenta en pequeñez, y atrevimiento a ofrecer a V[uestra] M[ajestad] esta morada /producción/. Conocio la escasa /…/ la ; y no mucho por su argumento, nada opinable /…/, y quiza en solo un pelo es amable, por su texido, y narracion. Eso empero alianza mas mi cortedad, veer que al solio de la mag[estad] soberana, en su mansion, y tabernaculo, no solo se ofrescieron, y estimaron ni con los dones de oro, y plata de purpura, gran/…/ y olanda, sino tambien los nulos pelos de las cabras, estimandose tambien por sabias las manos que supieron texerlo (sed ed mulieres docta que neserant. Exod[o] 34.) renuncio la

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la calificacion, y estimacion; contentandose con ofrecer al trono, y plantas de mi soberano, en texido, aunque rudo, el pelo de mi Martin Cabrera, y ni da cabra de mi alcuna/…/] Ira divina por la intercession de el apostol S[an]to Thomas, original conquistador de estos sus reynos; prospere a V[uestra] M[ajestad] quantoa años, dessea, y le suplica

Su humilde siervo y Capellan. {Caietano} de Cabrera

 

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{f. 000q}                                                                                       VI

 

Prologo

El feniz de el occidente, es, dicen, authores un libro. Pero para mi tan raro, coom el feniz uno, es otro dice que los hai mas ninguno que los haia visto, si en realidad el ser el titulo, y el de el libro , que dicen escribio el insigne don Carlos de Siguenza y Gongora, honra de Mexico su patria, aprecio singular, y estimacion de las entrañas, y mas cultas. Y libre a que se dice dio este titulo: El feniz de el occidente, S[an]to Thomas apostol, hallado con el nombre de QUETZALCOHUATL, entre las cenizas de antiguas tradiciones, conservadas en piedras, en Teoamoxtles Tultecos, y en caracteres teochichimecas, y mexicanos. Assi lo asienta en el prologo de su Libra astronomica, y philosophica su nobilisimo editor don Sebastian de Guzman, y Cordoba, fator oficial real de las Caxas reales de Mexico y de este mismo lo copiaron, y estamparon despues otros authores: Fr[ay] Agustin de Vetanncurt, en su famoso Teatro Mexicano, y ultimam[en]te en n[uest]ros dias, el maestre escuela, primario de Theologia, D[octo]r d[on] Juan Joseph de Eguiara, en su Bibliotheca Mexicana. Pero no la suma diligencia de este Bibliothecariio nobilisimo, ni la proximidad de Vetancurt a la /…/pora, vida, y amistad de d[on] Carlos, nos indican haver visto tal libro, ni secempeñado por d[on] Carlos lo que ecpende, y promete en titulo.

Si parece, lo da a entender el editor d[on] Sebastian, que hablando alli mismo de manuscritos de d[on] Carlos. De todos (dice) puedo dar razon, como quien los ha leido, con notabe gusto, y siendo contingente, que se pierdan, por su descuido, pondre aqui sus titulos (sigue) y pone en primer lugar el que ya dixe y

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y aquí entra, sobre mi incansable solicitud, y vigilancias, en la inquisicion de el tal libro, y testimonio, y protestacion de mi verdad, y es baja la que me demada el sacerdocio, y demas /…/  no haver leido, ni hallado entre varios originales impresos, y transcritos de d[on] Carlos, y de que he recogido no pocos; alguno, que indique, o promueva to/…/ asumpto. Si al fin de un tomo en folio, que poseo, con uno u otro impresso, dos manuscritos de d[o]n Carlos, y algunos de diversos authores varios apuntamientos de lo mas vulgarizado, que traen los historiadores de el pais sobre el asumpto, que si indican el zelo de su compilador, manifiestan claram[en]te (y lo confiessa varias veces) no haver pensado, ni emprehendido levantarse a la clase de author. Ni aun visto los mejores authores, y que mas se acercaron al asumpto, como son d[on] Estevan de Salazar, en sus eruditos Discursos sobre el Credo; el dominico Fr[ay] Greg[ori]o Garcia, en su Predicacion de el Evang[eli]o heca en el Nuevo Mundo dese del tiempo de los apostoles.

Es el titulo, o primer apunte de los suios: Pluma rica. Feniz de la America, no como se titula el que se dice de Don Carlos, cuia forma tengo bien conocida, y tengo tambien algunos libros firmados, y añosos todos de su puño hallanse si todos aquellos apuntes de una letra, y algunos, con f[ec]ha de 1769, y esta firma: Manuel Duarte, y parece ser de algun jesuita de aquel tiempo, pero según no pocas impertinentes digresiones, y algunas notas no muy oportunas, no parece, ni de caracter ni de letras; tropieza en la orthografia

{f. 000s}                                                                                                          VII

a continuam[en]te embarazase en los textos latinos, pretextando no querer assentarlos, asi seguirlos, por no amontona solecismos; los que no dexo de sembrar en uno, ni otro que copio todo su anhelo, parece fue trasladar, escribir, llenar el papel, por la faz, por el unbes, por los lados, arriba, abajo, al derecho, al rebes, de la siniestra, como es regular, a la diestra; de esta, como los hebreos, a la siniestra: en [h]ojas sueltas, que avenidas despues no muestran mas hilo, q[u]e el mismo con el que las zurció, llevado ciegam[en]te a lo que expresa, de el affecto, y devocion al s[an]to apostol, que acaso quando mas cansado de empeñado, le hizo prorrumpir, y trasladar al papel esta oracion: Santo mio, yo queria acabar con estos borrones amontonados sin estilo, ni aliño alguno. Pero referiré quantas noticias pudiere adquirir por si dios moviere a otro Calancha, u a otro Vasconcelos, para que assi como aquellos publicaron vuestra estada y dedicacion en el Brasil, Paraguay, y Peru; escriba, y publique como estuvisteis aca primero para que el señor sea glorificado, y bendito en sus santos, y las gentes se alienten e invoquen v[uest]ro patrocinio como sucedió en la India, a donde sois patron; y os levanten templos, como en el Brasil, y Paraguay, e[tcétera].

Si d[on] Carlos movido de esta oracion, valido de estos apuntamientos, y lo que es mas, poveido de su vasta erudicion, y conocimiento de as antiguedades de la patria, constumbres, y monumentos de sus primeros y ultimos pobladores, hizo de Calancha, y Vasconcelos, escribiendo de la habitacion, y predicacion de el apostol S[ant]o Thomas, en ambas Americas, y como promete aquel titu

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y aquí entra, mi incansable solicitud, y vigilancias, en la inquisicion de el tal libro, y testimonio, y protestacion de mi verdad, y es baja la que me demada el sacerdociio, y demas /…/ no haver leido, ni hallado entre varios originales impresos, y transcritos de d[on] Carlos, y de que he recogido no pocos; alguno, que indique, o promueva to/…/ asumpto. Si al fin de un tomo en folio, que poseo, con uno u otro impresso, dos manuscritos de d[o]n Carlos, y algunos de diversos authores varios apuntamientos de lo mas vulgarizado, que traen los historiadores de el pais sobre el asumpto, que si indican el zelo de su compilador, manifiestan claram[en]te (y lo confiessa varias veces) no haver pensado, ni emprehendido levantarse a la clase de author. Ni aun visto los mejores authores, y que mas se acercaron al asumpto, como son d[on] Estevan de Salazar, en sus eruditos Discursos sobre el Credo; el dominico Fr[ay] Greg[ori]o Garcia, en su Predicacion de el Evang[eli]o heca en el Nuevo Mundo dese del tiempo de los apostoles.

Es el titulo, o primer apunte de los suios: Pluma rica. Feniz de la America, no como se titula elq ue se dice de Don Carlos, cuia forma tengo bien conocida, y tengo tambien algunos libros firmados, y añosos todos de su puño hallanse si todos aquellos apuntes de una letra, y algunos, con f[ec]ha de 1769, y esta firma: Manuel Duarte, y parece ser de algun jesuita de aquel tiempo, pero según no pocas impertinentes digresiones, y algunas notas no muy oportunas, no parece, ni de caracter ni de letras; tropieza en la orthografia

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titulo, resucató cenizas de su Feniz, desenterró piedras, cavó thesamaxtles, interpretó mapas y cantares de indios mexicanos, theochichimecas, y tultecas; no se ha logrado hasta ahora descubrir: y burlada la mas viva solicitud, y diligencias, me han querido persuadir, no haver tenido este Feniz, otro nido ni otro seno, que el de su gran capacidad; donde la q[u]e manejó tan felizm[en]te no logró cria{r}se pluma para volar públicamente. Ni he hallado de su mente otra expresión, que la que dexó caer en el prologo de el Paraíso Occidental, libro, en que historió cumplidam[en]te la fundacion del monasterio de S[an]ta María de esta ciudad, y donde amonestando lo mucho tenia trabajado en honra, ylustres de la patria, y lo corto de sus facultades para imprimirlo y publicarlo: por lo que creiendo, que todo moriría consigo: quiera dios N[uestro] S[eñor] (añade) no sea assi lo que tengo averiguado (no dice escrito ni historiado) de la predicacion de S[an]to Thomas Apostol, en esta tierra, y su cristiandad primitiva e[tcétera]. Mucho seria sin duda, lo que de especies aromaticas de cantares, mapas, y monumentos, que embalsamó la antigüedad, acumularía en la hoguera de su ingenio, este nobilisimo anticuario: y todo a fin, que proveido de pluma, naciese o renaciese este su Feniz. Pero ya son casi setenta años, que cerificando sus temores, yace con él, en el sepulcro.

13. No pico tan alto ni presumo tanto de mi pluma, que la crea de abrigo, y calor: seno, y fomento a effecto de empollar tanto assumpto, y tratarlo (como dicen) A6 ovo. Pero como tambien (sin

{f. 000w}                                                                                                        VIII

(sin reflejar al daño, que hace) me haia dexado contagiar de el amor de la patria como por la ocupacion (no pésima, si servil) de escritor, a desempeño de algunos impresos, en que, ya por mandato, ya por gusto, puse a censo de desazones los aplausos, y a mil de estos, por no, en alguno, como haia gastado, y perdido tambien mucho tiempo, en registro de monumentos, y memorias antiguas, que corrían por esto avia perdidas, y se han narrado nuevam[en]te; como por mi genial abstracción, y diversion, en solo lo que cee {por sé}, escribo y trabajo: y finalm[en]te por lo que me ha movido a tributarle algun obsequio, a quien creo debe tanto la America, como es el apostol S[an]to Thomas; emprehendo fiar al dado de el acierto la resurrección de este Feniz; y a hacer patente al uno y otro mundo, que aunq[u]e hasta ahora haia sido fabula el otro, no este Feniz: ni verdad tan fundada, y proveida de instrum[en]tos y razones a su creencia, que incomode no poco al racional quien se obstinare a dissentirle.

4 Puedo por inutilidad no lograrlo; pero ya llevo la pena de emprehenderlo si d[on] Carlos, como parece, era su intento, desempeñó el asumpto, y algun avariento de curioso, suprime este apreciable manuscrito: si es alguno de aquellos perjudicalisimos Dragones que como las censuró /Murhofio/, se echan sobre los manuscritos, los empollan crueles, los esconden, como manzanas de oro, y los defienden, sin permitir el uso, y logro de ellos (Supersunt monumenta; sed un Dracones opibus suis muubant, neque tamentis[2] [f. 000x] iis utis vet possunt uel volunt. Moroph. Puly Hist. Lib[ro] 1 cap[itulo] 7) podra en este caso mi trabajo lograr el opprobio, por premio y que lo que no ha recabado el celo de el bien publico, respeo, y devocion al san[to] apostol, lo haga la emulación, y oposición, echandome en cara el Acumagere, con lo ya trabajado y escrito, por d[on] Carlos. Daremos sobradam[en]te pagado; libre y muy cierto de que, aunq[u]e me echen en cara mis borrones, me sabian los colores a la cara. Havra en uno, y otro noticias, y materiales parecidos: pero seran diversas las facciones; teniendo tambien el entendimiento sus rostros, en que, por mas que sean las facciones parecidas, no se parece tanto el uno al otro, que se tenga, este por aquel. Puede ser que el golpe mortal de la vergüenza no me desvarate tanto la cara que no me quede faccion de autor. Y quando esto assi sea, y que ni la de el celebre d[on] Carlos, ni la mia haiamos emplumado a este Feniz, servira la falta de una, y otra, de espuela; y estas mis rudas ojas de selva, en que entrando librem[en]te y saliendo algunos de los caballeros andantes por los campos de la historia; sirvan a su exquisito gusto, y paladar, ensalada, o vianda mas sabrosa; que sera desde luego (y desde ahora les doy mi aprobacion) como se adereze, y sazone, en honra ylustre de la patria; en honor agradecimiento, y respecto de su predicador y misionero diligente, el apostol s[an]to Thomas. Vale.

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Feniz de el Occidente

Libro I.

Argumento.

Persuade la autoridad, y la razon haverse debido predicar, y predicase el evangelio en las ameritas. Indicanse algunas señas, y vestigios de haverse hecho. Individuante algunas de las septentrional, tocanse otras de la meridional. Muestranse las que son huellas propiam[en]te. Descubrense otros caminos, y vestigios en el Peru, y la Nueva Hespaña. Refierense constantes tradiciones sobre haver aportado a estas partes, cierto personage estrangero que no pudo ser, sino un apostol: algunas profesias halladas entre los naturales de su vuelta: huellas de sus pies, y manos, milagrosas noticias, y tradiciones terminantes de nuestra religión, y sus misterios.

CAPITULO I.

Promueve, y casi demuestra la autoridad, y la razon haverse predicado por alguno de los primeros apóstoles la fee, y evangelio de Christo en la America.

Pusiera, y con razon, quexarse de muerte, la quisieron echar fuera de el mundo. Y no son menos, que algunos santos padres, sagrados interpretes,[3] y no pocos historiadores, que decorando claramente la misión de Christo a sus apóstoles, y su intimada predicación a todo el mundo. Euntes, in mundum universus, predicate evangelium maní creaturae Marc[os] Cap[ítulo] 16 v[olúmen] ult[imo] no

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qusieron le tocase a la America, sin embargo, que el evangelista s[an] Marcos, que en opinion comun, a doce años de la Pasion, escrivio su evangelica historia, asiente de todos los apóstoles, y afirme, haverlo ya predicado en todas partes (Predicaverunt ubique ibid) y con todo han tenido en tan poco a la America, que aun siendo una de las quatro de el mundo, un mundo, aunq[u]e con el addito de Nuevo[4]; y en mensura, la tercera de el orbe quando menos; han querido echarla de parte. No tienen la misión de el redemptor, en toda su universalidad, por precepto. No mando (dicen) ni podia mandar Christo a los apóstoles lo que, ni todos, ni cada uno, podian cumplir perfectamente, qual era correr, e ilustrar a todo el orbe, caminar, y predicar en todo el mundo. Contradicelo el hecho, repugnanlo los padres, e interpretes: entre otros expositores, Origenes: entre los santos, Augustino; q[u]e aquel en su edad; este en las suia, y ambos, afirmando, que despues, tres, y quatro siglos de Xpto[5], en muchos lugares, ni por alguno de los s[an]tos apóstoles, ni otro posterior doctor Christiano de tantos sucesores suios, se havia predicado el evangelio.

2. Abroquelanse de la experiencia; de las modernas practicadas navegaciones, y conquistas, en que se han descubierto muchas tierras, y regiones, en que ni noticia, ni memoria de ha encontrado de el evangelio. Hacense cargo de la reconvencion de el apostol, y de que nunca podran pretextar los hombres, no haverlo oido, quando en toda la tierra havia clamoreado la predicación de el evangelio, y llegado a lo mas remoto sus voces?) sed

{f. 002r}                                                                                                             2

sed dicos numquid non audierunt? Et quidem in omnem tour um exivit sonus forum, et infines orbis térrea verba carum. Ad Rom/.../ CC 18 et 19) Y desentendiendose de la litteral expossicion de el /…/orino, que la disputa esta inteligencia a s[an] Pablo (li/…/ des Platon 21) quieren que hablase hyperbolicamete, y que solam[en]se te haia[6] de contraher su sentencia a los arrianos, y europeos, de quienes entonces trataba. Assi el sesudo maldonado in Marc. C. 16. Vota por el, y sufraga a su sentimiento el Cornelio (1 bidem) que estando mas que a la autoridad, y a la razon, a la experiencia, falible, y mucho mas en tantas distancias) despoja a la America de el beneficio de su primitiva predicación de el evangelio, entre otra, por esta razon. Porq[u]e en la America recien descubierta no se ha hallado vestigio alguno de la Cristiana religión (Quia in america muger intenta nulla res cristiana vestigia inventa sunt (in Marc. 16).

3. Y aqui, con mas razon, podia la America, assi reproducir su quexa, como lamentar su desgracia. Alteraria sus historiadores con varias, sin profanas, especies peregrinas,[7] que le transportó el orbe antiguo: hallaronse, dicen, en ella monedas antiquísimas, y no de menor tiempo, figura, carácter, e imagen, que de Augusto. Otras quieren algunos de las mas antiguas, y valadies de Portugal; de los que seis conforman un maravedí, y llamaban seistitas de poquísimo {faltó} a la verdad, pero para el indio que la conservó, de mucho aprecio. Hallaronse tambien sensibles trozos de navios, (de los que acaso el curso de los siglos mas valientes, y arriesgado, que Cortés, no echo bien a pique

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pique despues de la navegación que hizo en ellos) y era el que llaman los /…/ tificos codaste, arrojado en la isla de Guadalupe, hallaronse gentes, embarcaciones, frutas, y metales estrangeros, las gentes, negros avesados, que aseguraron los indios de la Española a Colon, haver venido a ella de la parte de el sur, y sudueste, y que traian los hierros de las aragaias de un metal, que llamaban guarios (de el que afirma Herrera, que enviado por Colon a los reyes, y hecho su encaie se halló un elictro tan precioso que separado en treinta, y dos partes, las diez, y ocho eran oro, las seis plata y cobre las ocho.

Por lo que dice a embarcaciones, y frutos se halló Colon en la Isla Española, bajo una embarcada (según Herrera) una fusta de doze baños, y un pan de cera, y estan todo pronto inferior, que de donde vino lo uno, vino lo otro, que fue de tierra, que estaba a barlovento, que es Guinea, en la costa de África, donde se usan semejantes embarcaciones. Y aunque en Campeche (añade) hai cera; pero los /…/ dios no la benefician ni las hechas fustas, ni los huvo. Muchas mas invenciones, y transportes de el mundo antiguo al Nuevo nos certifican los authores; pero bastan las referidas para justificar su quexa, y persuadir, no hacerse creible viniese y se hallase en la America, moneda de la epoca, e imagen de Augusto, y no se hallase, ni corriese la de la fee apostolica romana, moneda mas corriente, y precioisa que acuñó el amante redemptor, con el doloroso sello de su cruz. Que con sus embarcaciones, y frutos, costeando la Africa, vinieren ethiopes de Guinea pa

{f. 003r}                                                                                                              3

que le condujere estraños metales, ostentandole en ellos la preciosidad de sus hierros, y por las mismas costas, de la misma region ya trillada, no le viniese uno, u otro apostol sagrado, que afecto a los raios de el sol, quemado a los hielos, y nieves, no las mostrase los yierros de su paganismo, afirmando la ley de sus metales, repasando lo precioso de lo vil, desmintiendo sus empedernidos corazones en cera y enseñandole los doze bancos de susu sillas; en la fusta, o nave de la iglesia?

5. Pero no, no es esta la razon, que mas justifica su quexa, y favorece su intencion. Si la incon[ilegible]fiable aseveración de el evangelista San Marcos en su literal inteligencia predicaron[8] (afirma) en todas partes (los apostoles) cooperando el s[an]to y confirmando con los milagros dichos vido /…/) predicaverunt UBIQUE, domino coaperande, et confirnante sermonem, sequentibus signis. Marc[o]s 16 v/…/ vlr/…/” Predicaron en todas, todas partes, como se les mandó, y a la verdad no solo en Judea, y Samaña, sino en las quatro partes de el mundo (y muchas de estas misiones) sino tambien en todos los pueblos, y lugares. Y no por sus proprias fuerzas, y virtud, sino por obra, y cooperacion de el señor, que  en todas y por todas partes, les abrio puerta a la predicación, y les dio voces, y sabiduría, aquí no pudieron resistir, ni contradecir los encargos de el evangelio. Assi, y con tanta amplitud, entiende, y expone este lugar el gravisimo expositor Salieron (Predicaverunt ubique, ut iuri erant, et quidem no so /…/ in Judea, et Samaña, sed in ómnibus creatibus, et locis; non virtu le sua sed per D ni coperationem, qui est apenuit ostos

{f. 003v}

oslum ad sermonem, et declit eis un et sapientium, cui non poterant resistere, et contradijere omnes adversary. Salxrer. Tom[o] 11. Tract. 35)

6. Y valga sobre tan ponderosa autoridad la razon estraida de la misma mision. Iendo por todo el mundo, predicad (los manda el s[eño]r a toda criatura mi evangelio (E/…/ in mundum universum predicate evangelium ovni creaturae) Quien dice pues a todo el universo mundo, y que a este se vaia, y predique, no excluie, ni podia excluir a la America que es casi la mitad de el mundo. Quien dice: a toda criatura, no exceptua, ni aparta a las americanas, que eran como la mitad de las gentes. Y que en toodo rigor se haia de entender, y explicar este precepto, es tambien manifiesto sentir de S[an] Greg[ori]o el mayor, Theophilacto, Hugo Cardenal, Caietano y Barradas.[9]

7. Era Christo redemptor universal (arguic Hugo) luego l era tamien del America, como de las demas partes de el mundo. Luego la misma obligacion le corria de mandar sus enviados a la America, que a la Asia, a la Africa, y Europa. Vino Christo /…/) a establecer la ley de gracia, y lo hizo con su passion, y muerte. Luego a todos debia intimar, y comunicar en su ley. Mayormente porq[u]e esta tiene que ser de gracia y ser ley. Como gracia es don comun univen conocido, y debido a tods de gracia; pues por todos se digno el s[eño]r padecer, y ser redentor universal. Assi esta ly, como de gracia, y algo, y mucho mas como ley, que por todo derecho natural divino, y humano debe se intimada y promulgada, en todo el distrito de el legislador

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dor, que es, sin excepcion de partes, todo el mundo. Y que diremos de los americanos? Que no las oieron, ni debieron obedecer. Y que no se les vino a intimar, por falta de predicador? Pero no, responde el apostol, por q[u]e resonó en toda la tierra, y hasta en las partes mas remotas; como quien dice, como debe decir, hasta la America.

8. Todo lo expendido hasta aquí resumó el moderno calmut en menos voces: Os envio (dice, dixo Christo) a sus apostoles) generalm[en]te. A todas partes, y lugares, a todas y cualesquiera gentes, sin excepcion de alguna. Porq[u]e ya el muro, la pared que mediaba, y apartaba al judio de el gentil, se han derrocato, y demolido. Ya por mi muerte adquirí mi imperio sobre toda la tierra; obtuve por mi herencia a todas las gentes: derramé mi sangre por todos: con que ya ninguno, ninguno dexara de ser mi redimido (Mito vos generatim in osimes locus, ad omnes gentes, nula excepta: Murues mediciones quo ludges ab etonica divino ebatur divutus est per mortem meam adephis sum imoerium omnes. Gentes: estucli sariaquinem deum pro omnibres nemo a fredeer ummo prohibitur calmet ad hunc lot. Luego a todos comprendía y obligaba su ley, luego a todos, contrando los americanos, se debia intimar, y publicar. Luego alguno de los q[u]e (ubique) en todas partes predicaron (que fueron los sagrado apostoles) la predico, y publico en la America?

9. No no, grita Maldonado el Alapide; quenta la America (nulla notitia, nulla ma

{f. 004v} erat memria erat. Evangelis) Ninguna noticia ninguna memoria havia de el evangelio dice aquel (nulla rei christiane vestigia; ni una huella de cristiandad, dice el otro.[10] Pero a su satisfacción siempre debida es a lo que dirigimos n[uest]ro estudio; y a hacer patente, para gloria de dios, y que se le rindan las debidas gracias; no solam[en]te haverse debido predicar, y publicar el evang[eli]o en esotro mundo a vos q[u]e nuevo; sino haverse, de hecho, predicado, y publicado: haverse hallado en una, y itra America noticias, señales, y vestigios de la ley de Christo, de su publicación, y predicación de el sagrado apostol, que la hizo; de su nombre, de su pl[ïnentendibe]siognomia, y estatura: de sus p[ilegible]das, y sus virtudes; de sus habilidades, e invenciones; prodigios, y portentos: de donde, y por donde aporto a estas regiones; donde hizo asiento a donde, y por donde se fue, y por que causo los progresos que hizo, los rastros, y señas que dexo. Mucho es, sin duda, lo que emprendiere espero satisfacerla, si el sagrado apostol la pluma rica, que se hizo lengua a publicarlo, hace lengua mi pluma a escribirlo.

CAPITULO II:

Indicance algunas señales, y vestigios, que la fe de Christo, y predicación de el evangelio se hallaron en ambas americas.

10. Y aparece, digo a los curiosos e incredulos, que a dos dome {sic} como por ironia la honrra de maestro, me intiman, como alla los Phariseos, que quieren veer alguna señal de mi verdad (Magíster volumur a Te signum videre) Y yo con el divino les digo que no me creeran, sino vieren señales y

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y prodigios (Nisi signe, et prodigio non videntes, non creditis Joan d. x 48) Que [ilegible] prompto, y ya en el campo a darselas. Y que señal mas expresiva, sin patente de la religión de Jesucristo, de la predicación, y publicación de el evangelio en las Ameritas, que lo que lo es de n[uest]ra religión, de nuestra fe; la S[an]ta Cruz, la insignia, y señal de los christianos? Y por esta, me creó, debo comenzar esta mi obra, a que lleve el carácter de buena: si ya no es que me amenazase algun peligro, o me la den, por mal pensamiento. Pero de uno, y otro libra la cruz, y las muchas, con que sus por[ilegible]ros argonautas hallaron marcadas estas tierras.

11. Fuese el primero el valeroso capitan, Juan Hernando de Cordova, que en el famoso descubrimiento de Quimpeche, como le llamaron los indios, o Campeche, como le pusieron los nuestros; en sus bien labrados adoratorios, y asquerosas inmundicias de sus idolos, y sacrificios, /…/  su admiración multitud de cruces, pintadas, y sembradas por sus paredes, edificadas con todo arte, material de cal, y canto, como se disen ver e Herrera (dec[ada] 2 lib[ro] 2 cap[ítulo] 17) Fue el segundo Joan de Grijalva, que en la Isla de Cozumel, a s[an]ta Cruz, como le llamaron (porq[u]e la descubrieron el dia de su invencion, y acaso tambien por la que hallaron) despues de la otra invencion de un bello templo, con sus ventanas, corredores, y sacristía; hallaron tambien al pie de este (son las mismas voces de Herrera) un cercado de piedra, y cal, almenado, y enlucido; y en medio una cruz de cal de tres baras en alto: a la qual tenian por dios de la lluvia, estando muy certificados, que no les faltaba, quando devotam[en]te se la pedian y

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y en otras partes de esta isla, y en muchas de Yucatán se vieron cruces de la misma manera y pintadas; y no de laton; sino de piedra, y palox.

12. Canta aquí Herrera. Y despues de la duda, impugnación, y satisfaccion que quiere dar a Gomara sobre esta peregrina invencion. Asienta Gomara, que no se pudo saber de donde tomaron estos indios, la señal S[antí]s[im]a de la Cruz,[11] con tanta devocion? Y no es mucho, no pudiese saberlo; pues siendo la cruz, rastro, y señal para percudirse a que alli se predico, y huvo noticia de el evang[eli]o, no estrivando en señal tan manifiesta dice que no pudo saberse; porq[u]e no, hai rastro en Cozumel, ni aun en otra ninguna parte de las Indias Occidentales, que se huviese en ellas predicado el evangelio. Pero que mas rastro queria? Que mas clara señal que la cruz? Mas facil y natural era esta ilacion, que no la de haver aportado a aquella isla (como apunta) christiano de Hespaña, quando la ocuparon los moros. Segun Herrera, como en tono de satisfacerlo, a impuganarlo, intimandole, que en veinte y seis años, que corrieron desde el de 1527 al de 1553, en que imprimio Gomara su Historia; pudo saber de el adelantado Francisco de Montejo, que pacificó aquella provincia; lo que este entendio desde aquel año y publico.

13. Conviene a daber; que pocos años antes que llegaren alli los Españoles: un indio principal, sacerdote, llamado Chilam Cambal, tenido entre ellos por gran profeta dixo

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dixo: que dentro de breve tiempo iria de donde nace el sol gente barbada y blanca, que llevaria levantada la señal de la cruz, que les mostro e[tcétera] Convenimos, en que assi lo supiese entender Montejo, y que asi lo dixese, y publicase, como nos da a entender Herrera. Pero a desvanecer la duda de Gomara, nos debia expresar, e individuar.[12] Quien era este Chilam Cambal? Este profeta y sacerdote? Qué tiempo antecedió a sus profecia{s}? Si fue el autor original, o repitio lo que otros havian dicho? Quien le enseño a hacerle deprecaciones por las lluvias, y buenos temporales? Y finalm[en]te si por sola esta su profecia proferida en torno de amenaza se aficionaron tantos a la devocion de la cruz sus pueblos comarcanos, que la tenian y mantenian, como se ha visto, pintada y labrada en varias partes? De todo esto havia de haverse hecho cargo Herrera para persuadir lo que propone sobre la inteligencia de el adelantado Montejo. Y Gomara ya que la desprecio, y halló por cierto, No haverse predicado alli el Evang[eli]o ni en alguna otra parte de las Indias Occidentales; de donde les vino a los indios de Cozumel la s[an]ta Cruz reverenciarla, y depreciarla?

14. A todo procuraremos ocurrir en el decurso de esta historia. Baste por ahora insinuar, ser de mucha mas antigüedad asi la cruz, como y su veneracion en estas partes, como la profecia de el ingreso de los Españoles a la America. Tenia ya en ella muy hondas raizes este arbol sacrosanto, y haviase entendido en muchos ramos; que siesterilizaba el descuido, hacia retoñar la memoria. Portento, que hizo patente el cielo ante los mismos Españoles. Y fue quando, volviendo la espalda a la cristiana doctrina, y enseñandose algunos indios de la Isla Hespa

{f. 006v} pañola que havia procurado converbir Bartolomé Colon, Theniente de el almirante d[on] Christoval; saltaron la capilla de sus religiosos ministros;[13] robaronles algunas imágenes, y las contestaron con unos campos, o sembrados de raices de axi, que alli llaman, y son como Nabor, o babaros. Plantas, que publicaron su delicto, y testificarn, era antigua posesión de el tronco de la cruz aquella tierra, y que retoñaba a su veneracion, y posesión, quando mas la querian sepultar. Hallose, pues, en aquel sembrado (afirma Herrera Dec[ada] 1 lib[ro] 3 c[apítulo] 4) que havian nacido dos, o tres raizes en forma de cruz. Cosa jamas vista en aquella tierra por lo que fue juzgado por milagro).

15. Juzgase tambien por milagrosa otra cruz, que para acreditarse maravilla, han siglos, segun tradicion, que retoña y los hace en el dia. Y es la que en la cruz de Compostela, tierra de el condado de Miraval/…/ llaman la S[an]ta Cruz de Tepic[14] cuidado especial /…/ la Divina Providencia, que la formo con la grama del campo, y que con la misma, entre la mucha, que alli nace, la señala, con longitud de mas de dos baras, y latitud correspondiente. Fue esta otra peregrina invencion de los Españoles en la Anerica, y señal manifiesta de haver aportado alli el Cristianísimo. Tuvose por constante tradicion de padres a hijos haver andado por aquellas costas un estrangero penitente, cierto peregrino Nazareno (despues averiguaremos quien fue?) que predicando con el ejemplo, y con la voz, soportaba una cruz de el tamaño de la que se figura en la grama, y de que alisado alguna vez, puesta en el campo sirvio de cuño, o molde a la que se admira de presente. Cruz perfectísima, en la grama, que ni han cigtad /…/

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tado los hielos, ni desfigurado las lluvias, con la produccion de hierbas mas viciosas; siempre a cielo abierto, y aun suelo (aunq[u]e ahora me dicen la han cercado) y siempre patente alanita: levantase enyerbado el campo, y ella biva, como que la que huviese aprensado otra cruz; agostase la vecina hierba, y ella sube, como que fertilizada, y regada al contacto de la cruz sobrepuesta, y sudor de su atlante, refloreciese en maravillas, siendo su grama una como luna, de le suelo, no de el cielo, que ya crece, ya mengua, según el tiempo le permite.

16. Pero reservamos la apariencia de luna para la que lo es mas propim[en]te para la que en la frente de la famosa Sierra[15] se admira labrada, y tan alta que parece luce en el cielo. Labro la superior arquitectura de piedras al parecer quebradas, y atenidas en figura y repartimiento de tablero, que sirve al juego de damas, o ajedrez, blanquecino el un quadro, y otro de un finísimo azul, igual al de el cielo vecino: acompañalo de la misma fabrica, recortados cuadros, y colores, una cruz perfectísima a la manera de el TAU de los hebreos, o de la letra T de los latinos, hallase en tanta eminencia este emblema, que es comun sentir de quantos lo miran, y admiran, que ningunos otros artesanos, que los ingleses la pudieron labrar, o componer: igual a la cruz de la luna en la fabrica, y mas celebre, y conocida que la cruz, pues no es esta, si aquella, dio el nombre al lugar, o pueblo, en que se halla, y se nombra hasta hoi: Meztitlan, que en el nativo idioma mexicano, expresa donde, o la piedra, o peña donde esta la luna, cuia voz propria es Meztli, y tetl, o tlan, el sitio, o la piedra en q[u]e esta. Igualm[en]te que estas dos imágenes y su fabrica

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brica, admira, y ha dado mucho que pensar el lugar en que se hallan pues a mas de ser este de altitud suma, se vean esculpidas, o labradas cruz, y luna, en un creston, o peña tajada tan pendiente, que no se resulta posible haian llegado alli pies humanos, y apenas pajaros, que sosteniendose en el ayre la picasen: a que se llega a la consistencia de las figuras, la viveza de sus colores, que ni la antigüedad, la distancia; el ayre, e inclemencias del tiempo, a que estan expuestas (siendo alli constancias las lluvias) las ha podido maltratar, ni deslustrar. Divisar el tamaño de la cruz de un codo. Pero forzosam[en]te la ha de hallar la geometría, y perspectiva muchísimo mayor; por q[u]e el que menos la supone distante del suelo, como hasta tres quartos de legua. Tanta es la altitud en que se halla!

17. Los religiosos agustinos calzados,[16] con el nuevoo Tolentino de la America, su V[enerable] fundador fr[ay] Fran[cis]co de la Cruz a quienes se encomendó la conversión, y reduccion de los moradores de esta Sierra; fueron los primeros que admiraron esta peregrina marca en su frente, hallaronla de tanta antigüedad, que como que le havia dado su nombre excedia a la de el pueblo, siendo este de inmemorial antigüedad. Algunos de sus autores atestigua, que en los principios de su predicacion, se halló un indio de mas de ciento, y veinte años de edad, a quien reconviniendo sobre el origen y colocacion de cruz, y luna, le havia confesado ingenuam[en]te que vencia su memoria, y la de sus padres, y abuelos, y que nada mas descubria, que una inaveriguable antigüedad establecida en la fundacion de aquel pueblo, a que havia dado nombre aquella luna. A otros rel

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relampagó la verdad, sobre la que en aquellos lugares, se havia notificado el evangelio, y verificado en el tiempo de los apostoles la aseveración de el Salmo 18, y su predicacion en todas partes. Pero la rudeza de la gente, y su atareada trabajosa predicacion en reducirla; los deslumbró de una verdad, y escritura tan manifiesta, que daba testimonio de verdad con signos tan claros, y patentes.

18. Pasaron otros adelante, felicitandose primero y prometiendose el mas feliz suceso en la conversion de aquella Sierra, que se hallaba marcada, con la señal de la salud, dandola ya por obra celestial, cortada, y colocada por obra, y ministerio de los angeles: pasando a conjeturar, que insidioso el comun enemigo, a fin de obscurecer, y sepultar la cruz, havia construido, y de igual fabrica, y primor, la luna, que se le ladea, a la manera, (razonaba) de los otros enemigos de Christo,  de su cruz, colocaron en el Monte Calvario, y donde estaba sepultada, la estatua, y simulacro de venus, profanando asi aquel lugar, y enagenando el de la cruz. Confirmaban su pensamiento viendo que los arbaros serranos reverenciaban, y adoraban la luna, sin respecto a la imagen de la cruz, que ocupaba su diestro lado: hasta que por fin (dicen) fue Dios servido, que por misterio de n[uest]ros predicadores, menguase aquella luna, y comenzare a alumbrar la Santa Cruz, que a par de el sol resplandece, en el dia.

19. Este fue el juicio, y fausto anuncio de aquellos primeros ministros: cierto el anuncio, y muy feliz para el grano de el evang[eli]o, que comenzaron a sembrar, y lograron colmadam[en]te en la breñosa aridez de aquella Sierra, haviendole hecho la cruz, y como bendecido el terruño su

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superior ministro, aunq[u]e incognito, que la hallo mucho mas inculta, y que (como promoveremos /…/ despues) supo edificar a dos manos: a lo de el cielo, plantando el evang[eli]o a portentos; y a lo de el mundo, labrando, como aquella cruz, y luna, otras obras.[17] Convengo en que las señaló y marcó el terreno, que antes, como debemos creer, cultivado a su sudor y criazo despues, y enhierbado al dexamiento[18] de sus moradores, y zizaña de el hombre enemigo; perdio la doctrina pero no la señal de la cruz, hecha y colorada, sino por mano de ángeles (como obligan a creer quantos la observan) por las cuias igualm[en]te milagrosas. Pero si disentimos, y negamos, que l demonio igualm[en]te admirable, y primoroso, huviese fabricado aquella luna, y fixadola al lado de la cruz. No remeda, no, con tanta facilidad las grandes obras, ni artífices de aquel poder, que discuvrimos, permiten que se les ladee tan facilm[en]te, y le enzizañen sus haciendas. La de la luna que aun se observa al lado isquierdo fue obra para mi de el mismo artífice; y de el que afanó, trabajó, y colocó la de la cruz, que por lo que representa, y tiene de Christo, siempre havía precipitado, y auientado de aquel ya pináculo de su templo, cualquier otro simio infernal. Y hallo mas facil la profecia, y significación de aq[ue]l emblema, cruz, y luna, en lo que vimos despues, y vemos ahora: en la reduccion de la gran Mexico, provincia, e imperio mexicano al iugo, y suave imperio de la cruz.

20. No tiene que /…/ el pueblo, o población de Meztitlan, que le diese el nobre la luna y

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y que se llame, y apellidos, donde está la luna, y se vea. Fue Mexico tambien, y quizá con mas propiedad: Donde se vee, o se vio la luna.[19] Mezti, la luna, y particula tlan, de lugar, dio el nombre, que aun mantiene  Meztitlan, y Meztli, y particula co, expresiva tambien de lugar, dio el nombre a nuestro Mexico, en q[u]e se corrompió despues, el de Metztlico, y le dieron sus primeros fundadores, por la luna, que vieron clara y llena, en la de su diafana laguna que elegian ya para fundar segun sus mentidos oráculos. Luego, con igual propiedad, sino mayor, pudieron decir, que el sagrado evangelio ministro, que a perpetua memoria de su doctrina y profecia, fabricó  tan prodigiosam[en]te aquel emblema, aquella cruz, aquella luna, con lugar tan inaccesible aun a la vista; autentico con el siglo de la cruz la doctrina, que havia predicado; y profetizó, con el adjunto de la luna, que padeceria menguas, con el tiempo. Pero ya despues de muchos siglos (como asevera en repetidas profecias, que notaremos) permaneciendo, como permanece por señal de su evangelica enseñanza, la cruz, assi la luna de aquel pueblo, como la de Mexico, provincia e imperio mexicano, que havian tenido en la superstición, e idolatria sus crecienti[ilegible]ntos, menguaria, y se someteria totalm[en]te a yugo, e imperio de el crucificado, y de su cruz.  Y basto esto para caracterizar, y señalar, con el signo, y señal de la cruz, la mas clara de el Cristianismo, n[uest]ra America Septentrional.

Capítulo III

Insistese en la misma señal de la cruz, y buscase una, u otra de la America Meridional.

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21. Ibamos ya a tocar aquella gran parte de la America, pero antes de embarcarnos, y ella, hagamos mancion con el puerto, y pueblo de Guatulco, costa de el mar de el sur, donde se halla constante, que los inclios vecinos, y naturales de aquel pais, tenia no solo por tradición memorial, sino por escrito, en varios, de sus mapas, y pinturas, que una cruz alli fixa,[20] y que adoraban con suma reverencia; se les havia dado, y erigido por cierto personage, que nombraban, cuia imagen y nombre conservaban esculpida en peña dura, y en cierta roca a perpetua memoria de el favor. Atestiguan de esta verdad fray Joaquin Brulio, en la historia de San Augustin de la provincia de el Perú. Gil GonzálezDavila en s Teatro y en el de la S[an]ta Iglesia de Oaxaca, afirmando. “Haverla colocado allí los españoles (según constante aseveración de los indios) un hombre blanco, barbado, y vestido tambien de blanco, y que havia estado una tarde entera abrazando, y postrado delante de ella”. Confirmalo tambien el dominicano fr[ay] Gregorio Garcia, añadiendola nuevos portentos, y ser esta la misma que hallando levantada en aquel sitio, en las irrupcones que hizo a la America el famoso corsario, e impio herege Francisco Drac puso todo su conato en derrocarla de que no pudiendo conseguir apeló a consumirla en el fuego, pero lo resistieron los portentos: resistió al incendio, campeando de [ilegible], ni salamandra entre las llamas.[21] Tres veces re pidio el empeño de quemarla, y aun bañandola de pez y alquitrán, para q[u]e mejor ardiese, y mas breve, burlò la intencion del hereje, conciliandose la veneracion a prodigios.

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22. Y otro, la veneracion, y los portentos establecio en el mismo lugar en que antes se havia colocado, y donde se cree erigio su sagrado artifice; hasta que de alli a pocos años la trasladó a ña ciudad de Oaxacam donde es venerada, con multitud de milagros, el il[ustrísi]mo d[on] Joan de Cervantes, prelado de aquella diocesis, no fue tan poco celebre, y ruidoso este portento, que se ciñese a solo el valle de Oaxaca, extendiose, y aplaudiose en todo el reyno principalm[en]te en N[ue]vo Mexico, donde uno de sus muchos devotos trasladó el milagro, a misterio de su incombustión al pincel, en un gigante lienzo,[22] que colocó en la sacristia de el monasterio de Valvanera, y en el pie, en un sagrario, una no pequeña partícula de esta milagrosa S[an]ta Cruz. Aquí se admiró por mucho tiempo, aunq[u]e al presente por el reparo, y aderezo de la iglesia, y sacristia parece se ha destinado a otro sitio, quiera dios sea ¡donde con mas publicidad se admire, y venere una tan apreciable reliquia, qual lo es, por su origen y prodigio¡ Y que como imagen de el crucificado, y mas que la guardase en su interior resistió a la violencia de el fuego.

23. Ni hago esta expresion por solo aliño, si por recuerdo y reconocimiento debido a algunos trozos, y maderos, en que haciendo leña los rusticos de un reyno se han hallado en su seno, y entrañas imágenes de la S[an]ta Cruz, y crucifixos, como insultando a los indios americanos, por mas rudos y desconocidos , que los troncos, quando estos y no aquellos guardaban en su corazon, que se les anuncio desde el principio. En

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entre otros indico solam[en]te el que frica mas con los prodigios de la cruz, que referimos a que tronco espino, o Thepame, que llaman en idioma de el pais, y que en lugar, que llamaban la huerta, jurisdiccion[23] de Tazazalca, diocesis, y obispado de Mechoacan, se ostentó deposito, y sagrario de la imagen de el crucificado, cortando y conduciendo leña para iluminar el Theatro a una ruda representacion de pastores la noche buena de el 1587, cargaron dos de los narradores de aquel rancho, un tronco no pequeño; pues se extendía por bara y media castellana, ni tan pesado, como demandaba su tamaño, por ser de madera poroza y acorchada: echando a la hoguera 1 luminaria que ya ardia proveia de otros combustibles: estuvo en el fuego, todo el tiempo de la representacion, y mucho mas: y quando ya reafriado con el fin de la fiesta, salio alguno a calentarse a aquella hoguera, hallo el tronco entre otros, que eran brazas, entero, y privilegiado en el fuego: atribuiolo a su entereza, y embarazo de su corteza, no muy seca: tomo el hacha, y descargó el golpe al corazon, que se desfiló por un lado, y arrancandole por alli la corteza se descubrió medio cuerpo, a gran parte de la imagen de un crucifixo: acudieron los convendrios, y entre asombros, y admiraciones fueron descortezando el tronco, descubriose un pie, y al fin toda la imagen, que despues de encamada por milagros de la devocion de su cabeza, que antes sacó segada al pecho, de varios sorteos sobre el lugar en que se havia de colocar, y hermitas, y templos, que ocupó, se venera en su magnifico templo, y santuario, que dicen: de el S[an]to Christo de la Expiracion de la Piedad, como de todo, y de la ausenticacion de

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de su hallazgo por haver /…/ hecha por orden de el il[ustrísi]mo d[on] Martin de Llizacoechea, prelado de aquella diocesis; la que se hizo, con testigos de toda excepcion, algunos de vista, y otros de edad mas q[u]e centenaria; escribió, e imprimió cumplida historia, y puntual relacion su anterior parroco, y despues lecturas de la S[an]ta Iglesia de Valladolid, S[eño]r d[on Augustin Fran[cis]co de Esquivel, y Vargas, verificando, que en la America, aun los troncos dan fe de la que proferiamos.

24. Aunq[u]e esto hacia por solo excureo, o digresion, me compelo lo raro de el siguiente a comprobar el anterior portento. Y mas quando reflexo se obró entre los yndios, y a sus ojos, como que les queria dios acordar lo que olvidaron de la fe de el crucificado los indios, y parcialidad se s[an] Joan de la ciudad de Salvatierra de el mismo ob[ia]p[a]do y diocesos de Michoacan, anhelaban inquietos por la estatua de un crucifijo, que colocar en la iglesia, o capilla, de su titular s[an] Joan Bautista, havian ya conducido escultor, que la labrase: deseaban empero la madera de que havia de formarse el simulachro. Resolvieron en junta que hicieron a este fin, se penetrase el vecino monte, en cuia fragosidad, y espesura se aseguraban de encontrarla, y muy proporcionada al intento. Corrieron tumultuariam[en]te para el monte, y recorriendolo no menos que por ocho días, no hallaron tronco que satiafaciere su deseo. Volviose a nueva junta: cercenose la multitud, que muchas veces pare confusion mas que diligencia. Escogironse solos quatro, que mas diligentes, o acaso menos divertidos, tomasen el negocio con empeño. Fue uno el mas afortunado, que anuncio al día siguiente el hallazgo de tronco, como apetecian. Y fue

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fue un arbol de corcho, dicho vugarm[en]te patol de que abunda aquella tierra; de escultura distante a esculpir la talla, e imagen de una pieza atropellada gregariam[en]te partio la parcialidad toda para el monte[24], en que hallaron de pie derecho el dicho tronco, estrivando en dos raices, que sobresalian de la tierra, tirando, descortexanlo, y conforme lo iban haciendo, fueron descubriendo la imagen formada, y perfecta de un vegetable crucifixo, de estatura casi de dos baras: conducenlo a su barrio, y la {sic} pilla, acude el escultor, a quien se figura, sacrilegio correr el escoplo, o la gurbia; ni intimó otra necesidad que de aprestar, como se hizo al fin la encarnacion. Avisose la novedad al parroco, y juez eclesiastico con cuia estenuacion se encarnó, y bastrinó el vulto expuesto con el nombre de el s[an]to crucifixo de el socorro.

25. No se tuvo tanto descuido en esta, como el otras de n[uestr]as mas portentosas invenciones. Autentificose en debida forma al suceso, y se deposita original, en el archivo, de el convento de s[an] Angel, de religiosos carmelitas descalzos de la misma ciudad de Salvatierra de cuia relación se manpunctual copia, por andar de su definitorio por el de 1751, a su historiador g[ene]ral Fr[ay] Joan de S[an]ta Anna para que enriquezca su historia con esta, y otras maravillas concernientes. Y aqui quisieramos, se reflexionase aunque de passo, si se publicaria, o plantaria el evang[eli]o en estas partes, donde despues de tantos siglos asi en troncos tan adultos, y envejecidos (que acaso se plantarian entonces) vegeta el dios crucificado, y la verdad, que lo predica? Y vegeta, se publica y descubre venciendo la injuria de el

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de el tiempo y poder de los elementos? Ya vimos en dos de sus imágenes (como realm[en]te lo es la S[an]ta Cruz) como las respetó, e indemnizó la voracidad insaciable de el fuego, en esta n[uest]ra America: veamos ahora (aunq[u]e saltemos a la otra) como lo supo hacer tambien el agua, y como otra cruz, a que tambien respetó el fuego se conservó por quinze siglos, y passó a una edad por fuego y agua.

26. Esta es la que a Carabuco, pueblo de los reynos de el Perú, y en su gentilidad de los mas supersticiosos, e idolatras[25]; conduxo, y colocó alli cierto esetrangero de las señas, y talle que diximos en la que se halló erigida en Guatulco. Indicamos la ahora de paso, y por solo señas de el Christianismo, reservando tratar de ella ex professo, quando lo pida el orden, que dessiamos colorada por es, que fue alli a fervor de el comun enemigo que tiranizaba aquel pais; se insinuó este a sus infelices vecinos, amenazandoles no les manifestaria sus oraculos, ni daria buenos temporales, mas no echaban por tierra aquellos francos, que se le havian levantado a patibulo. Obedientes luego los gentiles derribaron, aunque con no poco afan la S[an]ta Cruz, y observando lo pesado que es, arbitraron /castigados/ por el demonio, dar con ella, en un profundo rio, donde a un mismo tiempo tuviera sepulcro, y corrupcion. Burlolos su mismo pensamiento: porq[u]e siendo de madera tan pesada, que la menor hastilla de ella (como se ha observado despues) se va a fondos todos los dias se la hallaban sobre aguada, y nadando en el rio. Ignoraban ciertam[en]te estos barbaros que era aquella la nave, en que havian de salir a salco de su gentilisas borrascosa.

27. Burlados del agua, apelaron como

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mo a ultimo remedio de su rabioso frenesí al fuego, arbitro a declararlo irremediable. No /temeran/ por una, y otra vez las hogueras; sobrepusieron, y sobre avenidos leños, la cruz que era la que havia de coronar la luminaria ardieron, y se consumieron aun los mas gruesos troncos: solos los de la cruz lograron campear de incombustibles, a excepcion de un brazo, que que se llamó o chamuzcó en insendio, indicando que el brazo omnipotente la havia preservado de el fuego. Al fin desfavorecidos de dos elementos, agua y fuego, acudieron al de la tierra; en la qual, y no muy distante de el rio cavaron hasta tres estados una fossa, con que enterraronla, como lo pusieron por obra, con prevencion de que a inmunda sepultura tuviese mas de lodo, por la vecindad del agua, que de tierra, para assi facilitar su corrupcion, dexando con capacidad el hoio a un albañal, que apretandose, como lo lograron de inmundicias, lograse el que los suggeria junto con la /…/ el desprecio. Y deremos, diré ahora yo, que no es esta cruz, qual la de Cristo, y la que sepultada en la profunda fossa de el Calvario, se enterró, y apartó de las inmundicias de aquel monte. Diré si, que fue mas `rolijo su sepulcro; aquella al tercer siglo enriqueció con su invension el orbe Christiano: esta sepultada en aquel albañal por mas de quinze siglos, ilustró el Nuevo Mundo, verificando, /…/ despues, con su invencion, la tradicion de quien y como la erigió.

28. Ni fue s[an]to en los pueblos de el Perú, donde se halló la verifica señal de la cruz hallaron tambien en las corte y palacios

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os en los de los reynos de el Perú (ecrive el m[ilegibe] /…/ /ylaro/ lib[ro] 1 cap[ítulo] 3) tuvieron en el Cuzco una Cruz, de mármol fino, de color blanco, y encarnado lo, que llaman jaspe.[26] No supieron decir, ni se supo jamas desde que tiempo la tenian (las otras cons/…/ desde que tiempo) afirma el mismo Inca haverla dexado el de 1550 en la sacristía de la iglesia catedral de aquella ciudad, colgada de un clavo, y pendiente de un cordon, que entraba por un agujero, que tenia hecho en lo alto de la cabeza. Quiza (sigue) en poder de los indios tenia alguna ala de plata, u oro, y quien la sacó de donde estaba, la troco. La cruz era cuadrada tan ancha, como larga, tendria de largo tres cuartas de bara, antes menos que mas, y tres dedos de ancho, y casi otro tanto de grueso, toda de una pieza, muy bien labrada, de cuadrado; la piedra muy bien bruñida (obra de el que ya veremos famoso lapidario) tenianla en una de sus cajas reales, en un apartado de los que llaman Huaca, que es lugar sagrado. No adoraban en ella mas que la tenian en veneración. Debia de ser por su hermosa figura, o por otro algun respecto, que no saben decir. Son as todas las clausulas del inca. Y una seña, o signo autentico, que testifica la verdad,  y noticia de el evangelio en estas partes.

29. Otros de estos mismos vestigios y señales encuentro en los authores repartidos en varias partes,[27] “En Cumaná (se lee en Herrera Dec[ada] 3 lib[ro] 4 cap[ítulo]) adoraban muchos idolos: y entre ellos tenian una aspa, como de S[an] Andres, en un quadro, como signo de escribano, cerrado, y atravesado de esquina, a esquina. Y muchos religiosos dixeron, que era Cruz y que se defendian

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dian con ella de los fantasmas; y la ponian a los niños, en acabando de nacer” Los efectos bien se ve, que son los de la S[an]ta Cruz, y el uso de ella de Christianos en la figura solam[en]te podia caber alguna duda. Pero la resolvio muy bien el S[an]to Apóstol S[an] Andres saludando, y requebrando a su aspa, como cruz que era, y es, con toda propiedad, y con algo mas de expresión de su divino dueño Christo S[eñor] N[uestro] por quanto formada asi la cruz, y en a figura de la letra X de el alfabeto, no solo representa la cruz de Christo, como la represento la antigüedad; sino que expresaba el mismo Christo, con la primera letra de su nombre, qual es la X en el idioma griego, como la acostumbró la primitiva iglesia, y lo imitó por revelacion de el cielo, el emprador Constantino, en su famoso Labaro, y demas militares pendones. Tanta es la propiedad de esta y otras cruces, de esta forma halladas en ambas Americas.

30. Varias asegura el diligente historiador Calancha (lib[ro] 2 cap[ítulo] 2) que[28] se hallaron de esta figura en el Perú; varias, que afirma en otras partes, citando sobre su verdad a Gomara, que se hallaron esulpidas en Calancha: todas figuradas, como aspas, y de el mimo modo en esta Nueva Hespaña, quatro leguas, de Quauhnahuac, o Cuernavaca, ya comento; camino, que va a Mazatepec, junto al pueblo de Ttlamina, en un cerro, y templo, que llaman Xuchicalco se vieron en el siglo anterior, y creo se veran todavía; escupidas tambien algunas mitras; y de todo ignorado el origen; pero no la verdad de verse marcadas estas piedras, con el saludable signo de la cruz el que admitidosele por señal, nos lleva a los demas vestigios

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Capitulo IV; De otras señales, y vestigios mas proprios de haverse notificado el evangelio en estas partes.

31. Hemos dado en la de la S[an]ta Cruz de el redemptor las señales mas claras, y patentes de haverse intimado la fe de Christo en las America. Añadimos con todo otras señales, y vestigios[29]. Y los que lo son propiam[en]te las huellas, que dexaron los pies de quien la intimó, y predicó: aquellos pies, aquellas planta de tanta belleza y hemosura, que ocuparon la admiración de los profetas y la de los mismos apóstoles, la de el evangelico Isaias, que los observó mas escargiando /…/, y predicando el bien, salud, y paz a los vivientes (quam pulches super nomtes gedes annuntiantis et predicanti pactres. Cap[ítulo] 52 v[olumen] 7) La de el apóstol de las gentes, que las admiro al verlos predicar la paz, y bienes celestiales (Quam specionipedes evangelizanti um pacem, evangelizantium bona Add. Rom. Cap[ítulo] 10, v[olumen] 15) y preguntamos de donde es vino a estos sagrados pies belleza tan digna de alabanza? Nos responden los interpretes de ambas lugares (Alapide) que en primer lugar de la velocidad, en correr, como lo hicieron a lo mas remoto de el orbe, y por consiguiente, a este Nuevo. Despues por las fortaleza, en sus trabajosas correrias. Luego por la limpieza que conservaron sus pasos, no inquinandose asi enlodandose en cosa alguna de la tierra. Y finalm[en]te con el decoro y especiocidad de su conducta, y santa vida, ganando, y no con armas, ni amenazas, los animos, y subiugando a todo el mundo. Dotes q[u]e afirman le an infundido el s[eño]r qando en la noche de la cena, tocó y

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y lavó, enjugó, y besó sus pies a los apostoles, confiriendoles despues estas gracias, que ostentaron despues en su feliz predicación.

32. Nada empero manifiesta mejor una belleza, que su retrato, y propria copia: y la de estas bellisimas plantas, la de estos hermosisimos pies dexo el s[an]to apostol,[30] que anuncio la fee /…/ en las Ameritas, retratada y copiada en sus huellas: mucho mejor en aquellas partes, y lugares que mas resistian a su enseñanza: amo que sacudido el polvo de sus pies, la dexaba caer por muestra de su fuga; o porq[u]e hallaba mas blandas q[u]e sus corazones, las piedras. De este genero fueron mis lugares de la America Merdional, que en lo comun se mostró menos dócil, a sus voces. Y en las costas primero de la Provincia, que por la q[u]e alli colocaron los cristianos, se dexó S[an]ta Cruz, y despues prevaleció el nombre de el Brazil. Aquí nos dicen sus historias impresas, y publicadas mas ha de cien años; se halló fixa la tradicion entre los indios, de haver aportado alli un personage de la señal, que ya hemos referido: el que les predicaba, y enseñaba cosas de la otra vida. Pero que no fue recibido de sus antepasados; antes sí hostilizado, y perseguido. En cuia prueba, y en aquella parte de la plaia, que viene corriendo al norte de la villa de S[an] Vicente, yace un pedazo de arrecife, o laxa, que laba y cubre el mar, con sus ordinarias mareas: en medio de esta ven todos los que alli aportan (a mas de otras menores) dos huellas, o plantas pegadas de el pie derecho, y el isquierdo de un hombre descalzo, en proporcion de quien huie, o camina azia la mar; la parte posterior para la tierra, y la anterior para el mar, tan vivas, e impresas, como si a un mismo tiempo se hiciesen, y se vieren: y de tal modo permanentes

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nentes, que no han podido los pasados siglos borrarlas, ni parece podran los venideros. Porque supuesto, que no entran de impresion en la piedra, son como de jaspe o pintura tan vivo, y natural, que no parece las haia de copiar con mas viveza el artifice mas empeñado.

33. De estos vestigios, pues, de estas huellas, que siempre fueron veneradas de los primeros pobladores de este pais; y tenidas por cosa milagrosa; tomando despues información, seculares, y religiosos misioneros, hallaron por invariable tradicion de padres, a hijos, entre los naturales de la tierra, que eran plantas (pegadas decian ellos, y o pintadas al oleo de la gracia) de un hombre blanco, barbado, y vestido, que por tiempos antiquisimos anduvo en aquellas partes justo hombre decian, y averiguamos mas adelante) y que enseñaba cosas de la otra vida. Y por el fundamento de esta tradicion, e inspeccion de las huellas (que siempre parecieron milagrosas) se tuvo siempre por Santo, y venerado aquel lugar. Y no sin razon, reflexan los historiadores; porq[u]e a que fin, aunq[u]e mas la naturaleza traveseé, se pone a pintar, y copiar tan al natural los pies de un hombre, y despues se empeña en cnservarlos, y pintar (para la eternidad, como se dice) refrescandolos por tantos siglos, mas bien parece empeño de la divina omnipotencia, que en aquellas huellas quiso retratar la belleza, y hermosura, que los profetas, y escrituras sagradas antevieron en los pies de sus apostoles.

34. Continuando la misma costa de el Brazil, en la Bahia de Todos S[an]tos

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s[an]tos fuera de la Barra, en otra plaia semejante, que dista de la ciudad, como dos leguas, al lugar, y que llaman Itapoa, en otro pedazo de la laxa, o arrecife, ven todos, naturales, y estrangeros, otra huella, o planta de hombre perfectisima hundida de impresión en la piedra la parte anterior al mar, como que la huviere impreso hombre fugitivo, y van apresurado a la fuga, que apenas tocase el suelo, con un pie y preguntandose a los naturales cuia es? Responden, y respondieron uniformes, ser la planta pegada alli de el s[an]to apostol, a que dan el titulo de padre. Esto dicen: y lo que se ve es la huella, o pisada de un pie descalzo, que es el izquierdo, introducida en la sustancia de la piedra, y assi hundida, como si fuera en blando barro. Tienenla los naturales de aquel pais en gran veneracion, y no aporta alli alguno, que no la visite, y reverencie, con la devota persuasión de que poniendo el pie sobre ella, queda mejorado todo el cuerpo. Bien que no es tan frequentado este lugar, como el del puerto, q[u]e diximos; porq[u]e le bate el mas continuam[en]te y solo se descubre, y aparece en las menguantes mayores.

35. Dentro de la Barra de la misma Bahia de Todos Santos, como a tres leguas de el lugar, que dicen S[anto] Thoqué en otra plaia baja, o arrecife,[31] dexo el mismo apostol otras dos huellas semejantes: dista la una de la otra la proporcion de un paso. La tradicion la misma que las otras, que son de un hombre blanco, barbudo, y vestido, que anduvo por alli, y que les hablaa de otro modo de vivir, muy diferente de el que ellos observaban, nombrabanlo por su proprio nombre, y añadian que

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que cierto dia exasperado de su predicación conformados, sus abuelos, y antepasados, o inducidos de sus hechizeros, y comun enemigo, acometieron a prenderlo. Lo que no pudieron conseguir porq[u]e retirandose a la plaia, abriendose camino por la pendiente de un monte intransitable; hasta tomar la plaia; por donde no pudiendo seguirle los indios, lo vieron quando llegaron por rodeos, echarse al mar, y caminar, y caminar sobre las aguas; y que en memoria de su dureza, y repungnancia dexó impresas aquellas huellas.

36. Esta tradicion siempre constante averiguaron los portugueses, y primeros misioneros. Y todos universalm[en]te reverenciaron aquellas plantas, y lugar, como sagrado, y milagroso. Y tanto que convencidos de esta laudable persuasión, le edificaron en la cumbre de el monte, por donde asentaban, que baxó fugitivo el s[an]to apostol; una iglesia,[32] que desde entonces fue muy frequentada de los primeros fieles: y ahora lo es mucho mas, por los milagrosos efectos que alli experimentan necesitados, y dolientes. Y los experimentan, no solam[en]te de las huellas, que aquellos santos pies imprimieron; de una marabillosa fuente de agua dulce, y peremne, que brota de el peñasco contiguo al que tiene impresas las huellas, a pocos pasos, y falda de el monte,[33] por donde es tradicion, que baxo el Santo llamase la fuente milagrosa de su nombre, y lo parece, como en sus efectos, en su origen. No lo tiene en algun canal, o conducto sino al parecer, por quantos fueren los poros de la peña, por donde, como se trasudase, o esprimiese, baxa lamiendola, hasta posar en el pilon, o receptáculo, que es la caxa, o como pila de la fuente; por lo que

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que la cree la devoción, otra como la fuente de el desierto, originada en peña viva al toque de la vara de hoy es Omar el vivo, semejante a la que /…/ al pontifice Martin S[an] Clemente, bajo la huella, o pie de el cordero (de cuius pedefons vivus emanat) como esta aquí, a la huella o pie de el apostol.

37. Fuera este, o no su origen, la fuente siempre es admirable, pues sin mas aguas, que las que parece esprime, o suda apretada la peña; siempre el receptaculo está lleno, sin que jamas mengue, ni redunde, sea en verano, u invierno; en tiempo lluviosos, o de seca, y si es que rebosa alguna el vaso, o pilon, que la congrega; la recoge, esprime, o resuda con la misma imperceptibilidad, que lo recibo. No asi los marabillosos efectos, que produce en la sanidad, que logran los dolientes, que asi se laban, o las beben, conduciendolas a partes muy distantes para lograr el mismo beneficio los ausentes: lo que contestan las frequentes romerias, que se hacen a estos dos lugares al de la fuente y de las huellas; y las unnimerables tablas, presentadas, y votos que penden en las contigua iglesia, predicando sucesos milagrosos debidos a la invocacion de el s[an]to apostol, a quien resarce aquella comarca de el Brasil, y sus contornos la repugnancia, y resistencia que hizo a su doctrina.

38. En Cabo Frio, en distancia, como de diez, y ocho leguas de el Rio Janeiro, en altura de veinte, y tres grados, diez minutos al sur de la linea, yace un lugar, que llaman en idioma de el pais Itajuru, entre la ciudad, y una fuente extraordinaria de aguas coloradas medicinales, contra el mal de piedra especialm[en]te. Aquí se ven tam

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tambien un gran peñasco, amolado, y señalado con varias bordonadas, o golpas de bordon, que serán siete, u ocho, tan impresas en el mismo peñasco, como si con el mismo bordon huviesen golpeado blanda cera, y hecho (como son) muescas iguales. Y la tradicion de los habitadores es que son de el bordon, o baculo de el s[an]to apostol,[34] en ocasión que resistiendo los indios a su predicacion, como havian hecho, los quiso monstrar, con este ejemplo, que quando las piedras se dexaban penetrar de la divina palabra, sus corazones se mostraban mas duros, y obstinados, que las piedras. Y aqui tambien manifestaron pies, y baculo lo que los mas curiosos interpretes observaron de los s[an]tos apostoles. Y fue que en muestra de su pobreza, y modestia, corrieron el mundo sin mas avio, que un baculo y sus pies (apostolo modestia et paupertatis studio, pedibus bere et baculo innivi per agrabant orbum. Alap[ide]) Lo que comprueban de el apostol s[an] Pablo, que entro en Roma a pie, y con su baculo: con aquel que se guarda, y se da a adorar en su templo, el dia de su conversion.

39. ai aun mas huellas, de este apostol sagrado por alli en la altura de la ciudad, que dicen Paraiba, en siete grados a la parte de el sur, en el monte y lugar, por desierto, y solitario, se ofrece otro peñasco,[35] e impresas en el otras dos huellas de hombre maior y corpulento, y otras dos de hombre de estatura mas pequeña, con ciertas letras esculpidas en las piedra, que la barbaridad de los habitadores, separacion de el lugar, o poca curiosidad de los concurrentes no supo hasta ahora descifrar. En este sitio dan frequentem[en]te los indios quando salen de sus pueblos a cazar al monte. Y las huellas menores, que acompañan, disen, y creen ser de el s[an]to

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s[an]to apostol, comprueban acaso la sentencia de el Chrisosthomo, y d[octo]r angelico, que afirman haver acompañado al s[an]to apostol en su predicacion, y correrias otro de los discipulos de Christo.

40. Mas no, no se contentó el s[an]to apostol, con haver impreso, y dexado en estas partes las huellas de sus pasos; dexó tambien abierto, y señalado el camino. Ya q[u]e huiendo de la furia, y flechas de los indios que e seguian amotinados, y hostigados de su predicacion, abrio en el mar de media legua de distancia.[36] El hecho fue el dicho: y que en el sitio que llaman Mayrape distante como diez leguas de la ciudad de la asumpsion, en lo interior de la ensenada, se ve una senda o camino formado de arena, solida, y punas de media legua mar adentro, o mas claro, dentro de el mar. La tradición y voz comun es que lo hizo milagrosam[en]te el s[an]to apostol, y en ocasion, que traficando la Bahia de Todos S[an]tos y predicando alli a los indios, dieron irritados sobre el, tomando la plaia retiro el mar sus aguas, y fue levantando aquella senda, por la que camino a pie enjuto a vista de ellos, que quedaron pasmados al ver que como el s[an]to iba caminando se iba abriendo, y cerrando, con las aguas el camino, que tuvieron por milagroso desde entonces, llamandole, como se dixo, Mayrape, que en lengua de el Brasil, quiere decir: camino de el hombre blanco. Que asi llamaron al apostol, por no haver visto otro del mismo color hasta entonces. Y estos son los vestigios propriam[en]te que dexó a su predicacion en el Brasil, contestados de todos, todos los habitadores y escritores religiosos, y seculares, y expresos en la elegante latina historia en la provincia de el Paraguay escrita por el p[adre] Nic

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Nicolas de el /…/ elgico, e impresa en Leodio el de 1673.

Capitulo V.

Individuanse por mas patentes estigios de la christiana religion en la America Meridional, y algunos de la septentrional.

41. Como que no bastaron huellas, y camino para ostentar el s[an]to apostol haver andado, y predicado en estas partes; abrio nuevo campo a esta verdad. Y es el que en el pueblo, o pueblos de s[an] Pablo, y los arcangeles en tierras de Tajaoba, se levanta en el ditio, y tambien en la fama, con el nombre de cementerio de el s[an]to apostol;[37] el que le dieron, y aun le dan los mismos barbaron. Y lo dicen por la constante tradicion en todos invariable de q[u]e este s[an]to a quien dan el nombre de su apostol, pasando por aquellas incultas tierras, predicando, cathequizando, y baptizando, sepultó alli multitud de cadaveres de los mismos, que havia bautizado. Y fue acaso, según apunta en su historia el p[adre] Techo por alguna de las epidemias, que dice padece aquel pais constantem[en]te. Fuese o no de esta suerte, quando entraron los europeos, y misioneros estas tierras, se hallaron erigido, venerado, y avecindado este lugar, por la fama, y respeto de cementerio de el apostol, y cementerio de christianos bautizados. Causa, porque en su nueva fundacion dieron al pueblo la Adoracion, y nombre de el apostol.

42. Hermosos son y fueron desde sus principios los pies, y pasos de la iglesia, hija de el principe de el cielo figu

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figurada en todo /…/ a uno de sus apostoles (Quator pulchrisnos prenustui ios calce amentis filia principis cantic. 6) Y no solo en las huellas de sus pies desnudos, y descalzos, como hemos visto anteriorm[en]te, sino tambien por las de sus pies vestidos, y calzados (aquí el texto anterior). En la ciudad de la Asumpcion, capital de el Paraguay, yace una peña pegada a la ciudad en cuio plano se ven aun dos huellas de hombre calzado de sandalias, impresas en la misma peña[38]: antecede la de el isquierdo a la de el pie derecho, como indicando que quien las imprimio hazia especial fuerza, e incapie. Y hai tradicion entre los naturales, que el s[an]to apostol predicaba a los gentiles desde aquella peña, y que a oirle se llenaban de gente aquellos campos. Tienen tambien por indicacion que el s[an]to apostol les dio la mandioca, que es el pan, y alimento comun, que ellos asian, y certifica el d[octo]r d[on] Lorenzo de Mendoza, prelado de aquella diocesis[39] en un autentico en que da testimonio de verdad de los vestigios dichos; certificando haber sabido de los indios, que por la resistencia, y mal tratamiento, que sus maiores hizieron al apostol; les intimo que aquellas raices de mandioca que naturalm[en]te havian de sazonar en pocos meses, en pena de su rebeldia, no las lograrian sazonadas en un año, como acontece de presente.

43. Siguiendo los pasos de el apostol, y los de sus pies tambien calzados, entra la averiguacion, e informacion, que por el de 1600 se hizo de estas señales, y vestigios por los religiosos misio

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sioneros, que ya los doctrinaban en las que un indio, ya christiano, de edad de ciento, y veinte años, llamado d[o]n Fernando declara entre otras cosas, especiales, haver sabido, y ser fama constante entre los suios haver dexado el s[an]to apostol una pequeña caxuela en un cerro. Y esta que parecia noticia impertinente,[40] superflua, y con dificultad verificable; quiso dios incredito de su apostol, y de la predicacion de su evang[eli]o en estas partes, se verificara, y demostrara despues de quinze siglos. Y fue quando con asombro, y ruina de las comarcas, y vecinos revento el volcan de Arequipa, y desfogó su furia por un cerro cercano a la mar. En este aprieto un pobre trabajador, que por aquellos valles traficaba, cuidando de una hazienda, vio venir de la cumbre de el cerro tanta ceniza, que parecia un rio caudaloso: detuvose a que pasase esta avenida y echando la vista por el valle, se hallo cerca de el cerro una tunica, la qual no se pudo averiguar si era de lana o algodón, larga, y al parecer inconsutil, color como de tornasol, y con ella dos zapatos, como sandalias, de tres suelas,[41] y la planta de el interior estampado el sudor de el pie, y por su tamaño de hombre notablem[en]te corpulento. Las quales reliquias, supuesta la dicha declaracion, y tradicion, se tuvieron por de el s[an]to apostol, y alhajas de aquella su zaxuela, que desurrajó el fuego de el volcan, y consumió. Añaden los que escriben este hallazgo, que una señora principal, de aquel pais, tenia una de estas sandalias en un cofre de plata, y que su contacto hacia muchos milagros. Al menos el v[enerable?] Diego Mares de Oaz, author de aquel libro piadosisimo: De vita

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 vita spirituali afirmó muchas veces haver visto, y venerado esta saldalia, y decia ser tal el olor, y fragancia que despedia, que dexaba atrás qualquier olor.

44. Declaró el mismo indio d[on] Fernando en la anterior informacion, que tuvieron por tradicion constante sus maiores, haver visto en sus tierras un hombre de grande estatura, vestido al mod, y traje de ellos, blanco, zarco, que predicaba[42] dando voces, que adorasen un solo dios, reprehendiendo vicios. Que llevaba consigo una cruz, y le acompañaban cinco o seis indios, y que los demonios huian de ello: los quales persuadieron a los indios, que matasen a aquel hombre, porque de no hacerlo se les seguiria mucho daño, y no responderian sus oraculos. Que los indios aprehendieron al s[an]to y lo azotaron. Repuso mas este testigo, y que siempre que al s[an]to le tenian en alguna afliccion venian del cielo mas aves muy vistosas a acompañarle. Y que ahora, que era christiano, jusgaba que tenian angeles. Y que dio decir, que despues que lo azotaron bajaron aquellas hernosisimas /…/ y lo desataron. Y que el s[an]to echando su manto sobre la laguna navegó, y se fue por ella (tiene esta ochenta leguas de circuito)[43] y que pasando por un juncal, que la atraviesa, dexó hecha una senda, o camino que hasta hai dura, a manera de callejon; el qual es reverenciado de todos, como hecho, y hallado el s[an]to. Y que estos juncos, o espadañas vian a comer los enfermos, consiguiendo con ellos la salud. En cuia declaracion tenemos otras huellas, y camino milagroso abierto por el s[an]to y permanente. Pero tenemos otras todavia

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45. En la provincia de los chachaporas, a dos leguas de el pueblo llamado s[an] Antonio, está una laxa o lasca de mas de un estado de  grande altitud, y de latitud mas de dos baras castellanas, en cuio plan se asmiran estampados dos pies de a catorce puntos cada uno, y como que el ss[an]to apostol no solo huviese querido estampar los /…/ pies de su predicacion, y peregrinacion trabajosas sino tambien las expresivas huellas de su oracion[44] (mucho mas hermosas que aquellas) se veen tambien dos huecis, o concavidadesm y en cada una de ellas cabe ajustadam[en]te una rodilla, indicando, que alli se arrodillaba el apostol, como lleva la tradicion. Al lado de estas prodigiosisimas señales se halla otra no menos prodigiosa: estampadas no solamente aquellas rodillas, y pies, sino un baculo, o bordon de dos baras de largo señalado en la misma peña, y tan peofunda, y vivam[en]te que tambien se ven señalados sus hudos, denotando que era caña, o vara con ellos, y que el s[an]to se desocupaba de su baculo para juntar las manos y orar.

46. Tan portentosa es esta marabilla, y tan acreditada por la tradicion su verdad, que desde su silla arzoispal de Lima arrastró en peregrinacion a venerarla, y admirarla, como lo hizo puesto de rodillas. Al reverendisimo arzobispo santo Thoribio Alfonso Mogrobejo, como se lee con notable edificacion en su vida. Quiso el s[an]to arzobispo transportar esta laxa a lugar mas decente, y religioso; pero fue imposible moverla.[45] Y que mucho lo intentase un s[an]to arzobispo q[u]e quando en su gentilidad Colla Tupá, gobernador de Huascar Inca, entrando a conquistar aquella provincia, emprehendió transportar a la suia esta

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esta laxa milagrosa y no pudo. Quierela alli fixa el s[an]to apostol, para padron de los sagrados pasos, que alli dio, y oracion que hacia por la reduccion de aquellas gentes. No obstante el gentil Colla Tupá mandó con celestial instinto, que de alli adelante la venerasen todos los gentiles.[46] Y elprelado s[an]to Thoribio mandó hacer sobre ella una capilla para q[u]e aquellas admirables reliquias estuviesen con las veneracion debida.

47. Vemos confesada esta verdad, y rastos de el apostol de el señor en estas partes por un santo canonizado, qual lo es ya s[an]to Thoribio Mogrobejo, y hallase tambien acreditada, y contestada de el ill[ustrísi]mo d[on] Lorenzo de Cundó, obispo que fue de el Paraguay, quien afirmó, que en todo lo que abraza su obispado eran irrefragables los vestigios de haverlo traficado alguno de los s[an]tos apostoles.[47]  Que de el Paraguay pasó a las Chachaporias, de aqui a los Valles de Truxillo, y despues a Cañete. Que por todos estos lugares son manifiestos los indicios de su peregrinacion trabajosa. Que en Calango, doctrina de religiosos dominicos se ve otra laxa bien extensa, y en ella impresos los pies de un hombre de grande estatura, y de ciertos caracteres en lengua, que acaso (dice) debe de ser griega, o hebrea, porq[u]e no han logrado entenderla personas, que lo han emprendido. Que preguntados sobre ello lo han emprendido. Que preguntados sobre ellos los indios mas ancianos de el pais, contestaron uniformes en que un hombre de grande estatura blanco, zarco, y crecido de barba, para darlos a entender el poder de el dios, que predicaba, y ser verdadera su ley, havia hecho con el dedo aquellos caracteres en la peña, y estampado aquellas señales a la fuerza de su edificacion.

48. Ates

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Atestigua tambien este ill[ustrisi]mo, que pasando al Perú el s[an]to apostol mandó a los indios edificasen templo al verdadero dios, que predicaba. Que le obedecieron, emprendiendo la fabrica y haviendo conducido mucha paja para hecharle, y reposando a la noche el apostol sobre ella[48]; se les aparecio el demonio fiero, y enojado, y mandó a los indios, quemasen aquel hombre, ocn aquella paja, reprehendiendolos de faciles de creer a un estranjero advenedizo, que los venia a engañar. Vinieron en ello los indios peruanos: dieron fuego a la paja: ardió toda cogiendo en el incndio al apostol que salió con toda paz por medio de las llamas, quedando ileso, y los gentiles admirados. Y hasta aquí la solemne testificacion de el ll[ustrísi]mo de el Paraguay.

49. Y ya que siguien las señales y huellas de el apostol, nos hallamos en el Perú, se nos ofrece otra milagrosa señal, y otras huellas no menos admirables; y son las de aquella provincia, que llaman de la Cruz de la Sierra, habitan esta dos naciones una de indios domesticos dociles, y mucho mas despues, que comunican hespañoles: la otra de barbaros, soberbios, montarazes, que hostilizan a los otros comunmente. Viendose estos tan crudam[en]te perseguidos, y sin razon hostilizados, acordaron hazerles guerra, y como ya christianos salir a campaña armados de la S[an]ta Cruz, y arbolandose en sus vanderas.[49] Pero de modo bien irregular, y que sirvio para manifestacion de ma{s} grande reliquia y presia. Conduxeron al campo de batalla una losa, en q[u]e se ven patentem[en]te dos huellas, que decian ser de un s[an]to apostol, que les predicó la fe en tiempos pasados, y la de a cruz, que tiene tam

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tambien esculpida en la piedra, como decian haverlo hecho con el dedo el mismo apostol en signo, y testimonio de la verdad de su doctrina. Maquina tan rara era la que conducia al campo en defensa suia, y ofensa de sus enemigos. Lo que sabido por ls hespañoles la traxeron a la ciudad, y conla veneracion debida la colocaron en la iglesia maior, com cruz, y prenda milagrosa que pos aquel estraño modo se les aparecia y declaraba.

50. Hizose informacion sobre el origen en ella los indios, y mohanes (eran los sacerdotes de sus ritos) tener constante tradicion de sus maiores, haver traficado aquella sierra un hombre santo, con aquel habito q[u]e ellos usan, que son unas cusmas, y mantas (como se pintan vestidos los apostoles) con aquellas camisetas, o tunicas estrechas, sacados los brazos, y luego aquellas mantas, o como sabanas de dos piernas, por capa, sin zapatos, ni sombrero, ni otra cosa alguna.[50] Que este estrangero asi vestido plantó en aquella laxa aquellas huellas, y esculpió con su dedo la cruz. Que por esta causa aquella su provincia, y las vecinas la usaban y reverenciaban, satisfechos de que, mediante su obsequio, y reverencia lograban alivio en sus enfermedades, y trabajos, fertilidad, y buenas cosechas en sus campos, agua en las secas, y todo, teniendo cruces en sus casas, y caminos, y sacandolas en procesion para pedir a dios lo que desean, usando de ellas al principio de q[uan]to comienzan, principalm[en]te en trances de guerra, a la que la conducen, e invocan. Toda esta realcion mandó el cura rector de s[an]ta Cruz de la Sierra, por mano de el d[octo]r Diego Phelipe de Mo

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Molina, Chantre, y provisor de Charcas, el Lic[enciado] Ceballos, quien la escribe con este abono en su libro Triunphos de la Cruz.

51. Fortalecese esta misma verdad, y tradicion por lo que escribio fr[ay] Bernardo de Armentia, religiosos de s[an] Francisco y comisario de el Rio de la Plata, que en carta dirigida al d[octo]r Juan Bernal Diaz de Largo, de e Consexo de Indias, y luego obispo de Calahorra, con f[ec]ha en el puerto de s[an] Francisco de la provincia de Jesus, 1 de maio de 1538 (la q[u]e trae tambien Torquemada) y de que consta la tradicion de haver traficado por alli el s[an]to apostol, por noticia y tambien profecia de un indio llamado Itiguara; el qual, mucho antes que aportasen alli los hespañoles, por mas de docientas leguas de distancia profetizaba, y predicaba a sus paysanos que vendrian presto verdaderos christianos, hermanos de aquel apostol s[an]to a bautizarlos, e instruirlos en su fe.

52. Ni se puede decir fue este otro profeta, como el que quiso Herrera, y Torquemada fuere en Miní, y que profetizase e arribo de los hespañoles a las partes de Yucatan; porq[u]e aunq[u]e ambos fueron gentiles pudo dios revelarlo a este, y no a aquel. Y que fuese asi se colige de lo que uno y otro publicaba, y a lo que dirigia su profecia.[51] El de Miní, que havian de venir los hespañoles (lo q[u]e por congeturaas le pudo sugerir el demonio viendolos años antes no muy lejos, y que havian de señorearse de la tierra el de s[an]ta Cruz de la Sierra, que havian de venir christianos y hermanos de su primer apostol a darles la yuca y el bautismo: El de Miní enderezó su profecia a que se hiciesen mantas de algodón (como las que havian de dar en tributo a los advene

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venedizos) y que se ofreciesen a los idolos para darlos a los hespañoles despues (por cierto religiosa oblacion!). De que se infiere era el demoni el que inspiraba a este profeta. Y siendo asi /…/ seguro está que la famosa cruz, que alli se halló, y se tiene por obra de el apostol, se la sugiriese levantar el demonio, que huie como el diablo de la cruz. Al contrario el otro profeta, anunció es verdad, el arribo de los hespañoles; pero como hermanos deste primer apostol: encargaba, que los hiciesen bana acogida, ningun mal, todo bien. Compuso varios cantares (que todavia cantan aquellos indios en su idioma) ordenandoles guardasen los mandamientos de dios. Que evitasen la polygamia, o casar con muchas mugeres, como usaban. Que de hacerlo, lo hiciesen con una solam[en]te. Que no lo hiciesen con hermanas, ni parientes, sino como observan los christianos. Verdades, que sefiriendose a su primer apostol, qur hermanaba, con los christianos, comprueban la verdad de haverles este cathequizado, y predicado.

53. Dexó tambien en esta n[uest]ra America sus huellas, y las que debemos seguir, y adorar aunque de lexos (Et longe seguiere et vesticia sempar adorastat.) Marabillosa a la verdad se declara entre otras una sierra, no muy lexos de Tehuantepeq[u]e por su grandeza, y altura lleva el nombre de Cempoaltepec, significando en su ethymologia mexicana, que la componen veinte cerros y [ilegible] su como grados de su altura, tienese por uno de los montes mas altos de el mundo, y que pueda hombrear, con el Caucaso. Curiosos que la han montado, y no a lo mas alto de su cumbre, afirman

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man haver visto desde alli claram[en]te los dos mares de el sur, y norte y todas sus llanisimas costas, haver sojuzgado, y explorado la mayor parte de las tierras de Nueva Hespaña; el volcan de Mexico, Sierra de Perote, llanadas de la Vera Cruz e[tcétera] otros, que montaron la cumbre depusieron, que veian inferiores a sí las nubes, como mares, que veian llover sin que caiese gota donde estaban, como que aquel monte se levante sobre las nubes, y como el Olimpo las exceda. Monte tan singular lo es mas ver las huellas, que estampa, grandes cigateas,[52] que casi llegan a dos tercias, una en frente de otra, y ambas, sin duda, de el apostol, que, o saltó, y se exaltó a gigante a ejemplar de su divino maestro, para intentar en su predicación aquella cumbre, o ablandando en cera las piedras, estendió sus huellas a mas de el tamaño de sus pies, si ya no sea las haia dilatado el diente de el tiempo roedor, y sus precisas inclemencias.

54. Sin ambargo pareceme, veo ya a la incredulidad, que gestea como reconviniendo a la creencia, y que los s[an]tos pies de el apostol, que quando mas ha extendido a catorze puntos (que tantos dixo tenian sus sandalias)[53] ahora duplica sus huellas a dos tercios pie /…/ yo queria, me dixese, que repugnancia halla en que, como apuntaba, se exaltase a gigante el s[an]to apostol? Y que de esta escritura quisiese dios, q[u]e aquí, por sus altos fines, se ostentase? Ha /…/ contra la fe de las historias, o averiguados por que fin, con que intento, quiso dios, que el apostol de el oriente, s[an] Francisco Xavier apareciera, y se dexase ver como un gigante, quando bautizaba a los japones? Pues porque, con los mismos o fines superiores, no havia, que su apostol original, y

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y que lo fue de oriente, y occidente, creciera aquí a la misma estatura, y que de esta imprimiese sus huellas? Sea de lo dicho como fure, los naturales, paisanos, las tuvieron y aun las tienen por divinas; aunque sugeridas de el demonio, que siempre los arrastró a la supersticion, haian querido partirlas con él, creiendo disparatadam[en]te que sea una de dios, y otra de el diablo.

55. Mas cercanas a n[uest]ro Mexico se dexan ver otras dos huellas amparadas de la misma tradicion, y de el personage, que con mas expresión, e individuacion de su nombre, corrió aqui por el mismo apostol, y estampó, e imprimió, en su carrera ya que no su indeleble doctrina, sus huellas.[54] La de el pie derecho, se ve aun impresa en una piedra, en el pueblo, que dicen Ayotla, y la de el izquierdo en otra piedra, en s[an]ta Catharina, barrio, o pueblo, a la orilla de la laguna de Chalco. Ni se conntentó con solo imprimir las de sus pies, imprimió tambien las huellas, y palmas de sus manos, en lo mas contiguo a nuestro Mexico; como indicando, que aquí havia laborado mas que corrido, y havian tenido mas que hacer las manos, que los pies.

56. Iba ya perseguido por fin este pregonero evangelico, e ibase de lo que hoy decimos Nueva Hespaña y “caminando (escribe Torquemada) contra Tula, camino de Mexico, a la parte de el norte, algo al norueste; descansó en un cerro, que se halla junto a Tlalnepantla. Y aquí en una piedra (como que caiera podemos discernir, cansado y fatigado) estampó (cosa rara!) las manos

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nos, y quedaron alli estampadas.” De modo (escribe este autor) que de este acaso sino milagroso suceso; vario de nombre aquella población, llamandose despues Temacpilco, que espresa: lugar en que estampo las manos un viandante. Y empeña el mismo autor su diligencia, y palabra a la verdad; afirmando[55], averiguó menudam[en]te ser asi, como lleva la tradu[c]cion. Mas fue la desgracia, que pudiendo (como tan diestro, y perito en la legua mexicana) extraer, y saber por su nombre (como haremos nosotros despues) quien fue el dueño, y autor de este portento, se contentó, con solo escribir, no averiguar. Pero eso se havia de deber a la dicha, no al estudio, como tambien inquirir (como vamos a hacer) sobre las señales, y vestigios ya expresados; las noticias de el ebvang[eli]o en estos reynos.

Capitulo VI

Exponense algunas noticias, vislumbres, sino luces, que de la religión cristiana se hallaron en los antiguos moradores de la America.

57. Por mas que los humanos vasos, o barros {sic} conce[ilegible, manchado] q[u]e retengan el olor algun tiempo, y aquel que se les infundió alguna vez; suele perderse y desvanecerse a tiempo largo. Maiormente, si deshechos, como quebradizos, los primeros, se trasfiere el licor, y olor a los segundos: pegase a estos, pero pasando a ellos disminuido por fin viene a faltar, y tanto, que no queda de ellos ni el olor. El que somos en christo, y que se nos embutió, o infundió en n[uest]ros fragiles, si animados, barros quebradizos,

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padece, y ha padecido iguales quiebras. No solo en el Nuevo Mundo, en el antiguo, donde esta mas comprobada, y recibida la predicación de el evangelio; hallaron los autores mas ingenuos, y de juicio, sensibles quiebras de este gran thesoro, y caudal. El doctisimo franciscano fr[ay] Alonso de Castro en su trabajado libro: Adversus hareses (lib[ro] 1 cap[ítulo] 13) nos ministra lastimosos ejemplos de estas quiebras. Vergonzosísimas, escribe, las que diez años antes, que escribiera,[56] se hallaron en ciertas partes de la Cantabria [tachado] la q[u]e nos obliga a callar el respecto, y miramiento de no malaquistar n[uest]ro trabajo. Alli podrá verlas el curioso. Como tambien las que en las Asturias, y Galicia, havia (dice tambien) introducido la aspereza, y fragosidad de los lugares, la falta de predicadores. Fuera de estos pozos ignoran los que en la invasión de los moros padecieron los cristianos, que retirados a un valle guarnecido a altisimos picos, y sierras tres leguas de Almuñecar, y como doze de Granada, donde llaman los castillejos; se hallaron en tal desolación, que no se les encontró otra cosa, u indiciio de la religión, que profesaban, que una campaña, y tal qual seña q[u]e /…/ le sirviese de insignia. Y finalmente hallaronse (añade) fuera de disputa /…/ casi un renglón], Christinos en su educación, en su origen, y encubiertos escondidos, y casi sepultados entre asperisimas, inaccesibles sierras, y montañas apenas no de religión solam[en]te sino de reacionalidad la menos culta.

58. Y que nos gritan, y publican estos lastimosos ejemplares sino la voracidad insaciable de

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de el tiempo, que todo se lo traga, y des[a]parece? Que mas que la tyrania de el olvido, que todo lo borra, y /…/? El edificio mas solido, y erguido, sino se repara con tiempo; este mismo lo derrumba, y abate. El campo mas fértil, sino se cultiva, y escarda, no da grano, sino mala ierba, y a veces espinas, y abrojos. Forzoso era que quando edificaron el principio los primeros nuncios de el evang[eli]o se arruinara por falta de reparo; que quanto sembraron de sus mies, pereciera por falta de cultivo;[57] sin que por no encontrar ni las ruinas de el espiritual edificio, se infiera que alli no edificaron; ni por no hallar mas que abrojos y espinas, en el campo, se concluia, que no sembraron. Milagro fuera, que despues de quinze siglos se hallasen memorias de lo que se edificó desde entonces; señales de lo que se sembró dede aquel tiempo. Y es casi milagro igual sino maior, q[u]e de corridos quinze siglos se hallasen en ambas ameritas, a mas señales, que hemos producido, las memorias, que ya decimos. Y no menos, que de la religiosidad mas brillante.

59. Quando el famoso Colon, primero, y unico buzo de la America (por mas que reclame Americo Vespucio, y sus factores) rebatido de mar y de diversos colores, saliio a tierra de Cuba por oir misa; llegó un cacique viejo (dice Herrera dec[ada] 1 lib[ro] 2 cap[ítulo] 14) que estuvo considerando muy atento las acciones de el sacerdote, la veneracion con que los christianos estaban e[tcétera] y ofreciendole un repuesto de fruta, le trató, y habló en esta forma, “tu has venido a estas tierras, que nunca antes viste con grande poder, y has puesto gran temor: sabe que segun lo que aca sentimos hai dos lugares en la otra vida adonde van las animas

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mas, y no malo, y lleno de tinieblas; guardado para los que hacen mal: otro es alegre, y bueno donde se han de apuntar los que aman la paz de las gentes.[58] Y por tanto si tu sientes que has de morir, y que a cada uno, según lo q[u]e acá hiciere, allá le ha de responder el premio, no harás mal a quien no te lo hiciere. Lo que aquí haveis hecho (hablan de la misa) es bueno; porque me parece que es manera de dar gracias a dios”. Añadió, que havia estado en la Española, en Jamaica, e isla de Cuba, y que el señor de aquella tierra, andaba, como sacerdote vestido. Reflexese aqui lo que sentian aquellos barbaros, y de donde lograrian estas noticias? Ello es que exhortacion tan prudente, y christiana no la haria, sino quien estuviese muy instruido en puntos de n[uest]ra religion.

60. El mismo Herrera se empeña (dec[ada] 1 lib[ro] 3 cap[ítulo] 3) en ponderar el aprecio, que hacian estos isleños, la devocion, y respeto, que tenian a tres piedras,[59] que traian consigo la maior parte de los caciques, y como de todas ellas, y cada una se prometian auxilio, y amparo. La una decian que aprovechaba para los sembrados; la otra para q[u]e pariesen las mugeres, sin dolor, y la tercera para el agua, el sol, quando de ellos tenian necesidad. Si en el numero de estas piedras, efectos, y auxilios de cada una calculaban, como parece, otro misterio; no lo dice el que les tomó noticia. Si que el almirante Colon las hiso, sin duda, por preciosas, que envio tres de ellas a los reies católicos, y que traia consigo otras tres. Y podia sospecharse, que instruidos a su modo de entender aquellos, barbaros, de la trinidad augustisima, y que hecho hombre la segunda persona lo parió sin dolor su madre virgen; la traian por quenta, y recuerdo del misterio.

61.

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Afirma el mismo Herrera (Dec[ada] 2 lib[ro] 3 cap[ítulo] 5) que aunq[u]e tan barbaros estos isleños tuvieron noticia de el universal diluvio:[60] en que (decian) “se escapó un hombre con una canoa, con su muger, y sus hijos; y que de estos se havia multiplicado el mundo. Que en el cielo havia un señor que hacia llover, y era causa de los demas movimientos celestiales, y que tambien estaba en el cielo una muger muy linda, con un niño”. Interno hasta los tlaxcaltecas, de quienes escribió, (Dec[ada] 2 lib[ro] 6 cap[ítulo] 15). “Que estos hombres, que en su gentilidad eran tan religiosos tuvieron rastro, que havia un solo dios[61], que era sobre los demas. Que havia eternidad, creian que havia pena. Que havia angeles. Que havai nueve cielos e[tcétera]”. Pedro Martir de Angleria, Prothonatario Apostolico, y de el consejo de su magestad, primer obispo, y cronista de las Islas de Barlovento; digno de todo credito, por su persona, oficio, y calidad, y por haver vivido alli en tiempo, que Colon las descubrio; y de quien supo muchas cosas de las que refiere en su historia; afirma haver venido a sus manos cierto libro escrito en castellano por un ermitaño catalan de nacion, que llevó consigo Colon, el qual, porq[u]e andaba vestifdo como religiosos, llamaban fr[ay] Ramon, y de cuio libro sacó mucho de lo que escribe, con la satisfacción, que demandaba el autor de quien copiaba, por haver estado en aquellas islas mucho tiempo, instruiendo en los mysterios de n[uest]ra fe a sus regulos, y caciques, con los demas isleños, y haver sabido de raiz sus constumbres, y tradiciones. Motivo por el q[u]e escribio dicho libro, que intituló: De los ritos de los indios.

62. Y entre otros que Pedro Martyr le copio, fue que creian aquellos isleños, un solo dios, invisible, infinito todo poderoso, a quien sus mayores nombraban: Jocauna: y con el otro dios, que llamaron Huama

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maunocon; y que este tenia madre a la qual (acaso por sus privilegios) daban cinco nombres, cuios significados no huvo despues quien los pudiese descifrar, punctualm[en]te, porq[u]e todos los que sabian aquella lengua, que eran los isleños solam[en]te acabaron de el todo, como lo llora el s[eño]r Montenegro, y el de las Casas. Con todo nos dexaron el consuelo, y noticia de haver sabido, y preservado entre ellos dos articulos de n[uest]ra fe: el primero de los que pertenecen a la divinidad, y el primero tambien de los que hacen a la s[an]ta humanidad. Y el consuelo tambien de que el demonio que los arrastró, y enredó en supersticiones tan ciegas no sería, ni les pudo ser autor de esta fe.

63. Menos lo sería de los que se halló internando a Yucatán. El famoso clerigo diacono (que tal vino de Hespaña a la Hespañola) primero sacerdote (segun Oviedo, que se ordenó en la America; despues fervorosisimo religioso dominicano, luego obispo de Chiapa, Ill[ustrísi]mo d[on] fr[ay] Bartolome de las Casas, o Casaus, y por fin, renunciado a la mitra, morador en un convento de Madrid, por seguir mas de cerca la causa, y libertad de los indios, que siempre defendió con ardor: refiere en una apología escrita de su puño, y que se guarda en el convento de S[an]to Domingo de Mex[i]co refiere, digo, que desembarcando en la costa de Yucatanm de paso para si ob[is]pado, se encontró alli un buen clerigo de madura edad, bastante instruccion, y pericia en el idioma de los indios (ya los havia alli, y de tales prendas entonces) a quien encargó que mientras el lo hacia en su capital, predicare, instruiere, y visitase su obispado: lo que haviendo hecho dentro de un año, le notició haver hallado entre sus indios diocesanos muchas verdades de la christiana religion

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gion. Y que un señor principal le afirmó que ellos conocian, y creian en dios, que estaba en el cielo. Que el padre havia criado los hombres, y todas las cosas, y que el hijo (a quien tambien, como al padre daban nombre propio en su idioma) nacio de una doncella virgen, cuio nombre parecia corrupto de havia, y que estaba en el cielo con dios[62], y que la madre de la virgen se llamaba Ichel: dios padre Yzona; el hijo: Bacab, y Echuah, el espiritu s[an]to. Que a Bacab que es el hijo) lo mató Repuco (que era acaso Poncio Pilato) y lo hizo azotar, y le puso una corona de espinas. Que lo puso, tendidos los brazos, en un palo. Y no entendian, que estaba clavado, sino atado (como que no conocian metal de hierro, ni clavos) y que alli murió y estuvo tres dias muerto, y al tercero tornó a vivir, y se subio al cielo. Y que alli está con su padre. Y que despues de esto vino Echuah, que es el espiritu s[an]to y hartó la tierra (Replevit orbem terrarum) de todo lo que havia menester.

64. Pare aquí el discurso y reflexione, si entre las mas cultas, y ladinas gentes de el mundo despues de quinze siglos de anunciada, se hallaría creencia, y noticias mas individuales de n[uest]ra fe, ceñida, y ordenada en el símbolo que compusieron los apostoles? Y si ninguno de estos, o sus inmediatos discipulos instruieron en ella a estos barbaros, quien despues, o por donde los instruió en ella tan a fondo? Pero desentrañemos mas la narración. Preguntados despues los naturales que significaban los tres nombres, que daban a las tres divinas personas[63]? Dixeron que Yzona quería decir: gran padre; Bacab, el hijo, y Echuah el espiritu s[an]to mercader (ellos alla entenderian su trato y contrato, comercio de dones, y frutos) Veo que tutores, y graces, como el Cartuxo Salazar (Discurso 16, Cap[ítulo] 3.) y el dominicando Malvenda (De Antichristo lib[ro] 3, c[apítulo] 21.)

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lib[ro] 3, cap[ítulo] 21) se empeñan en extraer la significacion de estos nombres, amontonando ethymologias griegas y hebreas. Puso constancia de el significado claram[en]te e ignorando el idioma de aquellas tierras, parece nos debemos abstraer de este trabajo o no dar otra significacion arbitraria, y que coincida mas con la verdad, con el antojo. Por lo que debemos seguir la narración, y lo que aclararon los indios. Preguntados por fin de donde tuvieron tales conocimientos, y noticias? Afirmaron que sus mayores, padres de familia, y caziques; lo enseñaban de este modo a sus hijos, y que asi descendia de mano, en mano, y por tradicion, esta doctrina. Dixeron mas: y que en tiempos muy anteriores (como que de alli la huviesen aprehendido) vinieron a aquella tierra veinte hombres, cuio caudillo tenia por nombre Cocolcan, que traia ropas largas, y sandalias por calzado; de baraba larga, y las cabezas descubiertas, y que estos mandaban, que se confesasen las gentes, y aiunasen. (Notemos el arribo de estos hombres a Yucatan, y su provincia, por lo que nos servirá adelante). Finalm[en]te todo esto escribe, y de su propio puño un sugeto de tanta instruccion, y experiencia en las primeras vistas de las indias, como el Ill[ustrísi]mo Casas! Reflexese, por donde pueda flaquear su asercion?  II

65. Lo que de los de Yucatan el s[eñor] Casas, escribe de los indios de Nueva Hespaña el diligentisimo fr[ay] Geronimo Roman en la segunda parte de su republica de los indios occidentales.[64] Que tuvieron noticia de la creación de el mundo y de el diluvio. Que havia en la otra vida infierno, y que se daban en el tormentos atrocisimos. Que en el fin de el mundo havia de haver otro juicio ultimo, como huvo en el diluvio, y que este havia de ser

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de ser de fuego. Que han de [ilegible todo un renglón] turas. Que se [ilegible] la luna, y el sol. Que finalm[en]te ha de tener fin este mundo, y que no lo han de tener las almas, sino que son inmortales. Y asi se vera este autor, que estas, y otras cosas conservaron en sus mapas, y pinturas[65], y que casi todas zelosos indiscretamente aquellos primeros religiosos, afanando destruir la idolatria, se las quitaron, y quemaron, teniendolas por sospechosas. Tanto los cegaa la aprehe[n]sion concebida, y arraigada de que a estas partes no havia jamas llegado la noticia de el evangelio.

66. No padecieron semejante ruina, o incendio otras pinturas, y otros mapas de que nos testifica Torquemada (3 part[e] lib[ro] 1, cap[ítulo] 49) quien sin embargo de la opinion, que sigue, y promueve sobre que antes de venir sus religiosos, no huvo rastro, ni noticia de el evangelio en las indias; compelido de la verdad se vio obligado a escribir el capitulo, que rotula:[66] “De algunos rastros, que se han hallado de que en algun tiempo huvo en Nueva Hespaña noticia de n[uest]ra fe”. El que desempeña en esta forma. El gran siervo de dios, exemplarisimo religioso franciscano, fr[ay] Francisco Gomez, joven, que traxo de Hespaña, quando volvio consagrado el s[eño]r Zumarraga; su familiar, y secretario; y despues, y a su ruego, de el virrey d[on] Antonio de Mendoza, que se lo arrancó al s[eñor] Zumarraga; tan virtuoso en el siglo, que renunciando tan honorficas ocupaciones, y esperanzas, se refugió a la religion de s[an] Francisco, en la que trabajó muchos años enseñando, y doctrinando a los indios, con superior pericia en sus idiomas, y que aun vivia quando acabó de escribir Torquemada; dice le hi

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le hizo una satisfacción concebida en esta forma.

67. Que viniendo de Goathemala en compañía de el s[an]to varon (asi lo llama) fr[ay] Alonso de Escalona; pasando por el pueblo de Nexapa, admiración de dominicos de la provincia de Oaxaca; el vicario de aquel convento les mostró unos papeles pintados, que havian sacado de unas pinturas antiquisimas, hechas en unos cueros largos rollizos, y muy ahumados: donde estaban (dice) tres, o quatro cosas tocantes a n[uest]ra s[an]ta  fe, y eran: la madre de n[uest]ra señora, y tres hermanas suias (acaso serian las tres Marias, y aquella la madre de d[io]s) que las tenian por santas. Y la que representaba a N[uestr]a s[eñor]a tenia cogido el cabello, como las indias aconstumbran, y en el nudo, que cae para atras,[67] una pequeña cruz, indicando su santidad: y que de ella havia de nacer un gran profeta; que havia e venir de el cielo y lo havia de parir, sin aiuntamiento de varon quedando ella virgen. Que a este gran profeta lo havian de perseguir los de su pueblo, lo havian de querer mal, y matarlo crucificandolo en una cruz. Y asi estaba pintado crucificado, y tenia atadas las manos, y los pies en la cruz, sin clavos. Estaba tambien portado el articulo de la resurrección, como havia de resucitar, y subir al cielo. Testificaron los padres de Nexapa, que hallaron estos cueros entre unos indios que vivian a la costa de el sur, los quales contaban que sus antepasados les dexaron memoria: la que no sabiendo ni pudiendo saber, si se havia, o no, verificado? No pudo ser profecia, sino historia; y pudo y sera facilm[en]te traducir por preterito el futuro, y por

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por suceder, lo sucedido: lo que mejor haria un apostol, que un profeta. Y quando huviese sido profecia, quien cuidó de darla anticipada, cuidaria de anunciarla cumplida.

68. Produce alli mismo otra testificacion Torquemada. Y si la que, dice, le dio firmada de su puño, fr[ay] Diego de Mercado, padre grande, definidor de esta su provincia de el s[an]to evangelio, y uno de los mas ejemplares, y penitentes de su tiempo: quien testificó, que tratando con un indo otomí,de mas de sesenta años de ed[a]d, y tratando sobre puntos de religión, le declaró, como ellos en su antigüedad, tenian un libro, que venia secesivam[en]te de padres a hijos en las personas maiores. Y que para guardarlo, e instruir en lo que contenia, tenia personas señaladas.[68] Que en este libro tenian  por cada plana escrita do[c]trina en dos columnas, y que entre una, y otra estaba pintado Christo S[eñor] N[uestro] puesto en la cruz, y con rostro, como enojado, por lo que ellos creian que los reñia (quizá por haver olvidado su doctrina) Que por reverencia, y respecto no ojeaban dicho libro con la mano, sino con cierta varilla, que guardaban con el. Que repreguntando al indio sobre el contenido de el tal libro, no le supo dar otra razon, sino que si no se huviese perdido (como afirmó, haverse pudrido donde lo enterraron, quando entraron los españoles) veria como la doctrina que el les enseñaba era la misma, que alli se contenia. Añadio que ellos tambien tuvieron noticia de el diluvio, y que solas siete personas se salvaron en el arca, y que todas las mas perecieron con todas las aves, y animales. Testificaba el mismo religioso por sus dichos que tuvieron notica aquelloa indios de la embaxada de le angel, a N[uestr]a S[eñor]a que explicaban, diciendo, que una cosa muy blanca, como pluma, caio de el

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de el cielo, y una virgen la cogió y abrigó en su seno, y quedó asi preñada. Lo que estos dixeron de el diluvio dixo el mismo padre Mercado, q[u]e le aseguraron los indios achier, en Guatemala; y que tambien lo tenian pintado en sus mapas. No parece pueda decirse mas. Pero lo dirá el siguiente

 

CAPITULO VII.

Otras noticias de la ley evangelica halladas en esta, y no pocas en la America meridional.

69. No tienen que quexarse los incredulos, y curiosos de no haver hallado escritos de n[uest]ra religion entre los indios, en prueba de haverseles predicado el evangelio, antes qe aportasen los hespañoles. Faltaronles las pruebas a escribirlo; mas no los pinceles a pintarlo. Y como que los huviese enseñado el gran pontifice s[an] Gregorio (cap/…/] perlatum de consecv.) que el mismo oficio hacen las pinturas a los qe vean, que la escritura a los que lean; sin tratarlos de idiotas (Hoc idiootis facit pictura) les dieron a ver, lo que de ningun nodo podian leer: les dieron, digo mapas, y pinturas, por escritos. Vimos ya muchos de los misterios de la fe conservados entre ellos en pinturas. Veamos ahora entre los mas rudos indios zapotecas pintados, y guardados muchos mas. Y tantos, que eran, como un libro entero, y como una Biblia de figuras, depusieron los religiosos de s[an]to Domingo, quando entraron a onvertir, y doctrinar aquellos pueblos. En el de Quichapa certificaron, y dieron por escrito haver hallado en poder de el cazique de aquella tierra dicha Biblia encuadernada de figuras solam[en]te y que por tradicion se iban {f. 030r}                                                                                                            30

se iban enseñando unos a otros los indios lo que significaba, y pintaba. Llamaron la Biblia (dicen aquellos religiosos) por contener en si muchos de los mysterior de la nuestra.

70. Asi dicen, se admiraba pintada la creación de el mundo, y el diluvio: la torre de Babel, y transit de los hijos de Israel de el cautiverio de Pharaon.[69] Alli la Anunciacion de N[uestr]a S[eñor]a y esta vestida al traje, y moda de las indias, sentada y texiendo una tela, como ellas (expresión de haver entendido de quien les predicó el misterio, una doncella honesta, y oficiosa) sobre su cabeza a distancia, una como paloma, entre resplandores, o rayos, sobre que preguntados de los religiosos, respondieron los indios: que aquella muger havia sido una doncella, que havia parido al hijo de dios, y que aquellos resplandores, o rayos que ellos llamaban xipibistao, queria decir espiritu (s[an]to o) de dios, en vista de demostraciones tan claras afirman los religiosos que clamaron (y acaso con s[an] Pablo en Athenas) eso que ignorantemente adorais, es lo que os predicamos, y anunciamos (Quod ergo ignorantes eglitis hoc ego anuntio vobin act/…/ c. 17 v. 23) y sirviendoles de cartilla aq[ue]lla Biblia les fueron, dicen, declarando los myaterios de n[uest]ra redempcion, y articulos de la s[an]ta fe, a que con mas facilidad se convirtieron, como depuso, entre otros religiosos, fr[ay] Domingo Guilelmo, varon, dicen, santo, y extremada lengua en la provincia zapoteca.

71. Ni solo trabajó la pintura en instruir a los indios de Nueva Hespaña antes que aportasen europeos; sudó tambien la escultura o estatuaria. En las provincia de Guatemala, a dos leguas de el pueblo de Petapa,

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pa  pa, administración de dominicos, se halló una capilla, o [ilegible], donde consertaron los indios a su doctrinero fr[ay] Francisco de la Guardia, estaba una imagen de muger hecha de piedra, a la que llamaban por antigua tradicion La Reyna. Y hasta el dia llaman a aquella capilla o lugar de la Señora Reyna[70]: dexanso a discurrir que el s[an]to apostol, que les anuncio el evang[eli]o hizo otra aquí, como Santigo en Zaragoza; labrando aquella capillita, y labrando tambien de piedra la imagen de N[uestr]a S[eñor]a, que colocada alli lo patrocinase a el, y a sus clientes: doctrina, y favor, que olvidaron, no obstante que hasta las piedras lo clamasen.

72. No son menos de admirar otras estatuas, y figuras, que hacen a n[uest]ra religión, y se hallaron en varias partes. Azia la Villa, que dicen Nexapa, en tierra de Tehuantepec para el norte estuo, y está de manifiesto para todos asi seglares, como religiosos; indios, como españoles una como cueva,[71] o nicho, en una peña sumam[en]te elevada, y que baña el sol desde que nace: y en lo interior de la cueva que forma al parecer mas por naturaleza; que por arte; se registra una imagen, o estatua, como de un religioso dominico, con sus habitos, cerquillo y corona; y a sus pies una india, como que se está confesando, rebozada de un paño muy grande, a manera de mantellina. A esta, pues, mysteriosa figura, que parece se formó de perspectiva, según de lejos se observa mas perfecta, que de cerca; que poseian de tiempo inmemorial aquellos indios; como acaso contra la intencion de su author huviese degenerado en idolo, ofrecian sacrificios principalm[en]te los vecinos de Tlacotepec, pueblo

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que está al pie de estotro risco. Pero aquel señor que confecciona triacas de venenos, y hace de la enfermedad medicina; trazó como aquel ya idolo, fuese predicados de su fe; pues según depuso, y expuso por escrito fr[ay] Diego de Azebedo religioo grave de el orden de predicadores, y provincial, que fe de aquella su provincia; sirvió mucho para persuadir la cnfesion sacramental a aquellos barbaros (y que sabemos si esta fue la intencion de su author) de modo, que viniese a confesar, que aquellas imágenes significaban los mismo, que les persuadian, y predicaban sus ministros. Motivo porq[u]e prevalecio y prevalece entre ellos el nombre de fray Peña, que le dieron.

73. No parece de n[uest]ra obligacion averiguar el origen de estatuas tan extrañas. Pero supuesto, que el comun enemigo no havia de ser el espiritu lapidifico, que quexase, en estatua, sacramento, que la havia, asi la naturaleza: nos hace pensar, que algun apostol, o predicador de el evangelio, que lo anunció, por estas partes; hiciese aquella espiritual travesura depositando en aquel nicho, o cueva, expuesto a la luz toda de el sol; una profecia, como de bulto, de lo que havia de suceder con el tiempo, y que los religiosos de el orden de predicadores, quienes luego se encargaron aquellas administraciones; havia de administrat (como administraron, y administran) el sacramento de la Penitencia a aquellos neophitos; sacandolos de su idolatria, y de la que havian hecho de su misma abultada profecia. Favor, que no parece desproporcionado hiciese la Divina omnipotencia con

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con seis hijos, quando, enfavor tambien de la iglesia, hizo, que mucho tiempo antes, que naciera, apareciese la estatua de su padre, y patriarca s[an]to Domingo, acompañada con la de el apostol S[an] Pablo en la portada, y nichos de aquel templo. Arcanos, todos sobre q[u]e cada qual discurrirá como quiere.

74. Como lo hará tambien con varias estatuas, e imágenes, que se hallaron en otras partes. En los cendales, provincia de Chiapa, junto al pueblo, que se dice Ocozingo, veinte y dos, o veinte y tres leguas de Chiapa de los Hespañoles[72]; se encuentran edificios antiquisimos, y en ellos figuras de hombres gigantes, de grande estatura, armados de la misma piedra, o esculpidas de ella misma sus armas, y entre ellos algunos vestidos de dalmaticas, otros con mitras. Preguntados los indios de sus religiosos ministros no saben dar otra razon sino que aquellas figuras eran de otras gentes de diferente nación, que la suia. Lo mismo respondian los serranos, y otros indios de Nueva Hespaña quando se les inquiria sobre el modo de cortars el cabello? Y porque se hacian coronas semejantes a las de los religiosos? Ni parece dexan otro cao al discurso a salir de este laberinto, si no que el predicador de el evang[eli]o que natural y necesariam[en]te congregaria algunos o muchos discipulos los iria dexando instruidos (como hicieron otros apostoles) y les asignarian donde instruiesen; y estos, u otros practicando su doctrina, y enseñanza propagarian estas señales. Pero este quede o a consideracion mas acatada.

75. Ibamos ya a entrar en la otra America pero saltaremos al Nuevo Reyno de Granada po no discontinuar la materia, y traer mas pie

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piedras, e imágenes. Aquí, y en a cumbre de in cerro mu alto, que está a la parte de el Valle, que dicen Ytozo de la provincia de los musos; se halla una losa, y en ella impresas huellas de pie humano: las que pueden acumularse a las otras, y decidir sin la menor violencia ser de aquel heroe incomparable, que para perpetuar las huellas de su evangelica predicación en este Nuevo Mundo, hizo cera de las lajas mas duras, e hizo al duio, estilo de sus pies a gravarlas: hizo, u enseñó a hacer cincel de sus manos para esculpir estatuas, e imágenes: y son las que se hallaron en una provincia, q[u]e llaman Huane, termino de la ciudad de Velez, jurisdicción de el corregimiento de Tiunxa[73], junto al repartimiento de los indios, que dicen Tozaregua. Aquí pues, y en un valle, que está como encaxada, que tendrá dos baras, y media de alto, y de ancho cerca de dos baras: en la que estan como de medio relieve gravadas tres figuras de hombres vestidos igualm[en]te ya l trage, que observan los indios: a que ocupa el medio se distingue de los dos colaterales en que tiene la barba crecida, y por calzado sandalias. A los pies de estas figuras se hallan gravados cinco renglones, cuias letras, o caracteres no han logrado leer, bien qu la curiosidad lo haia emprendido, y a por la estrañez de su idioma, ya por estar gastados, y casi borrados a las inclemencias de el tiempo.

76. Sobre emblema tan raro ha podido solam[en]te averiguarse, conforme a la narración de los indios ancianos, y tradicion de sus mayores, que un cazique

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que de aquella provincia de Huane, lamado Chocata hizo gravar aquellas figuras muchos años antes, que viniesen alli los españoles, radicion, que o se ha de reducir al tiempo de el mismo predicador evangelico, o al de algun de sus coetaneos, y mas inmediatos discipulos, para concordar de esta manera, que los indios, que nunca supieron escribir, y solo hisoriaron por tradiciones, mapas, o pinturas; lo hiciesen alli por caracteres, y por letras. Convienen en este mismo pensamiento los que afirman ser la figura principal, o de el personge, q[u]e está en medio de algun apostol, o discipulo, que alli llegó a predicar el evang[eli]o y fundanse los que asi discurren en que aquella su imagen a mas de tener crecida la barba, y sandalias, por calzado; tiene en la mano isquierda un libro cerrado (indicio de que sabia leer, y enseñaba) y las dos figuras de los lados (que son de indios al parecer, y aunque sin barbas, y lampiños, encabellados como la otra) son de discipulos, que instruió, o compañeros, que conduxo. Algunos (con el leve fundamento, que veremos n[úmero] 152) quieren fuere s[an] Bartholomé el que aquí predicase, y enseñase, y que tambien lo hiciese en el Perú. Pero bastanos, que fuese algun apostol.

II.

77. Veamos ahora (huviese sido este, u aquel) la doctrina, y señales q[u]e dexó en el Perú. Y empezando por dios, y en su nombre, se nos presenta el de Pachacamac, que universalm[en]te le dieron en aquel vastisimo imperio: nombre, que según su significación rigoroza no podia representar idolo alguno, ni otro personage, u heroe, a quien por sus proezas, o beneficios recibidos le

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huviesen consagrado apotheosis, o deificado por sus obras. Significaba, si, y representaba, lo que no conviene, ni puede convenir sino al verdadero dios omnipotente, criador de el cielo, y de la tierra: al rey de los siglos, inmortal, eterno, invisible, que está, como en proprio solio, en los cielos; y alli principalm[en]te manifiesta, su soberania, y magestad[74]: el que haze (según la ethymologia de su nombre) con el mundo los oficios, que l’alma, con el cuerpo, ya sea visible, ya invisible: rendas tan divinas, atributos tan soberanos, que no se hace creible se los atribuiesen tan uniformem[en]te aquellos barbaros, sin que algun apostol, o predicador mui ilustrado los instruiese en ellos muy a fondo. Y mas quando estos mismos atributos, y estas orendas les inspiran azia dios tanto respecto, y reverencia, que se deshacian, y casi se anhiquilaban a su vista. “Tenian este nombre (confiesa el inca Gracilazo) en tan grande veneracion, q[u]e no le osaban tomar en la oca: y quando les era forzoso tomarle, era haciendo afectos, y muestras de grande acatamiento, encogiendo los homros, inclinando la cabeza, y todo el cuerpo, alzando los ojos al cielo, y bajandolos al suelo; levantando las manos aiertas en dercho de los hombros, dando besos al ayre; señales todas de suprema veneracion, y adoración, y de que partian algunas, con su rey, y con el sol”.

78. Adoraban tambien a este planeta. Pero con tanto menor respecto, y reverencia; q[u]e a su Pacha Camac, o sustentados de el universo nunca se atreverian a nombrar, y nombraban al sol a cada paso. Preguntando quien era ese su Pacha Camac respondian luego que era

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era el que daba vida, y sustentaba al universo. Pero que no le conocian ni havian visto (no fuera tan dios si le vieran) y que por eso no le hacian templos, ni ofrecian sacrificios. Pero que le adoraban en su corazon, y le tenian por dios no conocido. Dabanle, respecto de los athenienses mejor templo, y no hecho de mano como les predicaba s[an] Pablo; sino en sus corazones, en donde habitaban por esencia; y donde al mismo dios no conocido, y no ignorado, le vaniaban ara, sino templo. Esto mismo dice Augustin de Zarate, que respondio el ultimo rey inca, e infeliz Atahualpa, a fr[ay] Vicente de Valverde quando proximo a morir le catequizaba, y persuadia, que Christo S[eñor] N[uestro] era el criador de el universo. A que (dice) respondio el inca: que el no sabia nada de aquello, ni que nadie criase nada; sino el sol, a quien ellos tenian por padre, y a la tierra por madre, y a sus Guacas. Y alli havia se. De los que se colige que aun sobre el sol, la tieral y sus Guacas, le tenian reverenciaban, y adoraban por hazedor de todas las cosas: y que la adoración, quedaban al sol; la reverencia, y reconocimiento a la tierra era por lo que visiblem[en]te les beneficiaba, y producia.

79. Y que esta, buena aunque encizañada semilla, huviese sembrado en sus almas labrador sagrado, y evangelico lo declaró el mismo demonio, que como hombre enemigo, sembrada aquella, les trazó sombras otra zizaña. Persistiendo en su loco, obstinado atrevimiento, de ha

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hacerse semejante al altisimo; vienelo antes, que estos indios se podian convertir y despues, que se iban convirtiendo para que, ni aq[ue]llos lo hicieren, ni estos perseverasen; arbitro sugerirles la verdad con capa de mentira, y estas con capa de verdad. La verdad: que era el verdadero dios, Pacha Camac, y el que predicaban los christianos: y la mentira: que es (el de demonio) era ese mismo dios Pacha Camac, y que era tambien uno y otro. Así lo tiró a persuadir en el valle, que nos llaman Pacha Camac, por el famoso templo, que allí edificaron despues a este su dios no conocido, y lo persuadio a algunos de sus familiares, y secuaces, para tenerlos en su esclavitud como lo atestigua Pedro de Cieza de Leon en su demarcacion del Perú (cap[ítulo] 72) y fr[ay] Geronymo Roman en su Republica de las Indias Occidentales (lib[ro] 1 cap[ítulo] 5) y esta fue la causa para que estos, y otros autores, ignorandolo la propria significación de este nombre; Pacha Camac, se lo atribuyesen al demonio.

80. Dixo, pues verdad este enemigo, diciendo que el dios de los christianos, y el Pacha Camac era uno mismo; por que a la verdad, el animo, e intencion de los indios peruanos fue dar este nombre al sumo dios, que da vida, y ser al universo como lo expresa, y significa el mismo nombre. Y mintió al fin, como demonio, en decir que el, y Pacha Camac era un dios mismo; porq[u]e el  animo de los indios nunca fue dar este nombre, y su realidad al demonio; a quien no llamaban, sino Zupay, nombre, que propiam[en]te dieron al diablo, y

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y para nombrarlo escupian primero en señal de abominacion, y desprecio “Este es el nombre (dice oportunam[en]te Garitazo (p[arte] 1 lib[ro] 2 cap[ítulo] 2) y el de Pacha Camac, que tanto aborrecen lo historiadores españoles, por no entender la significacion de el vocablo. Y por otra parte tienen razon; porq[u]e el demonio hablaba en aquel riquisiomo templo, haciendose dios, y tomandolo para si. Pero si a mi, que soy indio christiano catholico, por la misericordia de dios, me preguntaran ahora: como se llama dios en tu lengua? Diria Pacha Camac; porq[u]e en aquel general lenguaje de el Perú, no hay otro nombre para nombrar a dios, sino este”. Y asi este nombre, digo yo, dieron a dios los indios en su lengua, lo que significa, y ellos quisieron significar, y entendieron, se los dio, y explicó ministro evang[éli]co en la suia.

81. Como es tambien de creer, que, quien (como a los de athenas s[an] Pablo) les intimó que eran obra de d[io]s por creador suio. Que nada distaba de ellos mismos. Que en el vivian, tenian su ser, y movimiento, con los mas que conviene a dios otro; los predicase, e instruiese tambien, que este mismo dios eta trino, según los indicios, y expresiones, que se hallaron entre ellos de el mysterio.[75]  Hizose informacion, que authorizaron sacerdotes, y que menciona Acosta y refiere (lib[ro] 5 cap[ítulo] 27) de haverse hallado entre sus adoratorios, o huacas, que llamaban, donde los indios adoraban a Tanca Tanca; idolo mysterioso de que afirmaban que en uno eran tres, y tres en uno. Quisieron

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ron expresarlo mas de vulto, según el mismo Acosta, en tres estatuas representativas de el sol, uniformes, y semejantes; y solo distintas en el nombre, que decian Apu Inti, Cari Inti, y Inti Huauqui: y con que, dice, querian significar: el padre, o señor sol; el hijo sol[76], y el sol, hermano, o compañero. De el mismo modo, y con la misma relacion entendian, y nombraban las tres estatuas de chuquilla; dios, que reverenciaban de el /…/, arbitro de los truenos, lluvias, y nieves y al que lamaban: dios padre, hijo, y hermano o compañero en la deidad: ya que no expresión, corrupcion de lo que oieron sus maiores, y entendieron despues sus decendientes de la trinidad augustisima. Pero sea dios fin de este, e indviduemos a otro

CAPITULO VIII

Otros rastros de nuestra creencia, y religión, que tuvieron los indios peruanos, y algunos mas entre lo mexicanos.

82. Nada mas prueba[77], y acredita las noticias, que tuvieron de el verdadero dios los amautas, e indios d el Perú, que las noticias, que tuvieron tambien de otras verdades, y mysterios de la religión. De la creacion de el mundo la tuvieron expresa y constante: bien que, o por ignorancia, u olvido, o tambien por industria de el demonio le mezclaren algunas fabulas sobre el verdadero criador. Generalmente la atribuieron al verdadero dios, Pacha Camac: algunos al Dios, que llamaron: Ticu Viracocha (nombre, y deidad facticia, y ficticia) otros a un hombre

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bre llamado con (acaso al que se las predicó, y enseñó) que decia vino por el norte, y que era muy agil, y ligero; porq[u]e no tenian huesos en su cuerpo. Dirianlo por lo que corria, volaba, o se elevaba (como aconstumbró el s[an]to apostol) crecieron tambien la inmortalidad de de las almas, y que despues de esta vida mortal los buenos tendran gloria, y los malos pena. Y esta constante, no por sola desnuda narración, sino por prolija averiguaron, que hizo de estas, y otras verdades semejantes el lic[enciado] Polo estando de corregidor en el Cuzco, a quien /…/ casi todos autores de aquel reyno [ilegible] Cieza, Roman, Acosta, Malvenda: y /…/ dos el inca Garcilazo de la Vega, cuio es el texto, que se sigue.

83. “Tuvieron los incas Amautas (eran sus philosophos, o sabios) que el hombre era compuesto de cuerpo, y anima, y que l’anima era espiritu inmortal, y que el cuerpo era hecho de cierras porque le veian deshacerse en ellas y asi le llamaron allpacamahca que quiere decir tierra animada. Y para diferenciarle de los brutos, le llamaban ruma, que es hombre de razon, y entendimiento; y a los brutos en comun llaman: Llama, que quiere decir bestia. Dieronle lo que llaman anima vegetativa, porq[u]e las vieron crecer, y sentir, pero no reacional, creian que havia otra vida despues de esta, con pena para los malos, y descanso para los buenos. Dividian el universo en tres mundos; llaman al cielo Hanan Pacha, que quiere decir mundo alto, donde decian que iban los buenos a ser premiados de sus virtudes. Llamaban Itaria Pacha a este mundo de la generacion, y corrupcion, que quie

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quiere decir mundo bajo, llamaban Veu Pacha al centro de la tierra, que quiere decir: mundo inferior, de alla abaxo, donde decian q[u]e iban a parar los malos. Y para declararles mas, les daban otro nombre, que es zupay pa aucin, que quiere decir casa de el diablo. Vease si noticias tan indviduales de lo que sabemos, y creemos los fieles, podia haverlas intimado a gentiles, quien no las supiese, y predicase?

84. Creieron por fin estos indios, que el mundo ha de tenerlo, y con grandisimas señales. Que precederá una gran seca.[78] Que el sol, y luna, que ellos adoraban, perderian su luz, y se obscurecerian totalm[en]te en cuia fe quando acaecia algun eclipse, de sol principalmente, llorabn (como notaron Levino Apolunio, y Gomara) y daban grandes gritos, y alaridos extremadamente persuadidos a que acababa el mundo con todos. Y ya se ve tambien, que esta su creencia tan terminante a evang[eli]o no la podrian tener, ni conservar, sino se les tuviese anunciado, y predicado. A esto añadian, que havia de preceder al fin de el mundo un fuego, e incendio tan voraz, que todo lo havia de acabar, y consumir. A los quales les podemos agregar otros articulos de mas difícil creencia, aun para entendimientos mas cultos, y advertidos. Y ninguno mejor que el de la resurreccion universal.

85. Ya se sabe, y no sin grande compasion quanto desbarraron sobre este articulo los primeros philosophos, y sabios: hasta creer, y sembrar entre los griegos, su Pitágoras el grandisimo error de la transmigracion de las almas, queriendo por su antojo, y persuasion, que pasase la de uno a otro cuerpo, y con tanta facilidad, y libertas, como

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mo quien por antojo, /…/, a intemperie, se sale, y muda de posada. Pareciales el de la resurreccion de la carne, negocio tan imposible, y formidable, que aun el gran Pablo, que, preparando al supremo juez los estrados, la quiso persuadir con toda fuerza de humana y divina eloquaencia, y a un theatro de tanta instruccion, como el de Athenas, padeció, si repulsa no, demora en su creencia. Y en el que authorizabas los reies agripa, y Berenice, con el proconsul Paulo Festo, y multitud de concurrentes[79], se tuvo por exceso de mania, lo que no se podia negar sabiduría; y las verdades ardientem[ent]e persuadidas, por locuras, y fatuidades. Tal se tenia entre entendimientos desnudos de la fe, la resurreccion de los muertos¡ motivo para q[u]e el mismo vaso de eleccion apurase a su elocuencia sagrada todo el zumo, para persuadirla a los corinthos, y retraerlas de los que los podian engañar, con disuadirsela.

86. Y no es cosa (diré yo aquí) para admirar, que una verdad, que fue piedra de escandalo para los mas sabios, e istruidos, fuee piedra de toque a comprobar la creencia, y persuacion de los indios americanos? Confieso ingenuam[en]te que en fuerza de la dificultas de asentir a esta verdad, uno, u otro autor de los que historiaron sus constumbres, como fue el lic[enciado] Polo (cap[ítulo] 2) y el Acosta (lib[ro] 5 cap[ítulo] 7) que lo copió de aquel, asentaron no havian alcanzado los indios la verdad de la resurrección de los cuerpos. Con todo, auhores de igual nota, y no menos diligentes, y curiosos en aver

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averiguar hasta su creencia se la afirman constantemente. “Quando los españoles (escribe Gomara 1 part[e] cap[ítulo] 120) abrian las sepulturas (buscando oro) y desparcian los huesos; es rogaban los indios que no lo hicieran, porq[u]e estuviesen juntos al RESUCITAR.[80]  Cambien creen (añade) la resurreccion de los cuerpos, y la inmortalidad de las almas”. Eso mismo afirma Levinio Apolonio en su Historia Latina de el Perú. (Lib[ro] 1)

87. Pero tenemos autores de mas fuste en comprobacion de esta verdad. Primero: el Inca Garcilazo, que como descendiente de estos reies, y autor instruido, y erudito, escribe lo que observó, y manó de sus constumbres; y lo que notó, y vio en sus patricios, tuvieron (escribe) p[arte] 1 lib[ro] 2 cap[ítulo] 7) “Tuvieron los incas asimismo la resurreccion universa: tenian grandisimo cuidado de poner en cobro los cabellos, y uñas, que se cortaban, o trasquilaban, o arrancaban con el peyne: ponianlos en los agujeros, y resquicios de las paredes: y si por tiempo se caian; cualquiera otro indio que losvia los alzaba, y ponia a recado. Muchas veces por ver lo que decian, pregunté a diversos indios y en diversos tiempos, para q[u]e hacian aquello? Y todos me respondian unas mismas palabras, diciendo: sabete que todos los que hemos nacido hemos de volver a vivir en el miedo (no tuvieron verbo para decir resucitar) y las almas se han de levantar de las sepulturas, con todo lo que fue de sus cuerpos; y porque las nuestras no se detengan buscando sus cabellos y uñas (que han de haver aquel dia gran bullicio, y mucha priesa) se las ponemos aquí jun {f. 037v}

juntas para q[u]e se levanten mas aina. Y aun si fuese posible haviamos de escupir siempre en un lugar”. Hasta aquí la ustificacion de el inca Garcilazo.

88. El otro autor en cmprobacion de esta creencia, es Juan de Betanzos, de los primeros conquistadores de el Perú; y lo que es mui interprete de la lengua general, que llaman Quichua, y de las que osaron los incas, e instalaron a Garcilazo. Este, pues (digo Betanzos) en la Historia, o narracion, que hizo de los incas, por mandado de d[on] Antonio de Mendoza, virrey de el Perú; refiriendo la victoria, que havia obtenido Pachacutec inca, con los indios collas, y el cuidado, que tuvieron en depositar los cuerpos de los amigos, muertos en aquella batalla; pone en la misma lengua quichua las palabras, que dixeron los indios, haciendo, y para las palabras, que dixeron los indios, haciendo, y para hacer este deposito: las quales fielm[en]te traducidas de el idioma, tenian este sentido punctualm[en]te: acabado este mundo (decia) nos hemos de levantar todas las gentes, con vida nueva, y con esa misma carne, como ahora estamos. Esta era y fue la creencia de todos, todos los indios peruanos: la nueva vida, resurreccion de los muertos. Punto en la fe, o noticia de ella tan difícil, que no solo los philosophos, y sabios gentiles, sino los israelitas y doctores de el pueblos de dios, quales fueron los sabduceos, hicieron secta de no creerla. Y siendo la tan persuadida, y arraigada en estos indios tan agenos de letras, y cultura, tan diferentes de religion; me obligo a interferir, y decir, que algun apostol, y predicador evangelico les promulgó, expuso, y enseñó esta soberana doctrina.

{símbolo de parágrafo: §} II

89. La misma tuvieron, y creieron los i[n]dios de la Nueva Hespaña, como ya vimos

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mos num[er]o de fr[ay] Geronymo Roman. Y con estas otras mucho mas delicadas, y alusivas a sacramentos. Quien no ve la confesion sacramental, aunque rudam[en]te bosquexada en la que constumbaban estos indios? Confesaban al Papa (dice Herrera (Dec[ada] 3, lib[o] 5 cp[ítulo] 12) de los de Nicaragua) las cosas, que tenian por pecados: con que les parecia quedaban libres.[81] Y quien les enseñó a decir, y confesar, con el sacerdote, sus culpas, y llamar papa al que era su mayor sacerdote? La misma confesion hacian, y en la hora, o peligro de muerte los indios de Vera Paz (afirma Torquemada, lib[ro] 12 cap[ítulo] 11) pero con diversos ministros, diciendo todas, todas las culpas cometidas al medico, o al sacerdote, o agorero, que hacia quenta de los dias de la enfermedad, y de sus terminos; o a los padres, los hijjos, la muger al mardo, y tambien el marido a la muger. Confesion, que havia de ser tan bien verdadera. Y que persuadidos a que, ni en aquella hora, ni en ella, se podia faltar a la verdad; servia para proceder al fuero externo, y castigar por ley a los adulteros, y demas delincuentes. Abusos, y supersticiones, que debemos creer, mezcló el hombre enemigo, el demonio, como pestifera zizaña en la buena semilla, que sembró sagrado labrador, y predicador, en sus almas. Y que, faltando con el tiempo, y su poca docilidad, los verdaderos sacerdotes, y ministros que precisam[en]te ordinarias, y les depuraria el primer ministro evangelico, que les predicó, e instruió en este necesario sacramento; desbarraron a tanto desafino, tomando por ministros a los que no eran verdaderos sacerdotes; y solo a los que en algun modo les pudiesen ser superiores: sacando de aquí el comun enemigo otro provecho, y era retra

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retraer aun quando ya fuesen christianos, esto barbaros, de la confesion sacramental, creyendo erradamente, que como en aquella se havian de revelar los delictos, y castigar los delinquentes.

90. Buen cuidado parece tuvo de disuadirles este error el oculto predicador, o profeta, que como ya vimos (num[ero] 72) les expendió, y puso de bulto la confesion sacramental, en la cueva de Tlacotepec: quien para demonstrar, o lo que hacia o lo que havia hecho, ocmo verdadero sacerdote, y ministro, o lo que havian de hacer con el tiempo (como ya lo han hecho) los que lo fuesen; les puso en estatua, y a la vista (como que la baña el sol desde que nace) la imagen de la confesion sacramental. Y que propria¡ Dos fiuras solas; sin mas acompañamiento ni concurso: el confesor, y penitente: aquel sentado, como juez en su tribunal, en vestido traje, y tonsura de sacerdote, y religiosos: la otra modestam[en]e vestida, compungida, y arrodillada, en accion de decirle al oido sus culpas: lo que puesto para instruccion, degeneró en lastimosa corrupción, y en abuso de la que les predico, e instruió, perseverando solam[en]te el confesar sus culpas; pero confesarla al profano sacerdote, a superior, no a los que les ordenó y dexó, como es muy creible, su primer predicador, y apostol, havian faltado totalm[en]te ni reservaron mas de aquel,[82] y esos, que una sombra gros[ilegible], un catello, digo la tonsura, que como observan sus historiadores, usaron aun los mas barbaros de estos indios. El corte de el cabello (escribe el Cartuxo Salazar Discurs[o] 16 cap[ítulo] 3) de esta gente serrana era notable, y peregrino; porq[u]e se havian coronas semejantes a las de los religiosos. Lo mismo

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mo escribe Agustin de Zarate en su Historia de el Perú (Lib[ro] 1 cap[ítulo] 4) de los que habitan la tierra, bajo de la linea, equinoccial, cuios habitadores halaron los españoles en su ingreso, que traian coronas, casi al modo de as que traen los religiosos: y que como en Nueva Hespaña los serranos, los de una provincia de el Perú, confinante, con la de los quesos, por tradición de sus maiores traian coronas: semejantes, y por eso aun los llaman: coronados. De q[u]e se colige, que faltando los que serin verdaderos, quisieran estos coger por los cabellos la dignidad sacerdotal, y ser lo solam[en]te de cabeza, para la ruda confesion, que continuaron.

91. Y q[u]e nos dirian aun los criticos menos severos, si dexaramos, que si lo tuvieron antes, corrompieron el misterio de la sagrada comunión, y eucharistia? Pero suspendan la censura mientras producimos la historia.[83]  Una, y acaso la principal de las fiestas, que celebraron con su gentilidad los indios mexicanos, era lo que por mayor hacian a su principal d[io]s Huitzilopoztli, y que, por la solemne procesion, que sacaban, y camino de quatro leguas, que rodeaba, llamaron ¡payna Huizilupuztli; sigificando en su nativo idioma El apresurado camino de aquel dios. Describnla, con toda extension Herrera (dec[ada] 3 lib[ro] 2 cap[ítulo] 17) y Torquemada. Nosotros empero no tomaremos de ellas mas que lo que condujere a n[uest]ro asumpto. Las doncellas recogidas en el templo (escribe Herrera (ubi sup.) dos dias antes de a fiesta amasaban harina de bledos, y de maiz untado con miel: y de la masa hacian un idolo grande e[tcétera]. Aderezada esta

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esta su imagen, e igualm[en]te señores, mancebos y doncellas (que este dia, y era el de la fiesta, se llamaban hermanos de aquel dios) lo conducian a las gradas de el templo, y tomando tierra de el suelo, y echandola sobre las cabezas con otras ceremonias de sumision, y adoracion, lo conducian en acelerada procesion al cerro de Chapultepec, que era la primera estacion: despues con la misma misa misa, a la segunda al lugar que decian Atlacuiabaia, y que hoi se dice: Tacubaia: despues a Coioacan; y de alli a Mexico; camino de quatro leguas, que se hacia en quatro horas. Por lo que se decia este camino apresurado.

92. Volvian las andas a las gradas, y con sogas, por su grandeza, se subian a lo alto de el templo, con gran reverencia, musicas, y ruido de atambores, bocinas [símbolo de etcétera] entre estos, y otros aplausos, las doncellas (sigue Herrera) “llevaban muchos trozos de la masa de este idolo, hechos en forma de huesos; y los ponian a sus pies, y los llamban CARNE de Huitzilopoztli. Acabala a fuga los sacerdotes tomaban el idolo, y los trozos, y como pan bendito, a manera de comunion, lo repartian, y daban al pueblo chicos y grandes; hombres, y mugeres, que lo recibian, con gran veneracion, temor, y lagrimas, diciendo, que comian la carne de dios: y llevaban de ella a los enfermos; y tenian por gravisimo pecado, comer, ni beber agua, ni otra cosa hasta pasado medio dia”. Esta es punctualmente la historia.

93.

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Veamos ahora de donde pudo venir a la imagiacion de estos idolatras, la carne de un dios, y un dios en carne? Carne de dios y carne, que se hizo de pan? Pan sacrificado, y bendito, que se repartian por comunion? Carne de dios en pan, y pan en carne, que se repartia, y recibia con tanta reverencia; se llevaba a los enfermos, y obligaba a obtener de comer, y beber, por cierto tiempo?[84]  Convengo en que el enemigo lo arbitrara. Pero no en su primer origen, si en su perversion, o corrupcion. Hazeseme mas creible q[u]e algun evang[eli]co ministro predicase, expusiese y ministrase el sacram[en]to de el altar, y que este mismo, y algunos legitimos ministros, que ordenase, lo enseñaran, y practicaran. Y que faltando estos, y cizañeando el sagrado campo el demonio, hiciera de la verdad idolatria, abuso de el verdadero sacrificio, supersticion de la consagracion, vendiendo por carne, y carne de dios, la suia masa, la abominacion por comunion, y cnvirtiendo aquellos primeros fervores, y cultos, que darian los primeros fieles, en ritos y supersticiones idolatritas.

94. De el mismo modo (para compendiar mucho en poco)[85] podemos creer, hizo el comun enemigo con otros misterios, y ritos, pervirtiendoles muchas buenas doctrinas, y enseñanza, y dexandoles tal qual sombra de verdad. Entre los indios de Nicaragua (nota Herrera Dec[ada] 3 lib[ro] 4 cap[ítulo] 7) No se casaban, y uardaban castidad los sacerdotes, (como la observarian los que lo fueron verdaderos) confesaban los que lo eran entre ellos, y se casaban los sacerdotes, que eran confesores

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sores. Oida la confesion daban penitencia, segun la culpa; y como sus verdaderos sacerdotes No revelaban la confesion so pena de castigo. Con que aun entre fingios, y pervertidos sacerdotes havia celibato, y sigilo, como entre confesores, y sacerdotes verdaderos. Los de Mechoacan (escribe el mismo Dec[ada] 3 lib[ro] 3 cap[ítulo] 10) tenian sacerdotes, que traian los cabellos largos, y coronas abiertas en la cabeza, como los de la iglesia catholica. “Eran predicadores famosos: predicaban en los templos, con terrible espanto, y que causaban a los hombres grandisimos temores: con lo qual los movian a hacer lo que les predicaban, aunq[u]e contra su voluntad, pero no lo podian escusar, porq[u]e el rey los apremiaba a ello”. Y no diremos, o podremos decir, que esta recibieron, y observaron de los, que fueron verdaderos sacerdotes, y predicadores de un apostolico fervor, y eficacia?

95. Mucho mas, teniendo noticias muy expresas de la religion evangelica; pues al dios, que adoraban, y llamaban: Tucupacha “le tenian por hacedor de todas las cosas,[86] que daba la vida, y la muerte: los buenos, y los malos temporales: llamabanlo en sus tribulaciones, mirando al cielo, contendiendo que alli estaba. En suma (concluie el mismo Herrera) confesaba un dios, y el juicio final, y el cielo y el infierno, y el fin de el mundo que hzo dios un hombre, y una muger. Que descendio el Mundo de ellos, y que huvo Diluvio, y un indio dicho Tespi, que era sacerdote, se metió con su muger, e hijos en un madero, como arca, con diferentes animales, y semilas, y que

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y que todos escaparon: y que menguando el agua, embió el ave, que llaman aura, y se quedó comiendo de los cuerpos muertos, y que embió otros pajaros, que tambien se quedaron, y que el pajaro pequeño, muy estimado de ellos por la pluma de diversos colores, volvió con un ramo. Todo esto era sabido por los indios de Mechoacan.

96. Vease ahora su de donde tuvieron estas noticias tan terminantes a n[uest]ra religión, podrian tener las de los verdaderos sacerdoes, de s u dignidad, tonsura, celibato, potestad, sigilo en materia de confesion? Ello es, que /1 o mas/ se han de hacer al demonio maestro, y predicador de myserios de nuestra fe, o hemos de conceder, que alguno de los primeros maestros, y predicadores, de el evang[eli]o lo hicieron en estas partes, y a estas gentes.[87]  Damos empero de mano, a estas, o noticias, o señales, o vestigios de la Cristiana religión en las ameritas, y omitiendo tambien otras que pudieran servir como en el Perú, principalm[en]te entre los incas los nombre de Tito, y Paulo (como que teniendolos frescam[en]te en la memoria, como de sus contemporaneos, y amigos, el apostol, que les predicó, y bautizó a algunos) les huviese impuesto estos nombres; que como reflexa Acosta (lib[ro] 6 cap[ítulo] 22) tomaron despues para si muchos de los incas. Y pasando tambien por alto (como dicen) las imagenes de hombres[88], y niños crucificados, que se encontraron esculpidas en los pilares de algunos templos, especialm[en]te en los pueblos, que llaman de Pasao; cerramos este libro, y vamos a inquirir en el sig[uien]te quien fue el autor, que traxo, o pudo traer estas noticias, y señales?

LI

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FENIZ DE EL OCCIDENTE.

LIBRO II.

Argumento.

Averiguase por la tradición, y por su nombre quien fue el s[an]to apóstol, que dexó tales vestigios en la America; el que levantó la cruz en Guatulco, formó la de Tepic, y algunas otras. Declaran haver sido EL APOSTOL SANTO THOMAS. Confirmase por sus obras, y señas personales. Hallase patente su nombre. Vonvencese obra suia la portentosa cruz de Carabuco en el Perú: atribuiensele sus raros, y estupendos milagros. Penetra a lo mas interior de aquel imperio. Nombre que le dieron, viendole caminar por el mar. Estatua, que le levantaron. Doctrina que enseñaba, templos, que edificó. Pruebase, por sus mismas imágenes, y estatuas, haver sido de el s[an]to apóstol. Pasa su veneracion a adoracion; y de el nuevo nombre que le dieron se colige ser el apóstol santo Thomas el que adoraban.

CAPITULO I.

Comienza a averiguarse en fuerza de constante tradicion, y por su nombre quien fue el author, y s[an]to apóstol, q[u]e dexó estas señales en l’america?

97. Hemos presentado hasta aquí un vasto lienzo, aunque  con grosero dibujo, y bosquejo; las señales, vestigios, y noticias, que de la fe, y cristiana religion se han hallado en ambas americas. Veamos ahora, si en el pie; angulo, y reverso

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verso de la tabla, hallamos, aunque ensolvado, desleido, y borrado el nombre, o Me fecit de su artifice. Que las que hemos referido hasta aquí sean noticias de nuestra religion, y sus misterios; señales de ella, (como lo es ciertamente la cruz) vestigios de quien la predicó, y publicó; no parece se puede negar racionalm[en]te como tambien que fuere algun apóstol, y predicador evangelico el que dexó tales noticias, y señales, se nos está entrando por los ojos, sino queremos tenazm[en]te empeñados en negarse publicó e evangelio en medio mundo; que fuese el demonio su author, y el que levantó cruces, publicó mysterios de fe, estampó huellas milagrosas.

98. Pero averiguar, y saber, quien fue este apostol s[an]to,[89] este atareado evangelico predicador, que corrió mucho mas de medio mundo, y predicó en él, y por él el evang[eli]o es lo que, en su honor vamos a hacer. Y comenzamos afirmando asertivam[en]te, fue el que, antes de cobrar valor, tener espiritu (recibiendo al espiritu santo) sí se mostro timido a las piedras e el hombre de dios: animado despues de aquel divino espiritu, robustecido al tato, y contacto de las llagas, y heridas de su gefe: “quanto antes mas debil, y enfermizo, quanto mas resistente, e infiel quecoapostoles, tanto (dice con el Crisóstomo el angelico (in caten cap[ítulo] 11 loan.) fue despues el mas fuerte de todos, el mas irreprehensible, y laudable el que corrió el solo todo el mundo, y en medio de los maiores peligros se libró de sus

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sus enemigos. Que es decir, el apóstol s[anto] Thomas (Thomas infimior erat et infidelicor alijs: potea ómnibus fortior factus est, et irreprehensibilis: qui solos teoraunm orbeon percunrit, et ios, medijs, plebibus volve batur volentibus cum Inter Ficere.)

99. Este, pues es e apóstol, y sagrado predicador de las ameritas: el sonoro clarín de el Nuevo Mundo, y el que corriendo primero las costas de sus mares, vamos a demandar haver anunciado el evang[eli]o en todas ellas. Y comenzando por las mas barbaras e idolatras, nos hallamos en el pueblo Quauhtocha dicho coruptam[en]te Guatulco, puerto de el mar de el Sur, habitación de indios chontales donde se halla la portentosa cruz[90], que apuntamos arriba, y de autoridad de Gil Gonzalez, expresamos su aniguedad, y tradición de haverla levantado alli en hombre blanco barbudo e[tcétera] aludimos ahora, su constante la tradicion, que aquel hombre blanco fue el apóstol s[an]to Thomas, cuia imagen, y proprio nombre esculpieron con peña viva, y conservaron aquellos indios desde entonces: en cuia memoria fundaron un pueblo estos chontales, que aun se llama s[an]to Thomas. Llamanlo asi aun en su gentilidad, y tuvieron mucho respeto, y veneracion a aquella cruz, por el que tuvieron a su author: augmentaronla en gran manera luego, que sus primeros ministros, religioso dominicanos, renovaron la predicacion de el s[an]to apostol, y les declararon la representacion de aquella insignia.

100. Referimos tambien en la sacrilega audacia de el corsario Francisco

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cisco Drac el incendio, y pretendida derrocacion de aquella cruz; y a su vista nos llama el pasmo el llanto de puro regozijo con que aquel devoto vecindario admiró el santo leño, hecho salamandra entre las llamas: las gracias que rendidamente daba al s[an]to en cuia virtud, y por la interceccion y contacto de su apostol s[an]to Thomas[91]; un grueso tronco, por quinze siglos, seco, y con facilid[a]d inflamable, campea de amiantho en combustion. Aquí las alabanzas de el apostol, y la mas firme creencia de haverla fixado su fe, en aquel sitio. Maiorm[en]te quando no pocas azoradas espinas, que havia atalaiado la tragedia, y porfiado coraje de el hereje, en abrasarla, y consumirla, depusieron nuevo portento, y que por arrastrarla, y hundirla en el mar, ya que havia resistidose al fuego; ataron a la misma cruz las gruesas maromas de sus cables, y levando las ancoras, cobrando el viento imponderable fuerza en las velas hinchadas de sus naos; aquella fuerza que bastaria para arrostrar murallas, no bastó para derrocar, ni mover la s[an]ta cruz, quebrando los cables, y con ellos el heretico orgullo.

101. En fuerza de milagros tan patentes se exaltó el culto, y veneracion de esta cruz, y el reconocimiento, y devocional apostol s[an]to Thomas[92]; a cuia interacesion, y valimiento con su dios atribuian tamaños portentos. Corrió su fama por toda Nueva Hespaña: extendiese a lo mas vecino de el Perú: y en una, y otra america comenzaron a sembrarse reliquias, y milagros. Pero en fortuna tan contraria, que quanto se hacia maior la cruz, por sus portentos, se hacia mennor por sus reliquias. De cinco brazas afirma el Torquemada que era el tamaño de la

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de la cruz, y de latitud correspondiente. Pero el hastillarla en reliquias, tomar cada devoto la suia, y mas estando en sitio publico, indefensa, y a la devocion, y vista de todos, viene a quedar, dice, en un braza. No huvo lugar donde no rebasara algun trozo (ya apuntamos el que vino a un Sagrario de Mexico). Devoto, a quien no cupiese su raja, y al tanto de sus hastillas, y sus trozos se han multiplicado los milagros. De muchos hizo compendio el Torquemada. Quantos mas seran un ciento, y cinquenta años, que han comprendido los que alli escribe?  Aplicada a parturientes, y dolientes, ninguno (afirman) han dexado de recuperar la sanidad, ninguna de lograr feliz parto. Aun en las partes mas remotas las traen en preciosos relicarios seculares, y religiosos, y a su fervoroso contacto se logran los mismos efectos.

102. Cerciorados los superiores de este, si religioso, imprudentisimo destrozo,[93] acordaron acortar los cortes, para que no cortase la cruz. Arbitró el diocesan, que normamos, transferirla a su iglesia Cathedral; donde de le labró una magnifica capilla. Fuese a traher con solemne /…/cesion pusieronse en arma los indios a defender su posesion. Pero convencidos de la razon engreidos, con el maior culto prometido, y conservacion de tan noble presea, convinieron en su translación. Hizose a la ciudad de Oaxaca, celebrase en su iglesia, colocase en su nueva capilla y colocada alli se adora, y celebra diariamente con la maior veneracion, impelida de sus continuados portentos. Su titular, asi por lo que hizo de ella en Guatulco el apostol s[an]to Thomas como por lo que se hizo en su traslacion a esta

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ta iglesia; es la exaltacion de la cruz, en cuio dia son magnificos los cultos eclesiasticos, y populares regozijos. Escogense los mas diestros oradores, que christianam[en]te elocuentes celebran la cruz, y su autor, los frutos de este arbol saludable, y el agricultor, que los plantó. Y entre ls grandes oradores, que por casi dos siglos han panegirizado sus portentos; se aclama y corre impresa la oracion evangelica, que por el de 1703 dixo en dicho dia, y en sis aplauso el il[ustrísi]mo d[octor] fr[ay] Angel Maldonado, obispo de aquella diocesis; quien tanto por su sabiduría, como por su ordinaria authoridad, la pesó incomparable, asi a la tradición de su ereccion, por el apostol, como a los portentos de esta cruz; siendo el mas de admirar entre todos, el que otra cruz,[94] que el canonigo comisario, que fue a conducir a original, puso alli, por quietar, y consolar a los vecinos; bendita, que fue solemnem[en]te, y colocada al mismo sitio a conservar a devocion; hace los mismos efectos, y milagros, que la santa cruz original. A que es muy creible, concurra con su intercesion el santo apostol.

103. No parece, puede haverse establecido mejor esta verdad, y haver sido quien erigió esta s[an]ta cruz el apostol s[an]to Tomas, que con la constante tradicion escrita y figurada en piedra viva, y permanente en la memoria de os moradores, y vecinos de aquel puerto. Y esta, recibida, abrazada, por todos los sucesores hespañoles, que poblaron ambas ameritas; autorizada, aplaudida, y publicada, por los primeros religiosos dominicos, a quienes se encargó la administracion de estos pueblos desde entonces, y por cuia aseveracion, y testimonio se han regula

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regulado los historiadores. Pero despues de todo, y que el p[adre] Torquemada escribió ex profeso de esta cruz; despues de haver historiado su tamaño, imprudentes disminuciones, y milagros; poseido (no me atrevo a decir encaprichado) de la opinión de que en estas regiones no se havia predicado el evang[eli]o ni que alguno de los apostoles maiores, o discipulos los huviesen aportado aquí, antes que viniesen sus menores; dexa caer la pluma, y asienta, q[u]e tiene por muy verosimil, y aun verdad, q[u]e el v[enerable] fr[ay] Martin de Valencia; superior de los primeros doze franciscanos; la levantase en aquel puerto, y no en otra ocasion, que quando tomaba viaje alli para la China.

104. Es mucha, mucha, la authoridad de el Torquemada en cosas de indias, para desatenderle esta apinion. Pero no es tanta en este asumpto. Asienta y escribe el mismo muchas veces, que hizo todo el fondo de su historia, e indina monarquia de los apuntamientos, escritos, e historias de sus primeros religiosos; quienes (tira a establecer su verdad) quienes, dice, “como primeros ministros de estas gentes, y empleados en su administracion continuam[en]te les bebieron sus antigüedades ritos y ceremonias”. De cuia espontanea confesion se infiere, y convence, con acierto, que no haviendo sido los religiosos franciscanos; sino solam[en]te los dominicos los primeros misnistros de los indios, y Nac[ilegible] y chontales, ignoraron aquellos lo que estos supieron de raiz, averiguaron, e historiaron: con que no huvo fuentes de donde sacarlo Torquemada. Tuvo menos; porq[u]e no hai tradición de que el v[enerable?] Valencia levantase en Guatulco aquella cruz; y la hai muy constante de que lo hizo s[an]to Thomas.  Y si esta des

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despues de quinze siglos permanecia en Guatulco, y sus vecinos; como no permanecia, en muchosimos menos años, y entre indios, que, por su edad crecida, pudieran hasta haverlo visto; la tradicion de que otro la erigió? Produzco tambien contra si mismo a Torquemada. Escribe en otra parte (lib[ro] 20 c[apítulo] 8) que su s[an]to religiosos Valencia no vino para embarcarse a la China, a Guatulco; sino al puerto de Tehuantepec, distinto de aquel, y muy distante: luego si levantó esta cruz, al ir a embarcarse, no fue adonde no vino, sino donde no está, ni estuvo aquella cruz.

105. Agravale la cruz otra razon, e historia de mas peso. Razon, la que confiesa el mismo Torquemada. Y es que con toda aquella tierra, y sus contornos, no hai arbol, que sea, o se asemeje al de que se labró la cruz de Guatulco.[95] Y aquí es necesario conceder, o que el que erigió la cruz en Guatulco, traxo de donde no se sabe, la madera para labrarla, y erigirla; o que, hecha, donde tambien se ignora, la traxo a cuestas hasta alli. Lo primero: no hai quien diga, lo hiciese el v[enerable] Valencia. Lo segundo: veremos como lo hizo otra vez, y lo practicó s[an]to Thomas. Y esta era a razon ponderosa. La historia, que tambien es de peso; convence, que si este religioso huviese puesto en Guatulco su cruz, havia de haver levantado otras tres (como lo hizo s[an]to Thomas).  La una en Huiztla, pueblo de Soconusco, cuarenta leguas antes de Goathemala, caminando azia Mexico; donde se halló una cruz labrada de madera, de que tenian por tradición, pinturas, y escrito los indios, que muchos años antes, que se descubriesen

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briesen estas provincias, pasó por alli un hombre blanco, barbado, y vestido, como los españoles (señas, que uniformem[en]te todos daban de s[an]to Thomas) es qual por sus profrias manos la labró e hinco en la tierra, estando toda una tarde postrado, dandole adoracion. Que otro dia (decian tambien) hizo lo mismo en otro pueblo llamado Chiltepec; y lo proprio, que en ambos, en el pueblo, que llaman Ayutla. Otras tres cruces (que debimos agregar a la[s] señales) y que con la de Guatulco debia cargar el Torquemada a su Valencia, pues todas las labró, y levantó e mismo artifice.

§ II

106. La reflexion de que el s[an]to apostol Thomas traxo a Guatulco a cuestas su cruz, nos han conducido insensiblem[en]te adonde deciamos la depuso, y descargó; digo, a Tepic; donde alijado de ella el que deciamos peregrino, y tambien Nazareno penitente figuró la que describimos, en la grama. Añadimos aquí haver sido s[an]to Thomas apostol, el que, descargada alli, la que llevaba a cuestas, sembró (cosa rara¡) su tronco[96], y cogió yerba, que decreciese, y creciese en otra cruz, tan propria de el apostol, y de su fino afecto, y reverencia a las llagas de su dios, y señor, que como nos informan individuos de la ilustre familia de los condes de Miravalle, procesores de el pais; figuró la grama, y señala el lugar de los clavos, y llagas; señalando la que havia de corresponder al costado una pequeña fuente de agua clara, que experimentada devotam[en]te milagrosa, y baboseada de un leproso, restañó de el todo su corriente, como cautelando, no asqueare otro beber aquellas aguas, que hasta entonces se havian apeteci

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tecida con ansia. Hicieronse aquí dos milagros, sanar al leproso, y restañarse la corriente, para que no lavase inmundicias, y que, aunque mas corriese la fuente, a secase el horror, y desprecio por no encontrar contagio, donde buscaba sanidad.

107. Bien que no han faltado otros milagros. Y son los que brota, y vegeta la grama, y hierba de la cruz. Texense en cruces pequeñitas, y aderezanse en pulidos relicarios, acreditando la veneracion la salud conseguida, y libertad, en qualquier riesgo. Debido todo, según padosa creencia, al apostol, y author de la cruz,[97]  como que lo estuviesen viendo, haver sido s[an]to Thomas. De todo se ha hecho historia, que escasea el curso de los años, y tenacidad de los curiosos: e imagino, fuese frente de el libro, la lamina, que observo de presente. Figura la cruz, que apunta en dos, extendiendo mas que debiera la tabla de el I.N.R.I. o cabeza: figurale brazos, cuerpo, y peana, sin mas pinceles, o cinceles, que las varillas de la grama, crecida para lo alto e igualm[en]te a recortada a formarla, en altitud de casi una quarta. Ponele /…/ para tomarle los tamaños, que bien medidos, no excede 1. Hasta de dos baras, y los brazos de bara, y media, fuera de a peana, y cabeza, que tienen menos latitud: inscribele a la frente de la peana: prodigiosa cruz de Tepique, y tienela por substituto predicador de el s[an]to apostol, segun le acomoda este Dysthico: hac Cruz Gentiles, qui no lluntese sa ut credant signum credere natado. Lutiscet.

108. El que aquí, por su alijada cruz, y vestigios de la que for

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formó al su contacto, fue prodigioso de el apóstol; fue adelante trabajo penosisimo, y como nueva penitencia, cargando (y a quien sabe hasta adonde?) aquella cruz, y cargandola a pie desnudo por incognitos, asperos caminos, esta fue constante tradicion en Tepic, y entre sus mas antiguos moradores: como tambien, que apartandose de aqui tomó para la provincia de Xalisco,[98] a que llegando cargado, como creemos, y descalzo, estampó alli , y en una laja las dos huellas de sus pies desnudos, tan intimas, perfectas, y expresivas, que el mas diestro pintor, y escultor no expresaria mejor su anatomía, y hasta la calurosa hinchazon, que le ocasionaria la fatiga. Expresólo asi el buril en la lamina de la cruz, y copiando al lado las dos huellas, segun parece, les sobrepone esta inscripcion: Copia de los pies de s[an]to Thomas estampados en una piedra, en Xalisco, y teniendolos el editor por comprobacion de que enseñaba la cruz e Tepic, le acompañó con otro dystco, que dice:

Coetera que fidi igparent vestigia rectí olim christicolas hic docuire monent. Y estas son otras dos huellas mas, que deben añadirse a los otros vestigios producidos, y que vamos a retocar, en el

CAPITULO II.

Declarase haver sido de el apostol s[an]to Thomas muchas de las huellas, y vestigios ya indicados.

109. No parece, sino que ha sido un mar de noticias, huellas, y vestigios de la predicación de el evang[eli]o en las americas, segun las que se han rebalsado a sus costas.

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Hemos tocado, y casi con los pies, y manos de su autor las de Guatulco, Tepic, y Xalisco en estas partes. Pasamos ahora mas adentro, y tocamos las costas a la provincia, que por lo q[u]e alli levantaron los christianos llamaron Santa Cruz, y hoi el Brasil, donde, y en aquella parte de la plaia, que corre al norte, y puerto de la Villa de San Vicente; en un pedazo de arrecife, o laja, que lava el mar continuam[en]te se ven las dos huellas, que diximos, no cavadas, no de relieve, ni pintadas; sino como hechas de la misma sustancia de la piedra, como jaspe;[99] pero con tintas y colores, que copian vivísimamente dos huellas de pies humanos descalzos, el isquierdo tras el derecho, en accion de quien huie, o camina [h]azoa e mar, la parte anterior para azia el, y la posterior para la tierra.

110. Sobre estas huellas veneradas tambien de los cristianos, como siempre lo fueron de los indios; tomando informacion los que poblaron esta capitania, y los primeros misioneros hallaron por antigua tradicion de padre a hijos de los naturales de la tierra, q[u]e eran plantas (pegadas se creian de los indios) “de un hombre blanco, barbudo, y vestido, que en tiempos antiquisimos anduvo en aquellas partes, llamado Sumé, en su lengua (que es lo mismo, que en la nuestra THOME, y enseñaba cosas de el cielo, u de la otra vida”, son todas palabras de el historiador Vasconcelos (num[ero] 81) que lo fu de la provincia de el Brasil, y se dio al publico el de 1653. Esto en quanto a lo particular de las huellas: quanto a la tradición de todas las naciones, asi de una, como de la otra parte de l’America; que havia noticia entre

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entre ellos antiquisima, y tradicion de padres a hijos; “que muchos siglos despues de el diluvio, anduvieron en sus tierras unos hombres blancos, vestidos, barbados, que hablaban cosas de un dios, y de otra vida. Que uno de ellos se llamaba SUMÉ, que quiere decir: THOMÉ, y que estos no fueron admitidos de sus antepasados, y asi se recogieron a otras partes de el mundo: enseñandoles con todo primero a plantar, y coger el fruto principal mantenimiento de que usan llamado: mandioca. Hasta aquí la historia y declarado, con solo esto haver sido el apostol s[an]to Thomas, quien en todas aquellas, y estas partes de l’America, levantó señales, imprimió huellas, y dio noticias de nuestra s[an]ta fe, pues no lo ofrece la materia.

111. Si caminando con el mismo historiador la dicha costa de el Brasil,[100] en la Bahia de Todos Santos, fuera de la barca, a un lugar que se dice Itapoa; vemos que se le apartan los indios, rodeando aun los que venian, muy cargados, y divertidos en otro pedazo de arrecife, y limpia laja, les preguntamos, como lo hizo el historiador que hai alli? Responden en su propio idioma: pay Sumé pepuera angabaete, queriendonos significar: que está alli pegada la planta de su padre s[an]to Thomas, y es la que diximos, que no asentando el otro en a tierra, formó con solo un pie el s[an]to apóstol, huiendo la persecución de aquellos indios. Lo mismo nos dicen, y que siempre se lo dixeron sus maiores. Y que son de el apóstol s[an]to Thomas otras dos huellas, que dentro de la barra de la misma

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ma Bahia de Todos S[an]tos al lugar que llaman s[an]to Thoqué, en otra plaia, y trozo de arrecife, o laja semejante, se ce impresas de color embebido, u señalado, sino sudado de la piedra, una tras otra, en proporcion de un paso de quien camina, o huie presuroso, como dicen, lo hizo aquí el s[an]to apostol s[an]to Thomas.

112. Y fue el caso que, iendole a tomar el camino los indios, para asirle, atravesó una cuesta muy fragosa, y quebrada, por donde llegó primero que ellos, y tomando la plaia lo vieron caminar sobre el mar. Suia es de s[an]to Thomas, dicen, la fuente, que apretando en su fuga las lajas de la quebrada cuesta, se originó, con tan imperceptible corriente que no se averigua donde mana, sudan las peñas, y no crece, ni mengua en la tasa o pilón, que la recoge, y de donde se vierte en marabillas, recogiendo veeraciones: como tambien es suia y se dice S[an]to Thomas la iglesia, que por esta misma tradición, fuga y fuente, se le edificó en este sitio, muy frequentada desde entonces de los fieles, indios principalm[en]te como dixe. De el apostol s[an]to Tomas, y de su baculo, o bordon grita la tradición son aquí ellas dos huellas, y siete, u ocho leguas de el Rio Janeiro y pais dicho en su idioma: Itafuru, se ve en una peña, sobre que afirman, que el s[an]to apostol predicaba, y llevado de su favor, hizo a golpes, con su mismo baculo, y bordon, horadando la peña, como si fuese blanda cera.

113. De el mimo apostol, y tambien de un su compañero, son otras quatro huellas: dos de hombre mas corpulento, y las otras de hombre

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bre de mediana estatura, que en la altura de la ciudad, dicha Paraiba, se admiran todavía impresas en un peñasco de el monte, y lugar, hoi desierto, y solitario; con ciertas letras esculpidas con ellas, que hasta ahora no se han entendido, sin ser las otras huellas de discipulo de el s[an]to apostol y acaso uno de setenta, y dos de Chistro, que algunos padres, que nombramos, sintieron que lo acompañó. En cuia vista, y de tantas huellas milagrosas, en tantas, y tan distintas partes y las unas tan distantes de las otras, se nos hace de creer, que previendo profeticam[en]te el santo apostol, se havia de ocultar, poner en duda, y aun contradecir su predicación, y la de el evangelio en estas partes; la selló marcó, y afianzó con sus milagrosos vestigios permanentes por tantos siglos, y tenidos por suios, aun entre gentes tan barbaras, con una tradicion no interrumpida.

114. Con la misma tenacidad religiosa afirma esa, y confiesa ser obra de s[an]to Thomas, y que el abrió el camino,[101] que en lengua de el Brasil llaman: Mayrapé, a diez leguas de la ciudad de la Asumpcion: camino por media legua dentro de el mar, todo de arena, y el que al huir por el mar de la persecucion y el que al huir por el mar de la persecucion de los indios el apostol, fue abriendo, retirandose las aguas, por media legua adentro: y el q[u]e con la dicha voz Mayrapé, expresan: camino de el hombre blanco los brasilios. De santo Thomas se llama, y se tiene por obra suia el cementerio, que entre los pueblos de s[an] Pablo, y los arcángeles, en tierras de Taiaoba apuntamos, y publican los naturales, haver allí enterrado el apostol (acaso en alguna epidemia) muchos de los que cathequizó por allí, y bautizó.

115. Como

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115. Como de sus pies descalzos tantas huellas, es tradicion constante, en la ciudad de la Asumpcion, y Paraguay ser huellas de los pies calzados de el apostol, y sus venerables sandalias, las que en una peña contigua a la ciudad se dexan ver impresas, antes cediendo a la de su pie derecho el isquierdo, como se dixo tratando de las huellas solam[en]te, y de aquí parece, que entrando a regiones mas calidas, se descalza, y alijase de abrigo el s[an]to apostol, dexando la tunica, y sandalias, que diximos haver abortado el volcan de Arequipa en aquella su irrupcion pavorosa. Por aquí y desde aquella laja, que estampa las huellas calzadas lo que de las confesiones, y tradiciones de los indios testimonió el il[ustrísi]mo de aquella diócesis, d[on] Lorenzo de Mendoza, quien sobre ella predicaba el apostol; y que a escucharle se llenaban de indios los campos. Que a prohibirles acaso alimentos mas brutos, y nativos les asignó por pan la mandioca, cuias raizes, que como les decia, havian de sazonar en pocos meses, por su incredulidad, y rebldía, no lo harian, como acontece hasta el año.

116. De aquí, internar y remontarse a la provincia, que dicen S[an]ta Cruz de la Sierra, o de el Monte; donde imprimió sus dos desnudas plantas, y gravó con el dedo aquella cruz, como testifican los indios, y la que ha dado nombre y religiosidad a la provincia, en aquella famosa piedra, que aseguran labró S[an]to Thomas, con pies, y manos: y que como Sagrado Paladion, o Numen auxiliar llevaban contra sus enemigos a campaña, la honraban, obsequiaban, y copiaban con sus pendones militares,

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res: lo que sabiendo los hespañoles, y observando afirmaban corteses haverse impreso aquí ellas sus huellas, y esculpidose, en señal de la verdad de su doctrina, con solo su dedo indice aquella cruz su santo Pacume (nombre que dan a nuestros sacerdotes, y ellos a el s[an]to apostol la tuvieron por nuevam[en]te aparecida, y con toda veneracion pompa y obsequio la traxeron a la ciudad, y colocaron en la iglesia maior, donde es venerada, y adorada por prenda cierta de el apostol s[an]to Thomas.

117. De aquí tambien lo que el s[an]to comenzó a predicar en aquellos contornos de l Perú, lo que consta por las informaciones que se hicieron sobre la predicación en estas partes: y en que declaró como testigo de ciento y veinte años de edad aquel caczique d[on] Fernando: que persiguieron y hostilizaron al apostol los barbaros gentiles de aquellas tierras. Que lo aprehendieron varias veces, y azotaron. Que observan bajar de lo alto aves bellisimas a divertirle y consolarle; y alguna vez que le tuvieron preso, y amarrado a desatarle las que entonces creia aves, y eran angeles. De aquí, y para la tierra, firme aquel camino, que llaman de el apostol s[an]to Thomas, y q[u]e el autor de la conquista espiritual de el Paraguay ([símbolos ilegibles]) impresa el de 1639, nos pinta y, describe en estos terminos: “docientas leguas de esta costa, la tierra adentro vimos mis compañeros, y yo un camino, que tiene ocho palmos de ancho, y en este espacio nace una muy menuda hierba, y de los dos lados de este camino crece hasta casi media bara (a manera dire yo de la cruz de Tepic y su hierba)

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ba) y aunq[u]e agostada la paja, se quemen aquellos campos, siempre nace a hierba en este modo: corre este camino por toda aquella tierra, y me han certificado algunos portugueses; que corre muy seguido desde el Brasil, y que comu[n]mente se llama Camino de S[an]to Thomas. Y nosotros hemos /…/ la misma relacion de los indios de nuestra espiriual conquista”. Hasta aquí el autor de dicho libro.

118. Aquí fue donde al nombre de Thomas añadieron los indios para expresar al S[an]to apostol el de Pay Abaré[102], con que quieren decir: Hombre celibato; hombre casto, no obstante que sea padre, o Pay. Y aunq[u]e este por lo que suena padre, lo tomaron sus ancianos, y falsos sacerdotes; pero no por el celibato o castidad, que para ellos siempre fue y aun es mas vergüenza, y aprobio, que virtud, honra y alabanza.  Lo dieron solo, y quisieron elogiar con él al s[an]to apostol, y desde entonces a los verdaderos sacerdotes, a quienes (según la profecia de Etiguara, que diximos, y ellos creieron) llaman: hermanos de el apostol S[an]to Thomas, y padres, como el lo fue. Y aquí tambien (segun el mismo author) la tradicion de el Paraguay cuios narradores convenian en referir la que tuvieron, y que siempre traia el s[an]to apostol una cruz por compañera en su peregrinación. Y que, aunq[u]e en varias partes, lo atribularon, persiguieron, y odiaron por fin le tuvieron en gran veneracion, viniendole a llamar Taapac, que quiere decir: hijo de el criador.

119. Concibiose esta veneracion el s[an]to apostol asi por su prolija peregrinación, zelo, y charidad, que mostraba [h]azia aquellos barbaron; como por la paciencia en {f. 050v}

sus trabajos, por su desinteres, quando como asientan, le tentaron, con riquezas; por su pureza, y castidad, quando lo hicieron con deleites, y regalos. Y mucho mas quando no hallando otro camino a reducirlos, ostentó su poder en castigar los obstinados. Contra si o contra un discipulo suio (como otros quieren) acometieron hostigados de su continua predicacion[103], ciertos barbaros asestandole un diluvio de venenosas saetas y dardos, pero asientan los mismos indios, que rebatieno contra sus mismos enemigos quedó libre el apostol, y ellos muertos a sus mismas puntas. En Tihuanacu, provincia de el Collao hai tradición según averiguo Diego de Alcobaza, y lo participó al inca Gracilazo, que lo escribe (I.P. Lib[ro] 3 cap[ítulo] 2) haver apedreado al s[an]to apostol asi hombres, como mugeres, que reprehendo por sus enormes culpas: y que en castigo de su atrevimiento sacrilego, fueron unos y otras convertidas en piedras, como aun se veia en muchas estatuas de hombres, y mugeres, que se hallaron en aquella provincia; dexandolos piedras, como los halló el s[an]to apostol, a la manera, que aquel capitan ateniense dexó muerta a la centinela, que halló, como muerta de dormida (salem inveni qualem reliqui).

112. Castigo mas terrible, y espantoso fue el que menos nocivo, y provechoso finalm[en]te les preparó el mismo s[an]to apostol llegando al distrito de cacha, provincia de los Canas, diez, y ocho leguas, de el Cozco. Refierenlo varios autores; pero ninguno con la individualid[a]d  que Joan de Betanzos, interprete, como hemos dicho de los indios, e historiador de el Perú por encargo, y mandato de el virrey. “Llegado (escribe) que

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que fue a aquel lugar aquel ombre lanco barbado (que veremos fue s[an]to Thomas) dieron sobre el con gran corage multitud de indios armados para darle muerte. Pero quando mas encarnizados Ens. Intento, e indefenso el acometido, vieron con notable espanto, y sobresalto bajar fuego de el cielo: el qual iba talando, y abrasando la cordillera, ya proximo al lugar en que estaban. Y que harian con tan estraño incendio, viendo arder el monte, y duras peñas?[104] Llenaronse (todos de temor, conocieron venia para ellos el castigo, por su sacrilega intencion; y arrojando las flechas o dardos se postraron en tierra, pidiendo perdon, y por favor al mismo que tiraban a matar. Tomó el santo una bara, o su baculo, y sendo para el fuego, e incendio largam[en]te propagado dio en el dos o tres golpes, con los ue se extinguió y cerró al punto. Quedaron los barbaros tan absortos, como agradecidos: absortos de ver (como aun se registra en el dia) abrasados por mas de un quarto de legua aquel solido monte, y cordillera; tostada, y requemada la solidez, y superficie {de los} peñazcos y solidas laxas rodando, y tan lev/…/ y ligeras a la voracidad de el incendio, como corchos, pumices en atin, o piedras pomez; y lo restante de el monte, y cordillera verde con su hierba, y montaña, con su misma antigua solidez.

121. Pasó a agradecimiento el asombro, y menos incultos los indios, mas urbanos, y agradecidos obsequiaron a su libertados: erigieronle, como a tal, una estatua de piedra, que aun se halló, quando se conquistó aq[ue]l reyno. El mismo Betanzos, que asegura, halló esta tradición invariable en todos los indios de e recinto; añade, que repreguntandoles, (a mas de el incendio, y ruina, que se ve, y en que contes

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testaron uniformes) que señas tenia aquel estrangero, por quien decian, se havia causado y cesado el incendio? Respondieron, que segun sabian por tradicion de sus antepasados, y maiores, tenia la forma, y figura siguiente:[105] era un hombre alto de cuerpo, con una vestidura blanca, que de daba a los tobillos; la qual traia ceñida; tenia el cabello corto, y en la cabeza una como corona hecha, como la que trae los clerigos sacerdotes: andaba siempre destrozado y traia en las manos un libro a la manera de Breviario concluieron su relacion, añadiendo, que este hombre blanco, con dos compañeros suios se entró a la mar, junto al Puerto Viejo, por donde andaban sin navio, y sin barca, como si caminaran por tirra. Obras proprias de el s[an]to apostol, y señas, que todos dieron de su estatura, que aun promueve el sig[uien]te

CAPITULO III.

Insistese en la misma materia, monstrando por sus obras, y señas ser aquel /…/ sino el apostol s[an]to Thomas.

122. Andamos todavía en los contornos de el Perú: y llegamos a lugares, e incultos, y en q[u]e por los conatos, y esfuerzos, que puso el s[an]to apostol para avasallar su supersticion, e idolatria, se dio a conocer por sus señas, y sus obras. Carabuco pueblo de los mas barbaros, y supersticiosos de el Perú, fue por eso mismo el 1 mas de los maiores trabajos, sudores, y fatigas de el apostol. Aqui fue donde para extirpar la mas ciega idolatria, y auientar al demonio tyranamente apoderado de aquel pais, levantó aquella cruz que (como diximos recopilando las señales) pasó por fuego, y agua sin lesion y sepultada

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da entre cieno, lodo e inmudicias por no menos, que quinze siglos, salió triunphante, como su dueño, de el sepulcro. Y aunque mucho acreditó al apostol su ereccion, me creo lo acreditó mas su invencion. Era ya Carabuco, no como antes, posesion de el demonio sino poblacion ya christiana, de muchos arreglados vecinos; de indios bien dotrinados, christianam[en]te religiosos, atentos con esmero al culto divino, y solemnidad de las fiestas. Concurrieron sus barrios, y parcialidades a una de ellas (y era e corpus) Ya concluida, y q[uan]do entre el reflejo, y regocijo, ardia al calor de su licor a emulacion, y discordia; vinieron sino a las manos, a las voces, unos, y otros: de ai, a los oprobios, y baldones. Entre otros que amontonaron los foraneos a los naturales de el pueblo fue decirles: “Vosotros mis mal inclinados, y hechizeros; y vuestros antepasados apedrearon a un SANTO, que les predicaba la fe, y creencia de un solo dios, y pretendieron quemarle una cruz que traia consigo: esta la teneis escondida; y sabeis muy bien donde está, y no la quereis mostrar.

123. Clamorado, repetido, y aseverado este baldon,[106] llegó a noticia de el cura de el lugar, conocido por el padre Sarmiento, y por un gran siervo de dios, y quien alternando halagos, y amenazas, ofreciendo hallazgos, y tambien intimando castigo vino a certificarse de el lugar que havia sido sepulchro de la s[an]ta cruz, por tantos siglos. Cavose hasta tres estados de tierra, sudose, afirmose, y sacose por fin la executoria de la habitación, y predicación de el apostol S[an]to Thomas en aquel pueblo, y sus comarcas, la prenda y reliquia mas sagrada, asi por cruz, como por la {f. 052v}

labrada, y soportada de las manos, y hombros de el apostol, el thesoro riquisimo de marabillas, y portentos, que por ella ha hecho dios, principalm[en]te contra rayos, e incendios. Muchos testifican las historias, y no pocos compendió el augustino fr[ay] Alonso Ramos en la Historia de N[uestra] S[eñor]a de Copacabana desde el cap[ítulo] 7 al 11. Pero ninguno maior, que la misma cruz, testigo el mas calificado, y testimonio, de verdad, que hizo, labró, y perpetuó el apostol s[an]to Thomas, a comprobar su residencia, predicación, y bellos pillos en estas partes de el Perú.

124. Hagase reflexion sobre este hallazgo milagroso, y considere el mas incredulo, sí el archivista mas curioso, el Historiador m[a]s desvelado, y aun la misma corriente tradición podia haver hallado momento mas clasico, testimonio mas authorizado a comprobar lo que dice la misma tradición, que esta cruz? Esta, que como ella aseveraba, y publicaba, no se labró, ni se pudo labrar en este pais: la traxo labrada el s[an]to apostol, y fue su inseparable compañera: esta, que arbolaba en este pueblo conspiró contra sí, y su author todo el infierno, alteró a os demonios, de que resistiendose a su persuacion los idolatras quatro mas afanaron a destituirla, hizo milagros dios a conservarla: la derrocan y arrojan en el fuego, como les sugirió el enemigo; y siendo, como leña al incendio, burla el fuego por muchos dias, y solo permite alumbrazo se sollame, y chamuzque levemente, a ostentar, que el brazo, y poder de dios la defiende de la arrojó a un profundo rio, y contra su innata ponderosidad, y solidez, si se sumerge al ímpetu de echarla, se halla sobreaguada, y nadando, como la caña mas ligera: empeñados en desparecerla los idolatras

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tras cavan a la orilla de el rio (para que rerevirtiendosele las aguas facilite su corrupción) cavan digo, hasta cinco estados, sepultan a cruz en lodo, hacen lapida de inmundicias, aprietanla de ellas, y a mas ocultar, y despreciar el santo leño, hacen publico albañar su sepultura, quando menos, quinze siglos, y al fin de ellos, sin otra revelacion, que la tradición de su dueño, su oscultacion, y causa de ocultarla, se descubre, se halla, se saca tan incorruptible entera, y sin lesion como si se acabase de enterrar.

125. No parece pueda haver tradicion mas verdadera, mas segura que la que afirma hacerse escondido lo que se halla. Y si esta, como el thesoro, añade al dueño, los que lo soterraron, porque? Y quando? Todo se le debe creer, y dar por cierto: luego diciendo la tradición contnuada, por tantos siglos, que el apostol s[an]to Thomas traxo consigo, en su entrada a este pueblo, esta cruz: que la arboló, se la demoraron, escondieron, y enterraron los idolatras; se comprueba por esta cruz, y se atestigua, como, con el mas solemne juramento. No dixo (dirán) esta tradicion expresam[en]te que fue s[an]to Thomas el que la traxo, y la arboló aquí en Carabuco. Pero lo dice la misma tradición de todas estas partes de el Perú,[107] como ya hemos expendido varias veces, y promueven los historiadores de aquel reyno. El de la conquista espiritual de el Paraguay, convence de las mismas tradiciones, que padecio en todo el occidente, comenzando por el Brasil, y que pasó naturalm[en]te en embarcaciones de romanos, que por la costa de Africa, tenian comunicacion con l’America.

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ca o que dios por milagro lo llevase (como es mas visto) que pasó al Paraguay, y de allí a los peruanos. Que en el Paraguay (como ya vimos) le conocen en el dia por su nombre, llamandole: Pay Tumé. Cita, y dice, posée, una relacion de el d[octo]r Francisco de Alfaro consejero, que fue de el de Hazienda; el mas practico, que se conoció en cosa de los indios, por haver andado las partes mas remotas de todo el Perú, y Paraguay; y en que dice: “Quandi estuve gobernando la gobernación de Santa Cruz de la Sierra, supe que havia en aquella tierra, noticia de un S[an]to que llamaban PAY TINIE; el qual havia vendo de muy lexos. De suerte que entendí como havia de el Brasil, por el Paraguay.”

126. Lo mismo da por cierto el p[adre] Pedro de Ribadeneyra, diciendo: y no solam[en]te predicó el s[an]to apostol a Judas estas provincias; pero en el Brasil escribe el p[adre] Manuel de Obregón, provincial de la compañía, en aquella provincia. Y quien en carta, que recibió a d[on] Martin de Izpilqueta, su f[ec]ha en la ciudad de el Salvador, que está al oriente de el Brasil, año de 1549, le afirma q[u]e los naturales de aquella provincia havian conservado por tradición de unos a otros la memoria de haver aportado aquella religión el apostol s[an]to Thomas. Que lo mismo los moradores de el pueblo llamado s[an] Vicente, que está al principio de el Brasil, los que dicen haver aprendido de s[an]to Thomas los manjares, que havian de usar, sin rezuelo de morir, o enfermar. Que los mismos brasilios muestran las huellas de el s[an]to apostol señaladas en varias piedras: las que en otra carta de 1552 afirma el mismo padre haver visto.

127.

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127. De aquí los dichos, y otros authores /…/ la tradición a certidumbre, comprobándolo de la profecía, que como en el oriente (veremos donde la hizo primero?) hizo aquí en el Paraguay el s[an]to apostol, quando dixo: “esta doctrina, que yo os predico, se os ha de olvidar, pero quando vengan unos sacerdotes sucesores mios, que traygan cruces, como yo traigo entonces volvereis a oir la misma doctria[108], que yo os enseño”. De cuia enseñanza, y doctrina les quedó hasta nuestros tiempos (sigue el author de la conquista espiritual de el Paraguay) el conocimiento de el arcano misterio de la s[antí]s[im]a Trinidad, si bien ya olvidados, celebraban supersticiosamente una gran festividad de este misterio (trae las tres estatuas de el sol, padre y señor, sol: hijo de el sol, y hermano de el sol, que ya notamos. El dios, que decian Tanga, en que adoraban tres en uno, y uno en tres, como ya vimos). Lo qual (sigue) tengo por muy probable, que les quedó de el apostol, y ellos la aplicaron a sus idolos. Y aun entiendo, que el nombre, que en el Paraguay dan a dios, que es Tupá[109], y corresponde al /…/ lo inventaron los mismos indios, siendo las marabillas, que de dios les comunicaba el s[an]to, y espantados dixeron Tupá? Quid est hoc? Cosa grande!

 

 

128. Lo mismo que este author en su conquista espiritual de el Paraguay, se escribe en la crónica citada de el Brasil, donde recopilando su autor (Vasconcelos) varias tradiciones, y noticias, cierra diciendo: “Finalm[en]te pruebase, que anduvo por estas partes el apostol s[an]to Thomas, por sus teatimonios infinitos de todos los reynos de la America, y de todas las gentes, y na

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naciones naturales de el Brasil, de el Paraguay, de el Perú, especialm[en]te de el Cuzco, Quito, y MÉXICO, como largam[en]te trata y confirma el p[adre] /…/ fr[ay] Antonio de Calancha en el lib[ro] 2 de su Historia Peruana, cap[ítulo] 2º.[110] Lo que todo supuesto, quein havria, que niegue hoi el haverse de tener por cierta, tradición tan constante por tantas vias, por tantos reynos, por tantas naciones, y casos tan extraordinarios? De otra manera negariase la fe comun de la tradición humana, en todas las demas cosas, tanto contra el estylo de el mundo, e intento de la sagrada escritura, que nos dice: preunta a tus padres y te anunciarán la verdad; a tus menores y te la dirán. Y sino, pregunto to: asi como en el papel las letras, porq[u]e no se imprimirán tambien en la memoria, las especies de las cosas memorables? Neguemos, pues las hazañas de los cesares, pompeios, y de nuestros viriatos (era este autor portugues) sertorios, y otras historias semejantes.

129. Y para mas asegurar la tradición, y especial cuidado, que huvo a conservarla entre los indios, meditese esta breve narración referida, por el p[adre] Alonso de el Valle, en su Historia de el Reyno de el Chile[111] (lib[ro] 8 cap[ítulo] 1 [parágrafo] ult[imo]) y contestada por el p[adre] Diego de Torres, fundador y provincial de aquella provincia, e interlocutor de el suceso. Caminaba un dia (y era de fiesta) por uno de los valles de Quito, y dando en un corro, o turba de indios, viio el mas anciano de ellos, que al son de su tamboril cantaba ciertas historias en su idioma. Oianle, con notable, atención, y cuidado otros mancebosm que no parecia

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cia le perdían una silaba. Detuvose el religiosos caminante; y receloso (como entonces todos los ministros) de algna superstición en aquel tono, preguntó cuidadoso, que canto o ceremonia era aquella? Respondio uno de los oientes, que aquel indio era el archivista de el lugar, y que al presente cumplia la obligación que tenia de salir los dias festivos a aquel sitio, y repetir cantando las tradiciones y cosas memorables de sus antepasados; y hacerlo en presencia de aquellos, que lo oian, y que por su muerte estaban destinados a sucederle en el empleo. Porque, como los indios (añadió) no tenian libros, ni escritura, usaban de aquella diligencia para conservar la memoria, y noticias de lo pasado. Engolosinado en la curiosidad el religioso repreguntó, que era lo que cantaba de presente? (era todavía nuevo en el pais) respondiosele que cantaba primero la historia, y plaga de un diluvio, que huvo en el mundo antiguamente: el que inundó toda la tierra: Y que pasados de aquel diluvio muchos siglos, habiéndose vuelto a poblar de nuevo el mundo, vino al Perú un hombre blanco llamado THOMÉ a predicar una ley nueva nunca oida en aquellas regiones.

130. Exemplo es este, y monumento, que demuestra con  evidencia n[uest]ro asumpto, y la fe, que se debe dar a las tradiciones de las gentes, aunque mas rusticas. Y barbaras. Que mas hará el historiador mas diligente, escribiendo en papel los sucesos, que lo que hacia aquel de el tamboril asentándolos en la memoria de los que le estaban oiendo? Y porq[u]e haremos mas aprecio, y estima de lo

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lo que se escribe en un papel, que de lo que se estampla, e imprime en la memoria de los hombres? Quede, pues, en quanto cabe en la fe humana convencido, haver pasado el apostol s[an]to Thomas a estas partes, con /…/, y /…/ de el Perú, y haver arbolado el mismo s[an]to apostol en el pueblo de Carabuco la s[an]ta Cruz, que conduxo, levantó, y le derrocaron los idolatras: la que pasó por fuego, y agua por respecto, e intercesión de el mismo s[an]to y la que después de tantos siglos hallada milagrosam[en]te convencio con iguales portentos, y señales ser obra, conducción, y preservación de el s[an]to apostol, como dirá el sig[uien]te CAPITULO IV.

Prueba ser obra de el apostol s[an]to Thomas, y de su merito lo raro, estraño y apreciable de la cruz hallada en Carabuco.

131. Ha convencido hasta aquí la tradicion haver sido esta celebre crua obra peculiar, y conducción de el apostol s[an]to Thomas: y lo convence de aquí la misma cruz por su tamaño, y estatura, por su peregrina madera, y hechura; por su milagrosa conducción, admirable veneración que se ha conciliado, y por los innumerables portentos, que ha hecho dios, con ella, y sus fragmentos. Comenzando por el tamaño, y figura, ella era al parecer de un tronco vasto; pero desconocido, y peregrino: de dos baras, y media castellanas; gruesa, por labrar, y tan robusta, que después de labrada, en su invención, quedó de un palmo de ancho en quadro; y tan solida, tan pesada, que la mitad de ella, que se llevó a Chuquisaca aun

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aun siendo de bastante corpulencia, y robustez, iban (como dice la historia) rebentando dos mulas que la llevaban, en unas prihuelas. De que en en esta corte (dice el d[octo]r Alfaro) hai abonados testigos, que la vieron llevar. Pondera el mismo la pesadez de su materia, y asegura haver hecho varias veces experiencia, y no con algun trozo, sino con muy pequeñas particulas, de su tronco, q[u]e echadas al agua se hunden al instante, y van a fondo. Y aquí resalta el antiguo portento de este sagrado leño; pues llevandolo, y debiendolo llevar su entera ponderosidad a los profundo, quantas veces la sumergieronlos idolatras, en el vecino rio, la hallaban nadando, y sobreaguada, como corcho. Y en que, parece, le comunicaba su agilidad, y volatilidad el s[an]to apostol.

152. Esto empero debemos entender quanto a aquel dote, y preeminencia de no permitir hundirla, y sepultarla, mas no quanto al trabajo, y martirio de cargarla[112]. Es ciertisimo, que el  s[an]to apostol fue devocisimo de las llagas de su dicino maestro, que como el colyrio de sus ojos, y llaves maestras de su fe, tuvo siempre en el corazon, y a la vista. Y como exteriormente no las podia llevar por muestra a los gentiles, se aprovechó sin duda (razona con su Historia Moral cap[ítulo] 27 el p[adre] Acosta) de el sagrado instrumento de la cruz, en que se abrieron, y estamparon. Y de aquí tambien (a mas de la constante tradicion) se debe creer, que siempre caminó la cruz consigo. Cargó la cruz desde el principio de su predicación hasta el fin. Cruz en el corazon, cruz en la voca; cruz en las manos, y en los hombros, cruz en sus ropas, y vestidos (de que, como diremos, hizo gala) en el oriente, nos dicen los historiadores dio por signo

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no de la fe, que se volveria alli a predicar, una cruz; aquella ante {la} que siempre hacia oracion. En Meliapor, y Hermite, donde fue martyrizado, se muestra (y vemos) otra cruz cortada de piedra con algunas manchas de sangre, orlada de letras incognitas, como las que aquí en Occidente referimos, y dexadas las otras cruces de piedra, que dexó en varias partes; la que conduxo a Carabuco, aunque de palo, parece en lo perchado, y solido de piedra, de piedra en el peso, y de piedra en su incorrupcion: sumergida bajo de tierra quinze siglos, y extraida tal como hoise admira, entera, solida, y macisa, como lo pudiera estar una piedra, con un olor tan especial, que, parece, se embalsamó a la incorrupcion.

133. Y creemos se labró de alguna madera de aquel pais[113]? De ello debianhacerse cargo los que dificultaron, se huviese de embarazar con tan pesada carga el s[an]to apostol, por tanta longitud de leguas. Pero los desengañó la inspeccion, No se hizo, ni se pudo hacer, en Carabuco. No se halla, no en toda su comarca, no digo madera parecida; pero ni alguna provechosa para obra mucho menor, que su cruz: pobrisima aun de la leña, que se astilla para el fuego. Depusolo en su discreto Memorial el Consejero don Francisco Alfaro: “Advierto (dice) que en todas aquellas tierras alrededor de la laguna (que todas las he andado) son muy faltas de madera, y aun de leña. Sin duda (sigue) aquella cruz vino de muy lexos; porq[u]e no he visto en todo el Perú, madera semejante, ni de su incorruptibilidad, olor y color”. La misma inopia, y falta de ella se averiguó de todo el distrito, y provincia de el Paraguay: “Porque en treinta años (decian) sus

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sus primeros ministros, que andamos en aquellos montes en busca de indios gentiles, nunca hemos visto tan especia de madera.

134. Sin embargo uno de los mas diligentesm, y curiosos, que logró, y con testimonios autenticos un pedazo de esta cruz milagrosa; cotejandola con una especie de madera que se halla en el Brasil, que los naturales llaman xacaranda, y los hespañoles palo santo,[114] de que se labran piezas muy curiosas por remedas al ebano; halló, que es de la misma especie, y asi lo afirman, y aseguran artífices practicos en conocer, y labrar esta madera, con quie se confirió y especuló, con todo cuidado, el olor, y color de una, y otra, muy particularm[en]te en el peso. Y se halló tambien, que asi como muy pequeñas partículas, o hastillas de el palo santo luego que se echan en el agua se hunden, y van a fondo, asi tambien las de esta cruz, y su madera. De donde se convence, que el s[an]to apostol formó esta cruz en el Brasil, donde al menos para la America Meridional, comenzó su predicación. Y se hace creible comunicó esta especie de madera a las virtudes, que la experiencia nos enseña en beneficio de la humana salud, por quanto bebida l’agua con que se cuece haze provechosos efectos, principalm[en]te contra la disenteria: causa por la que la voz comun de los convalecidos le han puesto por nombre palo s[an]to.

135.  Y como no lo havia de ser, asi en la madera de esta especie, como en el figura de la cruz, por el contacto de el apóstol? Que no le comunicaria de esas virtudes al cortarla, labrarla con sus manos? Cargarla, conducirla por tanto tiempo, y tantas leguas? Mas de

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de mil, y docientas corren desde el Brasil hasta el pueblo de Carabuco, adonde la conduxo, y enbió. Y que no beberia de sus sudores? Que no apuraria de sus afanes? Qué? De aquellas manos sacratisimas que tocaron, penetraron, se internaron en las llagas de el salvador, fuentes de que reboza, y se difunde la Divinidad de el hombre dios? Y que no se le comunicaria a la misma cruz en premio, y recompensa de su atlante? De sus ansias, fatigas, y cansancio, que padeceria y sufriria en tan prolijo camino, y tantas leguas? De los frutos de este arbol sagrado hemos de colegir los trabajos, y afanes de su autor, en conducirlo y arbolarlo.

136. No creo, dexe de confundirse, y moverse al agradecimiento, el mas distraido, viendo de aquí con quanto esmero, empeño, y trabajo tomaron los sagrados apostoles, y s[an]to Thomas principalmente el de anunciar, y predicar la fe de Christo. No le bastó a este su apóstol amantisimo correr lo mas de el mundo antiguo; corrió (como vamos viendo, y veremos) todo el nuevo, y aun no conocido nuevo Mundo. Y lo corrió no solam[en]te suportando la cruz interior de la evangeliza predicación y sus peligros, sino las que agovian el cuerpo: las cruzes, que labró, y arboló. Cómo? (se debe presentar) viajaria el s[an]to apóstol mil y dozientas leguas desde el Brasil a Carabuco, llevando al hombro aqeuella cruz cuia mitad agovió dos bestias bien robustas? Que afanes? Que fatigas en tan prolija caminata? Ni dexa dudar que la soportase, cargase, y trajere consigo, la

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la misma profecia de el Paraguay, “Quando viereis (decia a sus vecinos) mas hombres sucesores mios, que traxeren CRUCES, como yo traigo; entonces volvereis a oir la doctrina, que os enseño”. Yo ¡quanto aun pesadas, mucho menos las de aquellos sucesores ministros! Que las traxeron en las manos, aquella mortificacion, y penitencia.

137. Conocemos, y tambien confesamos que su divino maestro a cuio precepto, obsequio, y honor consagraba estos trabajos, y fatigas, o le esforzarian tan sobre sus fuerzas naturales; o le aligeraria de manera el paso, y robusteza de aquella cruz, que equivaldría al de una paja. Y que, como allá en el oriente un madero de inmensa magnitud, que muchos hombres, y elefantes  no podian mover de su lugar, echando el cinto el s[an]to apóstol lo arrastró, y conduxo por diez millas a que sirviese a la fabrica de un templo: con la misma facilidad, fuerza y vigor cargaria, y suportaria por tantas leguas el sagrado madero de su cruz al edificio, y fabrica espiritual de Carabuco. Pero como el señor con su Divina Providencia, vivifica, y tambien mortifica; fortalece, y tambien debilita; debemos, si admiramos de las fuerzas, compadecernos de sus trabajos, y fatigas, que para augmento, y premio de su merito dexaria sufrir al s[an]to apóstol; pues quando en estas mismas correrias, permitió, como vimos, lo apedrearan, y azotaran los gentiles, quando lo dexaba en sus  aflicciones, y prisiones hastas que los angeles vinieran a desatarle, y consolarle; quando a este, y demas de sus s[an]tos o apóstoles les permitio tantos trabajos

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bajos (como de si enumera 5 Pablo) y finalmente quando a todos los dexó morir, y acabar el rigor de los mas atroces tormentos; como no se agotaria, y recrearia en los trabajos, y fatigas, que suportaria con tan pesada cruz el s[an]to apóstol, por la quebrada, espinosa, amarga senda de mil, y docientas leguas caminadas, sin mas Cyrineo, que su paciencia?

138. Ciertamente dixo muy bien su amado maestro ¡Que harian sus mismos portentos, y maiores! Y lo digo, y creo por esperincia, viendo la cruz de el Salvador hundida, y sepultada por tres siglos solamente: la de s[an]to Thomas, por quinze siglos aquella en piedra viva, y tierra enjuta: esta, entre cieno, lo /…/ les, e inmundicias: aquella, que la calificó, y publicó un milagro, o de resurrección, o danidad: a esta tantos portentos (dice el latino historiador de el Paraguay lib[ro] 6 cap[ítulo] 4)[115] quanto fue el aplauso, y celebridad, que se concilió en poco tiempo (Tantam celebritatem brevi tiempote consequutum (crucem) quantium illepanata inmacula pepeverunta) entre los quales aquel (sigue) es el mas asombroso, y admirable, que a la manera, de la original cruz de el redemptor; cortada, y dividida en varias  particulas, nada pierde de su tamaño, y magnitud; creciendo otra vez tanto quanto para fomento de la piedad de los devotos decrece, y disminuie el corte de pequeñas partículas. Nada mas ponemos, que sus voces traidas de el latin al castellano (Inter que illud mirandet magis quon non secus ac primaria cruz, particulatim seisa nihil sus magnitudenis deperdat, tantum portentose creceré, quantis ad

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ad tovendam mortaluion pietatem minutarum particularum /…/ deprevenit.

139. Ni se desconsuele el efecto entendiendo, que el autor, fabrica, y lugar en que se hizo esta cruz, como su atlante, y conductor por tantas leguas, con su ereccion, derribo, combustión, sumersion, y sepultura; se quedó tambien sepultada en las cavadas minas de la America, donde todo lo raro se entierra, y solo se afana, y saca plata y oro, corrió, y se difundio al orbe catholico; bien que como de mas reciente data su invencion, no la escribiesen, ni pudiesen escribir los primeros authores de estas partes; llegó por fin a la capital de el mundo, Roma, donde logró admiración, credito, y tambien veneracion a sus reliquias.[116] Y fue quando el v[enerable] Diego de Torres, fundador de su provincia, y primer provincial de ella en Paraguay; nombrado procurador general de aquella curia: llevó (cosa rara!) llevó reliquias de Indias para Roma; y labradas de hastillas, o encostradas en oro (como se explica el latino historiador) las regaló a la santidad de Clemente VIII, y a muchos de los em[¿?]mos cardenales, quienes con la precida admiración de su origen, y debida veneracion a sus portentos, las recibieron, y apreciaron. De que tomó el mismo procurador testimonio, que asegura, observó para historiarlo el dicho author (Noster (dice) Didacur de Torres carabucensi crucis particulas auro inorustratas Clemento Octavo, et aliquos purpurantis patribus cum obtuliret, non sine astimatione rei mirabilis, receptas fuise, un authenticis schedir traditis reperio) y esta fue propriam[en]te la cruz, que se labró s[an]to Thomas para entrar a predicvar en el Perú, donde le vamos a buscar y será en el CA

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CAPITULO V.

Muestra haver entrado, como, y por donde vino al Perú el apóstol s[an]to Thomas.

140. Si alguno duda (dice el historiador de el Paraguay) como navegó el apóstol S[an]to Thomas para l’America, lea la carta escrita en l’Asia de un piloto, que hace manifiesto, y demuestra, como le pudo hacer, sin milagro (si quit ad dubiter quo tandem mudo in American apostolus navigarit, legat epistolam Assiaticam Navarcha demontrantis, id, sine miraculo fieri potusse) Reflexando empero las noticias, y tradiciones referidas, como algunas aun no expresadas, ni hallamos necesaria la prolija indagación de su natural navegación, y transporte.[117] Muchos de los mismos gentiles, que lo comunicaron, y asecharon, dexaron por tradición a sus menores haverlo visto navegar sobre su manto, y a pie enjuto: otros haverse hecho largo camino de arena sobre el mar (el que se admira, y venera todavía). No pocos, destrozar los carrizales, y arrasarlos, para hacerse camino en las lagunas, que aun dura, con el respecto y nombre de su autor. Vieronle otros navegar sobre su cruz, sino en pie sobre ella, arrodillado, como hace creer su devocion. Y muchos finalm[en]te queriendole aparecer, y desaparecer subitam[en]te de sus ojos, afirmaban que venia, e iba por el ayre: motivo porque la desvaratada veneracion o superstición de los indios mexicanos lo auguraron (como veremos) dios de el ayre, adaptandole el arrheo de plumas ricas y los peruanos, que con los mares le dieron el nombre, que lo expresaba espuma de el mar.

141.

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141. Poco empero tenemos que averiguar de estos transportes, quando por las mismas tradiciones de los indios, principalm[en]te de el Perú, aun los authores, que menos creieron su arribo, nos dicen por donde, y como vino. El famoso Antonio de Herrera Chronista General de las Indias, averiguó (Dec[ada] 5, lib[ro] 3 cap[ítulo] 6) lo que declara en estos terminos “Cuentan los indios, según lo tienen por tradicion de sus antepasados, y parece, por sus cantares, que en su antigüedad estuvieron mucho tiempo sin ver el sol (sería acaso el eclipse universal, en la Pasion de el Nombre de Dios) y que por los grandes votos, y plegarias, que hacian a sus dioses, salió el sol de la laguna Titicaca, y de la sila, que está en ella, que es en el Collao; y que pareció luego (seria a los diez o doce años)[118] por la parte de el mediodia un hombre blanco, de gran cuerpo, y de venerada presencia, que era tan poderoso, que bajaba las sierras, crecia los valles, y sacaba fuentes de las piedras, al qual por su gran poder llamaban Principio de todas las cosas criadas, y padre de el sol (delante a sí, podemos discurrir, lo que les predicaba de dios) porq[u]e dio el ser a los hombres, y animales, y por su mano les vino notable beneficio: y que obrando estas marabilas, fue de larfo [h]azia el norte, y de camino iba dando orden de vida a las gentes, hablando, con mucho amor, amonestando, que fuesen buenos, y se amasen unos a otros: al qual hasta los ultimos tiempos de los ingas llamaban Ticu viracocha, y en el Collao, Tuapaca, y en otras partes Amará, y que le hicieron muchos templos, y vultos en ellos a su semejanza a los quales sacrificaban”. Con que ya tenemos

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mos en el Perú, un hombre blanco, barbado, poderoso, de tales prendas virtudes, y hechos milagrosos, que lo tienen los gentiles por dios, le levantan estatuas, adoran en imagen, le labran templos, y ofrecen sacrificios. Y no será este el que con las mismas virtudes, y portentos, han corrido todas aquellas partes, le iban llamando en unas Pay Sumé, en otras Sumé, Thomé en otras? Si este no es, quien hai, que me diga, quien fue aquel?

102. Dicen tambien (sigue el mismo Herrera, y con mas expresion a n[uest]ro asumpto) “Dicen tambien, que pasados algunos tiempos, oyeron decir a sus maiores, que aparecio otro hombre semejante al referido (era el mismo ya visto en una parte, ya en otra) que sanaban a los enfermos, daba vista a los ciegos. Y que en la provincia de los Cañas, queriendo locam[en]te apedrearle, le vieron hincado de rodillas alzadas las manos al cielo, invocando el Divino favor. Y que parecio un fuego de el cielo, y que los espantó tanto, que con grandes gritos, y clamores, le pedian, que los librase de aquel peligro, pues les venia aquel castigo por el pecado, que havian consentido: y que luego cesó el fuego, quedando abrasadas las piedras, y hoi dia se ven quemadas, y tan livianas, que aunq[u]e grandes, se levantan, como corcho. Y dicen, que desde allí se fue al mar, y entrando en ella, sobre su mando tendido, nunca mas se vio: por lo qual le llamaron Viracocha, que quiere decir espuma de el mar nombre, que despues mudó significacion. Y que luego le hicieron un templo en el pueblo de Cacha”. Hasta aquí, con sus mismas voces Herrera. Y de aquí la cri

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crisis que hace de esta tradicion.

143. “Algunos castellanos (sigue) solo por su discursohan dicho, que este debia de ser algun apostol[119]; pero los mas cuerdos lo tienen por vanidad; porq[u]e en todos estos templos se sacificaba al demonio, y hasta que los castellanos entraron con los reynos de el Perú, no fue oido ni predicado el s[an]to Evangelio, ni vista la s[antísi]ma señal de la cruz”. No havia visto, ni se havia noticiado a este escritor la de Carabuco, que acabamos de referir. Y si esta no, por haver sido posterior su invencion, al tiempo, en que escribió su Historia General, las obras, que hemos referido, y se hallaron a los principios, y entrada de los castellanos; podian haverle dado alguna luz dios nos libre de seguir con preocupacion alguna opinion queremos hacer fundamentos a impugnarla los que le son a establecerla.

144. Fue acaso (podia reconvenirse a este author) fue acaso alguno de los posteriores castellanos, o ministros espirituales, aquel venerable estrangero, aquel hombre blanco, barabdo, que hacia un portento a cada paso, y que predicando al verdadero dios, primer principio, criador de todas las cosas, y que por su hijo, y verbo lo hizo todo; lo equivocaron neciamente con el dios verdadero los gentiles, llamandole, por el gran poder, que ostentó; Padre de el sol, y principio de todas las cosas? Pues si se asienta por tradicion constante, vino al Perú, y por donde tal hombre que predicó; y obró, como lo hicieron los apostoles; como no se predicó, ni vió el evang[eli]o en estas partes, hasta que entraron aquí los castellanos? No es el evang[eli]o de Christo, y lo mas substancial de su ley, ordenar la vida, amonestarse {f. 061v}

se siga la virtud, se dexe el vicio; que se arten unos a otros, como proximos, y predicar, y amonestarlo, con amor? Luego el que tantos siglos antes, que vinieron los castellanos, amonestó, y predicó estas maximas, acreditandolas a portentos; predicó, y anunció el evangelio? Luego, con mas cordura, estrivando en estos fundamentos, procedian los que tuvieron a aquel hombre milagroso por apostol, que no los que asentando estos, principios, y desentendiendose de ellos, lo tuvieron por vaidad, y antojo solamente.

145. Convenimos en que todos aquellos templos (como asienta este author) se sacrificase al demonio esta corrupción, este exeso no desmiente, que viniese antes un apostol y predicase el evang[eli]o erigiendose algunos, mediante su predicacion al dios verdadero, como el de Pacha Camac, en el Collao; el que aquí en Cacha erigieron a este mismo personage, que vamos, teniendo por apostol, colocando varios vultos suios, o imágenes. Pero aunque consagrados al dios verdadero; el demonio, que aun alterca obstinadam[en]te la semejanza de el altisimo los pervertirá, y tyranizaría para sí, abrogandose los sacrificios. Bien que si en e que erigieron a este apostol, solo dirigia el el {sic} culto, y adoración de sus imágenes, ni esto aquello harian buen paladar al demonio, a quien amarga extremamente la veneracion de los santos.

146. Ni que aquellos idolatras tuvieran a este hombre, y lo veneraran por dios, desmiente, que viniera, y fuese apostol: como no desmiente, ni impugna, que viniesen a Lycaonia los apóstoles Pablo, y Bernabé

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nabé, ni que predicasen la fe, y el evang[e]l[io] el que aquellos gentiles los tuviesen por dioses, o uno por mercurio, a otro, por José. Si lo hicieron aquí a vista, y en presencia de el apostol estos indios; es de creer les reprehenderia tambien como alla a Pablo, y Bernabé a los Lycaonios: que haceis, les diria tambien hombres necios? Hombre soy tambien y apostol, como vosotros: eso mismo, que haceis, como que es idolatría, os prohibo. Y os predico, y persuado os convirtáis al verdadero dios, al criador de el cielo, y de la tierra[120]. Si esta apotheosis, e idolatrita adoración fue en ausencia (como lo fue) de n[uest]ro apostol, no tenemos, que culpar, sino al demonio, que borrandoles la idea de el criador, los arrastró a adorar la criatura, y culparemos tambien a estos idolatras, a quienes (por de piedra tambien su corazon para arraygar la semilla evangelica) anunció y prefetizó el apostol varias veces havian de olvidar su doctrina, y enseñanza; pero que vendrian sucesores suios a reproducirla, y repararla: fuera que no dicen, ni por asomo las historias que los indios peruanos diesen al apostol, y sus vultos la adoración, que al dios verdadero. Esta daban tan solam[en]te al Pacha Camac, al que tenian por dios invariable, señor absoluto, y superior; al sol, que tambien veneraban era con mucho menor remuneración, y solam[en]te como a visible bienhechor. Como es posible, que librandolos de aquel terrible incendio de la cordillera, y haciendolos otros beneficios, adorasen, y venerasen al apostol.

147. Que asi fuese, lo convence la tradicion referida por los mas punctuales autores de singular erudición, como manifiesta el libro que escribió e intituló: Discursos sobre el credo; viviendo de el clerigo

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go secular en Nueva Hespaña averiguó mucho, y singular sobre la primitiva predicación de el evang[eli]o en estas partes. Y haciendo prolifera información de el ingreso de este portentoso estrangero azia el Perú, asienta “que en la casa de el sol, en el Cuzco, hallaron los españoles una estatua de oro, de un hombre, con barba larga. Y que los indios afirmaban, que entre ellis se decia, que en tiempo muy antiguo havia venido un hombre de aquella figura y talle, navegado sobre su manto por la mar, y enseñandoles cierta doctrina, olvidada, ya y enterrada, con el tiempo, que les dixo, que despues de muchos años, haviendola olvidado vendria gente de el oriente, blanca, y barbada, como el, que se la tornaría a enseñar. Y que asi conservaron su estatua como de hombre divino entre sus dioses” Luego debemos inferir lo estimaron, y veneraron, como hombre milagroso, y su especial benefactor, no como a su Pacha Camac, supremo, e invisible dios y señor.

148. Lo mismo en substancia escribe hasta (Deproc/…/ Ind/…/ Sal/…/ lib[ro] 1 cap[ítulo] 2) si bien añade) por anticipación, y equivocación, de el lugar en que fue martyrizado, con su doctrina, cosa alguna, ilustre en señales, y virtudes, fue coronado con el martirio. Pero el famoso escritor augustiniano maestro fr[ay] Rodrigo de Loayra, morador de el Perú por muchos años, escribe lo mismo, y añade (lo que ya escribimos por averiguación de Juan de Betanzos, y expresó el mismo Herrera, como vimos) conviene a saber “Que por no haver querido los indios recibir la doctrina de aquel hombre santo descendió fuego de el cielo, y los abrazó, y           quedaron los cerros abrazados, y las piedras he

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hechas piedras pomes” Con mas claridad la averiguada tradicion de los indios de el Cuzco, sobre que un hombre blanco, y barbado (que ellos llamaban Viracocha) havia habitado por alli en una cueva, que señalan, y que se presumia ser apostol. Sufraga a esta verdad Pedro de Cieza, author aprobado, y diligente en averiguar tradiciones de el Perú: quien asegura haver sabido de los españoles, que entraron en el Cuzco, con Pizarro que en las ruinas de Moyna, cerca de esta ciudad, se hallaron una estatua de piedra; conforme al talle de un hombre, con vestido talar e[tcétera].

149. No parece pueda establecerse mejor, y con fundamentos de tradición, e historia el ingreso, peregrinacion, y habitacion de este hombre blanco, y prodigioso misionero en l’America meridional. Pero lo individuó mucho mas el citado historiador Pedro de Cieza, escribiendo lo que halló mas notable en el pueblo de Cacha, lugar de la persecución, y pedrea, contra aquel huésped, que arrodillado, y alzadas las manos al cielo (como lo pinta Herrera) invocaba el divino favor. Refiere la forma, que tenia la estatua, que los gentiles de este pueblo hicieron en memoria de aquel hombre que hizo aquella marabilla de el fuego. “Era, dicen, la estatua de la estatura d un hombre, su materia, y talar vestidura de piedra y una como corona, o tiara en la cabeza; y que viendola algunos hespañoles, dixeron podria ser figura de algun apostol, que huviese llegado a aquella tierra”. El otro historiador juan de Betanzos hace mas expresión de esta misma estatua diciendo “Que en memoria de este hecho milagroso hicieron

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ron los indios una estatua de piedra, gravada en una muy grande, que tenia cinco baras de largo, y una de ancho”. Padrones todos, diria yo, que despues de quinze siglos persuadieron a los españoles mudam[en]te haver ya alborado, por alguno, y no por otro, que por el apostol s[an]to Thomas la luz de el evang[eli]o en estas partes. Pero aun se ha de fundar mejor de ellos mismos, y será en el siguiente

CAPITULO VI

Continuase la mucha materia, y de las estatuas referidas, y otras q[u]e se hallaron en el Perú, se prueba el ingreso no de otro que de el apostol s[an]to Thomas, a aquellas partes.

150. No solam[en]te los autores españoles referidos, en quienes, por alguna equivocacion o falta de instruccion, podia caber alguna duda: sino tambien los historiadores de e pais, y que de alli con la naturaleza mamaron las noticias, y antiguas tradiciones d los indios; nos instruien sobre la venida al Perú de aquel prodigiosos estrangero, y estatuas que le levantaron, por los beneficios recibidos. El inca Garciaza de la Vega descendiente por madre de los incas, y plaias de el Perú, y escritor de toda instruccion describe el original, su imagen o estatua diciendo “Era un hombre de buena estatura, con una barba larga de un palmo; los vestidos largos, y anchos, como tunica, o sotanas que llegaban hasta los pies. Tenia un estraño animal de figura no conocida, como garra de leon, por el pescuezo, con una cadena, y el ramal de el la

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la en la mano de esta estatua. Todo estaba contrahecho de piedra” Este vulto, o estatua asienta el mismo Gacilazo, mando hacer, y trazó e octavo rey inca, que aquí, y por el motivo que veremos, se comenzó a llamar Viracocha: mandola esculpir, con tanto empeño, que no acertando los artifices  formarlo, como les decia, se puso, y asistió el inca muchas veces en la figura, y talle en que dixo haverla visto, y en el que por su respecto, y reverencia, no permitió se pusiese para figurarla, otro alguno: la que perfecta y acabada a su gusto, la colocó en la capilla, y tabernáculo de el sumptuoso, magnifico templo, que labró en Cacha, y hallaron, aunque buscando oro, los arruinaron los españoles.

151. Pero se debe reflexar que sino este gran templo, la estatua es la misma, y de las mismas señas, que nos han dicho los historiadores. Herrera, nos acaba de decir “que a aquel peregrino hombre portentoso, que apareció por el mediodia en el Perú, hasta los ultimo tiempos de los ingas, lamaban Ticci Viracocha y que le hicieron muchos templos, y vultos en ellos a su semjanza: porq[u]e le vieron navegando sobre su manto, añade, le llamaron Viracocha que quiere decir: espuma de el mar. Y que luego le hicieron un templo en el pueblo de Cacha. Y que algunos castellanos dixeron que este debia de ser alguna apostol”. Hasta aquí Herrera. Salazar: “Que en la casa de el sol hallaron los españoles una estatua de oro de un hombre con barba larga, que vino navegando sobre su manto por la mar, enseñando cierta doctrina; y que asi como conservarn su estatua, como de hombre divino entre sus dioses. La

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La tradicion de el Cuzco asegura “Que en aquella cueva, que señalan, habitó un hombre blanco, y barbado llamado Viracocha, de quien se presumió res apostol”, Cieza, por fin, y Betanzos nos han dicho “Que por el milagro de e fuego los genies de Cacha levantaron estatua a aquel hombre, que lo apagó. Y que esta fue con vestidura talar, corona, o tiara, y tal que viendola los españoles la juzgaron de algun apostol”.

152. En esto ultimo conviene tambien Gracilazo escribiendo: “La estatua semejaba a las imágenes de nuestros bienaventurados apostoles[121]; y mas propiam[en]te a la de el s[eñor] s[an] Bartholomé; porq[u]e la pintan con el demonio a sus pies, como estaba la figura de el inca Viracocha, con su animal, no conocido. Los españoles haviendo visto este templo y la estatua de la forma, que se ha dicho han querido decir, que pudo ser que el apostol s[an] Bartholomé llegase hasta el Perú a predicar a aquellos gentiles, y que en memoria suia huviesen hecho los indios la estatua, y el templo”. No creo dexaron mal los españoles. Y dirian mejor, haciendose cargo de los fundamentos de señas historia, y tradicion, que hemos producido. De los que si se huviese hecho cargo, y reflexado Gracilazo: hallandose apostol, en la tierra, y contornos de el Perú, y viendo lo llamaron Pay Sumé, Zumé, Thomé, Thomas, y que este tambien supo atar, y llevar al demonio, huviera dado, quiza con mas acierto, y no tan leve conjetura el apostolado de el Perú al apostol s[an]to Thomas. Mas no todo se puede reflexar.

152. “Los mestizos (prodigue Gracilazo) naturales de el Cuzco, de

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de treinta años a esta parte en una cofradia, que hicieron  de ellos solos (que no quieren que entren en ella hespañoles) la qual solemnizan con grandes gastos tomaron por abogado a este bienaventurado apostol, diciendo, que ya, que con ficcion, o sin ella, se havia dicho, que havia predicado en el Perú; lo querian por su patron”. Uno y otro nos parece se puede decir: con ficcion, que un apostol predicó en el Perú: con ella, que fuese s[an] Bartholomé, de cuia predicacion en estos reynos, no hemos hallado seña alguna. Pero reduciendose aquella cofradia, y devocion de los indios de el Cuzco al apostol, que les predicó; es, en la realidad de el apostol s[an]to Thomas, y en el nombre, de s[an] Bartholomé.

154. Ni tienen los mestizos de el Cuzco que quexarse (como les lamenta Garcilazo) que los hespañoles les sahieran no aplauden en su cofradia, y en sus gastos, al apostol; sino al inca Viracocha en imagen, y en la que a este inca representa; pues allá va, en su favor, lo que hemos reflexado hasta aquí. La estatua, que colocó en este augusto templo de Cacha el inca, que de aquí se llamó Viracocha; no fue, no, de propria invencion, ni la que le representó el original, o fantasma, que dixo (y ya diremos) vio en la cueva de Chita: si empero la misma, y de las mismas señas que muchisimos años antes, y en tiempos anteriores a los incas; estaba en otros templos, y lugares erigida a aquel milagroso hombre blanco, barbado, que navegó sobre su manto, e hizo otros muchos beneficios, y portentos, por los quales se la erigieron, lo veneraron, y pusieron entre sus dioses, por Divino: luego a este mismo fue al que se la levantó, en el

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el sumptuoso templo, que labró en Cacha, el inca, octavo rey de el Perú. Y si le erigió estatua y ñabró templo, por la aparicion, y beneficio, que, dixo, le hizo; este mismo será (al menos en imagen) el que le hizo aquella aparicion, y beneficio. Para cuia cabal inteligencia se hace preciso, y extremadamente necesario tocar otro punto de historia.

155. El Inca, octavo rey de el Perú, que arbitró llamarse Viracocha, fue hijo, y príncipe heredero de Yaguar Huacac, septimo en orden: e hijo tan diferente de su padre, que quanto este pacifico, medroso, y enemigo de guerras, y conquistas: este altivo, valiente, y pendenciero le causaba frequentes desasones; le daba, con domesticas, y publicas riñas, pesadumbres. Hostigose el padre, acordó apartarlo de sí, y ya en diez, y nueve años de edad, lo mandó una legua de su corte, a unas grandes, y hermosas dehesas, que decian Chita, donde havia mucho ganado de el que servia a los sacrificios de el sol, para q[u]e alli con los demas pastores lo cuidare, y apacentase. Ocupacion en que lo mantuvo tras unos años. Veinte y dos tenia ya el pastor príncipe, quando sus comitiva, ni aparato, partió para la corte, instalando a las guardias, le precisaba habñar al rey su padre, a quien traia de parte de un su hermano una embaxada de importancia. Irritose el rey, amenazandole de muerte, debida por ley al que, como el, quebrantaba mandato real. Pero instando de sus magnates, y para mejor reprehenderle, le dio entradas presentose a su padre, diciendo, como un personage, por nombre Viracocha,

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(de las mismas señas de la estatua) blanco, barbado. Talarmente vestido, que traia en cadenado un fiero monstruo, en el punto de aq[ue]l medio dia (era ya tarde) ni bien dormido, ni despierto, recostado a una cueva de Chita, se le havia aparecido, y mandado, dixese a su padre (a quien reconocia por hermano) supiese, y advirtiese, como varias proviincias de las mas belicosas, y descontentas de sus reynos, se le havian rebelado, y con gran ptisa (a precaver cabal defensa) marchaban con numeroso exercito azia el Cuzco a destronarle, y desposeerle de el imperio. Que asi a el, como a su padre prometia auxiliar en esta urgencia.

156. Enfadose notablem[en]te el rey su padre: tuvolo por antojo, y ficcion de su condicion belicosa; reprehendiole, y echó de sí asperam[en]te pero a pocos dias hizo el hecho verdad la prefocia: marchó para la corte numeroso exercito de aquellas, y otras provincias rebeladas a su exemplo: hallose el rey desproveido de defensa, como poco afecto a las armas: desamparó la corte, buscando donde asegurarse hacian lo mismo los incas cortesanos, y magnates: lo que sabiendo el principe, juntando la gente, que pudo, la que detuvo de los fugitivos, y socorros de otros fieles vasallos, enemigos de los rebelados; a costa de una sangrientisima batalla, obtuvo victoria, libertó la patria, aseguró el imperio.

157. Hagamos aquí alto, e indaguemos, supuesta la verdad de el suceso,[122] como seria, y quien haria esta aparicion? Eso primero, que se presenta es el demonio, que hecho a tratar, y comunicar, con estos indios, le fungiria aq[ue]lla

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aquella imagen, que describe, le sugeriria, lo que ya havia espiado, y sabido de la rebelion de las provincias, prometiendo, como siempre su aiuda. Pero reflexando los efectos , que siempre procura este enemigo sean los peores; no los hallo tan malos, que no pitasen en honestos, y laudablem[en]te provechosos: no dexando de serlo prevacer, e impedir una traidora rebelion de gentes perversas, carnizeras, y cebadas en carne humana, pervertidoras de las leyes, virtudes y regimen del imperio de los incas, conspiradas en destronar al rey legitimo, la vida, y sucesion a su familia. Proiectos todos de las provincias rebeladas, y atrocidades, que mas procura sugerir el demonio, que impedir. Por lo que no se me hace author de embajada tan util, y noticias tan provechosas.

158. No se me hace tan dificil, aunq[u]e estraño, que un angel, o aquel discipulo o apostol, cuia imagen ya vista, y conocida en el Perú, afirmó aquel principe se le hizo presente, y habló; le hablase, y sugiriese esta provechosa noticia. Por quanto. Siendo aq[ue]l o debiendo ser, angel bueno, y el otro, en bien fundado sentir apostol, y este s[an]to Thomas; parece mucho decir que un angel, o un apostol se familiarizasen tanto a un gentil, que cuidasen, y acudiesen con tanto empeño a sostener su imperio, e impedir su desolacion. Y mas quando a uno, u otro en sus historias se le dice, y da el vituperio de fantasma, que era lo que decian los indios peruanos haver alli aparecido a aq[ue]l principe. Voz a la verdad mal sonante pa

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para el cielo! Pero por lo que hace al s[an]to apostol, no pienso, le disgustaria, que despues de haverle llamado Viracocha, o espuma de el mar, por verlo en el navegar a pie, enjuto, le llamasen y tuviesen por fantasma, viendo que asi tambien llamaron a su maestro no conociendole en el mar (rutavenint es se phantasma) y por lo que hace al ange, no le disminuie antes le acrecienta la bondad, el que aun siendo gentiles los principes, y reyes, sus clientes, cuidase de su imperio, y acudiese a evitar su destruccion. Que no, no eran menos gentiles los persas, y ya sabemos, que el angel diputado a su custodia, hizo aquella famosa resistencia no menos que al arcangel s[an] Gabriel, para defender a sus clientes. Con que, o ya fuese angel bueno, u apostol, y apostol como s[an]to Thomas bien podrian hacer tales oficios.

159. Y apostol, digo, como s[an]to Thomas tan amante, y charitativo[123] [h]azia los hijos, que afanó engendrar, o engendró en Christo; que ya en la gloria, como refiere Thomas /Stapleton/, y expuso al Papa Calixto II, y congreso de Cardenales, Juan Patriarca de los indios, por el de 1120; apacienta anualm[en]te a los pueblos, que convirtió con la sagrada eucharistia (lo que sí sea en realidad, o en apariencia, allá lo disputarán las escuelas). De que infiera, que haviendose declarado inquilino, padre, y protector de ambas americas, cuidaria, y cuidará de sus gentiles, guardaria, y guardará sus dominios. Y mas, si, como trae tambien la historia, reveló en esta misma ocasion, y a este principe, el futuro fin de su idolatria, el

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el arribo d egentes blancas, que los sacarias de su ceguedad, a justa ley. Profecia, que solam[en]te reveló a su sucesor este principe, y cada uno a los quatro reyes posteriores; bien que la reservaba cada uno para sí, a fin de que publicando el fin de su imperio, no descaeciese su obediencia. Oficio todos, dignos no de el demonio, sino de un angel, o un apostol.

160. Pero no me atrevo a resolver, fuese uno, u otro. Bastame lo hiciese aquella imagen; la que describió, en su aparicion este principe[124]; y la que de tiempo inmemorial se presentaba en publicos templos, y lugares a aq[ue]l prodigioso hombre blanco, barbado, de talar vestidura, nombrado espuma de el mar, o viracocha, navengado sobre su manto. Y si aquello, q[u]e hace la imagen, hace el original, o prothotypo, seria s[anto Thomas en imagen el que hizo aquella aparicion, y mandó hacer la embajada: el que la havia, sin influxo, ni medio de el demonio; a quien, como la voa, y con la cruz, havia encadenado aquí con la mano y ostentaba ligarle, y sugetarle, a fin, que si le havia soltado en tantos siglos, tyranizado, y pervertido a estos miserables; lo volviese a atar, y encadenar, por medio de los evangelicos ministros, que como hermanos, y sucesores suios, armados tambien de la cruz, los havian de venir a corregir lo que por exceso de el culto, y error en entender a su predicacion, delinquieron, levanta{n}dolo al ser de dios, como dice el sig[uien]te

CA

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CAPITULO VII

Excedense los indios peruanos a tener por dios a aquel prodigioso hombre blanco; que fue s[an]to Thomas: y de los otros nombres, que le dieron se convence haver sido el apostol.

161. Tanto podemos decir quisieron los indios de el Perú al apostol S[an]to Thomas, disfrazado en aquel portentoso hombre blanco, que vinieron a quebrarle los ojos, quebrandoselos antes ellos mismos. Uno, y otro podemos decir, viendo, que ciegos de obsequiosos, lo equivocaron, y quisieron tener por dios; exceso, que mas querria vengar, que ver el s[an]to apostol. Pero que dicen se vio claramente, en su ausencia. Este nombre alegorico espuma de el mar, o Viracocha,[125] que los primeros habitadores de el Perú dieron por blanco, y sobradamente en el mar a aquel prodigioso estrangero; no se vio, ni vio en aquel reyno, mas que para significar, respetar, y venerar a este mismo; hasta que el octavo de los incas reies, siendo principe, dixo a su padre, que se llamaba asi el personage que en su verdadera, o fingida aparicion, se le havia presentado, y hablado. Y como este, segunsu relacion, se le havia insinuado por pariente, y hermano de su padre (como lo somos todos, por proximos, y tambien por hijos de dios) se vio de aquí, como ya para sí, y demas incas hizo patronimico el nombre, llamando de alli adelante, los quatro ultimos reyes, e incas restantes Viracochas.

162. Ni se contentó con solo este: picó mas alto, y como serervó para si la profecia, que

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que le hizo el que llamaron su fantasma; a /…/ de el fin de su imperio, y esta la pasó a padre alguna vez; ya a mas de pariente de a/…/ hombre divino y milagroso, tomó la investidura de profeta; y como a tal le obedecian y consultaban sus mismos engañados sacerdotes. Con que a pocos saltos, mas que pasos y bien altos, se encaramó en la divinidad, y repartió a los otros incas.[126] De aquí ya todos los reyes incas eran dioses; ya se les daba veneracion, y adoracion, como a descendientes y parientes de el primitivo Viracocha, que solo fue s[an]to Thomas apostol. De aquí las tradiciones fabulosas, que, alterando, y equivocando su doctrina, tuvieron de la creacion, inundaciones, y nueva poblacion de el universo. Predicoles, como de creer, el s[an]to apostol, que dios n[uest]ro criador, y padre crió el mundo: y como el apostol llamase a dios su padre, y criador, y ellos con su espuma de el mar huviesen por Viracocha bautizado[127]; ya decian que un señor llamado Conticci Viracocha, havia salido de una laguna (y era el mar por donde aportó s[an]to Thomas) acompañado de cierto numero de gentes, y havia ido al lugar donde ahora es Tihuanacu, para hacer alli la creacion de el sol, luna, estrellas [símbolo de etcétera]. Y en verdad no era mas que haver salido de aquella laguna, y estado por alli, el que llamaron Viracocha, y fue el apostol, que les predicó.

163. Predicoles tambien, e intimoles, como universal castigo el diluvio: la muerte, que por sus pecados incurrieron tods los hombres, y aun los brutos, porq[u]e les servian solam[en]te como en l’arca, en ocho de la hhumanidad, y un par de cada especie de

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de animales, se utilizó todo su genero: como Noe, fuera de las aguas y de l’arca pobló, y repartió, en pocos de sus hijos todo el mundo. Y de esta instrucción que tuvieron (como vimos) contraiendola a los de su nacion, fingieron, que cesando el diluvio, aparecio un hombre en Tuhuanacu (que está al mediodia de el Cuzco) quien se ostentó tan poderoso, que partió, y repartió el mundo, en quatro partes, y las dio a quatro hombres, que llamó reyes: el primero Manco Capac, el segundo Collá, el tercero Tocay, y el quarto Pinahuac, en lo que comenta tambien Garcilazo. Y con mas expresio el Acosta, que dice: “Cuentan (los indios) que de la gran laguna Titicaca salió un Viracocha (Viracocha tambien havia de ser, o fur Noé, por hombre blanco, o el apostol, que les relataba esta historia, y lo equivocaron con Noe), el que hizo acsiento en Tihuanacu; donde se ven pedazos de edificios muy antiguos, y estraños; y de alli vinieron al Cuzco, y asi tornó a multiplicarse el genero humano” Hasta aquí Acosta.

164. De donde debemos colegir, y colegimos que aun las fabulas, que undieron los indios peruanos de su origen; las fundaron sobre verdades, y doctrina, que les predicó el s[an]to apostol. Fue suio sin controversia alguna, y por constante tradicion el nombre original de Viracocha.[128] Y este tomaron los incas posteriores, de los primeron habiradores de el Perú, contemporaneos de el apostol, que por él lo conocieron, y nombraron, venerandole, por la noticia de su milagroso arribo al Perú, y continua predicacion, en los las imagenes, y estatuas q[u]e le erigieron por memoria

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moria; de que agradecido, y benefico azia el imperio el s[an]to apostol, se insinuó para favorecerle, a la vista, o imaginación de aquel principe, que, como dixo, que la vió, colocó su imagen en el templo, en que solam[en]se te adoraba el sol, por benefico, dios visible, y el Pachamama con superior adoración por dios supremo e invisible. Hasta aquí nada se pensó, ni se dixo, sobre si era, o no, dios el apostol figurado en aquella imagen, hasta que aquel principe, ya rey, consintió en la tentacion de ser dios, por sobrino de el aparecido Viracocha, u hombre blano, que nunca fue otro, que el postol. Y como las deidades fingidas son tambien, como los huertos, y jardines, que los hace quien los cultiva, como a aq[ue]lla quien las adora (Qui clit ille facit) en breve tiempo asi el inca sobrino, como el tio Viracocha, y aunque hombre blanco, hermano (por hombre) de su padre; los hizo dioses, bien que efimeros, el ciego culto, y veneracion de los que lo adoraban, y adulaban. De donde vino solam[en]te tener al s[an]to apostol, como a primer Viracocha, por dios.

165. No negaré que el comun enemigo, como aposesionado, tantos siglos de las miserables peruanos los atraería, y arrastratia a innumerables superstciosos excesos de el culto, con festejos, inciensos, sacrificios debidos al criador solamente. Y aunq[u]e estos no disculpa el maior culto y adoración, que daban a su Pachacamac, dios invisible, único, y supremo; con todo no destruie, ni contradice en modo alguno la tradicion de el aribo, y predicación de el s[an]to apostol, inmemorialmente conocido, y figurado en el que llamaron Viracocha, por hombre singular en el Perú, esrangero, blanco, y barabado author

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tor de maravillas, y portentos, atlante de la cruz, predicador de celestial doctrina. Veese mas clara esta verdad, y que asi estos indios, con su veneracion, como el demonio, con su introducción hicieron, y deshicieron dioses; veese, digo, mas clara en el nombre que los indios de el tiempo de los incas dieron al primitivo Viracocha este fue Viracocha Pacha Yachachec[129], nombre, que asi muchos de los indios, como de los authores daban a dios indiferentemente. Asi Acosta, que tratando de la victoria, que por la noticia de la rebelión, y auxilio, que le ofrecio, y dios al principe el que llamó su tio Viracocha; dice, la onsiguió, con el favor de el dios Viracocha Pacha Yachahec.

166. Por tal dios lo tenian, y llamaban muchos indios, de quienes se quexa Gracilazo, haver quitado, y disipado al dios verdadero el nombre antiguo, que fue Pachacamac solam[en]te nombre, que sigifica al criador, vivificador, u alma de el muncdo (y el que solo, dice, daria, y ningun otro, si le preguntasen, quien es dios?) y haver tomado para significarlo el nombre: Conticco, o Ticco Viracocha Yachachec,[130] inventado, y compuesto nuevam[en]te por los indios modernos, ignorantes de la lengua quichua, idioma general de el Perú; y por los escritores hespañoles, mal informacos de estos mismos indios. Quexa, que comprueba claram[en]te el exceso, y supersticion de los indios modernos, de el tiempo de los quatro ultimos incas, si, como se dice, tuvieron por dios, y adoraron como tal la estatua de el apostol, hombre blanco, barbado, portentoso, alcalde y encadenador de el monstruo infernal, que con el nombre, y antigua tradicion de espuma de el mar, o Viracocha, vio en la cueva de Chita, o fingió haver visto el octavo inca, a quien au {f. 070v}

auxilió, y dios aquella victoria. Ni perjudica a esta verdad, que ingiriendose, y entrometiendose el demonio en todo lo que cabía a adoracion y culto a dios, entre estos miserables; asi como les fingió, y persuadió (como ya imos) que el era el dios Pachacamac, y uno y otro el mismo que predicaban los cristianos; les sugiriese tambien, y persuadiese, que era Pachacamac el Viracocha, y el mismo dios, que los dos. Pues (como razona el inca Gracilazo) este estrangero tenia tanto poder entre aquellos infieles, haciase dios, entrandose en todo aquello, que los indios veneraban; havia tambien en la eregida estatua, e imagen de el antiguo viracocha, haciendolo dios por serlo él, conviertiendo en superstición la tradicion, y en idolo la imagen de el apostol.

167. Si empero el hombre enemigo trazó esta apoteosis, o divinizacion de el apostol, y su imagen, con el perverso fin de borrar su memoria, y la de la doctrina, que enseñó, le salió muy vano su ardid, por[u]e en la misma corrupción, o adicion que hicieron a su nombre se rastreaban aun los buenos oficios de su apostolica predicación, y magisterio. Al nombre original de Viracocha, expresivo, como que el principe colocó su imagen en el templol estos otros: Tica, Pacha, Yachachec, nombres en que bien apurada su etimología, según su idioma; expresan el empleo, superioridad, y oficios, de un predicador apostolico. El nombre Ticci, en su significación rigurosa, no quiere decir mas que Fundamento; nombre, que da s[an] Pablo a los apostoles, y que, en peregrinación tan pro

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prolijam trabajos, y fatigas tan grandes; tuvo sin duda el apostol s[an]to Thomas, en estas remotisimas regiones, fundando en ellas, y siendo su apostolica predicación el fundam[en]to de la cristiana religión, promulgada, oida, aunque no conservada, por desgracia. Por lo que en la voz Ticci, se decia haver sido fundamento, el que llamaban Viracocha; pues como ethymologiza, y saca de su raiz Gracilazo, es lo mismo, que Enseñador, maestro, y doctor de todo el mundo: Titulo, que dio Christo a sus apostoles, y grado, que lees confirió quando inviandolos a todo el mundo, les mandó enseñar a todas gentes; y ministerio, que, como en el munco antiguo sus coapóstoles, de que por mas que invidioso el demonio, quisieresele entrometersele, y unir par su persona, y oficios, en la estatua, e imagen de el estrangero prodigioso hombre blanco, barbado, espuma de el mar, o Viracocha, colocada en el templo, y tenida supersticiosam[en]te por dios; permanecia (anq[u]e corrompida) la memoria, tradicion, e imagen de el apostol. Fundamento, como lo fue, de su doctrina; enseñador, maestro, y doctor de el Nuevo Mundo, expreso en el Ticci, Viracocha, Pucha, Yachachec, nombre antiguo, y nuevo, que le dieron.

168. Ni deberá estrañarse que el nombre, y tradicion de el Viracocha, por tantos siglos antes de la monarquia, e imperio de los incas reservado, mantenido religiosam[en]te y solo usado para refrescar la memoria y veneracion de aquel portentoso hombre blanco, peregrino, y admirado en estas partes; se usase, y familiarizase tanto depuse. Fue para

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ra alli, providencia, e intercesión de el s[an]to apostol, para resucitar su doctrina, y desterrar la idolatrita ceguedad de los peruanos. Familiarizase a la vista, o imaginación respetuosa de aquel inca a quien reveló la sublevación de su imperio animó, y auxilió en la batalla, hasta conseguir la victoria. Y se familiarizó tan propriam[en]te que se le dio com de una misma familia, llamando de aquí, asi estos, como Viracocha. Y como el que lo era verdadero les havia profetizado varias veces, que antiquada, y olvidada su doctrina, vendrian hermanos suios, hombre tambien blancos, barbados, que traerian cruces consigo, como el traxo, comenzaron de aquí a deponer su antigua barbarie, el genio cerrill, a aficionarse, y respetar a los europeos, que ya, ya aparecian, y se dexaban ver en las costas.

169. Esta terminante profecia, y la anterior, hecha al principe inca, por su tio Viracocha, o Phantasma; sobre que breve acabaria su imperio; los tenia entre amor, y temor, deseando, y temiendo aportasen los que por hermanos de su venerado Viracocha, ya miraban, como parientes. Y en fin, como ya el mar oprimido de las naves, espumaba, o desembarcaban hespañoles, como espuma; comenzaron a multiplicarse los nuevos espumas de el mar, o Viracochas, profetizados, y esperados: Y los indios peruanos, a familiarizarse con ellos, a tenerlos (deseosos de emparentar con gente blanca) por parientes, y a llamarlos a boca llena Viracochas. Lo primero: por la profetica promesa es el apostol, sobre que venfria sus her

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hermanos, y la que hizo tambien en su imagen al inca, a quien se apareció, sobre la breve ruina de su imperio: en cuia fe, los conquistaron para dios, acabando con la idolatria. Todo, todo, por obra, y proteccion de el s[an]to apostol, atareado misionero de estas gentes, como aun mostrará, por la doctrina que les dexó el sig[uien]te CAPITULO VIII:

Por las noticias de la cristiana religión, y doctrina evangelica alli hallada se colige ultimam[en]te haver venido al Perú el s[an]to apostol.

170. Perdonenos el inca Gracilazo, ni, reconociendo, y confesando su elocuencia, instrucción, y verdad, nos atrevieremos a contradecir su dictamen. “Los incas reyes (dice) y sus amautas, que eran los philosophos, rastrearon con lumbre natural,[131] al verdadero, sumo dios, y señor nuestro, que crió el cielo, y la tierra, al qual llamaron Pachacamac”. Convenimos en la verdad de este conocimiento, y lo expendimos ya latamente, admirando tan claro, y expresivo nombre de dios, en gentes tan barbaras, e incultas. Pero con licencia, y paz de el inca, no podemos creer, no creeremos, que con sola la luz natural rastrearon los incas peruanos, y alcanzasen conocimientos tan sublimes, y expresivos de la deidad: de un dios, que por su divina inmensidad, ni está lexos, sino muy cerca, e intimo a cada uno de nosotros: de un dios, qen quien tenemos todo n[uest]ro ser, vida, y movimiento; que por esencia, presencia, y potencia está en todo el mundo, y fuera de él, que

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que por su omnipotencia, y providencia, lo anima, vivifica, y mantiene, por su espiritualidad, y luz inaccesible, no puede el hombre atalayarle, y verle, sin morir, y reverencia, toda veneracion, y adoración: todo lo qual incluian ciertamente conocian, y reconocian en lo que contenia aquella myateriosa diccion: Pacha Camac, en la que entendian alma de el mundo, y hacer en ellos oficios que l’alma, con el cuerpo: en la sumisión profundisima con que le nombran, y finalm[en]te en adorarle interiiorm[en]te como quien dice en espiritu y verdad, y no sujetarle a imágenes, y simulacros.

171. Y diremos de aquí que esto rastrearon con lumbre natural? Quanto mas creible, y quizá necesario, es de creer que el apostol s[an]to Thomas, divino, atareado sembrador de la evangelica semilla en las remotas tierras de el Perú les sembrase, expusiese, y cultivase el grano de conocimientos tan altos, que, si sembrado, como el mas pequeño de mostaza, regado, y cultivado a sus afanes, y sudores, creciere hasta los cielos, a fin que aguilas los topo, bebiesen luces, y conocimientos claros de dios? Lo mismo, y con mas razon debe decirse de las noticias de  mas altos mysterios. Descrean unos, mofen otros, otros desprecien la imagen, que decian los indios peruanos Tanca Tanca[132]: estatua, o simulacro, en que adoraban, un dios en tres, y tres en unos: tengan por imagen solam[en]te las tres estatuas, uniformes, como todos confieran, y distintas solam[en]te en el nombre, que llamaron Apu Inti, Churi Inti, e Inti Huaqui, y en que tambien decian significaban al padre sol, o sol señor ; el hijo, sol, y al sol hermano: no den

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den aprecio a las tres estatuas de el Chuquilla, dios de el ayre, entendiendo en el nombre Chuquilla al dios padre, era castilla, dios hijo, y en el nombre Inti Illapa, al dios hermano, u consorte en la deidad: y no es tambien creible, y casi necesario de creer que predicado, y expendido por el apostol s[an]to Thomas a lod primeros habitadores de el Perú el misterio de la Trinidad soberana, lo mandasen de vulto a la memoria, lo conservasen, y transfieren, aunq[u]e ruda y confusam[en]te a los incas, fundadoresm, y ultimos habitadores de su imperio?

172. No sea, asi como no lo pudo ser: digan los que se encapricharen en no creerlo; quien les enseñó a los incas embutas, o Phylosophos, que el hombre no era bruto, que siente, y no discurre, sino compuesto de cuerpo, y alma racional? Qu l’alma es espiritu inmortal, y el cuerpo de tierra?[133] Lo que inferian de que se convierte en ella, y por lo que le llamaban Allpacamasca, que quiere decir: Tierra animada? Digan quien les enseñó a llamar al hombre Pluna, que es, sugeto de razon, y entendimiento; y a los brutos; Llama, que significa: Bestia? Quien les levantó la consideracion, animó le fe a creer, y saber, havía otra vida, y vida eterna, con descanso para los buenos, castigo, y pena para los malos? Quién les enseñó a separar senos y lugares? A partir de, y dividir el mundo, llamando Hanan Pacha al cielo, o Mundo alto; donde iban los buenos, tras el premio: al mundo visible, y en que vivimos Havin Pacha, que suena Mundo baxo, y Uru Pacha al mundo inferior, subterraneo, y centro de la tierra, alojamiento, como se persuadian, de los malos; lugar, que decian: Zupaypa Huacin, y significaba: casa de el demonio.

173.

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Alcanzarian, con sola la luz natural el fondo de el mundo, y sus espantosas señales? Guerras, esterilidades, terremotos, eclypses? Que perderia su luz el sol, y luna, y se obscurecerian totalm[en]te? En cuia fe, a qualquier eclypse, y mas de sol, desfallecian, llorabanm clamaban, como que fuese la noche anterior de aquel dia. Doria el hombre natural solamente declararlas, el ultimo incendio, que decian tambien havia de acontecer, concurrir, y acabar con todo el mundo? No sabemos, que naciones cultas, y ladinas, aun de las que pellizcaron alguna cosa, y arañaron de las divinas letras, se huvieran hecho de creencia tan clara, y terminante de las verdades evangelicas. Y que diremos de el arduisimo articulo de la resurreccion de la carne, tan resistido a creer (como vimos) de los philosophos, y sabios de el mundo, y tan recibio, creido y entrañado en todos los indios peruanos? Lo alcanzarian por hombre natural, teniendolo tan arraigado, como expende el mismo Gracilazo? Nos echaremos precipitadamente a adivinar quien, sino fue s[an]to Thomas apostol, los instruió en estas verdades?

174. No hallamos, sino nos engaña la pasión, por donde escapar de este dilema: o las alcanzaron, con sola la luz natural, o se las intimó, y enseñó alguno? Quien haia sido este nos lo deberán enseñar los Herreras, Torquemadas, Grijalvas, y quantos a carga cerrada (y tambien ojos) despues de havernos ministrado muchas de las noticias, señales, y vestigios de la christiana religion, que se hallaron en ambas americas; se cierran, arman, y se aferran en propugnar que hasta que ellos, y los hespañoles vinieron a ellas, no huvo notocia

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cia alguna de el evang[eli]o en estas partes. Lo que no creemos se armen a defender por abrogarse la gloria de haverla predicaco sus ministros los primeros, igual gloria, y mucho maior les resultaria a todas luces, en haver recobrado lo perdido, enseñar lo olvidado, resucitar lo muerto, volviendo a predicar lo ya no oido: y viniendo, con el credito, y honra demandada por la repetida profecia de el s[an]to apostol, que ya diximos, predixo abiertam[en]te a sus oientes, vendrian hermanos, y sucesores suios, a recordar su doctrina ya olvidada.

175. Dirán algunos (como virtió de la cruz de Guatulco el Torquemada, que la erigió alguno de sus religiosos) dirán, digo, que otros que aquí se hallaron, levantaron esta, y las otras? Que estos, y sus zelosos capellanes sugirieron una, u otra verdad de la religión a los indios. Que estos ya libres de el rumor de las armas, y pacificada la tierra, por amor proprio, y adular (como huvo quien dixera)  a los hespañoles, se las vertieron, y vendieron por suias, y que las sabian de antemano? Y nos dirán tambien, sino hicieron, ni tuvieron mas que hacer los hespañoles, en estos sus trabajos, y escubrimientos; que ir sembrando, y levantando multitud de cruces, y tantas, como labradas, pintadas, chicas, grandes, solidadas de cal, y canto, se hallaron en Cozumel, en Yucatan, y en ptras partes? Quienes fueron los hespañoles tan descuidados de sí, y cuidadosos de sembrar estas señales, que, como en s[an]ta Cruz de la Sierra, acuchillados, y perseguidos de los indios, se pusieron tan despacio a cortar, y pulir una lamina de piedra, esculpirle dos huellas de pie humano, y labrarle a punta de cincel una cruz? Quienes desde el Brasil, por mil, y doscientas leguas de camino

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mino, cargaron un madero incomportable, labraron una pesadisima cruz, cavaron cinco estados y la enterraron para q[u]e acusandose unos a otros los indios de haverla sepultado sus mayores, se hallase y descubriese despues? Que capellanes, ministros, o soldados picando tan de paso, y en sus costas, ignorantes totalm[en]te de su idioma, y cuidando mas de no hambrearm y substentarse, que de predicar, y enseñar, los instruieron tan a fondo, y arraigaron en el conocimiento de dios, y demas evangelicos dogmas, que sabian? Creemos embarazados sumam[en]te a los que comprendan satisfacernos estas dudas.

176. Y no se nos ofrece otro ocurso, si no condescender con la tradicion, noticias de averiguada historia,[134] y voz comun, diciendo con el mismo Herrera: que “años despues de un eclypse universal (acaso el de la muerte de christo) apareció en el Perú, por la parte de el mediodia, un hombre blanco de gran cuerpo, y de veneranda presencia, de las prendas, y virtudes, que allí expende, de los prodigios, y portentos que alli alaba; predicando la doctrinam y ley, que el da por santa: un hombre, cuio nombre (y fue el de Thomas) se entendió, y repitió, aun en los mas barbaros, idiomas; se conoció, y llamó por él, en el Brasil, Paraguay, e inmediatos paises de el Perú: un hombre, que caminaba sobre el mar, se embarcaba sobre su manto, abría cominos arenosos, y secos en los mares; los señalaba, y abria en las mas dilatadas lagunas, arrasaba los mas apretados carrizales, a que no le cegasen el camino; estampaba las huellas de sus pies, o ya descalzos, o calzados, en las peñas: las rodillas, golpes de su baculo, y este,

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te, con sus nudos, su longitud y latitud: un hombre, que perseguido, y asaeteado rebate contra los caribes, las saetas; hostilizado, e invadido se admira levantando las manos al cielo, orando el divino favor; un hombre: un hombre, en cuia defensa arden los montes, si{r}viendoles las mas duras lajas de leña, las abrasa, calcina y esponja; prorroga el incendio monte adentro, y al ruego, llanto, y clamor de sus contrarios, los perdona, se apiada de ellos, y corta a palos, y golpes de su baculo el incendio: un hombre, que aborrecido, amenazado, por su continua, clamorosa predicacion, es maltratado, preso, azotado; bajan aves (o angeles de el cielo) a desatarle, o consolarle: un hombre finalm[en]te que le tientan con riquezas, y delicias, y las huye; le escasean el sustento, y lo sufre; y apiadado de la ignorancia, y barbaridad de los caribes, les enseña el pan, que han de comer, como lo han de sembrar, y cultivar, las medicinas, que han de hacer, las caras en que han de vivir donde, y como las puedan labrar. Pero aun hizo mas, y lo que demanda el siguiente            

CAPITULO IX.

Prosigue la misma materia: indicanse otras grandes obras, que ninguno pudo hacer sino el apostol.

177. Ostentóse este mismo personage un hombre tan poderoso, y portentoso, que, como aun hai tradicion en el Cuzco, y de que lo hizo un hombre blanco, barbado, como hespañol (llamado por eso Viracocha) cruzando un rio, sin mas arrimo, que su baculo, se le atolló en el fondo, y alli hincado, y resistente a toda fuerza; creció en una frondosisima palma, que asombra por la altura, y belleza,

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leza, que aun ostenta: un hombre, digo, que el solo, y con su gran poder puede allanar,[135] y persuadir, que se hizo, y como, uno de los maiores portentos, que se hallaron en estas partes el enigma de los curiosos, que lo ven, e historiadores, que lo escriben: los derrumbados, y nunca acabados edificios de Tihuanacu, provincia de el Collao: uno de ellos un cerro, o collado de tierra amontonada, tan alto, que causa admiración, ni se alcanza, como pudo hacerse a manos? Y como, o porque la tierra amontonada, no se deslizase, y allanase la cumbre, lo fundaron sobre grandes cimientos[136]? Ignorase a que fin lo fabricaron? Si ya no fuese, que como descendientes de Nembrob aquellos primeros pobladores, cautelasen, con aquella otra torrre de Babel, otro diluvio universal, o particular de los vecinos rios, y lagunas, en que pudo andar tambien la charidad de algun poderoso bienechor. Hallase tambien alguna cosa de Nembrob, en corpulencia; dos figuras, o cuerpos de gigantes entallados de piedra, con vestiduras talares, tocadas, y adornadas las cabezas; bien que todo raido, y gastado, en muestra de si antigüedad. Vense tambien otras fachadas de bien sumptuosos edificios, y lo mas admirable varias magnificas portadas, labradas de piedras de una pieza, por todas quatro partes; y asentadas. Para maior admiracion sobre otras piedras, que medidas curiosam[en]te  se hallara tener treinta pies de largo, quinze de latitud, y seis de frente; siendo portadas, y tasas, cada una de una pieza; argumenta la admiracion hasta lo sumo, como, y con que instrumentos o herramientas (que ninguno se conoció, en

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estas partes) se pudieron cavar, y labrar? Y quanto maior seria cada piedra antes de labrarse, y ajustarse?

178. Al modelo de estos edificios, y con piedras de el mismo tamaño, y symetria; dicen los historiadores de el pais, haver fabricado los incas en ostentacion de su poder la fortaleza, y muros de el Cuzco, que tanto celebran los authores, y parece se inclinan, en vista de su magnificencia, a creer que solo por encantamento, u arte de el demonio, se huviesen podido fabricar. Mas empero decian admirarse y admiramos de los anteriiorm[en]te referidos, que si bien, como se convence de ellos mismos, es obra comenzada, y no acabada; no tienen tradicion los moradores de quienes los trazasen, y empezasen; si, de que de la noche a la mañana (cosa sobre manera admirable!) amanecieron, y remanecieron hechas todas aquellas marabillas. Y con todo mucho mas nos deben admirar los que en el mismo Tihuanacu, inmediatos a la laguna Chuquivitu, observó, y escribió a Garcilazo, que lo escribe (1 p[arte] lib[ro] 3 cap[ítulo] 1) el v[enerable] sacerdote Diego de Alcobaza, lenguaraz elegante de los idiomas de aquel país, y por esta, y demas selecta instrucción, asignado por sus prelados, continuo ministro, vicario, y predicador de aquellos indios, a quien observó en aquel pusblo entre otros grandes edificios. “Un patio (son las voces de el inca) quadrado de quinze brazas a una parte, y a otra, con su cerca de ,as de dos estados, de alto; a un ladi de el patio una sala de quarenta, y cinco pies de largo, treinta y dos de ancho, cubierta al parecer de paja (y aquí lo mas raro, y singular) el patio (sigue) con sus par

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paredes, y suelo; la sala, su techumbre, y cubiertas las portadas, y umbrales de dos puertas, que la sala tiene, y otra, que tiene al patio; todo, todo de una pieza, hecha y labrada en un peñazco, y las paredes de el patio, y de la sala de tres quartas de bara de ancho. Mas raro, y singular el techo de tal casa) de piedra tambien; pero para semejanzas las chozas de los indios, escampadas, peynadas, o arraiada la piedra; de modo que parece de paja. La laguna (añade) bate uno de los lienzos de el patio; pero encuentra frente de piedra.

179. Hemos referido tan menudam[en]te estas obras, para de ellas, y las que vamos a decir, sacamos en limpio su author, y el que presumimos ser su arquitecto. “Los naturales (dicen) es clausula del inca Garcilazo) que aquella casa y los demas edificios los tenian dedicados al hacedor de el universo”. Luego para el los hizo, quien los hizo. Luego para el, y para templo suio los comenzó, quien los comenzó tan magnificos. Y según aquella tradicion con su perior poder, y en tan corto tiempo, que se creió de la noche a la mañana. Danos fundamento a pensarlo la obra que afirman se admira junto a esta, y no menos singular, que magnifica: “tambien hai alli cerca (sigue con Alcobaza Garcilazo) otra gran suma de piedras labradas en figuras de hombres y mugeres tan al natural, que parece, que estan vivos; unos bebiendo con los vasos en las manos; unos sentados; otros en pie, parados otros, que van pasando un arroyo, que por entre aquellos edificios, pasa; otras estatuas están, con sus criaturas en las fal

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faldas, y regazo: otros las llevan a cuestas, y otras de mil maneras”. Esto sí digo yo, que no havia de hacer, ni podia un arquitecto poderoso, y que tan prodigiosam[en]te emprendió labrar templo, y casa al hacedor de el universo. Pondriase un artífice de el zelo, y santidad, que se discurre a gastar el tiempo, estudio, y afan, que se requiere en labrar tantas, y tan perfectas estatuas? Para sacarlas tan al vivo, y en tantas y tan diversasaptiudes, hava precisam[en]te y debia en tantas partes, o sitios, ponerse los originales a la vista: lo que ni havia ni podia hacer en mucho tiempo.

180. No me persuado, asi lo hiciese.[137] Ni tampoco se persuaden los indios, afirmando uniformemente los presentes. “Que por grandes pecados que hicieron los de aquel tiempo: y porque apedrearon a un hombre, que paso por aquella provincia; fueron convertidos en aquellas estatuas.” Con que salimos de la grandisima dificultad sobre la perfeccion, y primorosa labor de todas ellas; sobre su naturalidad, aptitudes, diversos sitios, y lugares, que ocupan, sin haverse movido de allí, y para alli: como que no se hicieron, ni copiaron las estatuas de el natural; sino que de el mismo natural, y naturales, se hicieron, y labraron las estatuas. Y salimos tan bien con la verdad de lo que referimos arriba, sobre la causa, y tradicion de ellas mismas. No ya estatuas sino padrones espantosos de la predicación{,} trabajos y poder de el s[an]to apostol, en aquella ingrata provincia; y de la ingratitud, rebeldia, y contumacia de sus antiguos moradores.

181.

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181. Estas grandes obras, y edificios, es tradicion comun, lo muestran ellos mismos, y contestan sus histroriadores, con el diligentisimo Pedro de Cieza, en su demarcacion de el Perú, y sus provincias; que nunca se acabaron, si que se comenzarona hacer, y dieron principio a lo que intentaban sus fundadores; siendo, como lleva tambien la tradicion destinados, y dedicados al hacedor de el universo; y se hace preciso creer, que el s[an]to apostol, a costa de portentos, como el que obró, con aquel poderoso madero, en el oriente, para edificar otro templo, o como los que hizo en Carabuco, para traer, y arbolar su s[an]ta Cruz, comenzase a labrar para culto de el verdadero dios este templo, y sus edificios; y que sugeridos los habitadores de el demonio, azorados de los mismos portentos, y precision, con que se labraban; teniendo por encantador, u hechicero al s[an]to apostol, apelarán (como allá los phariseos contra su maestro, por las buenas obras) a las piedras: caso, en que desamparando la tierra el s[an]to apostol, asacudiendo hasta el polvo de sus pies; en castigo de desacato tan sacrilego, hiciese, para padron de el escarmiento, piedras de los vivientes, estatuas de los racionales; y estas y aquellas,en las aptitudes, movimiento, y ocupación, en que actualm[en]te estaban sus vecinos, quando desamparó tan obstinada, ingrata tierra.

182. Si fuera otra la satisfacción de mi genio me atreveria a desafiar a todo el mundo, principalm[en]te al erudito; a ver si entre las antiguas, y modernas invenciones de la gran oma, y su estendido imperio, de las mas recientes, y admirables de l’Italica, y Heraclia, de las que desenterró aun n[uest]ra hespaña, el erudi

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eruditisimo Marti, y finalm[en]te entre quantos fundó, y recopiló en su antigüedad ilustrada el insigne benedictino Monfaucon; se hallaban obras semejantes a las de estos edificios, y estatuas, asi en fabrica; como en perfección, y extrañeza, y mas en regiones tan barbaras, e incultas, como siempre se creieron estas; donde hasta que no aportaron españoles, no se havian, no digo pisado; mas ni visto herramientas, acero, fierro, ni mas punta, que la de el pedernal, o blando cobre; aquella trabajosa a sacarla, eesta inútil a fortalecerlas. Y sin estos auxilios, sin las artes de una mecanica, o maquinaria muy instruida, ejercitada y exquisita; como se desmonta, y cava un monte en un patio cercado, en una sala, casa, y habitacion de piezas tan perfectas, techadas de piedra, como paja? Como se conducen, y arrastran piedras, y lajas tan monstruosas, se cavan, se labran, y ajustan para portada, y fachadas? Se cimenta un monte? Se esculpen, y tallan gigantes? Se hace un pueblo, o vecindad de estatuas de hombres, mugeres, niños, y utensilio tan perfectas, que representan vivamente el natural?

183. Y ya que tanto no se diga, diganos quien? Como? Con que auxilios fabricó, o pudo fabricar estas obras? Apelar al demonio, como se sospecha de la fortaleza, y mundos de el Cuzco, por uno, u otro historiador; bien podrá ser, y que este mono de las obras de dios, y de sus santos, por confundir, desacreditar, y olvidar aq[ue]llas hiciese y cuidase a hacer las otras pero que él ni trazase, y fabricase las primeras, y las hiciese, y fabricase (como lleva la tradicion) para el hacedor de el universo nadie lo creerá, que lo conozca y mucho menos, que las comentase, y no acabase, que

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quando en su terca, obstinada pretencion de /atidad/ se las huviera abrogado para sí, y hechose adorar por hacedor (aunque dehacedor) de el universo menos havia de convertir a sus moradores, en piedras; pues aunq[u]e asi lo haga, y los convierta en lo interior (para q[u]e no se dexen convertir) pero para su adoración, y falso culto los quiere muy vivos, y alentados; y mas para que apedreasen o un susto, quando para que lo hiciesen mejor huviera animado a todo el mundo. Por todo lo qual me vuelco, a mi primera, o sea aprehension, antojo, u opinion, sobre que mientras no se me asigne arquitecto, u artífice de estas estatuas y edificios, tendré por artífice, y arquitecto de ellos, al que lo fue de las estatuas. Y siendo según constante tradicion, el apostol s[an]to Thomas, el que, por su dureza, y rebeldia, convirtió sus originales en piedras; havremos de decir lo seria de aquellos edificios, marabillas tambien de el orbe nevo.

184. Algo de estos, y otros portentos referidos llegarian, sin duda, o por rumor, o tradicion a noticias de el celebre Abdías, obispo, como se tituló, de Babylonia. Y siendo asi, que, como le censuran los critucos, arrebaño quanto se encontró de noticias, y mezcló tambien muchos rumores en su aparecida historia apostolica; tratando de el apostol s[an]to Thomas al Libro 9 de ella, afirma[138], haver oido, y leido muchas cosas, que se le figuraban pura verbosidad o charlatanería, como dicen (si fue algo de estos y otros edificios, no deudo, que se le figurasen increibles) sin embargo le asienta al s[an]to apostol la habilidad, y pericia de arquitecto. Que por esta su fama fue solicitado, y conducido de un ministro de cierto soberano a la india, para que

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le fabricase un gran palacio: que lo emprendió, y pidió grandes expensas a su fabrica. Que por el rey se presentaba a ver lo escabado; se lo espiritualizó, diciendoselo havia labrado mas rico, y sumptuoso en el cielo, con los caudales, que se le havian ministrado para hacerlo, y havia repartido a los pobres. Fuese abdias, u otro el historiador de este palacio, no huviera necesitado ir al cielo, y el gasto del alegria para ostentar tan sumptuoso el edificio. Viniera a Tihuanacu, y Nueva Hespaña, veria los que según tradiciones, e historias, edificó, y labró de la sumptuosidad, que se admira, sin que en unos, y otros, se viese mas de espiritual, que su zelo, y portentos repetidos. Pero lo que al fiin labró, y edificó espiritualm[en]te indica el siguiente CAPITULO X.

Indicase lo que en fuerza de su predicación, portentos, y aun castigos, edificó al fin de quinze siglos, en la America Meridional, s[an]to Thomas.

185. Hemos visto la obstinación, dureza, y rebeldía, con que los mas de los indios peruanos, y aun de otras provincias confinantes, resistieron a la predicación de el s[an]to apostol; las persecuciones, que les hicieron sufrir, los trabajos, que le hicieron tolerar. Y como este zeloso misionero trató tamn empeñosam[en]te a redundias, practicando las mas raras virtudes, obrando los maiores milagros, sufriendo [e]xtremos peligros, y tormentos. Provision, con que, sin arraigar la ley de el evangelio, y conservarla, logró darla a conocer, y plantarla mas como quiera, que según hemos visto, amontonase noticias, vestigios, y señales, ya de favor, ya de {f. 079v}

castigo, y con sus milagrosas huellas, baculo, y cruces dexase bien  arado el terreno, logró a los quinze siglos de sus apostolicos afanes, edificar espiritualm[en]te y para el cielo, a estos los mas barbaros, resistentes moradores de l’America.

186. Aquella pues, facilidad, y rendimiento, con que en el Brasil, Paraguay, Chile, y demas votos reynos de el Perú, recibieron la catholica religion[139] sus moradores; los progresos, que en brevisimo tiempo se hicieron en ella, y admiran en las crónicas, conquistas espirituales, e historias se esas partes, no tubieron aliciente mas vivo, estimulo mas penetrante, que la memoria, y tradicion de el s[an]to apostol: la promesa, esperanza, y posesion de sus ministros, sucesores, y hermanos que les prometió, y esperaban para q[u]e renovasen suu doctrina. En fe de esta, aunq[u]e con grandes oposiciones de el demonio, y su espiritu de discordia, rindieron luego al yugo de Christo sus cuellos, araron, y labraron la tierra mas inculta al parecer, para la mies de el evangelio. Asombraban las pruebas de esta verdad en las histrorias, a que igualm[en]te remitimos al curioso, e incredulo. Y solam[en]te damos por indicio el siguiente.

187. Esta fue aquel gentil dichoso, indio feliz, que, entrandole a saquear la casa uno de los soldados, que lo hacian en el dia, que rindieron al cuzco; le salió a recibir muy festivo, dandole el parabien de su venida, y asegurandole, havia muchos dias, que lo esperaba; porque el Pachacamac (Dios verdadero) havia fortalecido su esperanza, y prevenido en sueños (le decia) que no

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no moriria (como a otro Simeon) hasta que viniese alli gente nueva, que le enseñase la verdadera ley, que havia deseado. Tengo por mui cierto (decia al que le saqueaba la casa) que tu debes de ser el que me ha han de enseñar. A voz de interprete, y preguntas, se certificó el español de esta verdad: dedicase a instruir lo mejor que pudo a su ahijado:[140] solicitó ministro, apadrinole, y tuvo el gusto de verle morir ya christiano, a beneficio de el bautismo.

188. Quiso dios, por premio de su zelo, que asi tambien muriese el padrino (que era, dicen, Alonso Ruiz, hijodalgo natural de Truxillo) quien volviendose a Hespaña, y escrupulizando, en mas de cincuenta mil pesos, le llevó de aquella conquista; se fue al emperador, a quien como señor de aq[ue]l imperio[141] (por ignorar a quien otro lo debia hacer) restituyó toda la cantidad, confesando su escrúpulo, y previniendo, que si su mag[esta]d le quisiese dar alguna cosa, lo agradeceria rendidam[en]te, y si no, sabría que no lo merecia. Admitió el emperador la tal restitucion; y en premio de su christiano proceder dio a Alonso Ruiz, quatrocientos mil maravadies de juro perpetuo, y de una aldehuela cercana a su patria, dicha Martha. Todo lo qual poseen hai en Mayorazgo sus descendientes; siendo este uno, de los conquistadores, que porque lo fue tambien de aquella alma, tuvo, con seguridad, que comer, y lo perpetuó en sus sucesores.

189. Finalm[en]te para este, y demas indios fue poderosisimo aliciente ver por sus mismos ojos verificada la profecia de el s[an]to apostol; y que vendria a extirpar su idolatria no solam[en]te gente blanca, barbada como el

{f. 080v} el, sino que traerian cruces en la mano, como el traia. Lo que vieron verificado, no solamente en los misioneros, y ministros, que posteriormente entraron al Perú; sino tambien en el primero qual fue el dominico, despues obispo, fr[ay] Vicente Valverde[142]; que afin de cathequizar al indio Atahualpa, se le presentó, con cruz en la mano: la que perdida en el alboroto, que se ocasionó de su embajada, la hallaron dos dias despues en el mismo lugar, en que la havian dexado, y nadie havia osado llegar a ella antes refleccionado sobre el portento que diremos: “La adoraron los indios (dice el inca) creiendo que aquel madero tenia en si alguna gran deidad, y poder de dios”.

190. Hizo mas portentos. Y fue que alborotados mas de treinta mil indios, que rica y galanam[en]te vestidos authorizaban la embaxada; los apaciguó el mismo prisionero de los hespañoles Atahualpa, mandando a voces, a los suios, no hiriesen, ni ofendiesen a los hespañoles aunq[u]e prendiesen, y matasen al mismo rey. Tocando este parage, a la verdad marabilloso, el p[adre] Blas Valera, jesuita, e hijo de Alonso Valera, conquistador de el Perú, q[u]e se halló presente; y de quien, afirman, lo supo, y vio de otros conquistadores, dice, en su malograda, elegante historia Latina (llevada a Cadiz, a imprimir, y hurtada por los ingleses, en el saco que hicieron de este puerto el de 1595, y de que confiesa el inca Garcilazo, logró, y aprovechó algunos trozos) dice pues, este elegante historiador, que: “como dios n[uestro] s[eñor] con la presencia de la reyna Esther, trocó en mansedumbre el animo enojado de el rey Asuero: asi

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asi con la presencia de la s[an]ta Cruz, que el buen fr[ray] Vicente de Valverde tenia en las manos, trocó el animo sagrado, y belicoso de el rey Atahualpa, no solam[entte en mancedumbre, sino en grandisima sumision, y humildad, pues mandó a los suios no peleasen, aunque le prendiesen, o matasen”. Sumision portentosa a la verdad, y poder de la s[an]ta Cruz?

191. Pero lo que mas admiróm y verificó la profecia de el s[an]to apostol, fue ver a la misma cruz hacer prodigios, en manos, no ya de losministros de el evang[eli]o, sino de los soldados hespañoles. Francisco de Pizarro[143], y sus treze famosos compañeros, llegaron por fin al cabo de dos años de ciega, tentativa navegacion, al celebre valle de Tumpiz; donde el s[ant]o por medio de su cruz hizo dos manifiestos portentos. Primero, el descubrimiento de el Perú, y el otro, el que se ordenó se este modo sierto el navìo a vista de la poblacion, ansiaba aquella valiente comitiva, por registrar ciud[a]d que prometia rica, y numerosa, la sumptuosidad de edificios. Fiar el registro de uno solo era sacrificarlos a la muerte, y lo mismo si lo hacian todos los treze. En este aprieto, cortó el nudo el famoso heroe Pedro de Candia, que con animo varonil, fe viva, y confianza christiana, se ofrecio a ser el solo el explorador de aquella tierra, no digo, prometida, pero acaso, ni imaginada. Si me matan, poco perdeis, en solo un compañero, y si consigo el fin, haveis logrado vuestro intento, dixo, y vistiendo una cota de malla, que le llegaba a las rodillas; encasquetandose una cebada, de las mas galanas, y bruñidas

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ñidas, escudo de acero, espada en cinta, y en la diestra una cruz de madera, de una bara, y en que dixo confiaba mucho mas, que en sus armas, tomó la tierra adentro, rogando a sus compañeros encomendasen a dios aquel su arrojo.

192. Fue este caballero aun en el cuerpo, de regular altitud, y gentileza, grave de semblante, y señoril, y asi medido, armado, y prevenido, penetró con el superior aspecto, y gravedad hasta lo interior de el lugar. Los indios ya inquietos, y asombrados por el arribo, y vista de la nave, se asombraron mucho mas viendo un hombre tan corpulento, blanco, barbudo, vestido de hierro de la cabeza hasta los pies: cosa para ellos nunca vista, ni esperada. Por que le encontraban pot los campos retrocedian tocando el arma: de modo que, quando afectando pausa, y gravedad, llegó a la plaza, y fortaleza, la helló llena de gente, puesta en arma. Bien que adn¡mirado todos no acertaban a hablarle, ni osaban resistirle, creiendolo cosa divina.

193. Quisiera reflexase aquí el curiosos el zelo, y valentia de esta militar misionero, y que lo carease, y confiriese con aquel corpulento tambien portentoso hombre blanco, barbado, y de veneranda presencia, que quinze siglos antes, armado tambien de otra cruz, y mas de paciencia, que de hierro, apareció aquí por estos mares, y le llamaron por espuma, que lo creieron de ellos, Viracocha; y confiriendo sus profecias, y cumplimiento a vista de un soldado christiano, que se les presenta empuñando una cruz, mas que la espada, sigamos la historia de este arresto. Dudosos los indios de tiempo entre lo humano, y divino de su huesped, acordaron Curaca, y principales no probar ellos su

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su valor, sino que los hiciesen las fieras. Guardaban por orden, y gusto de su rey, un sañudo Leon, un bravo tigre, que abstraidos de sus xaulas, los echaron al valiente soldado. Poco los estrañó su valor, porq[u]e eran fieras unos, y otros. Pero obró mas aquí su fe, y religion, que su valor. Opusoles la cruz, que empuñaba: y tigre y leon, depuesta su fiereza se fueron a él, como si fuesen dos perrillos, que huviesen criado, y maneado: se le rindieron y echaron a sus pies. Animoso mas con el suceso el militar, se inclinó a manosearlos, y traerles la mano, por la cabeza, y lomos, poniendo sobre ellos la cruz. Asi el apostol, y sagrado soldado de Christo s[an]to Thomas, domellando, quando les predicó, a aquellas racionales fieras, con la cruz, y asi, con la misma arma, profetizada, por aquel; este militar valeroso: dando mudam[en]te a entender a aquellos barbaros, que la virtud de aquella regia insignia amansaba, y hacia deponer su nativa fiereza, aun a los brutos.

194. A vista de tamaño portento erraron, y acertaron a un mismo tiempo los gentiles: erraron en el tener a aquel hombre por divino; y acertaron en el respeto, y veneracion a la cruz. De aquí provino el que tuvieron a la que perdiio en aq[ue]l motin, que diximos, y llevó el dominico Valverde a la que, como ya notamos, no osaron tocar, la adoraron, y dexaron donde estaba. De aquí el erigir cruces en los altos de sus templos, y palacios, como las hallaron los dos primeros hespañoles, que emprehendieran entrar hasta el Cuzco. De aquí encaminase todos sus vecinos. “Al sanctuario (escribe el Inca Garcilazo) donde tenian la cruz de jaspe christalino, que otras veces hemos dicho, y con grandes excla

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exclamaciones, la adoraron, diciendole, que pues havia tantos siglos, que la tenian en veneracion[144], aunque no en la que ella merecia; porq[u]e no havian sabido sus virtudes; tuviese por bien de librarlos de aquellas nuevas gentes, que iban a sus tierras: como havia librado a aquel hombre de los animales fieros, que le echaron. Y hecha la adoracion (sigue) pusieron luego cruces en los templos, y casas reales, para q[u]e librase aquellos lugares, y todo el reyno de los enemigos que tenian”.

195. Y esto (concluie el inca) por el continuo temor y sobresalto, con que andaban los indios por las antiguas profecias. Y por quales otras? Sino por la primitiva, antiquisima (de el tiempo anterior a los incas) de el hombre blanco, barabado, portentoso, y de veneranda presenca, que les prognosticó el fin de su idolatria, y buelta de su cruz? Segunda: por la de este mismo, o su imagen (como lo figuraron despues) en las estatuas que le erigieron) y como apareció al otro inca, siendo principe, le revelò la rebelión de sus provincias, la venida de gentes, como el, blancas, la ruina de su idolatria, y fin de sus imperio. Secreto, que aun revelado a cada uno, guardaron de sus vasallos los reyes, e incas sucesores, y expresó con claridad al tiempo de morir, el ultimo rey Huayna Capac. Y sobre estas verificadas profecias, que clamaban, aunque mudam[en]te, por el total silencio, y mudez de sus mentirosos oraculos, que luego callaron de el todo (como que a vista de la cruz, no puedan ni /…/ los demonios) por todo lo qual: “Adoraban los indios a los hespañoles, como a dioses (dice el inca) y como a gente tan poderosa que hacia perder el ha

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habla a sus oráculos,  y les confirmaron el nombre VIRACOCHA, que era un dios, que ellos tenian en mayor veneracion, que a sus Huacas”. Y ya hemos visto lo tomaron de el apóstol s[an]to Thomas, teniendolo, aunq[u]e erradamente por dios.

APENDIZ,

A este y otros capitulos.

196. Tiempo es ya de concluir con este apendiz el capítulo; y resumir para mas claridad lo qie hemos vaciado en este libro. Hemos visto en terminos de el Paraguay, Brasil, y otras costas, y lugares de la America, un hombre peregrino, portentoso, predicador de nueva, y santa doctrina; un hombre blanco, barbado, zarco, corpulento, cargado de una cruz: un hombre que fixó es varias partes algunas, esculpió otras; imprimió, a perpetuos testigos de sus pasos, las huellas de sus pies, ya calzados, ya descalzos, cavó con sus rodillas las peñas en que oraba, y rezaba arrodillado; señaló en ellas su baculo, u bordon; lo hincó , o se le atolló en un rio, y creció en una palma frondosa; daba reglas de vivir bien, amarre, y ejercitar virtudes; se llamaba, le llamaron, y aun le llaman: Sumé, Pay Zume, Thome; sufrió persecuciones, piedras, azotes, odios, y tentaciones de los barbaros, corrió infinitas leguas, dexó despojos, su tunica sandalias, y otras, aparecidas después de quinze siglos: se abrió caminos con los mares, lagunas, breñas, carrizales, picos, puntas: aportó al Perú, y huió otras veces, navegando sobre su mano embarcado en su cruz, y sobre ella tambien arrodillado; conociese por las mismas señas anteriores, saltaba sierras, allanaba montes, quemaba peñas, calcinaba lajas, a fuego llovido de el cielo: llamaronle, viendole salir, como espuma de el mar, Viracocha

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cocha (que significa lo que pareció a aquellos barbaros) corrió, y benefició todo el Perú, ya caminando por el mar, ya por el ayre (como muchos le vieron) y con el que se podia, y pudo literalm[en]te responderse al profeta, que inquiría. “Quien son estos, que vuelan como nubes, como palomas (con sus polluelos) a sus nidos?”

197. Diremosle, con Thomas Bozio, que son los apóstoles velificantes a las Indias (apostoli digentes un indiis) y el que, haciendo nave, y velas de su manto, velificó para aquí s[an]to Thomas; el que ya conocido, y antonomasticam[en]te nombrado Viracocha, por estas sus apariciones, y vuelos, permaneció en imágenes, y estatuas, venerando tan solam[en]te, como hombre s[an]to y benefactor de aquellas tierras, hasta q[u]e haciendo aquellaaparicion al principe Inca (por la que le llamaron su phantasma) diciendo era hermano de su padre, a quien lo invitaba, embaxador, se le prohahijó sobrino, le labró templo, colocó su imagen, y como la havia visto, lo tuvo por dios (y asi tambien, como su sobrino, y des[c]endiente) reservó para sí, y los demas reyes, la profecia, q[u]e le hizo, de el fin de su imperio, y arribo de los cristianos españoles, sus hermanos, y sucesores; por lo que los llamaron Viracochas, como tambien al apóstol S[an]tiago, quando los arredró en sus campañas; y los tuvieron por divinos, respetandolos, venerandolos, y rindiendoles hasta dexarse conquistar; haciendo patente, que asi como a s[an]to Thomas, debieron su primera predicación y enseñanza todos los reynos de el Perú; le debieron tambien los ministros hespañoles, a su intercesión y profecias, la segunda. Y en ella, y por ella, la facilidad, y felicidad de su conquista. Por lo que se debe venerar, por espiritual conquistador de l’America; aquí meridional, y adelante septentrional.

FE

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FENIZ DE EL OCCIDENTE.

LIBRO III.

Argumento.

Silencio, y aun con tradición de los historiadores de el pais sobre el arribo de s[an]to Thomas, y otro de los apóstoles a Nueva Hespaña, sacase de ellos mismos, que vino a ella. Pruebase de su mismo nombre; y como predicó, moró, y demoró en ella muchos años. Felicidades, que causó a sus moradores su santa doctrina, y dirección. Virtudes, y moderación, que exercitó aquí el s[an]to apostol. Su instrucción, empeño, y enseñanza para educar la juventud. Recogimientos, colegios, o monasterios, que introduxo. Religión observancia de sus alumnos, exemplarm[en]te religiosos. Bella educacion de niños, y niñas. Exemplar separacion de sus padres. Persecucion de el s[an]to apóstol. Fuga, y ausencia a predicar en otras partes. Providencias, que tomo para partirse. Su arribo a Campeche. Doctrina que alli dexó, y se conservó por mucho tiempo.

CAPITULO I.

Total silencio, y contradiccion de los historiadores al arribo de s[an]to Thomas, u otro apostol a los reynos de Nueva Hespaña: emprehendese sacar de ellos los mismos, que vino a ella.

198. Dicha seria, si como por su doctrina, señales, y vestigios; por su nombre proprio, y alegorico de Viracocha, hemos promovido la venida de el apostol s[an]to Thomas a los vastos reynos de el Perú; la promovieramos tambien por los mismos a los de la America septentrional, y Nueva Hespaña. Pero la desgracia es, o ha sido, que quanto nos ayudaron para allo los historiadores de aq[ue]lla gran parte de l’America, nos incomodan aquí, y contradi

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tradicen los historiadores de estotra. Oponesenos como hemos visto, el chronista General Antonio de Herrera; sufragale el s[eño]r Solórzano; niegalo el Grijalva sugustino, y en campo abierto, el Torquemada franciscano. Anhelabamos por el dominico fr[ay] Diego Duran[145], que como nativo de Mexico, y peritisimo en el idioma mexicano, escribió un libro entero de Antigüedades de los indios mexicanos; en que convencido de muchas señales, que afanó, y descubrió en caracteres, mapas, y cantares, promovia la predicación, y predicador de el evang[eli]o en Nueva Hespaña. Pues como notó el otro erudito dominicano, fr[ay] Gregorio Garcia (lib[ro] 5 cap[ítulo] 1) “Lo echó a puerta agena (a los jesuitas) contentandose con el interes, que por el le dieron; sin advertir quantro importara para el conocimiento de muchas cosas, que lo imprimiera, y sacara a luz; pues no se han visto de el, sino pedazos, con que otros han adornado sus historias”. Y añade el ill[ustrisi]mo Davila Padilla, tambien dominicano, y arzobispo de s[an]to Domingo. “Que, porque vivió muy enfermo, no le lucieron sus trabajos; aunque parte de ellos estan ya impresos (dice) en la Philosophia natural, y moral de el p[adre] Joseph de Acosta; a quien los dio el p[adre] Juan de Tobar”. Este mismo arzobispo prometió en esta historia (lib[ro] 2 cap[ítulo] ult[imo]) escribir sobre el mismo asumpto. Pero no sabemos, que lo hiciese, por lo que nos hallamos sin los autores, q   ue  nos pudieran coadiuvar, e invadidos de los que han de contradecir.

199. Ni entre aquellos encuentro mas apoco, que el que nos ministra un escritor, que por incidencia tocó el punto. Fue este el v[enerable] sacerdote, clerigo secular, d[obn] Luis Becerra Tanco, gugeto de lo mejor,  que

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que ha dado Nueva Hespaña, en ciencia, y virtud, de muy selecta, copiosa latinidad, y pericia en lenguas estrangeras; ya europeas, como la portuguesa, italiana, francesa; ya orientales, como griega, y hebrea,[146] en que hizo razonables progresos; y muchos mas en la mexicana, y othomi, que hablaba, y entendia, como los indios m[ilegible] loquacez a que añadió, como su principal estudio la alianza de una, y otra theologia, que bien diremos tambien quadruple, en la escolastica y moral; polemica, y expositiva: coronando su aplicación con la perfecta inteligencia sabrosa posesiin, y profesion de las facultades mathematicas; cuia cathedra regenteó en propiedad de esta universidad mexicana; siendo antecesor, y aun preceptor de el insigne d[on] Carlos de Siguenza: y quien (d[on] Luis Becerra Tanco) presentado por testigo en las informaciones, que por el de 1666, se recibieron sobre la portentosa aparicion de n[uestra] s[eñora] de Guadalupe de Mexico; hizo una cumplida, eruditisima deposicion, que reservada, y archivada en los authos de la materia, no lograba la publica luz, y recomendación, que merecia: hasta que despues de su muerte, acaecida el de junio de 1672, un zelosisimo, doctisimo capitular de esta metropolitana le dio a la luz publica el de 1675 titulandola: felicidad de Mexico, como lo fue en la aparicion, que historiaba, y eloquencia de el author, que la escribia.

200. Heme difundido, en referir sus prendas, y dar a conocer este author, para mas credito, y aceptacion de su sentir, expreso en dicho libro, impreso, como dixe, en Mexico, y reimpreso nuevam[en]te en Madrid, en que hablando de el apostol s[an]to Thomas hace estimabilisimo excurso “S[an]to THOMAS (dice) que sin duda fue el

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el que predicó eL evang[eli]o a los naturales de este reyno, mucho antes de la fundacion de esta ciudad, en la de Tula, o como dicen los naturales: Tollan. De que vi pintura, y tradición (habla de los mapas de los indios) que no puede aplicarse a otro de el apostolado (luego figuraba, y decia, que predicó aquí algun apostol) porhaverse conservado su apellido, DIDIMUS, esto es Mellizo. Y de que haian quedado en las indias Occidentales  rastros de este s[an]to apostol, véanse (y cita los que traen algunos authores) y no puedo persuadirme (prosigue) a que el coomputo de los años de que usaban los naturales mexicanos de cinquenta y dos años cada siglo, dando a cada año la cantidad de trecientos, sesenta y cinco dias, tan conforme a la verdad, se pueda atribuir al demonio, padre de la mentira; sino a enseñanza de el s[an]to apostol. A que se llega, que al fin de cada cinquena, y dos años solares, añadian treze dias intercalares, por treze bisiestos que haia, en cada uno de estos siglos. Porque al tiempo, que se dividieron los apóstoles, por todo el mundo a predicar el s[an]to evang[eli]o siguieron el computo de el año ordenado por Julio Cesar, que precedio al nacimiento de Christo S[eñor] N[uestro] que observaron los romanos en todo su imperio”.

201. Hasta aquí este juicioso author, cuyas breves energicas clausulas propugnan la verdad tan claram[en]te que compelen a serios partidarios, y secuaces, aun a los autores contrarios. Ninguno mas, que el fr[ay] Torquemada, en cuya Historia, e Indiana Monarquia, se halla [h]acinado, junto, y compendiado quanto observaron, hicieron, y desatinaron los indios mexicanos, y tambien los que los precedieron. Entra a histoiar la fundacion de Tula, hoi pequeño puelo, y populosisima ciudad antes

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tes de el imperio mexicano; y adivinando la epoca de su fundacion se explica, en estos terminos, dignos de la mas seria reflexion. “Poblada esta provincia de Tula, con el origen, y principio, que hemos dicho; algunos años despues de esta poblazon, vinieron de azia la parte de el norte, ciertas naciones de gentes, que aportaron por la parte de Panuco. Estas gentes (sigue) fueron unos hombres bien traidos de ropas largas, a manera deturcas, o de lienzo negro, como sotanas de clerigos, abiertas por delante, y siin capillas; y los cuellos escotados, y las mangas cortas, y anchas, que no legaban al codo. El dia de hoy (añade) algunas de estas ropas usan los naturales, en su bayles, contrahaciendo a aquellas naciones, Estas gentes pasaron adelante de Panuco, con buena industria, sin ningun encuentro de guerra, ni pelia: y viniendo de lance en lance hasta Tullan (donde llegaron, y fueron recibidos, y hospedados de los naturales de aquella provincia) alli fueron muy regalados; porq[u]e era gente mui entendida, y habiles, de randes trazas, e industrias, y labraban oro, y plata, y eran muy grandes artífices de cualquier arte: eran grandes lapidaios, sobre estremo, asi en estas cosas delicadas, como en dar otras industrias para la sustentación humana, y para labrar, y romper tierras: de suerte, que, por su bien gobierno, y grandes industrias, y habilidades, tuvieron gran cabida, y con ellos, y adonde quiera, que llegaban los tenian y estimaban e n mucho, y hacian grande honra”.

202. Estas son en voces de el mismo Torquemada, las dotes y prendas de estos hombres verdaderam[en]te peregrinos. Pero no nos dice quienes fuesen? Ni de donde viniesen? Nada mas sino que aportaron por Panuco. Apunta el sentir de

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de los que los creieron romanos, cartagineses, otros, otros irlandeses. “Y en quanto a esto, por no desvariar (dice, reservandolo a misterio) solo se puede dexar a dios (añade) que visto por estas gentes que en Tulla, no se podían substentar, por estar la tierra tan poblada, procuraron pasar adelante, y fueron poblar a Cholulan: donde por el consiguiente fueron muy bien recibidos, donde conocidam[en]se te sabe, que emparentaron los naturales de alli con ellos, y quedaron poblados, y arraigados muchos tiempos. (Y aquí lo mas substancial y peregrino de esta historia) Y es (sigue) que como huviesen llegado a Tullan estas gentes, traian consigo una persona muy principal, por caudillo, que los gobernaba; al qual llamaban: QUETZALCOUATL (que despues los cholultecas adoraron por dios)”.

203. Este (sigue) se tiene por muy averiguado, que fue de muy buena disposicion; blanco, y rubio, y barbado, y bien acondicionado: y que estando en Tulan le cometieron adulterio (le hicieron agravio, u ofensa, se entiende de el original mexicano) los señores de alli especialm[en]te Tetzcatlipuca, y Huemac; y que visto su mal termino se salió de Tullan muy enojado, y se vino a Cholulan (esta seria la causa de dexar a Tullan, y no estar muy poblada, como dixo antes) donde habitó muchos años, con sus gentes. De las quales embio desde alla a las provincias de Huaxyaca (hoy Oaxaca) a poblarla, y a toda esa Mysteca Baxa y Alta; Tzapotecas; y estas gentes dicen, que hicieron aquellos grandes, y sumptuosisimos edificios romanos de Mixtlan, que ciertam[en]te es edificiio muy de ver; porq[u]e se arguie de aquellos que lo obraron, y edificaron, se hombres de muy gande entendimiento, y para mucho, y de muy grandes fuerzas”.

204.

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Cortemos aquí el texto a Torquemada: y dexando lo mucho mas, que trae sobre este asumpto, para como se nos fuere ofreciendo; veremos sobre el canto llano de esta su sencilla narración, lo que, acerca de la primitiva apostolica predicacion de el evang[eli]o en Nueva Hespaña (punto en que se mostró tan contrario) se puede levantar de contrapunto. Inroducenos, con estas nuevas gentes, cuios trages, prendas, y habilidades nos pondera; y que afirma aportaron aquí por Panuco; una persona muy principal, que traian consigo, por caudillo, que los gobernaba: da sus señas, y dice: se tiene por muy averiguado, que fue de muy buena disposición, blanco, rubio, barbado, y bien acondicionado. Con que no era indio, nativo de esta tierra; baxo, pelinegro, lmpiño; sino peregrino, estrangero, de los que se profetizaron, y vinieron de donde nace el sol, de el oriente: de las mismas señas (sino el mismo) que nos dice tambien la tradicion, peregrino por la otra America, y diseñaron sus moradores, corpulento, blanco, rubio, zarco, barbado, y de veneranda presencia: no zafio, rudo, y de lo pocos, o ningunos alcances, que los habitadores entonces de estas tierras; sino de las industrias, prendas, y habilidades de los demas de su comitiva; y aun maiores; pues a todos los gobernaba, y dirigia; artífice, maestro de arquitectos, de grandes, romanos edificios; lapidarios, plateros, artífices de cualquier arte; asi en estas cosas delicadas, como en dar otras industrias, para la substentacion humana, y para labrar, y romper tierras. Y de esto, y mucho mas, con tal primor, que en la antigua Tollan, y Cholulan, donde hizo su prolija habitación; se derivó (como promueve aquí cuidadosam[en]te) el Torquemada

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mada) llamar Tultecas,cholultecas, y grandes tultecas, a los artífices, o maestros de cualquier arte que exercian, con primor, y sutileza: por la que tuvieron, y enseñaron estos huespedes, doctrinados, y dirigidos de su maestro, y caudillo Quetzalcohuatl; cuia comitiva, prendas, y habilidades naturales tenemos diseñadas hasta aquí, y vamos a reconocerle, por su nombre, y demas prendas y virtudes.

CAPITULO II.

Indicase por su nombre proprio, y alegorico, con otras señas individuales, haver aportado, y morado en Nueva Hespaña el apóstol, s[an]to Thomas.

205. Tuvimos la dicha que deseamos. Y que, como por su nombre propio, y alegorico, se probase tambien por uno, y otro haver estado en Nueva Hespaña. El nombre hebreo Thomas, Didimo, griego; Géminis, o Gemellus, Latino; mellizo, castellano; es dice el curiosos historiador Becerra Tanco, el que halló en tradiciones, y pinturas mexicanas: y el que asegura, no poder aplicar a otro de el sacro apostolado, sino el s[an]to; porque ninguno otro se llamó Thomas, se dixo Dydimo: y este es el proprio, que de estas mismas tradiciones, y pinturas, nos viene presentando Torquemada. Quetzalcohuatl, nombre compuesto de dos nombres: Quetzali, nombre alegorico, que significa, cosa apreciable, rica, como pluma; unica estimacion, y gala de estas gentes, como las engalanó el poeta diciendo: El vestido de pluma mexicano (sol. 2) y el nombre cohuatl, nombre proprio de S[an]to Thomas, porque significa Mellizo. Este entendieron

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eron por Thomas los apóstoles, y evangelistas; y este nombre le quisieron dar dandole aquel: Thomas, el que se dice Dydimo, o mellizo, nos repite las mas veces, que habla de el apostol s[an]to Thomas, el evangelio (Thomas, qui dicitur: DYDIMUS) acaso (perdonese el arrojo) para significar e individuar la grande obra, que havia de hacer, con la predicación de el evangelio en Nueva Hespaña, bajo la expresión de este nombre[147]; y tambien, para que se conociese Thomas, conociendose por mellizo. De modo, van en uno cinco nombres: hebreo, griego, latnio, hespañol, y mexicano: Thomas, Dydimo, Gemelo, Mellizo, y cohuatl, mexicano, y de el que sacaremos otro vulgar entre mexicanos, y hespañoles: estos, que entienden, y repiten lo que oien: aquellos, que corrompen el idioma mexicano, queriendo hablar como españoles, y unos, y otros, que en vez de cohuatl, el mellizo, dicen solam[en]te: el coate, o quate mas vulgarizado, y corrupto. Pero que significa propiamente, y en inteligencia comunisima el q[u]e nace con otro de un parto. Lo mismo se entiende de el nombre Thomas de el s[an]to apóstol, y acaso; por q[u]e asi fue nacido, o porque procedio de algunos de estos; como entre los romanos, de Claudio, Spurio, y Craso, los crasos, spurios, claudios. Thomas entre los hebreos de Theomin, los gemelos, coates, o mellizos: nombre que corrio hasta en las monedas, llamandose los reales tomines, tomin un real, que tiene dos medios, y su mitad medio tomin.

206. Esto por lo que hace al nombre proprio de Thomas, al nombre cohuatl, que interpretaron, y le dieron con toda propiedad los mexicanos: y se apropio el apóstol sabiendo, por el don de lenguas ser el significado de su

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su nombre, y recibiendolo dado de los indios, no traido ni llevado de su patria: llamaronle cohuatl, por Thomas, siendo para ellos, y en su idioma Thomas, Cohuatl; vulgarizado, el coate, o mellizo. El nombre alegorico antepuesto es el adjetivo Quetzali, que perdiendo la I en la composición, que le hicieron es decir Quetzalacohuatl, adicion, que le hicieron después, y se grangeó la reputacion de su virtud, haciendolo apreciable, y precioso, en gran manera; y siendo entre lo mas que estimaban por rico, y apreciable, la pluma, de que se engalanaban, y vestian; le llamaron para expresar la estimacion, que de el hacian; Quetzal cohuatl; como quien expresaba, y decia, en su idioma, y en sus frases el mellizo, el coate de rica pluma (y tambien por la que vestia, quando se revestia, como diriamos) el mellizo galan, el Thomas rico, y bien vestido, el coate, o coate de n[uest]ra estimacion, y mas aprecio. Y todo en expresión de Thomas, y nombre, que le oieron, y entendieron de el s[an]to o de los de su noble comitiva; a que añadieron tambien el de Quetzali, o rica pluma, no solo por aprecio y estimacion, sino por su velocidad, y agilidad en los caminos, ligereza, y casi desparecimiento en la carrera, por su transitar por el ayre, y vuelos, que comunicaba al cuerpo su espiritu: motivo porq[u]e desatinando despues, en colocarle, y adorarle, por dios, lo intitularon dios de el ayre; a cuia detestable apotheosis los desvanecio el Quetzali, o rica pluma con que pervirtieron el cohuatl, que expresaba Thomas, o mellizo solamente.

207. Opondrasenos, por algun lenguaraz, o perito en la lengua mexicana, que el nombre cohuatl en este ele

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elegante, fecundisimo idioma, no significa mas que la culebra: por lo que el Torquemada, inteligentisimo, y elocuente en dicho idioma, no da otra inteligencia, o construccion al Quetzalcohuatl, que la de culebra emplumada. Esta empero es la mayor propiedad, primor, y energia de el lenguaje, que mejor se apellido Cohuatl, la culebra, por lo que tiene de coate, o mellizo, que no el mellizo, o coate, por lo que tiene de culebra. Llamase Cohuatl, o coatl, en lengua mexicana la culebra; porq[u]e, como el coate, o mellizo, sale a luz, o nace de un parto, con otro (como es sabido, nacen las culebras) y esto tan solam[en]te tiene de ellas el coate, o mellizo, que nace, o se da a luz con su hermano.

208. Tuvo algo mas, y muy de el cielo, para q[u]e asi se llamase el s[an]to apóstol. Y fue la humilde confesion, y protestación de hijo de Eva, y pecador: en los mapas y pinturas mexicanas, mismas de estas, y otras exquisitas noticias; se figuraba la creación tambien de el hombre, y formación de la muger; y esta se pintaba, y figuraba, con una culebra en la cabeza, explicando en sus tradiciones, y cantates (claves de estos rebesados jeroglíficos) ser aquella muger, nuestra madre Eva; la que, como culebra, paría los hijos a pares, como los paren las culebras; la que engañó la de el paraíso, se hizo a su vanda, e instigó al pecado original, llamandose de hai: la pecadora. Notas que apreciaria s[an]to Thomas, que se expresase en su nombre, y se significasen por el; que eso tenia mas de cohuatl, de coate, o mellizo, haver nacido con la culpa, ser hijo de Eva, y pecador; y haverlo esta su madre originado, y convcebido en sus pecados. Lo q[u]e pro

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provocaria entablar, y entrañar con eficacia en los animos de los gentiles, proviniendo, y anhelando impedir, lo adorasen por dios alguna vez.

§ II.

209. No solam[en]te fue conocido en Nueva Hespaña el apóstol s[an]to Thomas, por el nombre conociese tambien por el traje[148]; por los habitos, y de su cuerpo, ya de sus prendas, y virtudes. De estos tendremos mucho, que decir: digo de aquellos; y que fueron como los de su peregrina comitiva. Ropas largas, a manera de tunicas e[tcétera] Asi sus compañeros, y secuaces; y de el mismo modo su caudillo, su maestro, y /…/. “Decian los indios (añade Torquemada tratando de el, como ya dios lib[ro] 6 cap[ítulo] 24) que viviendio en carne mortal (luego de hombre lo elevaron a dios) vestia de vestiduras largas hasta los pies, por honestidad (como visten y deben vestir todos los que sirven a la iglesia) con una manta encima sembrada de cruces coloradas. Concuerda en su vestidura Herrera (Dec[ada] 2 lib[ro] 7 cap[ítulo] 2): “Vestia (dice) hasta “en pies de blanco, por honestidad, con una manta encima, sembrada de CRUCES coloradas”.

210. Tuvo otras preciosas vestiduras de que usaba, como sacerdote. Y eran las que creiendo Motecuhzuma, que Cortes era Quetzalcohuatl que volvia a gobernarlos, como decian les havia prometido[149]; le remitió con un gran presente a Veracruz, como individuaremos después havian conservado, y tenido en gran veneracion los cholultecas, y tultecas, como por su derivada tradición los reyes, y emperadores mexicanos. Todas, todas preciosas vestiduras, y ornamentos sacerdotales de el apostol, en persona de

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de Quetzalcohuatl, conservados por quinze siglos, y mysteriosamèn]te venerados, por los que ya havias olvidado la fe. Pero que despues de tanto tiempo, ignorante totalm[en]te de el mysterio, vistiò cortes en su persona, y en la de el s[anto apostol, cuios fueron, y con que, veremos, se armó mejor a la conquista de estos reynos, que con sus azicaladas armas bruñidas.

211. Tras el nombre, trage, y vestiduras, que obtuvo, y vio el s[antí]s[imo] apostol Thomas, en estas partes: no llaman los empleos, y cargos, que aquí obtuvo, en persona, y disfraz de Quetzalcohuatl, Era sacerdote, y rey, como en Roma, Numa Pompilio[150] (nos advierte aquí Torquemada, y de aquí infiere, como sigue, han promovido) como el sacerdocio, y reybi ha andado junto, en algun tiempo, en el mundo. Pero se explicó mejor, en otra parte (lib[ro] 6, cap[ítulo] 24) por lo que hacia al mismo Quetzalcohuatl, digo, al apostol s[an]to Thomas. Como le vieron (dice) los indios de tan grande ingenio, le tuvieron, en grande estimacion, y lo reverenciaron, como a rey, en aquella ciudad (en la de Tullan) Y asi fue: porque, aunque, en lo temporal, era el que gobernaba un señor llamado Huemac, en lo espiritual y eclesiastico, este Quetzalcohuarl era supremo, y como pontifice Maximo”. Este Quetzalcohuatl (havia escrito un poco antes) según historias verdaderas, fue gran sacerdote en la ciudad de Tullan, y de alli se fua a Cholulan. Con que tenemos ya en Nueva Hespaña al sànto apostol, no gobernador profano, no rey temporal, sino religioso, sacerdote, obispo, y pontifice sumo: un Quetzalcohuatl, un precioso mellizo, un Thomas Santo, que como apostol

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apostol de Christo en esta tierra, fue, como le atribuie el mismo Torquemada, muy amigo de el culto, y adoracion, no de los falsos dioses (como sin reflexion le levantan) si no de el verdadero dios; instituió, y ordenó muchos ritos, ceremonias, y fiestas, para reverenciarle, y adorarle: dispuso, y compuso el celebre mexicano calendario, como aseguró Bezerra Tanco, y tiene aquí por cierto Torquemada. Prueba convincente de la identidad de el apostol s[an]to Thomas, y Quetzalcohuatl.

212. Tuvo mas de religiosidad este nuestro apreciable coate o mellizo, digo Quetzalcohuatl, Thomas /…/ fue haver tenido, y ordenado sacerdotes, que se llamaron: Quetzalcohuatl[151], significando, con este nombre posesivo (construie Torquemada) los religiosos, y sacerdotes de la orden de Quetzaldohuatl (de cuio instituto, observancia, y moradas diremos separadam[en]te). Bastanos por ahora indicar, que a tanto creció aquella su primera comitiva, aquellos sus compañeros, y sequaces, con que entró por Panuco a estos reynos, y bajo cuia direccion reclutando tropa de christianos, exercito de fieles, fixando sus reales, y presidio en Cholulan; donde dicen habitó muchos años; invió a poblar de {línea incompleta} lo tropa de christianos misioneros a Oaxaca, a las Mystecas, alta, y baja, y hasta los mas rudos Tzapotecas; donde poblados, emparentados, y arraigados, edificaron para las almas y los cuerpos: para estos, aquellos famosos edificios de Mixtlan, y fabrica romana, como los preconiza Torquemada; aquellos que han sido admiracion de quantos los visitan

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tan sumptuosos, labrados, y levantados en regiones, donde nada se supo ni se sabe huviese en algun tiempo noticias, ni arte de arquitectura, ni instrum[en]to de esta arte, ni herramientas, y solo el nombre, y admiracion de ls sumptuosos edificios de mixtlan, nombre de infierno, en lengua mexicana. Pero a la verdad de aquellos infiernos, que según s[an] Hilario, (In pralm[…] 3) y maluenda (De Antichr[isto] lib[ro] 3 cap[ítulo] 16)[152] dixo s[an] Pablo, havian de hincar la rodilla al sacrosanto nombre de Jesus: esto es, de los antipodas, y Americanos, que escondidos, y sepultados, bajo ignoradas tierras, y mares se dixeron con propiedad inferiiores, o infiernos, respecto de los paises conocidos.

213. Asi para os cuerpos. Pero edificó mucho mejor para las almas, o espiritualmente, esta tropa, predicando, y cathequizando aquellas las mas barbaras naciones. Y a esta predicacion, a esta mision, mandada siempre, y comandada a ve[n]cer por el mismo s[an]to apostol Thomas, bajo el nombre que tuvo alli de Quetzalcohuarl: se deben contraher y atribuir las noticias, señales, y vestigios de la cristiana religion, y ley evangelica, que hemos esparcido hasta aquí halladas entre estas naciones. A esta aquel libro entero, o Biblia, como la llamaron, de figuras, que como expresamos al num[er]o 65 hallaron los religiosos dominicos en Quic Chapa, pueblo de la provincia Tzapoteca, quando entraron a doctrinarla; y la hallaron en poder de el cacique de aquella tierra: libro, o biblia, sin otras letras, que figuras, de mysterios de el antiguo, y nuevo Testamento; y que, como los mismos religiosos depusieron, facilitó mucho su conversion, y cathequismo, por lo que de tiempo inmemorial les havia instruido.

214. A esta misma mision de el Quetzalcohuatl, y sus gentes, a Oaxaca

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xaca {sic}, de el apostol s[anto Thomas, y sus discipulos debemos de justicia atribuir las noticias de mysterios de nu[est]ra s[an]ta fe, que en aquellos mapas o papeles copiados, como diximos al num[er]o {imagen cortada} de pinturas antiquiusimas, hechas en uno s cueros largos rollizos, como vio, y se explicó el v[enerable] p[adre] fr[ay] Francisco Gomez[153] haver visto, viniendo en compañía de el s[an]to varon fr[ay] Alonso de Escalona quando venian de Goatemala, y haverlo visto en el pueblo de Nexapa, administracion de dominicos, cuio vicario los monstró y abonó a estos v[enerables]v franciscanos. A estos tambien, digo a los discipulos de s[an]to Thomas, o Quetzalcohuatl; y a estos, como tambien diestros arquitectos, atribuiremos sin violencia el sacramento de la confecion, en estatua, o las esculpidas en piedra de el confesor religioso al parecer, e india penitente, que como expendimos al num[er]o  72 se manifiesta todavia en una cueva, o nicho descubierto, y se le hallaron los primeros ministros [h]azia la Villa de Nexapa, en tierra de Tehuantepec. Hallazgos todos sin origen, y que claman mudamente lo tuvieron de el sagrado Quetzalcohuatl, de el Thomas, que se dixo mellizo, y de sus sequaces, y discipulos, que invio a mismionar a aquellas tierras.

215. Y en que otros mejor, que en esta noble comitiva, y su caudillo, el apostol, s[an]to Thomas[154], podremos entender, o decifrar aquella estimulacion de el profeta? “Id nuncios mios, angeles mios, a esa gente convulsa, convelida, destrozada; a ese pueblo terrible, mas por barbaridad, que por valor, a eso, despues de el qual, no hai otro alguno, por situarse en los fimes de la tierra, pueblos de gentes, que acaba del destrozo, y la esperanza, cuias tierras se han arrebatado los rios y  

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y lo decimos no solo por la inteligencia de el vocablo, y otros expositores de igual nota, sino por lo que vemos de estas gentes. Vemos venir, como nuncios de Dios, y angeles suios, y venir, sino por ministerio tambien de angeles, como Habacuc para alimentar a un prisionero; s[an] Phelipe, para cathequizar un gentil, al mellizo s[an]to Thomas, y sus discipulos, y aportar a estas partes, en navegacion por ignorada, prodigiosa: y venir, aportar, no para cathequizar, y bautizar un gentil solo, sino millares de gentiles, no para alimentar el cuerpo de un hambriento, sino las almas de inumerables gentes, auinas de doctrina, y pasto espiritual: vemoslas convulsas de temor convelidas de miedo; de lo que hacen por miedos y themor: de los humanos, e inhumanos sacrificios, con que se despedazan, y destrozan; y los que hacen con horror y temor por lo que les horroriza la muerte, y los que hacen temblando, y sin querer, por miedo, y temor de el demonio, que las amenazas de muerte, sino lo hacen.

216. Por lo mismo se presentan terribles, mas que por acuchillarse, y destrozarse en sus  campañas. Gentes y pueblos, fuera de lso quales aun no se hallan otros conocidos; y eb que hasta el dia, se han refijado el Non plus vitra, gentes hasta la epoca de Christo, con vu[ilegible], y si adelantadas algun tiempo, por las noticias de su fe; convelidas después, con el veleño de el olvido, con las posimas de el Letheo: gente toda esperanza, por la que, por quinze siglos continuaron, de que su rey y sacerdote Quetzalcohuatl, y mellizo s[an]to Thomas; cuio gobierno la hizo tan feliz, como diremos: havia de volver a gobernarla: por lo que, aun los reyes, y emperadores mexicanos recibieran el go

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gobierno en tenencia, a entregarselo, quando volviese. Gente por fin de aquellas perversas constumbres, y antediluviana conducta, que innundó el mundo de maldades. Por lo que, sino generalmente, como prometió dios al s[an]to Noé, les infirió el castigo de continuas inundaciones, ya en la China, costas de el Brasil, y Paraguay; donde a las huellas señales, y vestigios, que dexó el s[an]to apóstol; ya han entrado los mares, y arrebatadoles sus pueblos: ya en la Nueva Hespaña, y popularisima capital, Mexico; cuias peligrosas inundaciones, asi en la era de su gentilidad, como en la de su Cristiandad floridisima; y han sido nocturnos salteadores, correrías, y avenidas de ladrones, que de la noche a la mañana, no solo arrebataron, y robaron pueblos enteros, como aun se ven, y tocan sumergidos en sus lagunas; sino que despojaron la ciudad de muchos bienes; amaneciendo salteada de las aguas, a la altitud de tres y media baras castellanas, el 20 de septiembre de 1629. Plagas todas, que claram[en]te verifican, ser estas gentes, estos pueblos, adonde por el evangelico profetam se estimulaba a venir el mellizo apóstol s[an]to Thomas, el Quetzalcohuatl, y su laudable comitiva: si ha hacerlos felices en el alma, en el cuerpo tambien, como expresa el siguiente

 

CAPITULO III

Felicidades temporales, racional conducta, y dirección, lograda en Nueva Hespaña, bajo el gobierno, e instrucción, de el mellizo s[an]to Thomas, o Quetzalcoatl.

217. Muchas felicidades, muchos bienes presagiaron, y prometieron las Sybilas para la feliz epoca de Christo, y de su glorioso nacimiento. Y no pocas de estas, y aquellos, les robó, y arrebató el latino

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tino para anunciar, y felicitar el nacimiento de su Cesar. Ni creamos anunciose mejor, y presagiase el nacimiento de este, y su reynado, que el de Christo, y su imperio, en estos reynos, mediante al arribo, noticia, y predicación de su fe, hecha por el sagrado mellizo, nativo Quetzalcohuatl, S[an]to Tomas, y sus felices compañeros[155]. Aquí vemos la mas estimable felicidad, de el reynado de Cesar; la de otro Thiphys o mas diestro piloto, que gobernado por otra mas feliz, que la nave Argos; traida de el cielo, o colocada alli, transporta en los compañeros de el apóstol, los mas escogidos heroes, para las  nuevas guerras, y campañas de el señor.

Alter erit him Thiphys, et altera que, vestar argo, delectos Heroes: erunt etiam altera bella e[tcétera] (Virg. Ecd. A.)

Con cuio arribo, conducta, y acertado gobierno comenzaron a felicitarse estas tierras; a dar tambien todo genero de fructos (omnis feret omnia Tellus) Vamos ya sobre la historia, y relacion de el Torquemada[156], unico historiador de este reynado. “Dicen (y dice tambien este author, p/…/ 2 Lib[ro] 6 cap[ítulo] 24) que en aquellos tiempos, que él (Quetzalcohuatl) los señoreaba, era abundantisimo el maiz, y las calabazas, grandes de una braza, y muy gruesas; y que subian por ellas, como por arboles las mazorcas de el maiz, tan grandes, y gruesas, que solo una era bastante carga de una persona (tierra de Caleb y todas las otras semillas eran abundantisimas, y muy crecidas”.

218. Otra felicidad predixo la Sybila Cumea para su siglo de oro, y era de Christo, y endonó el poeta a su monarca: la repulsa de todo tinte para lanas:

Nec varios discet mentivi lana colores. Por q[u]e esto (decia) los havian de dar los prados como flores

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res. Ipce sed in pratisanes iam suave rubenti Murice, iam creceo mutabit vellera luto spontesna. Y es tambien (dice el mismo Torquemada) lo que a su felicisimo gobierno añadió este principe de la America: “Que (sus vasallos) sembraban, y cogian algodón de todos colores, blanco, colorado, encarnado, amarillo, y otros muchos, y varios colores, y que en el mismo pueblo de Tula criaban muchas, y diversas especies de paxaros, como Xiuhtototl, quetzaltototl, zaquan, tlauhquechol, y otras muchas aves que cantaban dulce, y suavemente”. Sigue la abundancia,  y opulencia.[157] “Havia en su tierra arboles de cacao, de todo genero: sus vasallos eran muy ricos, y no les faltaba nada, y no padecían hambre, ni mengua alguna. Dicen tambien haver sido muy rico, y que le sobraba todo quanto havia menester” (como que tendría la bolsa de Divina providencia, que a la inquisicion de la santidad y reyno de los cielos, se lo daria toda de barato).

219. “Dicen (prodigue su historiador) que sus vasallos le eran muy obedientes, y que eran muy ligeros, y que se llamaban: Tlanquacemilhuique[158], y que quando querian hacer algun llamamiento en el reyno y dar aviso de alguna cosa, que Quetzalcohuatl mandaba, y ordenaba, se subia el pregonero en una sierra alta, que esta junto a la ciudad de Tula, llamada Tzatzitepec, donde a grandes voces pregonaba lo que Quetzalcohuatl ordenaba, y mandaba; y que estas voces se oian por espacio de cien leguas, y mas, hasta las costas de el mar, y esto afirman por verdad”. (seria como la trompa parlante de Alexandro, que nos preconiza Kircherio) Fuera como fuese toda era felicidad de su gobierno, bella dirección y conducta!

220.

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220. Datanle tambien por rico, y opulento, por lo que en familiar conversacion, instruccion, o espiritual platica, decia. Y aquí debe contraerse lo que añade el mismo Torquemada: “Fingen (dice) los que mucho  lo engrandecen, o quieren engrandecer, a este dios (por tal le tuvieron después) que tenia unos palacios hechos de piedras verdes, como esmeraldas (todas estas entendían por preciosas) otros hechos de plata, otros de conchas coloradas, y blancas: otros de plumas preciosas, y ricas”[159]. Hasta aquí la relacion de Torquemada. Y quien no ve en ella hasta donde se exalta el hyperbole, y ponderacion de un poderoso? Como también la incongruidada de que un personaje de el zelo, virtud, y modestia, que de ha dicho, y se expresara mas adelante; se empleará, y distrajera de el zelo que lo conduxo a estas partes, en edificar, y labrar para sí, y solo por pura ostentación casas y palacios, que según su materia y adorno, mas se pintan joias, que edificios.

221. La verdad solo es, y ha de ser, que predicando, instruyendo este zeloso predicador, y misionero, se divagase (como en su Apocalipsis el evangelista s[an] Juan, la celestial Jerusalen)[160] en pintar al vino, y describir las moradas de el verdadero dios, y sus palacios celestiales: a la manera que leimos en el apocripho de Abdias el Babylonio, al num[er]o 184 haver edificado otros palacios el apostol s[an]to Thomas, y haverlo hecho en sentido espiritual. Y como con el decurso de el tiempo, beleño de el olvido, y astucia de el demonio olvidasen aquellos primeros moradores de estos reynos, y mucho mas los que les sucedieron, y recibieron de ellos las noticias; esta verdadera significación, e inteligencia, y como también ciegam[en]te

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mente huvieran levantado al altar, y adorado por dios a este su comun bienhechor, y misionero; permitieron, y equivocaron sus razones, teniendo por su Quetzalcohuatl, o mellizo s[an]to Thomas los palacios de el dios verdadero descrito, y pintado por su apostol.

222. Confesamos, que asi este sagrado mellizo, como sus fieles compañeros y achates edificaron mucho asi espiritual como corporalm[en]te estas partes, que labraron muchos y sumptuosos edificios en Tula, Cholula, Mysteca, Iucatan, y otros lugares; pero ninguno hasta ahora ha dicho, que edificase alguno para si, y menos para su templo o su palacio: edificó, labró, y maestreó muchos; unos para casas de dios, y templos suios, como en el otro reyno, y Tihuanacu[161], cavando un monte, y figurandolo en viviendas admirables; pero casas de el hacedor de el universo; otros para reyes, y principes, muchos para particulares, ya domesticados, e instruidos, ahorrando, que viviesen en cuevas, como fieras, algunos, para padrones, y testigos de su ignorado arribo a estas remotísimas regiones, como las cruces labradas de cal, y canto en Cozumel; la prodigiosa, y singular de Metztitlan, obra de solo su poder, y en que trabajarian de peones los angeles, sin que hasta ahora se haia podido averiguar, ni aun concebir, como, donde, de donse de levantaron cimbria, y andamios, se suspendieron, y colgaron tablados en el pecado, pendiente creston de una sierra, en altitud de tres quartos de legua; donde no puede estirar ni aun un paxaro, y estrivó muy de asiento el artífice a labrar una luna, y una cruz, tan de espacio, y prolijam[en]te que la engastó, ajustó, y taraceó de quadros de piedra azul y

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y blanca, tan firme bruñida, y permanente, que no la han deslustrado los siglos, se ha perdido primero la memoria de su arquitecto, que sus brillos.

223. Mas vecina azia Mexico, camino tambien a este pueblo de Metztitlán, tierras de el conde de el Valle de Orizaba, se halla otra obra, pintura, fabrica, o engaste de ogual dificultad, y admiración, sobre como? Desde donde? Y con que arte, o auxiliios, se labró? Y son dos trompetas, o clarines, uno en pos de otro[162], que se ven claram[en]te en el inaccesible pendiente repecho de otro monte, que llaman por esta señal, de las trompetas, vense, admiranse, indagase su origen, el arte, o fin, con que alli pudieron labrarse, o pintarse? Nadie empero puede tocar mas que su color, blanco solam[en]te de la vista; pero eso de el tacto, ni de el mas cercano registro, quedando solo al discurso, la facultad de el persuadirse, ser obra de el mismo author, que aquella cruz: y que asi esta, aquella, y las mas, que hemos indicado, labró, y edificó, a mantener la anthonomasia de arquitecto, que tambien espiritualm[en]te edifica; siendo muy creible, que resonando a su oido obediente aquel clamor de el evangelico profeta: clama, no ceses, levanta tu voz, como Trompeta; después de haver clamado, y clamoreado, como clarín sonoro, y trompeta de la ley de Christo en estas partes, el s[an]to apostol, y algun otro de sus compañeros, diestros famosos arquitectos, celebrados, conocidos, e imitados por esta su habilidad, en estos reynos; labravan, y dexavan a la posteridad en aquel sitio ese emblema de su predicación.

224. Sonlo finalm[en]te otras muchas obras, y fabricas, que, atenta la anterior barbarie, ignorancia, y mas que misticidad de los indios anteriores a los tultecas, y {f. 095v}

y posteriores chichimecas, no pueden tener otro author, o director que el s[an]to apostol, y sus amaestreados discipulos. Ya el Torquemada asentó, y nos dio a leer la Tradicion de los sumptuosos adificios de Mixtlan, labrado por los familiares de el apostol, en persona de el nativo Quetzalcohuatl. Ya veremos la misma de los que labraron despues en Yucatan. La multitud de excelsas torres, que llegaban hasta quinientas, y hallaron en su ingreso los hespañoles en la populosisima Tula, y Cholulan, habitación, y domicilio de el estrangero Quetzalcohuatl; de donde vino y pudo venir, sino de el mismo, y su maestria a quien confesaban las debian?[163] A sola su direccion agradecian tantos, y tan sublimes edificios, en templos, palacios, y casas de placer: aquel envasar, aplanar, anhiesar y bruñir las paredes, y suelos de las casas, con tanta limpieza, y pulimento, que heridos de el sol, y de su luz brillaban como su fuesen de oro, y plata.

225. Sobre este asumpto, y con serias protestas de que escribe manifiestas verdades se explica Torquemada (lib[ro] 3 cap[ítulo] 5) en estos teminos: “Luego (dice) que nuestros hespañoles entraron en esta Nueva Hespaña, lo primero, que a la vista les acurrió fue una gran ciudad, que se llamaba Cempoala, que contenia de veinte y cinco a treinta mil vecinos, cuios edificios de casas reales, de templos, de patios, de torres, y de otras muchas casasm y habitaciones principales, y de otras particulares eran tan aventajados, quanto se puede decir: unas de estas casas de mampostería, otras de adove, pero tan bien encaladas, y enhiesadas, adornadas, y hermoseadas, y en calles ordenadas, que los nuestros quedaron admirados, y como fuera de si; y no se cansaron por muchos dias de mirar los edificios, y contemplar

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plar su buena hechura. Eran labrados de cal, y canto, y como se ha dicho blanqueadas (las casas de hieso de espejuelo tan lucidas, y limpias, –en especial la de el señor principal, y otros señores menores– que pudo engañar la luz a los nuestros, pensando que era el oro, y plata, que venian a buscar”. Lo que acontecio de esta manera.

226. Refiere la entrada de hasta ciento de caballeria, que venian delante de el exercito, y como, entrando a la ciudad, y dando de ojos en un gran patio, cercado de cal, y canto, almenado, y desnelodado de hieso templado con almagre, y bruñido, que tocado de los raios de el sol, brillaba, como su fuese plata, u otro; halucinados propriam[en]te con el brillo, y poseídos de aquella hambre sagrada, torcieron la rienda a su gefe, pidiendo albricias de haverse encontrado una ciudad, que hasta los suelos tenia chapeteados de oro, y plara. No era empero mas que artificio, obra, y manifatura {manufactura} practicada, instruida y enseñada de el mellizo arquitecto s[an]to Thomas, o Quetzalcohuatl, que a fin de atraher y civilizar a estos barbaros los instruió en estos, y otras artes.

227. Contunuose esta su laudable enseñanza, y arquitectura propriam[en]te gotica en sus sucesores, discipulos, y religiosos que dexaron de su orden, y llamaron, como ya apuntamos: Quetzalcohua, principalm[en]te en aquellos quatro mancebos principales, y virtuosos (como los llama Torquemada (lib[ro] 5 cap[ítulo] 20) que abandonando en fuerza de cruel persecución estos reynos de Nueva España, en persona, y disfraz de Quetzalcohuatl, el s[an]to apostol, haviendoselos llevado consigo, los devolvió desde Coatzacoalco provincia distante de aquí ciento, y cinquenta leguas [h]azia el mar; diciéndoles entre otras doctrinas,

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 trinas, que afirman les participo lo que havia de decir, y havia profetizado, ya sobre su vuelta. Obedientes los ciudadanos de Cholulan recibieron a los quatro mancebos, que les retomó el Quetzalcoatl, obedeciéndolo también las instrucciones que les dio: y los recibieron (afirma el mismo Torquemada) “por señores, dividiendo todo el señorio (de Cholulan) en quatro tetzcorchias, o principados, cada uno de los quales tenia la quarta parte de el señorio de aquella provincia, habiéndose regido hasta entonces, con gobierno político, y no re[a]l”. Y estos fueron también los principales sucesores, y discípulos de el s[an]to apostol, que obsevando sus doctrinas, y preceptos, continuaron la comenzada empresa de la insurrección, y civilización de estos barabaros; ya con las arte, o mecanicas, o liberales, que les enseñó, y exercieron; ya con las virtudes morales, que observaron en su sagrado maestro, y dirá el

 

CAPITULO IV.

Infierese de las muchas, y raras virtudes, que se dice, haver exercitado Quetzalcohuatl, no haver sido este otro que el apostol s[an]to Thomas.

228. Ninguno havrá, que leyendo, y considerando las virtudes, que nos afirman sus historias, tuvo y exercitó, en estas partes el famoso personage Quetzalcohuatl; no diga, y se convenza, haver sido de algun christiano heroe, y no menos, que de un apostol, que aquí también se llamó, y conoció, por mellizo, que es lo que le expresó en Quetzalcohuatl, el idioma, y dialecto mexicano. Mucho huvo que hacer para señalarse, la virtud, en regiones tan barabaras, y brutas, que

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que entre otras mil abominaciones, e inmundicias era la que mas horrorizaba, y arredraba a sus mismos executores, los sangrientos, y cruelisimos humanos sacrificios: lección, que no pudo dar, sino el demonio, enemigo mortal de alma, y cuerpo. Traialos este (según nos dicen sus historias) para esta laguna mexicana (donde trataba zanjear, como lo hizo, un grande imperio) y queriéndoseles armar en la mansión, que les havia aderezado azia Tula, se irritó tanto en persona, y figura de su idolo deforme, que prometió castigaria quanto antes, a los que le havian sido inobedientes.

229. A la noche[164] (nos dice Torquemada lib[ro] 2 cap[ítulo] 2) huvo gran rumor en su real, y a la mañana, hallaron a todos los que havian tratado no pasar de aquella mansión, muertos, y abiertos, por los pechos, sacados los corazones solamente. De aquí tuvo su origen, y enseñanza este sacrificio cruelisimo, que siempre usaron, abriendo a los hombres por los pechos, sacándoles los corazones, y ofreciéndolos a sus idolos, que les sugerían serle este su manjar mas sabroso, y no comer mas que corazones. Horrorizanse, y se horrorizaban también continuamente estos infelices idolatras de esta brutal carnicería. Pero atropellando l horror, hallando a la naturaleza, y sus instintos, la exercieron tan ciegamente, que intimidados de el comun enemigo, que los amenazaba de muerte, malos temporales, esclavitudes, e infortunios, que les daria, si no le daban ese gusto; no huvo funcion, o fuese alegre, o triste, que no authorizasen, y manchasen estos inhumanos sacrificios. Y a son q[u]e el suceso referido, afirma el Torquemada, haver sido los indios mexicanos los que en su peregrinación [h]azia Mexico dieron principio, a sacri

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a sacrificar hombres, pero por lo mismo que él afirma, y vamos a expender, ya, parece, lo observaban mucho antes los tultecas.

230. Observanse en Tula, y Cholula ciertam[en]te. Y esta observancia bruta, es para mi una de las mas claras pruebas de el zelo, y virtud de el que decimos Quetzalcohuatl, y declara este su zelo y virtud s[an]to Thomas. Quanto de esta? Quanto de aquel? Deberia oponer un hombre solo, en tierra agena, a contener este torrente de humana sangre, y homicidios, que inundaba aquellas regiones? Pues tanto dicen sus historias, opuso a refrenarlo, y contenerlo, este que dicen Quetzalcoatl,[165] y yo digo s[an]to Thomas: “Nunca quiso (asienta Torquemada (lib[ro] 6 cap[ítulo] 24) ni admitió sacrificios de sangre de hombres muertos (sacrificados) ni animales. De esto parece (añade) que los indios que hacian y hacen sacrificios de hombres no eran, ni son de voluntad, sino por miedo, que tienen al demonio, por las amenazas, que les hacia e[tcétera]”. Y no es de admirar el zelo de este personage, que opuesto al mundo, y al demonio; al que lo era, aunque nuevo, de idolatras, y a la saña, y bravura de aquel; a este le quitase el altar, y a aquellos el temor? No permitiendo estos horribles sacrificios: “Sino solam[en]te (sigue su historia Torquemada) de pan, y rosas, y flores, y perfumes, y otros olores”, incsenios {¿inciensos? }, que solamente gasta, y de que gusta el verdadero dios, y señor?

231. Animado de el mismo zelo, poseído de la misma virtud: “Vedaba (sigue su historiador) y prohibia, con mucha eficacia, las guerras, robos, y muertes, y otros daños, que se hicieron unos a otros” y

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y que? Solamente vedarlos? Prohibirlos? Ni verlos, ni oirlos, ni entenderlos: “Quando quiera (sigue) que nombraban delante de el muertes o guerras, u otros males tocantes a daños o guerras de los hombres; volvia la cara a otra parte, y se tapaba los oidos, por no verlos, ni oirlos”. Reflexese, si son virtudes dignas de un apóstol,[166] y si una charidad tan fina, paz tan constante, justicia tan patente, cabria en quien ignorase, y no practicase, ni predicase el evang[eli]o? Mientras yo admiro, y estraño en los historiadores de el pais, que viendo, y escribiendo virtudes tan abiertam[en]te cristianas, hallando en estas partes cruces, señales, y vestigios de la religión cristiana, y evang[eli]o encontrandose con un peregrino estrangero, marcada su capa de cruces (por teñidas en sangre de Christo) coloradas; y que este, como en hebreo, Thomas; Dirimo, en griego, gemelo en latin, mellizo, en castellano, se llamó coatl, o coate, en mexicano, y por mas aprecio: Quetzalcoatl; no se reflexionase el misterio, y abiertam[en]se te negase haver llegado a las Indias Occidentales la noticia, y predicacion de el evang[eli]o. Mas ya diximos (y en todo lo debemos agradecer) que en aquel tiempo, y por las inquietudes conocidas, solo se pudo escribir, no averiguar.

232. Proseguimos haciendolo, con n[uest]ro mellizo Quetzalcohuatl. Admiró tambien a estas gentes por las otras virtudes que se concilian maior admiracion, por su modestia, por la que se singularizó tanto entre ellas, que se las arrebataba, y hacia para si mezclando la afabilidad, y el respecto, para que asi quantos lo viesen, lo amasen a un tiempo, y respetasen. Obligabalos mas la honestidad, con que procedia en todas sus acciones, la que era, no

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no solo continencia para si, sino para quando llegaban a tratarlo; que siendo de diversos sexos, y edades, era en todo igual la compostura, refundida de el mismo, que trataban; y que de la mucha, que mostraban repartia, y distendia a los demas, apartando la que pareceria urañeria, de la que se presumiera liviandad: a que coadivaba la virtud, en que afirman, se señaló mas, la castidad, tan reciente siempre, y florida[167], que no en pocos años, que /…/ en estas gentes, su habitación, y su reynado, no se le notó el menor desliz, o mala hierba, que viciase, y marchitase aquella flor. Todas tres virtudes las ciñó su historiador, y panegirista a pocas voces: “Fue castisimo (dice vb. supr.) y honestisimo, y en muchas otras cosas, muy moderado”.

233. Ni fue milagro guardase y conservase intacta su honestidad, y castidad, quando, como la roja, y flor de las virtudes, la supo amurallar, y guarenas de espinas: digo de las de la mortificacion, y penitencia.[168] Quien dio entre los barbaros gentiles, tultecas, o mexicanos estas voces? Pues las articularon, escribieron y pintaron de este su mellizo, Quetzalcohuatl. Traslasdolo el mismo Torquemada de sus voces: “Dicen (escribe) que este Quetzalcoatl hacia penitencia, punzando sus piernas, y sacandose sangre, con que ensangrentaba las puntas de el maguey”. Y que esta fuese, no poco rigurosa, y sangrienta se colige de la que intrudoxo, y observaban los alumnos de su orden y colegio, que como diremos, se llamaba de la penitencia. Valiase de el rie[s]go, a mantener en su vigorla flor de la castidad, y su virtud: “Y se la daba (sigue su historiador) a media noche en una fuente, que llamaba Xiuhpacoya; y de el, dicen, que tomaron esta constumbre los sacerdotes, y ministros

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nistros de los idolos mexicanos”. En el qual baño no entiendo, ni puedo entender otro alguno que el q[u]e haria y debia hacer en la fuente de la Sagrada Penitencia, que propriam[en]te puede y debe llamarse tambien: Xiuhpacoya,[169] significando en frases mexicanas: fuente que cura, o sana enfermedades: baño propriam[en]te de salud. Y que si en tiempo de Quetzalcohuatl, o el apóstol, observaron, como él, sus sucesores y ministros, después, faltando los verdaderos sacerdotes, lo pervertirian, y abusarian de él los de los idolos.

234. Y será de admirar, y no muy congruente, y verosimil, que un sugeto de tantas preferidas, y virtudes, de conducta tan recta, y chriatiana, que la inspiraba a los estraños, y la practicaba en si mismo[170]; será, digo, de admirar, y que esparciese, y sembrase en estas partes las noticias de nuestra religión, y sus misterios, que se encontraron, y hemos dicho será otro el predicadorm y el author, que hasta ahora no se ha podico averiguar?  Quien, sino este, sembraria en Yucatán, y su provincia, (adonde aportó, como diremos) las noticias, que halló de n[uest]ra s[an]ta fe, y sus arcanos, el clerigo, visitador de su obispado, por el il[ustrísi]mo Casas? Quien, si este no, las que recopiló el mismo Torquemada, de testificacion, y autoridad de sus mas venerables religiosos? Que otro pudo arbolar, y multiplicar en Cozumel las muchas cruces, que se hallaron? Instilar su devocion, y adoración? Solicitar en su virtud las lluvias y buenos temporales? La victoria de sus enemigos a su sombra, como los indios de s[an]ta Cruz de la Sierra en el Perú? Qual otro pudo ser aquel hombre tan poderoso, que,

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que (como leimos en Herrera) baxaba las sierras mas cerradas, crecia, y dilataba los valles, sacaba fuentes de las piedras, y por su gran poder, lo tenian los infieles por dios? Quien otro seria el que aiudado, llevado y sostenido de los angeles, venia por el ayre algunas veces, caminaba sobre los mares, escalaba los riscos mas excelsos, y como inherido, y apegado al pendiente inaccesible de Metztitlan, y al no menos encumbrado, y liso, que diximos, de las trompetas; en aquel, se sostuvo a engastar de cuadros, y labradas piedras de dos colores, cruz y luna, y aquí a esculpir, labrar, y pintar dos clarines, por muestra de un supremo poder?

235. Yo digo, por mi, y diré siempre que mucho menos tenemos que hacer, y trabajar, los que nos huviesemos dexado llevar de opinion, que aquellos, que armados de la negativa les parece, nos satisfacen con decir, q[u]e quanto hemos acumulado, y expendido eran ardides de el demonio, y supersticiones de idolatras. Poco, pero mucho decir, en negarse a la humana fe, y tradición creerse a si solos, discretos, sabios, y prudentes: y a tantos testigos de excepcion, testimonios, y autores; y refundiendo todo lo expendido, en ardid, y otra de el demonio, hacerlo, por negar misionero a un apóstol) sino apóstol, ministro, misionero que promovió noticias de n[uest]ra fe, explicó mysterios, fixó, y arboló cruces, enseñó, y practicó virtudes morales, y cristianas: obras todas increíbles a la malignidad de el demonio y que le conceden de gracia, los que le tienen, por su author. Negaron al menos, por suias, las que hemos asignado, y com

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comprobado en el peregrino mellizo, Quetzalcoatl, honestando las dichas, y ls que tenemos, que decir, por el grande amor, y aficion, que le tuvieron estas gentes, quando las instruió, y dirigió. Porque a la verdad (razona Torquemada) el señorio de este Quetzalcohuatl fue suave, y no les pidio en servicio, sino socas ligeras, y no penosas: y les enseñó las que eran virtuosas,[171] prohibiendoles las malas, nocivas, y dañosas, y enseñandoles tambien a aborrecerlas. (Mucho hacer, para q[u]e lo hiciese el demonio) Hizolo si, este; este, que llamaron para nombrarle mellizo, Quetzalcohuatl; y con tanto empeño, y acierto como dice el.

CAPITULO V.

Esmeros de el mellizo, Quetzalcohatl, s[an]to apostol en la instrucción, y enseñanza de estas gentes, principalmente de los niños y niñas.

236. No es solamente virtud la que se tene, sino la que parti{ci}pando de la bondad divina, difundirse, y derramarse, sale fuera de sí y corre azia otros, a que se embeban de ellas, quando beban. Este, pues, peregrino mellizo, creido apostol, por su nombre, y sus virtudes; no se contentó con solo exercer las quehemos dicho; aspiró a mas su zelo; y fue a transferirlas, plantarlas, arraygrlas en las almas de sus oyentes, y discipulos. Y para lograr tan alto fin, arbitró el recogimiento, colegio y monasterio, que nunca me atreciera a escribir, sino trasladando, como fidelisimo amanuense el Torquemada. Trata de él este author 2 p/…/ lib[ro] 9 cap[ítulo] 31, que intitula: De otra manera de religión mas estrecha, con que (el dios) Quetzalcohuatl era ser

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“servido de mancebos, y doncellas, y como se les consagraban tenian (sigue comenzando el acpitulo) tenian estos naturales otro dios (de el qual ya hmos dicho en otro lugar) llamado Quetzalcohuatl” (habla aquí el autor de este, como en idioma mexicano se instruie, precioso, apreciable mellizo) y habla de el, no quando venido por Panuco hasta Tulan, y desde alli a Cholulan; se conocio, y tubo por muy averiguado (como el mismo expresa en otra parte) haver venido por caudillo de aquellas gentes estrangeras, ser persona muy principal, y un hombre blanco, rubio, barbado, y bien acondicionado, como vivió en Tula y Cholula algunos años; y que, como le vieron los indios de tan grande ingenio, lo tuvieron en gran veneracion, y lo reverenciban, como rey en aquella ciudad. Y como lo fue; porq[u]e, aunque en lo temporal era el que gobernaba un señor lamado Huemac; en lo espiritual, y eclesiastico, este Quetzalcohuat era supremo, y como pontifice maximo, gran sacerdote, como el mismo dice adelante.

237. De este, pues, y en este estado, y ocasión, no habla en este capítulo el author; sino de el mismo despues de ocho o diez siglos (que tanto tardaron en poblar los mexicanos) quando ya destruidos, y por apostatas quizá, los tultecas; y Cholultecas, entraron aquí los mexicanos; y mezclados, emparentados, y avenidos, con los que havian quedado de aquellos, entraron en sus ritos y ceremonias; teniendo por dios, y adorando a Quetzalcohuatl; dirigiendole, como a tal, y consagrandole, los ritos que el havia establecido, e instruido a culto de el dios verdadero.

238.

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Baxo esta, pues, precisa interpretación, y advertencia, prosigamos leyendo al Torquemada “El qual (habla de Quetzalcoatl) tenia sus ministros particulares, asi de mancebos, como de doncellas, que su devocion, e contemplación se dedicaban a su servicio. Estos vivian vida mas estrecha, que los pasados, a qual se llamaba: Tlamacazcayotl[172], que quiere decir vida de penitencia, por ser, en honra de Quetzalcohuatl, que dicen haverla hecho muy grande, y haverla enseñado a sus discipulos. Esto viven en Congregacio, como los sacerdotes, y colegiales, y las doncellas en recogimiento, como las sacerdotisas, traian los unos, y los otros el cabello largo, y estan muy honestos, y castos: abndaban mas honestamente vestidos, que los ministros dichos en l capitulo pasado: bañabanse a media noche, sin faltar jamas, en esta ceremonia (como diximos lo hacia su maestro Quetzalcohuatl) (y en la fuente de la pentencia diaria yo, como se hace creible de un apostol) oraban hasta las dos de la mañana, cantando a su dios canticos, y alabanzas: derramaban sangre de su cuerpo al punto de la media noche, de diversas partes, y miembros donde se punzaban, con las puntas de el maguey. Aunque estaban en aquel recogimiento, tenian licencia de salir a los montes, bosques, y fuentes, a cualquiera hora de la noche, a deramar sangra, y hacer sacrificios al dios, que mas les inclinaba su devocion: como entre nosotros suele ser concedido a los monges, y religiosos particulares, por el credito que tienen de su buena vida, y santidad. Y lo que se

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dice de estos mancebos, se dice tambien de las doncellas, que en su recogimiento, no eran menos devotas, y honestas.

239. Tenia (prosigue Torquemada) un rector en su convento, que se llamaba de el nombre de su dios, Quetzalcouatl: el qual velaba mucho, sobre su guarda, y doctrina, reformando lo relaxado, y conservando las virtudes, y loables constumbres”. (Luego esto hizo, y hacia el que fue verdadero Quetzalcohuatl, despues se fingieron dios). “Estos mancebos (sigue) y doncellas en llegando a la edad de quatro años, dexaban a sus padres, y deudo, y se iban a estas casas de recogimiento, donde havian de permanecer hasta que les llegase el tiempo de casarse, y tomar estado. Tenian sementeras, en que trabajaban, y se ocupaba, que eran de la propiedad de los templos; pero para su substento ordinario tenian los padres cuidado de embiarles la comida. No usaban estos mozos de bezote, ni orejeras, ni otra cosa, q[u]e significase liviandad: eran muy honestos en vestirse, y templados en comer, y beber, y hablaban poco, y eran muy disciplinados.

240. Para haver de dedicar algun de estos a este dios, quetzalohuatl, hacian de sus padres y deudos, un muy gran combite, y daban la voz a Quetzalcohuatl, rector de estos colegios, asi de mancebos, como de doncellas: el qual no iba al combite, ni asistia a la presentacion de el niño, por ser persona de mucha authoridad, y queno visitaba a nadie, ni entraba en otra casa, mas que en la Real, o ver al rey las veces, que se ofrecia; pero embiaba per

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persona, que en nombre recibiese al niño, y los traxese a su presencia: el qual tomaba en sus manos, y ofreciendolo a su dios, Quetzalcohuatl, le decian: señor, y dios invisible, defen{sor} y amparador de todos; el padre, y la madre de esta criatura, te viene a ofrecer este niño; por que es tu hechura, y obra de tus manos; para q[u]e viva y sirva en este templo, y convento de penitencia, y disciplina. Suplicote, señor lo recibas, en coompañia de los tuios bien disciplinados, y penitentes; y le favorezcas, para que sea de buena ida, y alcance alguna dignidad, y si algun bien en ella. Y acaban, con decir: Maimmuchihua, que quiere decir: hagase asi, que es como decir: Amen. Si por ventura era el Niño, o niña de dos años, tomaba posesion de el este satrapa, haciendole una herida ligera, y sutil e el pecho, con una nabaja, en señal de que era de el culto, y servicio de el dios, Quetzalcohuatl. Pero si era de menos edad, dabanle un collar, que llamaban Yanuali, el qual traia puesto al cuello, hasta que llegaba a la edad conveniente, para ser admitido en aquella congregación, y monasterio de Quetzalcohuatl, y llegados a ella, el muchacho se iba a su monasterio, y la muchacha al suio”.

241. Aquí acaba el historiador su capitulo aunque el siguiente da mucha mas luz, y authoridad al asumpto, que promovemos, hacemos pausa a continuarlo, reflexionando lo que brota, escribió, y no reflexó su historiador. Sea lo primero, la honestidad, virtud, zelo, y observancia de este colegio, u monasterio: prendas, que no se hace creer, desdeñaria el mas regulado, y ascetico, como tam

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tambien en lo politico, y moral la honesta direccion de la infancia, y cultura de la niñez. Y sobre todo la anticipada separacion de esta la mas inocente porcion de nuestro genero, no solam[en]te de el dañoso engreimiento, y viciosos deslizes con que se suele infestar aquella edad sino de lo mas parecido, y estimable, que es el amor, y abrigo de los padres. Todo lo abandonaban estos, y sus hijos, por ofrecer los unos y ofrecerse los otros al obsequio, y servidumbre. De que dios? El author, y titulo de su capitulo, dice, que al que era Quetzalcohuatl.[173] Pero el cuerpo de su narración, y formula de su deprecacion, y oblacion, da a entender, que se hacia: Al señor, y DIOS INVISIBLE, señor, y amparador de todos y no dice, que al que vieron, y trataron sus maiores, vivió con ellos, los instruió, y benefició. De que luego salta el reparto, brilla, y hace reflexar la razon, que esta formula, y oración, que dice se hacia aquí, no era la que se hacia a Quetzalcohuatl, sino la que este mismo hacia, y la hacia al verdadero dios, y señor invisible, a quien ofrecia, y dedicaba a su servicio, en aquel su recogimiento, y colegio aquellos inocentes niños, e infantes.

242. Salta otra no menos justa reflexion: y de que parece se infiere claram[en]te que esta, que llama el historiador Religión, Recogimiento, Colegio, o Monasterio, fue aquí imitación, no institución. Quiero decir: no instituieron, si observaron aquí los indios mexicanos; esta manera de religion, que no a culto de el mellizo Quetzalcohuatl, si de dios invisible, señor, y amparador de todos, instituió el mismo Quetzalcoatl

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u el apostol. A cuio modo se pensar nos da sobrado fundamento otra reflexa: y que el nombre, y voz de Quetzalcohuatl se daba el rector, arbitro, y gobernador de estos colegios, persona, como lleva la historia, de mucha authoridad, muy abstraida, y que no visitaba sino al rey, en caso necesario (como podria hacer un santo apostol) que mandaba otro de su orden, e instituto, a que le traxese el niño, o niña, que ofrecia, por su mismo al señor, y dios invisible. De que debemos inferir, haver sido aquí el apostol s[an]to Thomas, antonomastico, precioso mellizo, Quetzalcohuatl, lo mismo que estotro de su nombre; rector, arbitro, y zelador, de estos colegios, a cuia direccion se confiaban niños y niñas, no a cuio culto, se afrecian: y que si a aquel se dio el nombre de mellizo, o Quetzalcohuatl, era porq[u]e representaba al s[an]to apostol, en el zelo, cargo, y oficio.

243. Podemos inferir tambien de el msmo capitulo, y texto, que en estos recogimientos o colegios, havia otros de los que se decian por nombre, como patronímico, u de oficio: Quetzalcohua, como quien dice, construye Torquemada, sacerdotes de el orden, o religión de su superior Quetzalcohuatl: lo que se hace muy creible, por el zelo, y devocion de el s[an]to apostol, que los huviese ordenado por si mismo, y fuesen verdaderos sacerdotes: y los que en su tiempo, y en tanto, que permanecieron, recibirian las criaturas de ambos sexos, las iniciarian, y bautizarian, haciendoles en el pecho, y (tam in fronte, quam in corde, como de tradición apostolica lleva el ritual) la señal de la s[an]ta Cruz. Lo que, acabados los verdaderos sacerdotes,

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dotes, y continuandolo los que no lo eran, la querian hacer mas sensible, y material, con aquella herida ligera, y subtil, que leimos, le hacian para señal; o ciñendoles aquel collar, o Yanuali; que seria acaso lo que ahora se llama capillo señales todas, que sombrean mucho de sagrado; y que ni estos gentiles, por si mismos, y mucho menos, por obra, e influxo de el demonio; pudieron inducir, ni practicar, sino por institución, y direccion de el mismo, que nos relaciona esta historia; de el mismo llama[do?] aprecible mellizo, u Quetzalcohuatl, en su idioma; y en el nuestro nosotros el apostol s[an]to Thomas, dicho el mellizo.

244. De aquel, de el qual “Hemos de advertir (sigue su historia) que fue muy amigo de la cultura,[174] y ceremonias de la adoración de los idolos (dicen sin razon, ni prueba que haia traido para ello)” Y el mismo ordenó muchos ritos, y ceremonias, y fiestas de los dioses (le sobra, y no prueba el plural) “Y tiene por muy cierto, que este hizo el calendario”. Hagamos alto aui, y reflexion de los que en num[ero] 199 discurria el v[enerable] sacerdote, y doctisimo matemático d[on] Luiz Becerra Tanco, sobre que solo el s[an]to apostol, y no el demonio, padre de la mentira, pudo enseñar a estos naturales el computo de los siglos, de que usaban, y el orden de su calendario; y haciendo tambien pie en lo que aquí asienta, por muy cierto, el Torquemada y es que este quetzalcohuatl hizo, y compuso el calendario; veamos si es este, y debe ser el apostol s[an]to Thomas, y si aquel en castellano, estimable mellizo, es Thomas? Y si de sola esta enseñanza, que no excede de lo natural, aunque ins

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instruidos se infiere que no la pudo hacer, sino un apostol; que deberiamos inferir de el establecimiento de estos recogimientos, y colegios? De sus oficios, y destinos? Reglas, y observaciones? Virtud, oracion, y penitencia? Ministros, abstraccion, y ceremonias? Todas (sino cristianizadas claramente) en los apices de una moral virtud, y honestidad. Y mas, si se le agrega esta inmediata adicion de el Torquemada. “Dexó (Quetzalcohuatl) mucha memoria de si entre estas gentes, y dicen que las mugeres, que eran esteriles, y mañeras, haciendole ofrendas, y sacrificios a este dios, luego se hacian preñadas”. Pero para el apostol, buscamos virtudes, no milagros, y será en el

CAPITULO VI.

Continua la materia de el pasado: muestras ser doctrina de el verdadero Quetzalcohuatl, s[an]to Thomas, la que daban sus padres, y deudos a los niños, que se dedicaban a dios en sus colegios.

245. Prosigue el historiador de Quetzalcohuatl, Torquemada, la solemnid[a]d y ceremonias; con que entraban, y ofrecian los padres a sus hijos en estos sus recogimientos, y colegiios. Por lo que hacemos todavía de amanuenses, copiando su siguiente capitulo, que es el 32 de el libro 9º. Y lo hacemos inhibiendo nuestras reflexiones, a sus clausulas, deseosos, que parezcan mas vivas. “Al quinto (comienza) o sexto año de el nacimiento de el niño de ser entregados a sus monasterios: juntabanse los parientes mas ancianos, y viejos, y lamando al muchacho, dabanle noticia de el voto, que sus padres havian

{f. 104v}

vian hecho, y de el lugar donde lo havia prometido, y de la vida, que havian de tener diciendo: muy amado, y precioso hijo, hacemoste saber, que dios invisible, criador de todas las cosas, llamado Quetzalcohuatl, (esta fue voluntaria adicion, que no conviene con lo dicho antes, ni despues, ni jamas fue, ni tuvieron por el dios invisible, y criador a Quetzalcohuatl) se crio (sige) por cuia voluntad, naciste en el mundo. Y será bien que adviertas que el padre, que tienes es el maestro, que enseña, y cria en disciplina, y doctrina sana acompañada con buenas constumbres. Por esta causa tus padres luego en tu nacimiento, y niñez te prometieron a la religión de Quetzalcohuatl, para que estés, y vivas en el convento de los Tlamacazques, sirviendo a dios, criador de todas las cosas (aquí no se añadió Quetzalcohuatl) pidiendo continuamente te de de sus bienes, y comunique de sus bondades, y haga de buena vida donde harás penitencia, por ti, y por todos lo demas de t linaje, que andan enmarañados, y enfrascados en las cosas necesarias de la vida; y por toda la republica, necesitada de favores de el cielo, hijo, advierte, que estás obligado a cumplir este voto, por ser muy justo, que obedezcas a tus padres, que te criaron, con gran trabajo, administrandote tu madre la sangre de su pechos, ve, hijo, y metete en el convento para cumplir el voto prometido; que alli hallarás hijos principales, y nobles, que antes que tu, fueron a acreditar esta religión, y honesta vida; y de donde los sacan, y escogen para señores de el pueblo, juezes, y gobernadores de la republica, y capitanes generales de los exercitos.

245.

{f. 105r}                                                                                                          105

Y quien no ve en esta elegante s/…/ un oloroso ramillete de las flores, y flor de las virtudes? De religión, reconocimiento, y accion de gracias a dios invisible, y criador de todas las cosas? Por haverlos sacado de la nada, y dado a luz? El amor, obediencia, y respecto a sus padres maiores, y maestros? La de estos, y aquel en cumplimiento de su voto, en darles la mejor educación y privarse de ellos, para q[u]e mejor sirvan a dios? La oracion, y honestisimos fines por los que la debian hacer? La penitencia, por quienes principalm[en]te la debieran executar? La charidad, en rogar, y hacer buenas obras, por los proximos, ya distraidos ya necesariam[en]te ocupados? La obligación a cumplir los votos, y promesas a dios hechas? Y por la apreciable razon de ser muy justas? Las dudas, reconocimiento, y recompensa, que por ellas debian a sus padres? Y finalmente a persuasión a seguir el buen exemplo de los alientos al premio, como promocurasen merecerlo. Todas virtudes muy honestas, morales; y si las aconsejase, quien lo fuese, muy christianas. Pero que no las aconsejaria, ni haria practicar un gentil o quien no les inspiraria tan bien; digo el demonio; ni un s[an]to de el zelo de un apostol.

247. Estando en el convento (prosigue en Torquemada la instrucción) olvidarte has de tu niñez, y de los que te han hecho (de tus padres quiso decir) Parece cierto (abre aquí paréntesis el Torquemada, y reflexiona) parece cierto tener estos gentiles en su boca aquellas

{f. 105v}

ellas palabras de el psalmo: oie, hijo, inclina con atención tus oidos, y olvida tu pueblo, y casa de tus padres. Y que no refleccionara (diré yo) quien por lo hasta aquí dicho, y mas que falta, que decir, esta, o estuviere persuadido, a que el mismo mellizo Quetzalcohuatl; el apostol s[an]to Thomas, fue el author, compositor, y maestro, que dictó, enseñó, y pasó a la memoria de aquellos primeros, y por tradición de ellos, a estos indios; estas exemplarisimas suasorías y oraciones? Y no será mas cierto (reconvendré yo a quien las refiere) no será mas cierto haver tomado el s[an]to apostol de el psalmo, que cita, estas palabras, y enseñanolas a los indios, que no que ellos articularian, como papagayos, lo que, a no ser asi, nunca pudieran aprehender, ni decir? Desgracia de quien no quiere ver que aunque mas le golpee la luz, cierra los ojos. Pero sigamos la oracion.

248. Proseguian (prosigue Torquemada) diciendo: hai de barrer el templo, y las casas de religión, y las calles, y patios, por donde suele pasar diosinvisible (pasa, y pasaria por estas, o religiosas casas, o templos; y pasaria tambien sacramentado) velarás mucho, desechando el sueño, y a pereza (vamos notando las virtudes alli la humildad; aquí la vigiancia; y vuelve a insinuar la obediencia) obedecerás a todos con diligencia, y sin replica de palabras. Advierte, mas, que no vas a la casa de penitencia a ser honrado, ni preferido ni a que en ella mandes; sino a ser mandado, y ugeto a todos. Y que quando llegares a la edad maior (aquí la castidad) quando la carne comienza a mostrar, y tener sus sentimientos, y deseos; como soldado valeroso, no darás consentimiento a ningun mal pensamiento porq[u]e

{f. 106r}                                                                                                          106

porque teniendo voluntad para pecar, ya havrás pecado (Sam maechaas es in cordetuo, me suena a oido y que quiere creyera tal doctrina, sino muy instruida, y enseñada, en voca de barbaros gentiles?) y será causa (sigue) de que dios te prive de sus dones, y de tu buena fortuna; ni alcanzarás dignidad, ni nombre en la repulica, sino que te castigará el señor vigorosamente. Esto dicho harás con toda voluntad, por ser mandamiento de el señor, como lo hacen los otros ministros (los verdaderos sacerdotes) que se llama Tlamacazques; porq[u]e a eso vas a su compañía, y a hacer el bien, que vieres hacer. Otro aviso es que en todo seas templado (hai van estas virtudes) y abraces muy de corazón a abstinencia, y aiuno; porque los que ayunan, pocas veces son tentados (a lo menos derribados) de la carne (no dixeron mas, en sus elegantes homilías s[an] Basilio, y San Athanasio) No sé como dixeron (reconviene aquí Torquemada) estos indios esta doctrina, que es lenguaje de s[an] Pablo, quando dixo, que huiesen la demasia de el beber, en el qual está la lujuria; y de la maceracion en si mismo dixo, que quando mas templado, y flaco, en el cuerpo, se hallaba mas fuerte, y valiente en el espiritu). Harás (sigue la suasoria) muy elegrem[en]te los ayunos, que te mandare hacer tu maior, y prelado; porq[u]e no incurras en pena de desobediente, y cometas en ello pecado. Y por remate te decimos, que aprehendido con cuidad o que te enseñaren los sabio.

249. Hasta aquí la oracion, e instrucción de los padres a sus hijos en la letra de Torquemada. Y de quia la satisfacción a lo que dixo. Y que no supo como decian, y dixeron estos indios aquellas doctrinas,

{f. 106v}

nas de s[an] Pablo? Y digo que lo huviera sabido, si menos embarazado de tantas variedad de historias[175], y especies, que ocuparon su gran capacidad, talento, y estudio; reflexionando la noticias, señales, y vestigios que de la ley evangelica hemos visto, y de que apuntó su estudio las bastantes; huviera desentrañado, y ethylogizado al Quetzalcohuatl, y en el al apostol, mellizo, o gemelo s[an]to Thomas, en este huviera hallado, y sabido, como disponiendo estos, o colegios, o monasterios; enseñó lo que hemos anotado, y que se deben practicar, a hacer al criador, e invisible dios, votos, y promesas, como, y quienes las debian cumplir: hizo, compuso, y dixo ( y de otro modo no puede componerse) estas elegantes platicas, y suasorias, en que vació, y mezcló verdades, y doctrinas de s[an] Pablo, (como que el tambien, se las enseñó, y dictó el espiritu santo) que a su ejemplar, y norma las harian, y dirian otros de sus ministros, y discipulos; y las pasarian a los padres, parientes, y ancianos, para quando traian, y ofrecian a sus niños. Y de aquí puede saberse solam[en]te i inferirse, con fundamento, como estos indios hacian tales exhortaciones, usando de el lenguaje, y doctrinas de s[an]Pablo? Porque de ellas vio aquí s[an]to Thomas, y porq[u]e en ellas, y con ellas, los havia aquí instruido, y enseñado.

250. Si era niña (prosigue en Torquemada su instrucción) Si era niña la que havia de entrar en aquella religión, demas de lo dicho, la hablaban unas venerables viejas de esta manera: muy amada hija, ya haveis oido lo que os han dicho los muy honrados viejos lo que os rogamos

 

{f. 107r}                                                                                                          107

mos es, que lo tengais siempre en la memoria por ser antorcha encendida, que os da luz, y alumbra, para acertar en vuestras obligaciones. Y sobre lo dicho, añado esto poco (hablando una sola) hija mia en tu niñez prometieron tu padre, y madre de meter en el convento de la religión de Quetzalcohuatl, y donde estan y viven las doncellas, que se dicen hermanas de dios (esto es Sopores) estando con ellas, serás compañera de las vírgenes, que sirven, y loan a dios de dia, y de noche. Pues, hija mia, ya tienes edad de discreción, y usas de razon. Justo es, que vaias al convento para cumplir el voto, que tus padres prometieron. Y hagase saber, que aquel convento de doncellas es honesto, y es lugar de penitencia, y buena crianza, y meritorio. Por eso es menester, que hagas la voluntad de la persona, que te mandare; porque el que viviere alli bien, y fuere obediente, y se humillare, y embiare suspiros al cielo con lagrimas, y se encomendare a dios, ganará su amistad, y el que no contrario hiciere, incurrirá en su ira, y maldición para siempre. Ve, hija mia, con toda tu voluntad a aervir a dios, y estarás, y vivirás, con las doncellas castas, y penitentes. Y lo que mas te encomiendo es que seas casta en cuerpo, y alma; porque las vírgenes de corazon, y cuerpo son mas allegadas a dios. /…/ todos los patios de el convento, y templo, y /…/tud, y cuidado guisarás la comida, que cada mañana se ofrece en el altar (quien sabe si eran hostias, o panes, aunque no para consagrar, para ofrecer?) Obedecerás a todos; porque la obediencia representa la buena crianza, y nobleza. Serás honesta y recogida, no desvergonzada, y liviana. Y si por estar vestidas de carne las otras doncellas, que alli están, algunas lo fueren; huie de

{f. 107v}

de su compañía; porq[u]e cada qual gana a merced de sus obras; y en una casa de recogimiento, se han de tomar de unas lo bueno, que se viere hacer, y huir de lo malo, que otras cometieren”.

251. Y aquí volveré a preguntar si estos consejos exhortaciones, e instrucciones serán de gentiles idolatras, de indios barbaros, o de apóstoles, y s[an]tos padres? “Con estas palabras, y platicas (concluye Torquemada este capitulo) despedian a estos muchachos. Y cierto (diole la luz tda a ls ojos, y cierto, que no sé, que mas se pudiera decir en nuesro christianismo, sino fueran errados los votos? Y pienso que son platicas, que debian ser muy encomendadas a la memoria (como es muy creible las encomendarian unos a otros los indios, y las mismas, que hacia, y les enseñó el s[an]to apostol) pues no importa ser de gentiles, quando las razones son católicas. (y catholico, como apostol su author) y como dice s[an] agustin, lo bueno que ellos dicen lo hemos de tomar, y reducir a las cosas de nuestra ley, como de aquellos, que no las tienen usurpadas. Ni son malos documentos para los religiosos, que vienen a tomar el abito, sin proposito de ser mas, que otro: para que siempre vivan consolados, y no pretendan mas en la religión”.

252. Acabó el historiador su capitulo: y yo el que hize de el suyo, dando a dios gracias, de que aun en el mismo Torquemada, que tan abiertam[en]te negó haverse hallado señas, y noticias de la evangelica religión, y ley, en Nueva Hespaña, e hallen tan claras, y patentes, que aun en boca de los indios idolatras, incluian sagrados textos, y doc

{f. 108r}                                                                                                          108

doctrinas; y tan demente coordinadas, y expendidas, que puestas en tono, arte, y practica de platicas espirituales, e instrucciones, puedan no solam[en]te instruir, y dirigir niños, y niñas, en sus recogimientos, y colegios, sino observantes religiosos franciscanos, en sus claustros.

CAPITULO VII.

Persecución de el apostol s[anto Thomas, en persona de Quetzalcohuatl, emprehendese salir, y ausentarse a otros de estos reynos.

253. Aportó (como deciamos) por Panuco, en persona, y nocion de Quetzalcohuatl, llamandose en idioma mexicano como se llamó en hebreo, y griego, mellizo, el apostol s[an]to Thomas, y sus discipulos. Dejanse, en lance (como dice su historia) y sin alguno de guerra, o disgusto, llegó al gran emporio Tollan; donde fue muy bien recibido, y por su estilo, prendas naturales, habilidades, y virtudes servido, acariciado, y festejado de todos, todos los vecinos de aquella ciudad populosisima; lo que le alentó a avecindarse alli, y establecer su domicilio. A espaldas de las artes, e instrucciones, ya mecanicas, ya liberales comenzó a desgranar, esparcir, y sembrar su doctrina; no poco de las noticias, y señales de la religión evangelica, algunas de las obras que a la sombra de la arquitectura edificaban, y labraban sus discipulos, a noticiar la ley de Christo, como la repetida cruz de Metztitlan, la imagen de n[uestr]a Señora, que decian la reyna en Petapa, la de el confeor, y penitente en Nexapa, las de el maestro, y sus discipulos en la provincia de Huane, y corregimiento de Tunxa; y comenzaron estos tambien a recorrer como misioneros, y emisarios, o con el disfraz de pobladores, las provincias de Oaxaca, Misteca Alta, y baja, y Tzapotecas.

254.

{f. 108v}

254. Pero, quando con tan buenos principios, comenzaba desde el fuerte de Tula a poblar este Nuevo Mundo de fieles, por el abierto carril de racionalidades; nos da a entender, y creer su historia, que, o zelosos, o instigados los señores de alli, Tezcatlipuca, y Huemac, que gobernaba en lo temporal le cometieron adulterio: por lo que se salio de Tula, y vno a Cholulan, donde asientan habitó muchos años, con sus gentes. Esto dice la historia; mas no lo que debio decir. Dice, que le cometieron adulterio; mas no dice, que fuese casado, ni que huviese tenido muger, antes asegura, y repite, que fue honestisimo y castisimo[176]. Debio si decir, construir, y perifrasear de su historia, escrita en idioma mexicano; que le hicieron ofensa, y traicion. Y casó, que asentasen adulterio; seria el que ellos le vian padecer, pero no sabian entender el adulterio espuritual, en que estando ya casados, y muy bien casados con la fe, en que los havia instruido, y engendrado hijos en Christo, este su apóstol, y padre espiritual; los compelia el poder a adulterar, y volverse a la  idolatria, persecución, que levantaron, ofensa, tracicion, y adulterio, que le hicieron; y por el que, abandonando a Tula, se transplantó, y vino a Cholulan, donde, con mas quietud, sosiego, y libertad, sembró, y pudo arraigar su doctrina.

255. Aquí, a lo que dicen sus memorias, fixó su real para su espiritual conquista, vivió, y habitó muchos años, y tantos, que llegaron a veinte. Tanto debió al apóstol s[an]to Thomas esta gran parte de l’America! Esta, que se creió nunca hollada de los dermosos pies evangelicos¡ Y vivió quieto, entrando, y saliendo, conquistado espiritualmente, y predica

{f. 109r}                                                                                                          109

dicando, a causa de que aquel señor temporal, aquel rey Huemac, que tambien dominaba en Cholulan, y le havia en Tula perseguido, divagó de estos sus dominios, llevando de su genio marcial, y ambicioso de nuevas conquistas emprendió dilatadísimas jornadas, hizo prolijísimas ausencias de estos sus pacificos dominios. Motico, segun nos dicen sus historias para q[u]e instigados, e impacientes sus vasallos, principalm[en]te los tultecas, levantasen, y aclamasen su rey a Nauhyotzin, que fue el segundo señor natural de los chichimecas.

256. En este propriam[en]te interregno puede el mellizo Quetzalcohuatl, el apóstol s[an]to Thomas introducir su espiritual dominio, aquel sobre que escribió el Torquemada: “Que en lo spiritual, y eclesiástico este Quetzalcohuatl era supremo, y como pontífice máximo, desde aquí, y con la afabilidad de su estilo, con la suavidad de su gobierno, fue ganando las voluntades, atraiendo los corazones, hacia insinuarse, y señorearse de los animos, no solam[en]te de los cholultecas, y tultecas, sino de nociones mas estrañas, y distantes, a las que atraia para si, y su doctrina, ya en sus espirituales correrias, ya por sus emisarios, y alumns, ya instruyéndoles, dándoles la ley (digo de Christo) quando los tenia mas cercanos, y a quando distantes y que para serle obedientes, no lo podian oir naturalm[en]te mediante aquel, milagrosam[en]te vocal, y pregon sonoro, que articulado en Tzatzitepec, sierra bien alta, se dexaba percibir por cien leguas, y por las costas de los vecinos mares, hasta donde havia estendido su enseñanza, y este su espiritual dominio.

257. Con el mis

{f. 109v}

mismo, havia fundado, y ordenado para educación de la edad tierna, aquellos recogimientos, o colegios: aquel principalm[en]te que libre, y sin obligación de clausura, se lee en Torquemada (lib[ro] 9, cap[ítulo] 30), haverse dedicado a honor de el dios Tezcatlipuca (que ya veremos dios verdadero) cuia congregación, o religión se llamaba en lengua de el pais Tepechtiliztli, que quiere decir: jovenado; o por q[u]e se componia de jóvenes de ambos sexos, o por dedicaban un dios joven, qual aprehendian a aquel numen: a que añadió  aquellos mas enclaustrados, y exemplares, asi de niños, como niñas, que ya asentamos a la letra, y que fundados por el mellizo Quetzalcohuatl, después se observaron a su honor. Hacia ayre a esta bella dirección, y conducta; y haciala para bien de las almas la felicidad temporal: una edad, un siglo, todo de oro, en que abundaban los buenos temporales: los frutos, las mieses, peces, aves, todo era sobraso, y exquisito; los arboles, como deciamos, era el tinte la oficina tinctoria, de que brotaba, y crecia el algodón, teñido de varios colores: rendianse cargados de almendras, los que producían el cacao: todo, todo, como que se buscaba la justicia, y santidad, se dana a sus sequaces de barato. Ningun hambriento havia, ningun pobre, todos estaban hartos, todos ricos, y ninguno mas quieto, mas contento, que el mellizo s[an]to Thomas, el Quetzalcoatl.

258. Pero quando mas contento, mas quieto recrudecio la penitenciacon primitiva: reduxose el conquistador Huemac a sus dominio, y viendo quanto havia estendido el suio Que

{f. 110r}                                                                                                          110

Quetzalcohuatl montó en colera contra el maestro y discípulos: contra el que de sacerdote, creía Rey, y a los que le seguían por vasallos. Armosele la mas cruel persecución, que sin embargo, que la refiere Torquemada, la habremos de desenvolver de aquel ovillo, para apartar las luces que la indican, de algunas sombras, que  la opacan. Entre otras, que a ella intervinieron, fueron las principales dos personas, un hombre que quizo alzarse a Dios, y un Dios, que appareció, como hombre:  aquel el perverso Huemac, que después de haver auientado a Quetzalcohuatl, perseguido, y tiranizado a su regreso, sacrílego de puro ambicioso, se hizo adorar por Dios en sus Reinos: y el Dios que appareció como hombre, y decían (aunque impropiamente) haber perseguido a Quetzalcohuatl; fue el que en estos tiempos y principios de su gobierno espiritual, llamaron Tezcatlipuca.

259. No ignoro los muchos errores y supersticiones, y mentiras, que después de la transmigración de los apóstatas tultecas, chichimecas y mexicanos, se recargaron a este Dios, por los que se enseñorearon de estos reynos. Pero ni hemos de decir la verdad, y veer al principio de sus cultos, en la época de Quetzalcohuatl; no hallaremos otras señas de este Dios, que las que lo son de el verdadero. Este nos dicen sus Historias (Torq. Lib 6. Cap. 20 “Tuvieron estos naturales , por increado, invisible y por el mas principal de los Dioses. Decian de eñ (como de su Pachacamac los Peruanos) que era anima de el mundo (no informate sino vivificante), para ahorrar la prolija questión de el Torquemada) llamábanle por nombre

{f. 110v}

principal: Tezcatlipuca: espejo (que quiere decir) resplandeciente como que lo sea Divino Ser, en que viéndose, y contemplándose a beneficio de su Divina Inteligencia, produce la imagen substancial de su unigénito. Ejemplo, que propondría el apóstol a estas gentes, para explicarles el misterio. Dábanle también otros nombres, y entre otros el de: Tlilakahua, tan expresivo de dominio, que quiere decir, y significa: Nuestro Amo: aquel cuyos somos siervos, y esclavos. Decían de el, que cuando aparecía, y hablaba con los hombres, era en semejanza de hombre, y que sabía, y alcanzaba los secretos. Decíanle en sus aclamaciones y oraciones: ¡O! dios todo poderoso que dais vida a los hombres & llamábanle por otro nombre: Moyocayatzin que significa: el que hace cuando quiere; porque no tenia resistencia ni contradicción su voluntad: ser todo poderoso para destruir los Cielos y la Tierra, señales todas y atributos, que, aunque mas quisiere tiranizar, y atribuirse el demonio, lo arrebataría y robaría a quien son propios, al verdadero Dios, y Señor.

260. Este pues, entonces y en la época del apóstol Santo Tomas Quetzalcoatl, conocido por Dios verdadero y llamado: Tezcatlipuca; fue el que decía haber intervenido a la persecución al que Quetzalcohuatl. Refierenle en dos partes Torquemada, en la primera (Lib. 3 Cap. 7 Lib. 6 Cap. 24), pero en ambas con narraciones bien distintas. La primera, nada dice de Divino Poder, ni que interviniese en ella algún Dios: todo lo reduce al regreso a sus Reynos, y violento poder de el Rey Huemac que hallando sus tierras ocupadas de sus

{f. 111r}                                                                                                         111

subditos (Aunque lo espiritual) de Quetzalcohuatl, sequases de su doctrina, y de sus máximas; resucitando su antigua enemistad, amortecida en sus ausencias; marchó para el, con gruesa tropa, y como se venia acercando, iba talando y destruyendo cuanto hallaba haciendo muchas tiranías y crueldades. Supo su demanda el Quetzalcohuatl, el mellizo sagrado, el apóstol; y conociendo, dice, el valor, y pericia militar de el rey Huemac, no quiso esperarle sino que desamparó la ciudad, partiéndose y co[…]ehando su ausencia con decir, que iba a visitar otras gentes y provincias que había visorado a poblar, en tierras de Onohualco, que caían en las costas de el mar. Y esta en su historia, fue su humana persecución, la otra divina.

261 Y asienta Torquemada, haberse tramado de esta suerte. A este su dios Tezcatlipulca, en quien había reconocido desde entonces, increado, invisible, espiritual todo poderoso, irresistible, como Dios y Señor verdadero. Informaron después sus descendientes, y cuando ya los había dominado el demonio, con la nota de mágico, hechicero, nigromático: sino baldón, explicación, común entre estas gentes, cuando ven a alguno ejecutar alguna obra rara, portentosa. Como tal, y en disfraz de cierto anciano venerable dice se presentó el Dios Tezcatlipuca a Quetzalcohuatl, y …. saludándose los dos dijo: “el viejo fingido (en términos del Torquemada) señor como sé vuestro intento, y cuanto desais cierta partido a tierra apartadas de estas y también porque supe de vuestros criados, que andáis, indispuesto y

{f. 111v}

y falto de salud, os e traído cierta bebida  que bebiéndola conseguiréis el fin de vuestros intentos, que será ir a los Reynos, que desais, y tener salud cumplida. ¡A dónde he de ir! (se dice que preguntó Quetzalcoatl) y entonces Tezcatlipuca, o Titlacahua: “a los reinos de Tlapallan como está determinado y con determinación inevitable. asintió el mellizo diciendo ser aquello que deseaba:”y que si la jornada se había de hacer, por aquel medio que fuera muy en hora aparte buena”. Dijo y tomando el vaso en la mano bebió el licor, que en él venia, y se afirmarle movió a esta obediencia, el deseo sumamente hacerse inmortal, y gozar la vida perpetuamente y que para este fin hacia todas las diligencia imaginables.

262 hasta aquí en voces de la historia, el cómo influyó el Dios Tezcatlipuca en la ausencia y persecución Quetzalcohuatl. Véanse ahora los efectos de esta causa. Apurado aquel vaso, sino cáliz quedo (sigue Torquemada) Quetzalcohuatl, fuera de si y sin juicio, (yo entiendo, privado de sentido) y comenzó a llorar triste y amargamente. Y luego se le movió el corazón (volvió en sí) y se determinó a ir aquella parte que se llama Tlapalan, y comenzado por este ultimo pasaje, quien no ve al verdadero Quetzalcohuatl, al apóstol Santo Tomas, fuera de sí, y arrebatado en éxtasis a la vista de su Dios y Señor! Quién no advierte que aquel que confesó su Dios y señor, le recuerda, y enciende los deseos que tiene de verle y gozarle, las ansias de hacer esta partida no a tierras apartarlas al cielo cuanto lo acercaban a aquel puerto los trabajos,

{f. 112r}                                                                                                          112

 (y quiebras de salud noticias que daban debilitados sus sentidos, que son nuestros mejores criados que nos sirven más y mejor. En aquel cáliz, vaso o bebida quien no descubre el desabrido cáliz y amargo trajo de la muerte, o como aquí le amenaza, de el martirio! Pócima saludable aunque amarga, para sanar de la mortal dolencia, y conseguir vida inmortal! Viático el mejor y el más proveído para hacer viaje a los reinos (del cielo) que deseaba, y tener ahí salud cumplida. Por tanto, y con razón, comenzó, (como dice su historia) a llorar triste y amargamente; porque se le dilataba el fin de su destierro y entrar a la patria celestial. Páreseme, y creo sin que me siegue la pasión que notificado aquel amargo cáliz, y certificado el apóstol Santo Tomas o Quetzalcohuatl, no menos que por Dios y divina revelación muerte, o transito a otros reinos a lograr la corona del martirio; y que hacia decretado su fin, era ya inevitable su muerte se hecho a pechos con este cáliz aquel vaso, conformándose su divina Voluntad, deseando (cual se dice el Quetzalcouatl,) indeseando sumamente haciendo inmortal y gozar perpetuamente de la vida & y las diligencias, que se dice hizo para esto, fueran sus dilatadas correrías persecuciones y trabajos. Resignación heroica con que ya le tenemos de viaje, o ya a los reinos en que ha de parecer, o a los de el cielo que ha de gozar.

 

Capitulo VIII

Justicimas determinaciones y acciones prudentísimas, que en representación de Quetzalcohuatl, ejecutó el apóstol Santo Tomas al ausentarse de estos reinos.

 

263 hemos referido

{f. 112v}

hasta aquí con el mellizo Quetzalcohuatl, las acciones más justas, más Christianas, en resignars[e], y aceptar con deseos de inmortalizarse el caliz de el martirio y de su muerte, que le decretó y brindó el Señor y no parecen menos Christianas, menos justas, y por todos títulos menos laudables, las que puesto en camino aldeas en cinta, executó al desamparar y salir de la ciudad. Hizo quemar (dice en su Historia Toquemada) todas las cosas, que tenía hechas de plata y conchas (aquí muestra que eran sagradas) y enterró otras cosas preciosas dentro de las Sierras y barrancas de los Ríos (no hacen mas, ni hicieron los Christianos en Hespaña, quando la ocuparon los moros) Y como era nigromático (no tuvo otra voz, ni la halla el idioma mexicano, para significar portentoso o que hace maravillas) convirtió os árboles de cacao en otros, que no lo eran que se llaman Mizquitl (quando esta escrito se ha renovado esta tragedia, por la tirana carestía de este grano) y mandó a todas las especies de aves, que ahí le solazaban, y daban placer, que se fueran delante hasta la Tierra de Anahuac (ellas se irían, aunque no se lo mandara) que dista de Tula más de cien leguas, y sería esto, se puede preguntar , como excomulgar, maldecir o poner en entredicho a estas tierras? O como maldecirlas apartarlas de la compañía de los justos y S[an]tos separando de ellas las alhajas, cosas sagradas, que servían al Divino culto?

264. Yo no resolveré facilmente. Otros dirán lo que esto fue. Baste decir, que por causa de Religión, porque instruía y espiritualmente gobernaba como sacerdote y Pontífice Máximo, persiguió aquel Rey tirano a este mellizo que con adito apreciable

{f. 113r}                                                                                                          113

y reverencial, como usa la lengua mexicana se llamó Quetzalcohuatl, y por nombre, physiognomia, virtudes, portentos da evidentes señas de el apóstol Santo Tomas. Que lo que hasta aquí a hecho y, padecido, solo lo podía hacer y padecer, un apóstol; y el que, como Santo Tomas hizo gala, y campeo de Alexandro a lo de el cielo, emprendiendo conquistar todo el mundo, y haciendo largo asiento en el nuevo. En fin, ya viene de camino y azia México, ciudad infeliz desgraciada! Cuyo plan, sorbido de las vecinas lagunas, y la suya no tuvo la apreciable fortuna de ser hollada de sus pies! Pero lo fueron sus contornos.

265. Llegó a Quauhtitlan, lugar vecino a 4 leguas, cuyo cielo enramaba un árbol grande de grueso tronco, sombra dilatada. A su arrimo reparo las fatigas de el camino. Pidió, dice su historia un espejo. Y yo entiendo, se encontró alguno, o natural, o artificial en que se viese más de accidente, que propósito. Viose avanzado de edad, como exclamo; y de esta su sentida exclamación aquel lugar que decía el mexicano Quauhtitlan, para significar junto al árbol, se llamo después HuehueQuauhtitlan, diciendo: junto al árbol de el viejo, reverdeciendo ahí la senectud, y memoria del Santo Apóstol. Y aquí quise notar de paso, que la expresión, y nombre de viejo, que anteriormente, al dios Tezcatipuca, y aquí al Santo se le dio en idioma mexicano, no ha baldón, ni oprobio vulgar, sino reverencia, y respecto: expresa tal vez edad crecida pero siempre veneración y señorío: por cuanto el  Huehuetl mexicano, equivale al señor latino, y señor castellano. Con que tuvimos en Quauhtitlan, al santo Apóstol, junto al árbol también de el señor.

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266 y aquí fue en donde el rigor de la persecución le hizo, como dicen tirar piedras. Como que le hubieran ofendido aquel tronco, que le dio ánimo, he hizo sombra; cogió las que tenia adelante, y comenzó a tirar piedras contra el tronco, acción indigna al parecer y mas de diversión pueril, o travesura de un hombre tan circunspecto, modesto y venerable pero vista en la circunstancias al impulso y pulso de un apóstol desterrado; de un misionero fugitivo, muy significativa y misteriosa: y mas, viendo el efecto de estas tiranías, en lugar en que quedaban estas piedras: arrojábanse contra el tronco como si fuese de cera o crudo barro, la recibían y retenía en su seno quedando allí en gastadas y hecho el tronco una joya de piedra, por otro titulo preciosas  y que otra cosa podían significar estos tiros, sino en esta su misión y predicación trabajosa, había hecho contra el arraigado grueso tronco de el gentilismo, y su entroncada idólatra! Significaría también no la una sola piedra sino las muchas que como el pastorcillo David, armado solamente del báculo o cayado de su cruz, con su peregrinación dilatado proveido de la honda de su voz, había con fuertes tiros engastado en la dura cabeza y ancha frente de el incircunciso idólata Goliat, hasta el echarle por tierra, y cortar de su monstruoso la cabeza; no obstante que retoñando en hydra reviviese en este su persecución, por entonces y después de olvidada su doctrina, en tantas, y cuantas han sido sus idrolatías;

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así figuraban mas estas piedras el apostólico poder y eficacia del brazo que las disparaba y las sabia enbañar en un tronco. Que no era otra cosa entonces cada idolatra. Y no sé si buscaban también las mismas piedras la reprensible dureza, y resistencia de los abismos que para hacer en ellos mella alguna había de ser boca de cañón la de el apóstol, logrando asir en sus voces persuasivas enbebe las piedras por balas. Adelante veremos todavía significación más muy heroica.

267. No fue menos milagrosa otra acción que se le notó al mellizo mexicano Quetzacoatl, o Tomás en idioma mexicano en este su viaje y retirada para los reinos de Nopalla al son de flautas y otros instrumentos, que dicen le iban tocando las gentes, que le acompañaban (música luctuosa, aunque sonora, para los que lloraban su ausencia) luego a otro lugar que se avecina mas a México, en solas dos leguas de distancia, y es un cerro cercano a Tlanepantla. Aquí le franqueó asiento una piedra. Y quien sabe que aquella grande alma, aquel apostólico trebolera en su imaginación ahí sentado! Lo cierto es que le afirman con la mas seria aseveración las historias, mapas y cantares de estas gentes, que estirando, y poniendo las manos en la piedra que le franqueaba asiento; las dejó ahí estampadas, y si esculpidas no como piadosas: “como se ven hasta hoy (dice como que las vio Torquemada) y tiene por cosa muy averiguada los moradores, convecinos de este lugar, haberlas hecho Quetzalcohuatl; y yo lo he preguntado con particular inquisición y así me lo han

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certificado, de mas de tener lo escrito con mucha puntualidad de muy fidedignos autores” por lo que (sigue ) tomó este lugar el nombre que conserva en el día y se llamó (como apuntamos ya en otra parte) Temacpalco, queriendo decir en castellano donde están las palmas de la mano.

268 Veo estotro portento: y no queriendo ni que me culpen muy serioso, ni menos de poco reflexivo apunto solamente el grande afecto que parece, tuvo a esta Nueva Hespaña y principalmente a lo que había de ser la gran México, el apóstol Santo Tomás dejó aparte su prolija habitación en estos reinos. Computado uniformemente a 20 años, en que como hemos visto, hizo tantos y tan raros progresos ganando con ellos los mas de tiempo de su laborioso apostolado voy a las noticias, señales y vestigios, que dejó en el las Américas; y hayo aquí en Nueva España y a la lengua del agua y de México las mas patentes y durable: la común invariable traída de su buen recibimiento y acogida (la que no logro en la otra América, sino persecuciones y castigos) la Luna, y Cruz de Meztitlan, a que no han empañado ni el color diez y seis siglos; la de Guatulco conservada a portentos contra el fuego, y alquitrán de tres días, impulsos de las pesadas naves del hereje Drak y sus cables, los clamores que aun suenan a los ojos en el cerro y poniente crestón de las trompetas y …… en Temolpalco las permanentes palmas de sus manos, artífices de todas estas obras: me fecit de tantos prodigios en otras palabras y

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y América estampó las huellas de sus pies (sino otro que las descortase fugitivo; como que las favorecía de paso) aquí a vista de México se asentó a descansar; escribió, en los troncos sus postreras; estampó u horadó a la frente de esta ciudad …, sus manos; llevándose en favorecerla las palmas y contestando a los Cholultecas y Tultecas de su tiempo a sus sucesores chichimecas, y por fin a los posteriores mexicanos; que había puesto mano a la instrucción de sus primeros fundadores; y después con su nombre y profecia (como referimos, a la conquista y conversión de esta ciudad.

269. Sseguía (volviendo a su patria) Quetzalcohuatli, o el apóstol, la marcha a su retirada, camino de la costa para el reino, que llamo de Tlapalla cuando o ya en realidad arrepentidos, o bien disimulados algunos que le habían perseguido; se le hicieron encontradizos procurando estorbarle el viaje, e impedirle de el todo la jornada. Preguntabanle adonde! Y cómo se iba! Y respondiendo, que a los reinos de Tlapalla, y perseguido le reconvenía: que con qué forma ¡y a quien dejaba encomendaba el gobierno y dirección de Tollan! De quien había de hacer penitencia! (cómo que esta era su virtud característica y en ella estuviere el acierto todo de su régimen) respondía Quetzalcohuatl lo que también respondería en apóstol, que ya esto no estaba su cuidado. Que le cumplía seguir su camino. y que la causa de partirse a aquellos reinos (que parecen entendía por los de Tlapalla el de los cielos, que y a se le acercaba por su muerte (era por haberle venido a llamar de parte de el señor de ellos) que era

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que era años de sus historiadores, el Sol. Y los añadieron o porque ellos habían ya perdido fee del señor, y dios verdadero; o porque dirigía el apóstol su curso a las costas de África, o Guinea, que es donde el sol dormía, porque quema. Sea lo que fuere, ignoraron que reino fuese el de Tlapalla, y ya reducidos, y chistrianos  preguntaban donde eran a los primeros franciscanos religiosos.

270. Finalmente viendo los interlocutores importunos que no lograban de tener ni impedir el viaje a Quetzalcoahtl cesaron en hacerle más instancia. Pero le obligaron a que dejase los testimonios que consigo llevaba (porque iban con el los artífices principales de todas las artes mecánicas y algunos oficiales de ellas) para que y a se iba no faltasen estas cosas en esta indiana (manchado) óxala hubieran hecho lo mismo (manchado) y su católica doctrinal (manchado) durado mas tiempo. A su rugo les concedió nuestro mellizo algunas cosas: otras no o permitió su religiosidad concederles y fueron para mi las que tenían viso de sagradas, por tanto tenían… y adorno de preciosas. Joyas ricas (dice la historia) sartales y cadenas riquísimas las que hecho luego en una fuente u ojo de agua que se llamo de aquí Cozcapan, y significa en frase mexicana: agua de sartales preciosos o cadenas. Nombre que le dieron en entonces por las alhajas ahí echadas el presente llaman a esta fuente: Cozcapan, como quien dice (construye Torquemada) en el agua de la culebra. Y debió ser o pertenecer a el

 

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a el autor (porque este hombre se llamaba Quetzalcohuatl, que quiere decir culebra emplumada siendo mas proprio y natural, (como hemos expendido) inferir se llamase agua o fuente del Tomas, de el Coate, de el mellizo, puesto (como dijimos) que por mellizo solamente se llamo Coate o Cohutl la culebra.

271. Impedido pues de  la persecución del tirano Huemac el santo apóstol, detenido de la alteración de los interesados y contradicción de los que por logras su enseñanza, se empeñaban en divertirle; llego al puerto de su destino, que parece equivoca aquí torquemada, diciendo: “fue encaminado hasta llegar a cholula, donde fue recibido, y donde se equivoca ciertamente la primera persecución con la segunda. Con la primera salio perseguido de tula, y paso a mora en cholulan; en la segunda, que es la presente, salio últimamente de cholulan,  y” se fue) como dice el mismo torquemada siguiendo el camino en los reinos en Tlapalla “que  nunca explico el apóstol lo que fuesen. Dicese, si que  4 de los virtuosos mancebos que lleva consigo, los devolvió desde Cuatzalculco, provincia hacia el mar mandándoles viniesen a cholula y dijesen a sus vecinos de su parte que “ tuviese por cierto que en los tiempos venideros, habían de venir por la mar de asía donde sale el sol, unos hombres blancos, con barbas blancas como el (ya las tendría así el santo apóstol: y la expresión no cai sonríe el color sino sobre las barbas que no todos la tuvieron blancas) “ y que serian señores de estas tierras  y que aquellos eran sus hermanos cuando no hubieran habido

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otra noticia, señal  o vestigio de la envagelica ley en las americas, que era terminante profecía, repetida como hemos visto en varias partes de una y otra, y cumplida con la felicidad, que veremos; bastaba a comprobar la entrada habitación y predicación de el santo apóstol, al menos donde la hizo, y repitió; y basta también a que fuese y se llamase aquí Quetzacohuatli, el apóstol santo tomas, pues la que este solo hizo y pudo hacer, dicen las historias mexicanas, fue profecía de Quetzlacohuatl.

272 añadase a esta irrefragable verdad, que (estos indios) como se lee también en torquemada siempre esperaron que había de cumplir esta profecía y cuando vieron a los cristianos luego los llamaron dioses, por hijos y hermanos de Quetzalcohutl) luego de el apóstol Santo tomas que era el mellizo mexicano y el que llamo a los europeos chistrianos sus hermanos ( lo mismo esperaron y crecieron como ya vimos los peruanos, cuando habiéndoles profetizado lo mismo el santo apóstol en la persona de su adorado viracocha tuvieron por a sus hijos y hermanos conquistadores españoles: esperanza íntimamente arraigada en el corazón de estas gentes; y por la que caracterizada de esperante hizo entre otras señales literal la profecía de la misión de angélicos ministros y nuncios evangélicos a las gentes  o gentiles que esperaban (ite angelis al cienten expectantes. Isaías Cáp. 18 V. 2 (ni decayeron de la profesión de esperantes los que en entendiendo la dicha profecía, no de hijos y hermanos, sino del mismo Quetzalco

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huatl; de quien descendían m[ucho]s por linea matrimonial, o natural (que no, no le conocieron muger; ni hijos) sino por razón de doctrina, e instrucción, como que el enseñó, e instruio a los que en Yucatán fueron Reyes, o gobernadores.

273. Y los que “considerando (sigue Herrera) que no se podian conservar sino dominaba uno, determinaron dar el señorio al linaje de los cocotes, que eran tan ricos, que poseían veinte y dos buenos pueblos: y ordenaron, que pues el mercado no era para mas de los templos; se labraron casas fuera de él, adonde tuviesen los mayordomos ( que cada uno tenia una vara gorda y corta) que recibian de los tributos de sal, maiz, ropa [etcétera] y de lo pueblos llevaban an casa de estos mayordomos (señales de la iglesia primitiva y observancia de los apóstoles) encargaban mucho la paz, y buen tratamiento de la gente manuda: y que trabajase para su sustento, y de los señores; tenian para las casas de el culto de sus dioses, uno que era el sacerdote mayor”. Sobre la potestad, y vestiduras de este dice el mismo Herrera, en otra parte (Dec. 4. Lib. 8 cap. 10) “tenian demás de el señor (temporal) un grna sacerdote, que vestía una ropa larga azul con una diadema en la cabeza; y a veces mitra labrada de colores; y en los cabos de la tiara unmanojo de plumas de colores; llevaba unbaculo como de obispo, todos le obedecian, en lo espiritual; tenia en segundo lugar otro, que era gran donctor en sus libros, y otros cuatro sacerdotes vestidos de diferentes colores, donde notamos que las ves

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vestiduras, y /…/ de este principal sacerdote, son los mismo, con que en los mapas, y pinturas, se halla pintado el mellizo Quetzalcohuatl, o el apóstol s[an]to Thomas de cuia dignidad, vestiduras, discípulos, y compañeros quedó a los de Yucatán el principal, y demas subalternos sacerdotes.

280. Peron no finquemos para establecer la estacion de el apostol, en Iucatan, en el gobierno civil, y político, que, como  hemos visto estableció, el y sus discípulos en persona de Quetzalcohuatl, Cocolcan, y sus sequaces: no, en el orden hierarquico de sacerdotes, de ministros, y sus trages: tomamos mas a fondo la materia, por noticias de religión; y desando las que recogió por todo el año de su visita, el v[enerabl]e Clerigo sacerdore a quien la confió el ill[ustrísi]mo obispo d[on] fr[ay] Bartolomé de las Casas, y las que dexamos apuntadas; prevengamos la admiración para las que averiguo, y nos refiere el citado cronista general Antonio de Herrera[177]. Comienza, como christiano, por el bautismo, y nos dice: (Dec[ada] 4 lib[ro] 10 cap[ítulo] 4): “El bautismo solo en Yucatán se ha hallado en todas las provincias de Nueva Hespaña. Y en su vocablo quiere decir: nacer segunda vez (nasci denuo, osó de Christo Nicodemus)[178] tenian a ello tanta devoción, y reverencia que nadie lo dexaba de recibir, pensando, que recibia en el una pura disposición para ser buenos, y no ser dañados de los demonios (como que se expele en él el diabl maldito) y conseguir la gloria, que esperaban” sigue el modo, y ceremonias de ministrarle “salia (dice) el sacerdote vestido, con vestiduras largas, graves, y un hysopo en la mano: ponia a los niños paños blancos en la cabeza”. (Antigüedad tiene el capillo) pasa de alli a otro sacramento.

281.

 



[1] Vease lib[ro] 2 Cap[ítulo] 2 n[úmero] 174.

[2] Morhufo Palytust lib[ro] 1 [se] [ri...]

[3] Quienes han querido echar a la America fuera de el mundo.

[4] Quienes la han querido echar de parte.

[5] Léase Jesucristo.

[6] Autores que niegan se predicase el evangelio por los s[antos] Apostol en las Americas.

[7] Monedas, gentes, frutos, y metales de el mundo antiguo hallados en el

[8] Pruebase por la escritura y sus interpretes haver predicado los los apostoles en la America.

[9] Omnes ad hume. Loc.

[10] Comprehende satisfacer, a los autores de contrario parecer.

[11] Devocion que tenian los indios a la cruz muco antes de su redu[c]cion.

[12] Si se origino esta devocion de cierta profecia y qual fuese esta [símbolo de etcétera].

[13] Cruces milagrosas nacidas donde se havian enterrado mas imágenes sagradas.

[14] Cruz milagrosa en Tepic.

[15] Cruz portentosa en Meztitlan.

[16] Sentir de los misioneros agustinos sobre esta antiquisima cruz.

[17] Si el demonio fue author de la luna que acompaña a la cruz?

[18] Dexamiento.

[19] La cruz y luna de Meztitlan anuncio de la reduccion a Mexico idolatra.

[20] Cruz en Guatulco, no menos portentosa, que antigua.

[21] Como el Drac la quiso quemar y no pudo.

[22] Lienzo de la historia, y parte de esta cruz en la sacristia de el monasterio de Valvanera de Mexico.

[23] Crucifixo hallado en el tronco de un arbol, preservado en el fuego.

[24] Otro crucifixo hallado en otro tronco, perfectisimo.

[25] Cruz en Carabuco incombustible, e incorrupta por muchos siglos.

[26] Cruz antiquisima en el palacio de los Incas en el Perú.

[27] Cruz, como aspa en Cumana, y devocion y la tenian los indios gentiles.

[28] Otras muchas de estas en el Peru, y Nueva Hespaña.

[29] Huellas de los pies de los apostoles, hermosas, y porqu[ilegible]

[30] [ilegible] que se hallaron en el [ilegible]

[31] Otras huellas en S[an]to Toqué Thoqué, y de quien?

[32] Iglesia dedicada al S[an]to Apostol q[u]e imprimió estas huellas, y huellas, y huió caminando sobre el mar.

[33] Fuente milagrosa de el S[an]to Apostol.

[34] Cavidades que el s[an]to apostol hizo con su bordon en otra piedra.

[35] Otras huellas de el s[an]to y su compañero, con ciertos caracteres.

[36] Camino abierto dentro del mar al s[an]to apostol

[37] Cementerio de christianos bautizados q[u]e hallaron los europeos entre los indios.

[38] Huella de los pies calzados de el apostol de donde predicaba.

[39] Enseña a los gentiles el pan que han de comer.

[40] Cajuela que dexó el s[an]to apostol en un cerro.

[41] Lo que parecio de ellas al cabo de quinze siglos.

[42] Predica el s[an]to a los indios persiguenlo, lo prenden y azotan: creen aves, los angeles, que lo desatan.

[43] Abre y dexa camino en una gran laguna.

[44] Otras huellas de los pies, rodillas y baculo de el apostol.

[45] Viene desde Lima a adorarla su s[an]to arzobispo.

[46] Capilla mandada hacer por el s[an]to arzob[is]po sobre esta laxa

[47] Testimonio de el Paraguay de otras huellas, rastros del apostol.

[48] Templo mandado hacer por el apostol, y con que lo quisieron quemar.

[49] Otra[s] dos huellas y cruz hechas por el apostol.

[50] Informacion declarada de los indios sobre ello.

[51] Profecia de un indio sobre q[u]e havian de venir hermanos de el apostol.

[52] Huellas grandisimas de el mismo apostol en otra sierra.

[53] Discurrese como las imprimio tan grandes.

[54] Huella de su pie derecho en una parte y la de el izquierdo en otra.

[55] Huellas de las manos de el que se cree fue el apostol.

[56] Olvidos de la religión en varias partes de el mundo antiguo, y asi de Nueva Hespaña.

[57] Que se han olvidado, y corrompido no prueba que no se haia predicado.

[58] Noticia q[u]e se halló y vio a un cacique sobre el amor de el proximo, cielo e infierno.

[59] Devocion y aficion q[u]e tenian los caciques a tres piedras.

[60] Noticia entre los isleños de el diluvio, de dios, de N[uestr]a S[eñor]a y su niño.

[61] De un solo dios, de los angeles, cielo e infierno entre los tlaxcaltecas.

[62] Noticias de casi todo el símbolo entre los indios de Yucatan.

[63] Nombres que daban a las tres divinas personas.

[64] Noticias de n[uest]ra religión en los indios de Nueva Hespaña.

[65] Pinturas y mapas que quemaron los primeros religiosos rezando fueron supersticiosos.

[66] Noticias que trae Torquemada.

[67] Noticias de la fe entre los indios de Nexapa.

[68] Noticias mas individuales entre los otomies.

[69] Biblia de figuras entre los indios zapotecas, y misterios que contenia.

[70] Imagen, y capilla de la S[eñor]a reyna, en Peztapa.

[71] Imagen de piedra de un confesor, y penitente en Nexapa.

[72] Raros, sumptuosos edificios, y estatuas en Ococingo, provincia de Chiapa.

[73] Otras tres estatuas estrañas con Huañe, Nuevo reyno de Granada.

[74] Noticias, y memorias de el verdadero dios en el Perú.

[75] Noticia de la Trinidad en el Perú.

[76] (Teum de Pio, tumer de lumide)

[77] Noticias de la creencia en el Perú.

[78] Noticia de el juicio universal entre los indio de el Perú.

[79] La Resurreccion de la carne mui difícil de creer entre infieles.

[80] Creencia de la resurrección universal ente los indios peruanos.

[81] Noticias de la confesion entre los indios de la Nueva Hespaña.

[82] Rara tonsura de los indios de Nueva Hespaña.

[83] Sombra, o perversión de la comunion entre los gentiles mexicanos.

[84] Perversion de la verdadera comunion.

[85] Noticias de el sacerdocio, y confesion.

[86] Noticias de fe entre los indios de Mechoacan.

[87] Nombres de Tito, y Paulo entre los incas.

[88] Hombres y niños crucificados.

[89] Apostol?

[90] La imagen y nombre de s[an]to Thomas esculpieron en piedra viva los indios chontales.

[91] Milagros de la cruz de Guatulco.

[92] Devocion y destrozo de esta cruz.

[93] Trasladase la cruz de Guatulco a la ciudad.

[94] Cruz puesta en el lugar de la de Guatulco hace las mismas marabillas.

[95] Cruz de Guatulco, no la erigió fr[ay] Martin de Valencia.

[96] S[an]to Thomas formó la cruz de Tepic con la que traia a cuestas.

[97] Milagros y figuras de la cruz de Tepic.

[98] Huellas de el apostol s[an]to Thomas en Xalisco.

[99] Huellas de s[an]to Thomas en el Brasil.

[100] Otras tres huellas de s[an]to Thomas.

[101] Verificanse s[an]to Thomas otras muchas huellas, y otras raras.

[102] Nombre honorifico que dieron al apostol los indios.

[103] Castigos q[u]e dio el apostol s[an]to Thomas a los gentiles que le hostilizaron.

[104] Fuego baxado de el cielo quema un monte.

[105] Señas que dieron los indios de el apostol.

[106] Bara invencion de la s[an]ta cruz de Carabuco.

[107] Por donde aportó a l’America el apostol.

[108] Profecía de s[an]to Thomas en el Brasil.

[109] Nombre que daban a dios en el Brasil.

[110] Tradicion comun en todos los reynos de America de haver predicado en ella s[an]to Thomas.

[111] Historia que comprueba la tradición.

[112] Ardiente devocion de s[an]to Thomas a la s[an]ta Cruz.

[113] Averiguase donde se haria la cruz de Carabuco.

[114] Madera de que es la cruz de Carabuco.

[115] Cruz de Carabuco contada en [ilegible] o cruces.

[116] Llevan reliquias suias a Roma, y regalan al papa, y cardenales.

[117] Como pudo y vino a la America el apostol?

[118] Hombre blanco [símbolo de etcétera] aparecido en el Perú.

[119] Dicese ser este nombre algun apostol, y contradice Herrera.

[120] Quando y como adoraron los indios peruanos al apostol.

[121] Creese fue el apostol s[an] Bartholomé el que predicó en el Perú, y porqué?

[122] Averigua asi quien fuese el aparecido?

[123] S[an]to Thomas ya en la gloria, comulgó a sus convertidos.

[124] Fue el apostol en imagen, el que apareció.

[125] Como, y porque adoraron por dios al apostol.

[126] Tienense los incas por dioses, por parientes de s[an]to Thomas.

[127] Como pervirtieron su doctrina.

[128] Imágenes, [ilegible] al apostol sol[ilegible]

[129] Nombres añadidos al q[u]e significaban al apostol.

[130] Fue en este nombre [ilegible] expresaban sus oficios de apostol.

[131] Lo que supieron los gentiles peruanos acerca de el dios verdadero lo debieron al s[an]to apostol.

[132] Estatuas en que adoraban los indios peruanos un dios en tres, y  tres en uno.

[133] Dogma catholico en los gentiles de el Perú.

[134] Solo s[an]to Thomas apostol pudo instruirlos en estas verdades.

[135] Baculo del apostol asollado en un rio, crece en una frondosa palma.

[136] Bar[i]os edificios y otras obras.

[137] Se convirtieron en ellos los indios vecinos del pueblo.

[138] S[an]to Thomas, arquitecto famoso.

[139] Logro de el trabajo de el apostol a los 15 siglos de su predicacion, y porque?

[140] Raro suceso de un indio que queria ser christiano.

[141] Logro de su padrino, y su conciencia.

[142] Portentos de la s[an]ta Cruz.

[143] Libra la cruz a un soldado de las piedras.

[144] Oracion de los gentiles a la cruz en vista de sus portentos.

[145] Autores, que contradicen la predicación de s[an]to Thomas en Nueva Hespaña.

[146] Tocale v[uestro] sabio escritor [ilegible] incidencia.

[147] Nombre proprio de s[an]to Thomas en lengua mexicana.

[148] Como vestia s[an]to Thomas.

[149] Vestiduras sagradas de el apóstol.

[150] Quetzalcohuatl, rey en lo espiritual, y sacerdote digo s[an]to Thomas.

[151] Ordena sacerdotes, o ministros de su orden.

[152] Mixtlan porque se dice infierno?

[153] Las noticias y vestigios de n[uest]ra fe hallados en l’America los ministros s[an]to Thomas, y sus discipulos.

[154] Verifica la profecia de Isaias, en Nueva Hespaña.

[155] Mejor [ilegible] la Na[ilegible] Argo[ilegible] la que [ilegible] conclus[ilegibe] a s[an]to Thomas a las Ameritas.

[156] Felicidades de este pais bajo el man[do?] de el apóstol.

[157] Se cogian algodones de todos colores.

[158] Milagroso pregonero de el S[an]to apóstol.

[159] Riqueza ponderada del apostol.

[160] Como fe verdadera.

[161] Edificios labrados por el apostol, y sus discipulos.

[162] Monte de las Trompetas qual, y porque.

[163] Edificios tan bruñidos, y pulidos, que parecieron chapeados de oro, y plata.

[164] El demonio enseñó a los indios a sacrificar hombres: y quando?

[165] El apostol s[an]to Thomas, o Quetzalcoatl, no permite sacrificios de hombres.

[166] Prohibia guerras, robos, y muertes.

[167] Su honestidad y castidad.

[168] Su mortificacion y y penitencia.

[169] Ceese frecuentaba la penitencia sacramental.

[170] Convencese de sus virtudes haver sido este Quetzalcohuatl, el apóstol.

[171] Justicia y equidad de el s[an]to apostol, con personal de el mellizo mexicano.

[172] Religión y religiosidad de Quetzalcohuatl.

[173] Oracion que dicen se hacia a Quetzalcoatl, era la que este hizo y hacia al verdadero dios.

[174] Instituie ritos sagrados, ordena y compone el calendario.

[175] Explicase como estos gentiles, y porque mezclaban textos sagrado, y doctrinas de s[an]to PP[adre] en estas sus platicas.

[176] Adulterio cometido contra Quetzalcoatl, o el apóstol, qual fue?

[177] Noticias de la cristiana religión en Yucatán

[178] De el bautismo.


 
Facsimilar Presentación